2. No se deben emplear las presentaciones como una herramienta didáctica
única, sino como un recurso complementario.
Es necesario llevar a cabo la preparación de la presentación con antelación
teniendo muy claro el objetivo didáctico que se pretende con la misma.
Organizar el contenido de cada diapositiva o pantalla (texto, imágenes,
sonido, vídeo, etc.) de manera armónica para que resulte agradable a la
clase y cumpla con su cometido.
Tener en cuenta que las diapositivas no deben recargarse con demasiados
elementos para que su lectura y/o observación sean ágiles, caso contrario
pueden resultar pesadas y distraer la atención de los alumnos/as.
3. Es conveniente utilizar racionalmente los elementos físicos en el diseño de
las distintas diapositivas (los contrastes de color, el tamaño de la letra, el
volumen de los sonidos, la calidad de las imágenes, etc.), para que se ajusten
a las necesidades del auditorio.
El tamaño de la letra debe ser grande. Si se desea atender a alumnos/as con
NEE (Necesidades Educativas Especiales) será aún mayor.
Es preferible utilizar un tipo de letra imprenta en lugar de manuscrita, ya que
facilita la lectura de los contenidos.
Se debe utilizar las animaciones en la medida en que aporten beneficios.
Abusar de estos elementos puede hacernos perder el foco principal de la
presentación.