Un hombre rico se escondió en el hueco de un árbol para escapar de unos ladrones que querían matarlo y robar su dinero. Le rogó a Dios que pusiera un tabique en el árbol, pero una araña empezó a hacer una tela. Los ladrones, al ver la tela, asumieron que nadie había pasado por ahí y se fueron, aunque el hombre quería un tabique y no una tela.