La educación concertada no es mejor que la pública por varias razones: los padres pagan doble por la educación a través de impuestos y cuotas ilegales, discrimina a ciertos grupos que no pueden pagar las cuotas como inmigrantes y alumnos con necesidades especiales, y en algunos casos religiosos está supeditada a ideologías específicas. Además, los docentes de los centros concertados no han pasado por un proceso de selección objetivo como oposiciones.