La obra dramática se caracteriza por su capacidad de ser representada teatralmente. Lo fundamental es la acción, la cual depende del conflicto entre fuerzas opuestas que luchan por imponerse. El conflicto se presenta al inicio, luego se desarrolla volviéndose más tenso hasta alcanzar un punto máximo de tensión llamado clímax, para finalmente resolverse con la victoria de una fuerza sobre la otra en el desenlace.