1) Los sacerdotes observan que los abusos cometidos en la Iglesia son inaceptables y han destruido la confianza. 2) Reconocen con dolor que ha habido víctimas de abuso en su diócesis. 3) Proponen usar esta crisis como oportunidad para liderar un proceso de cambio que proteja los derechos de las personas y genere una nueva cultura de respeto.

1. 4 de agosto 2018, Fiesta del Santo Cura de Ars.
Crisis de la Iglesia: Observaciones, propuesta, oportunidad y camino
Declaración pública de los sacerdotes de Villa Alemana y Peñablanca
OBSERVACIONES
Como pastores, que junto a los laicos, somos corresponsables del caminar del pueblo de Dios,
quisiéramos compartir nuestra opinión frente a la realidad que vivimos como Iglesia a causa de los
abusos acontecidos y proponer algunos elementos de discernimiento:
1) Un elemento incuestionable y que no puede aceptar justificaciones es que el abuso de poder,
sexual y de conciencia es inaceptable e intolerable en nuestra iglesia y en cualquier organización
humana, pues atenta contra los principios básicos del cristianismo donde el amor recíproco debe
ser fuente y vehículo de respeto, resguardo de la dignidad de todas las personas y en especial de
los más vulnerables.
2) El abuso sexual y de conciencia ejercido en la Iglesia por quienes se encontraban en situación de
poder, es fuente de desesperanza y rabia, es una injusticia. Las consecuencias son dolorosas y
negativas; también porque además del daño a las víctimas y a sus familias, se destruyó la confianza,
que es la base de una sociedad fraterna y evangélica.
3) Reconocemos con dolor, vergüenza, escándalo, contradicción e impotencia que en nuestro país y
en nuestra diócesis hay personas, niños y jóvenes, y adultos que han sido víctimas de abusos.
4) Como pastores de nuestra ciudad quisiéramos que la Iglesia transformara este dolor y enfrentar
estos delitos sistemáticos como una oportunidad de cambio, no para salvar a la Iglesia, sino para
volver a poner a Jesucristo en el centro de nuestro quehacer.
5) Por este motivo, nos hacemos cargo de las causas y de las consecuencias que se viven, para
proponer soluciones y reparaciones a las víctimas, para que no vuelvan a ocurrir estos casos.
6) Reconocemos que como iglesia no se ha sabido responder ante las situaciones de delitos y de
pecado con prontitud y claridad; no hemos sabido escuchar, ni comunicar adecuadamente;
tampoco hemos sabido actuar ante los cambios de la sociedad.
7) Por todo esto y con más fuerza que nunca, agradecemos la vida pastoral que se da en nuestra
iglesia local, entre laicos y pastores, en los variados carismas y las distintas áreas: evangelización,
catequética, social, litúrgica y sacramental.
8) Ustedes, nuestra comunidad, son el signo más potente de que existe un plan del Creador para
mejorar nuestra convivencia humana, la vivencia de la sexualidad, el respeto, la dignidad de cada
persona y el valor de la conciencia personal.
PROPUESTA Y OPORTUNIDAD
1) Esta crisis nos invita a liderar, a pastores y laicos; a mujeres y hombres, un proceso de cambio que
ayude a la sociedad chilena a ser un lugar desde donde se custodien los derechos de las personas,
transformando desde el amor recíproco y desde el respeto por la dignidad de todos y todas, las
estructuras de la sociedad entera, sobre todo a la propia iglesiai
.
2) Nuestro objetivo no debe ser otro que trabajar en la erradicación completa de una mentalidad que
valida y justifica el abusoii
.
3) Nuestra meta debe ser el contribuir como Iglesia a generar una nueva cultura de respeto y defensa
de los derechos de la infancia, de la juventud y de otras personas en nuestra diócesis, en la Iglesia y
en todas las instituciones de nuestro paísiii
, donde se pueda hablar con franqueza, sin miedo,
valorando la situación de las víctimas.
4) Para ello renovamos el llamado a la corresponsabilidad del pueblo de Dios (somos ungidos). Sin la
colaboración de ustedes, nuestra comunidad, no es posible conseguir esta meta. Caminamos
juntos: esta es una realidad que afecta a la comunidad total donde familias, padres, madres,
catequistas y fieles son gestores de protección para los niños y jóvenesiv
. Ser luz del mundo significa
dar luces sobre cómo hacer las cosas en nuestra realidadv
.
5) Somos parte de una iglesia que está llamada a ser profeta en este ambiente, denunciando y
anunciando, en una realidad con adversidades de distinta índole, en la propia debilidad humana,
como fuerzas externas y fuerzas del espíritu del malvi
.
6) No perdamos la esperanza, ni la fe, Jesús es el único centro de la vida eclesial. Jesucristo no está
en crisisvii
.

2. CAMINO
1) Queremos invitarles, acogiendo la carta del Papa Francisco a participar en la construcción y
renovación de la Iglesia, considerando lo que Dios ha querido para la persona humana en
relación a su sexualidad, a la libertad de conciencia y al servicio de la autoridad,
integrando estos contenidos y principios de manera profunda y contrastada con
profesionales competentes en nuestras pastorales y catequesis.
2) Es necesario mejorar la calidad de la prevención y la gestión de posibles situaciones de
abusos. Dando pasos en la implementación de las “Líneas Guía, Cuidado y Esperanzaviii
” de
la Conferencia Episcopal de Chile para tratar los casos de abusos sexuales a menores de
edadix
; en comunión con el recientemente constituido Consejo Diocesano para prevención
y acompañamiento de víctimasx
y acogiendo la Declaración, Decisiones y Compromisos de
los Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile, del tres de agosto del presente añoxi
.
3) Debemos dar un paso adelante y elaborar nuevos protocolos aplicables a todos los agentes
pastorales que trabajan con niños y jóvenes, para disminuir los riesgos de abusos de
menores y de personas en el ámbito, sexual, de conciencia y de poder, que incluya la
presentación al ministerio público los antecedentes de las posibles denuncias que lleguen.
4) Como Oratorio, propondremos personas con capacidad de acogida y acompañamiento
profesional y personal a las víctimas, y para que reciban estas denuncias.
5) Quisiéramos que ustedes nos ayuden a favorecer espacios de encuentros más seguros,
ambientes más sanos, donde asumamos como comunidad una mayor conciencia de
protección.
6) Propondremos una formación específica para los agentes pastorales (y para quienes
quieran participar), en la prevención de abusos sexuales, de conciencia y de poder.
Además de promover la capacitación que dicten a nivel diocesano, también
agradeceremos el apoyo profesional de los miembros de nuestra comunidad, que fueran
expertos en temas pertinentes, y que estuvieran dispuestos a colaborar en el diseño y
elaboración de esta propuesta formativa.
7) Realizaremos una inscripción de los agentes pastorales (catastro), de quienes desarrollan
su labor pastoral y ejercen autoridad en nuestras comunidades.
Que el Espíritu Santo nos ilumine para discernir los caminos más adecuados, retorne la confianza y
cree la comuniónxii
.
Les pedimos su oración para que Jesús, el Señor de la vida acompañe nuestro caminar, María
Virgen y Madre, Nuestra Señora del Buen Consejo, nos cubra con su manto, y a nuestro Padre San
Felipe Neri para que se nos reavive la gracia del Espíritu Santo.
Oratorio de San Felipe Neri: Padre Roberto Pinto, Padre José Tilmann, Padre Marcelo
Escotorin, Padre Herney Legarda y junto al Padre Pedro Pablo Ruiz Tagle
i
Juan 13,34
ii
Mateo 7,12
iii
Lucas 18,20
iv
Mateo 18,7
v
Mateo 5,13-16
vi
Efesios 6,10 ss
vii
Juan 14,6
viii
http://www.iglesia.cl/documentos_sac/27052015_938am_5565bacb65812.pdf
ix
http://www.iglesia.cl/prevenirabusos/
x
http://www.obispadodevalparaiso.cl/images/img_noticias/doc15b5a58d7a67a2_26072018_527pm.pdf
http://www.obispadodevalparaiso.cl/detalle.php?id=MTEyMw==
xi
http://documentos.iglesia.cl/documento.php?id=4520
xii
Juan 16,18