El documento habla sobre el compromiso ético del hombre con la sociedad. Argumenta que toda persona que vive en sociedad enfrenta decisiones diarias reguladas por el estado de derecho y que, además de cumplir con las obligaciones legales, los ciudadanos deben comprometerse a ser mejores personas y defender los derechos de los demás. También discute la importancia de que los individuos desarrollen una conducta ética informada para construir una sociedad justa, fraterna y solidaria.
Guía ineludible para el libre desarrollo de la
personalidad.
Y no enredarla con el libertinaje, el abuso e ilegalidad
consigo mismo
Con los Valores Humanos Elementales con Fundamento Teoxia, no solo se
respetará los derechos de terceros y el orden constitucional sino la propia
existencia física y espiritual.
1. EL HOMBRE Y SU COMPROMISO
ÉTICO CON LA SOCIEDAD
Todo persona que participa de una vida en sociedad 1 se enfrenta diariamente a obligaciones
y toma de decisiones de cualquier tipo, las que habiendo sido establecidas por un estado de
derecho, que actúa regulando la organización humana, dentro de un territorio determinado,
donde tiene existencia real un orden vinculado a lo social, político y jurídico establecido
mediante normativas claramente definidas y orientadas al bien común de las personas de
esa sociedad.
Tal vez para algunos sea difícil entender que la vida en sociedad implique un tremendo
desafío, que tiene que ver no solo con el cumplir con las obligaciones propias de un estado
de derecho, sino que más aun con el compromiso por ser mejores personas tanto en el
desarrollo personal, como en los esfuerzos por defender los derechos de quienes no los
poseen o a quienes se les niega.
A partir de las definiciones y en consideración a que las personas poseen distintas
personalidades y visiones culturales, políticas, sociales y económicas, su convivencia en esa
sociedad, genera diferentes formas de comportamiento y conducta ética, las que desde el
punto de vista de la convivencia, comunican una forma de ser con sus particularidades como
individuos de esa sociedad, y a partir de sus vivencias se forja la búsqueda continua de los
valores universales y permanentes por alcanzar en el quehacer ético de cada ciudadano.
Es en esta medida, que se hace evidente el como se construye un hombre, uno capaz de
ocuparse del basamento espiritual, que requiere de una concepción sociológica de la moral
universal, con el objeto de alcanzar así el grado de eticidad y etnicidad propio y
característico del lugar y de la universalidad de la civilización actual.
Este hombre, no ha de considerar el saberlo todo o ignorarlo todo. No ha de pretender ser
un santo, sino que tan sólo debe pugnar por ser siempre un hombre libre y de buenas
costumbres. No ha de ser ni dogmático ni escéptico. Porque sólo investigando, averiguando
y filosofando; podrá llegar a situarse en un “Justo Medio”, que es la conducta crítica del que
sabe algo e ignora algo y que por tanto, quiere seguir aprendiendo convertido en ese eterno
interrogador; que es capaz de sacar a la superficie todo cuanto es capaz de ofrecer. Sin duda
esto constituye una filosofía de vida, la que atraviesa no sólo la actividad laboral sino
también el comportamiento y hábitos de las personas.
Por ello conceptos como la caridad, tienen un significado que no es de simple ayuda, pues la
verdadera responsabilidad del concepto es/o debe ser ayudar a mejorar la vida de los
1
Sociedad: se refiere al conjunto de individuos que interaccionan entre sí y comparten ciertos rasgos
culturales
esenciales, cooperando para alcanzar metas comunes.
2. ciudadanos en el animo de alcanzar un cambio integral del hombre y del entorno en toda su
dimensión.
Por otro lado la sociedad, ofrece espacios de derechos inalienables para todo ser humano,
entre otros no ser sometido a Tortura, lo que representa una perdida de los derechos del
hombre. En general este caso esta referido y vinculado a los aparatos represivos de
dictaduras, pero ello no termina ahí, los derechos de las grandes mayorías se ven a diario
conculcados cuando el estado no asume su rol de protección frente a los grandes
consorcios.
Se ha señalado que el hombre se encuentra a mitad de camino entre el saber y el ignorar, y
por eso el aprendizaje de cada hombre, también se encuentra a mitad camino entre el
cumplimiento de un ideal de perfección, que orienta o debe orientar su conciencia hacia el
estudio de los valores de la verdad, la justicia y la belleza y como herramientas la razón, la
voluntad y el sentimiento en la plena convicción de entregarlo para la construcción de las
nuevas voluntades.
Por sobre cualquier otra consideración, los hombres deben alcanzar su plena conciencia
expresada a través del trabajo, pero no un trabajo cualquiera, sino uno que sobretodo esta
referido a su actuar en el mundo. Aquel que es capaz de poner al servicio de toda la
comunidad en que participa, con toda su voluntad, para lograr así, una sociedad más justa
fraterna y más solidaria.
Si el hombre ha conocido las virtudes y defectos de la sociedad y ha transitado por el difícil
camino de construirse a si mismo, no ignora que la principal y permanente búsqueda del
ciudadano, es el perfeccionamiento personal, sentido que se entiende como la misión de
transformarse en hombre libre y de buenas costumbres, un hombre que busca practicar la
fraternidad y el cambio hacia el progreso humano, de todos quienes le rodean en la
sociedad la que le toca vivir.
Explorar la ética, que este ciudadano intenta desarrollar, consiste tácitamente en analizar
sus emociones, cotejar sus valores e ir a la caza de todos los prejuicios camuflados en los
resabios de su vida. Por tanto es sin duda mucho el trabajo, que debe realizar, sin embargo
trabajará con el juicio, profundizará en el cimiento y finalmente revestirá las techumbres.
El hombre construido de esta manera con todos sus defectos y virtudes, debe tener la
fuerza y voluntad para continuar derribando sus imperfecciones, como un compromiso
permanente, que crece en la medida que se aquilatan en toda su magnitud, el sentido
dialogal que ha de mantener con otros individuos, como un deber ineludible, que lleva
implícito la condición de universalidad al considerar a toda la especie humana sin distinción
de sexos, razas ni condición social, permitiendo de este modo multiplicar, el efecto
bienhechor de sus cualidades.
Para todos es conocido que en muchos pueblos, se contrasta la opulencia y la miseria, que
se clama por justicia e igualdad de oportunidades, para que el ser humano alcance su
2
3. desarrollo integral como persona. En concordancia con esa aspiración, hombres despliegan
sus mejores esfuerzos, convertido en líderes sociales, para enfrentar el reto de progreso de
todos los hombres.
Este ciudadano debe ser un hombre comprometido con su época, no importa su posición
social, ni el lugar donde se encuentre, oficina, fábrica, escuela, en el campo o en la
construcción. Su primer ideal es mantener el ejemplo perenne de aquellos grandes hombres
que lo han antecedido, teniéndoles como modelo de lo que se puede llegar a ser.
Su conducta ética, es un potente juez que guiara la dirección de su conciencia, definida ésta
como la capacidad intuitiva sujeta al desarrollo y perfección por medio del raciocinio y la
experiencia, que permite conocer el bien por hacer y el mal que se debe evitar, para la
conservación del individuo y la especie humana.
Lo señalado, parece una condición de idealismo casi estúpido en estos tiempos de
consumismo salvaje, de falta de preocupación por el otro distinto de si mismo, si quizá no
sea fácil ni tampoco sea posible, sin embargo se observa en la juventud un gran gesto de
cambio hacia una condición ética de cambio que queda implícita en su actos
Salvador Allende mencionaba en un discurso en Mexico, en la Universidad de Guadalajara
hace un tiempo atrás lo siguiente:
Hay Jóvenes viejos que comprenden que ser universitario, por ejemplo, es un privilegio
extraordinario en la inmensa mayoría de los países de nuestro continente. Esos jóvenes
viejos creen que la universidad se ha levantado como una necesidad para preparar técnicos
y que ellos deben estar satisfechos con adquirir un titulo profesional. Les da rango social y el
arribismo social, caramba, que dramáticamente peligroso, les da un instrumento que les
permite ganarse la vida en condiciones de ingresos superiores a la mayoría del resto de los
conciudadanos.
Y estos jóvenes viejos, si son arquitectos, por ejemplo, no se preguntan cuántas viviendas
faltan en nuestros países y, a veces, ni en su propio país. Hay estudiantes que con un criterio
estrictamente liberal, hacen de su profesión el medio honesto para ganarse la vida, pero
básicamente en función de sus propios intereses.
Allá hay muchos médicos -y yo soy médico- que no comprenden o no quieren comprender
que la salud se compra, y que hay miles y miles de hombres y mujeres en América Latina
que no pueden comprar la salud; que no quieren entender, por ejemplo, que a mayor
pobreza mayor enfermedad, y a mayor enfermedad mayor pobreza y que, por tanto, si bien
cumplen atendiendo al enfermo que demanda sus conocimientos sobre la base de los
honorarios, no piensan en que hay miles de personas que no pueden ir a sus consultorios y
son pocos los que luchan porque se estructuren los organismos estatales para llevar la salud
ampliamente al pueblo.
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4. Y por ello que es posible no solo en el discurso sino que el ofrecer un COMPROMISO ÉTICO
de largo alcance para la conquista de este mundo que es nuestro.
"A construir la sociedad que queremos y acaso también la que nos merecemos. Modelada
por las fuerzas de la historia de un país la que será la expresión construida de lo que somos
y queremos ser".
La ética personal y social, será en los próximos años condición inexcusable para la
permanencia del ser humano sobre el medio ambiente, porque la propia sostenibilidad de la
civilización, incluso su supervivencia, exige el compromiso ético de todos, entonces la
sociedad puede y debe ofrecer un firme ejemplo de esa renovación ética y, como en otros
tiempos, liderar un cambio social.
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