El documento habla sobre la importancia de vivir la vocación religiosa con alegría y ser testigos de la llamada de Dios para atraer nuevas vocaciones, especialmente entre las jóvenes. Alienta a las hermanas a revivir la alegría de su primera llamada y vivir en comunidad para transmitir el gozo de seguir a Jesús.
Presentación Propuesta de Proyecto Social Colorido y Juvenil Multicolor y Neg...
Circular 960.-
1.
2. El clima pascual en el año de la
Misericordia nos invita a ser
como FMA, “Mujeres
Pascuales”, abiertas a los
reclamos del Evangelio,
constructoras de Comunidades
Vocacionales que testimonian
la alegría y la belleza de la
llamada de Jesús.
3. Pensando en todas vosotras y en las
Comunidades Educativas, deseo reflexionar
sobre la animación vocacional que
considero una prioridad en nuestra misión.
En varias circunstancias ya he expresado
una gran preocupación al constatar la
disminución de las vocaciones a la vida
salesiana, aún donde no falta la presencia
de jóvenes comprometidas a nivel de vida
cristiana o en varias formas de Voluntariado
misionero.
4. La vocación es un don de Dios y
sabemos que Él sigue llamando.
A nosotras nos pide colaborar
con propuestas educativas
claras para acompañar a las
jóvenes generaciones para que
asuman la vida como vocación.
Se requiere señalar un camino
para una propuesta vocacional
explicita porque el compromiso
de la animación vocacional es
responsabilidad de todas y de
cada una.
5. Coloco en las manos de María,
mujer del SI incondicional, esta
circular, para que sea Ella quien
la lleve.
Con su materna ayuda podamos
enamorarnos siempre más de
nuestra vocación cristiana
y salesiana para irradiarla con
alegría, también cuando la
fidelidad nos cuesta sacrificio.
6.
7. Hacer memoria de la llamada es
de alguna manera volver al primer
Amor, volver al momento en que
Jesús me ha mirado y yo he
sentido su mirada sobre mí.
8. En la vida podemos experimentar distintas miradas: algunas
expresan confianza y afecto, cercanía, suscitando valor y deseo
de crecer; otras miradas son de juicio, indiferentes, distraídas. La
mirada de Jesús en cambio es la de uno que me llega
profundamente y me llama porque me ama con infinita
predilección.
9. El Amor de Jesús quita la indiferencia, hace salir de la rutina,
descubrir un modo nuevo de ver las cosas y las relaciones entre
las personas. Desde el momento en que Él ha fijado su mirada
sobre cada una de nosotras se ha iniciado una Alianza, un
misterio siempre abierto a relaciones más profundas.
10. La carta del Papa “Alegraos” al
recordar la primera llamada,
ofrece las claves para revivir la
promesa de felicidad que lleva
consigo y que se expresa en el
don.
11. Si cada una de nosotras hace
una peregrinación deteniéndose
en el momento en el cual sintió
la llamada del Señor, puede
encontrar intacta la alegría del
primer SÍ.
12. No se trata de volver al pasado con nostalgia sino recordar la
alegría de ser escogidas por Jesús. Recordar la hora de la llamada
es proyectarse, hacia una salida de sí para ir hacia las fronteras
inéditas del Amor, donde el paso de Dios nos acoge y nos espera.
13. La alegría de la llamada se traduce en la fidelidad a Jesús cada día,
también cuando el misterio de su amor supera nuestra capacidad de
comprenderlo.
14. Nuestra vida asume una dinámica
de llamada y respuesta. Aún en la
fragilidad y en la prueba soy una
tierra “desposada” que Dios hace
fecunda. Como en Mornés
muchas de nuestras Hermanas
encuentran la alegría de donarse
sin ahorrar nada en la obediencia
a su Voluntad.
15. Encontrar al Maestro comporta
seguirlo con la totalidad del don;
estar con Él todos los días ,
buscar los caminos de la
comunión fraterna tejiendo la
vida con los colores del amor, el
perdón y la ternura.
16. Estas son las características de
María de Nazaret: una llamada
desconcertante como fue
también su respuesta: “Hágase
en mí según tu Palabra” Ella se fio
de Aquel que es fiel a sus
promesas y se entregó
totalmente al Señor de su vida.
17. Cuando Dios llama llena la persona de alegría y de gracia como
lo hizo con María. Este es su estilo, su modo de entrar en
relación , pues su primera palabra fue “Alégrate”. De acuerdo
con esta Palabra María acogió el misterio de la vida de su hijo,
y entró en relación con sus esposo San José, con la gente, con
los amigos y enemigos de Jesús.
18. También el Sí bajo la cruz no estuvo exento de alegría:
moría el Hijo amado, pero, en una misteriosa fecundidad, le
venía confiada la humanidad y Ella era así la Madre de
todos.
19. El Sí de la llamada nos pide
ampliar la mirada, tejiendo
relaciones con una nueva
luz y dedicarnos a la
misión educativa con
Amor, audacia y valentía.
20.
21. Las Comunidades vocacionales son una Comunidad de personas
“llamadas” que permanecen en la alegría de la llamada y son capaces
de abrirse a Jesús y a las personas en un encuentro que forma y
transforma. La alegría es ante todo un don pero también una
responsabilidad en la lógica evangélica: “ Dar gratuitamente lo que
gratis habéis recibido”
22. La vocación es dinamismo que
plasma la vida y las relaciones
con estilo evangélico y
salesiano, con sentido
misionero.
23. Las Comunidades vocacionales
no son, ante todo, lugares en
los cuales se hacen actividades
de animación vocacional, (que
son necesarias), sino espacios
en los cuales se vive y se
testimonia la propia vocación
que se expresa con alegre
fidelidad en el tejido de las
relaciones cotidianas y en la
misión.
24. El artículo 73 de las Constituciones son
una síntesis de lo que como FMA
estamos llamadas a ser para acompañar
el camino vocacional de las jóvenes.
Nos llama a la responsabilidad personal
y comunitaria con el compromiso de
una oración incesante, alegre y fiel.
25. Nuestro Proyecto de vida es muy
explícito, traza el camino para
favorecer en nuestras realidades
una Cultura Vocacional donde
todas se sientan corresponsables
para acompañar a las jóvenes en
una búsqueda vocacional
fascinante, convincente, alegre.
26. Desde los orígenes la
Cultura Vocacional ha
caracterizado nuestros
ambientes en los que
toda joven, también
hoy, es acompañada
para “discernir el
designio de Dios sobre
su propia vida y
asumirlo como una
misión”.
27. ¿Estamos convencidas que
la cuestión vocacional es
sobre todo cuestión de
testimonio y de alegría,
esencial para la vida de la
Iglesia, para la vitalidad del
Instituto, para el desarrollo
del carisma y como garantía
de un futuro fecundo?
28. En mis viajes he encontrado
realidades de una cultura
vocacional, como también lugares
donde se hace la animación
vocacional considerándola como
una iniciativa o un “trabajo” en el
que resulta difícil una relación
educativa profunda con las jóvenes
que se sienten interpeladas a nivel
vocacional.
29. ¿Será que la Vida Comunitaria ha
perdido frescura y ha resultado
que la Comunidad es un equipo de
trabajo, más que un espacio para
compartir la Palabra de Dios y la
riqueza de los valores de la
espiritualidad salesiana que es
camino de santidad en la vida
diaria?
30. Este es un desafío para
mantener creíble nuestra Vida
de consagradas en cualquier
parte donde seamos enviada a
testimoniar la fidelidad a la
llamada de Jesús.
31. Esta Comunión se extiende a las jóvenes que se nos han
confiado y a todas las personas que comparten nuestra
misión. Podemos ser también un signo para las familias que
a menudo están en búsqueda de ayuda y de apoyo para su
fidelidad.
32. En muchas partes hay una gran vitalidad carismática. Las casas están
llenas de niñas y jóvenes por los que se siente una gran predilección
pero a veces encontramos algunas dificultades para manifestarnos
felices de nuestra vocación, para vivir la disponibilidad a la Voluntad
de Dios acogiendo las exigencias del “voy yo”, y en el volver a amar
cada día dejándonos fascinar por Jesús.
33. En la complejidad de la vida corremos el
riesgo de dejarnos llevar por una excesiva
atención a las cosas que tenemos que
hacer, dejando en un segundo plano las
personas para amar, las jóvenes para
acompañar. Puede darse que junto a la
generosidad y a la audacia misionera se
dé la tentación de huir de la interioridad
concibiendo la vocación religiosa solo
como un compromiso profesional.
34. Podemos hablar de vocación a las
jóvenes en la medida que somos
felices de la nuestra, si en la
oración y con la fuerza del Espíritu
Santo tenemos acceso al fuego del
“primer Sí” no obstante las
comprensibles fatigas cotidianas
que hacen parte de nuestra vida.
35. Estoy convencida que en todas vosotras hay la
voluntad de vivir la vocación salesiana con gestos
de humanidad característicos del espíritu de
familia sobre todo con las Hnas más cercanas,
cercanas, testimoniando el sentido de
pertenencia, no porque las personas sean
perfectas, sino porque quien las ha llamado ha
hecho con ellas un pacto, una Alianza.
36. Este clima espiritual hace posible
el surgir de nuevas vocaciones;
hace felices aquellas que viven
hace pocos o muchos años en la
grande y bella familia de D.
Bosco y de M. Mazzarello como
monumento de gratitud a María
37. La Virgen que custodió la
vocación de los apóstoles en el
Cenáculo mientras se sentían
inseguros y temerosos hasta el
descendimiento del Espíritu
Santo, toma también en su
corazón nuestra vida, la de
nuestras Comunidades educativas
para que sean profecía de
esperanza y proclamen con
pasión la alegría de seguir a Jesús.
38.
39. “Misioneras de esperanza y
alegría” ha sido el mandato
del Papa para nosotras en el
CG XXIII y lo hemos tomado
como título de las Actas
para indicar el recorrido que
hemos de hacer para
renovar las Comunidades
40. ¿Puede parecer una utopía contagiar hoy
alegría en una sociedad que busca la felicidad
en experiencias efímeras? En una sociedad
violenta incapaz de encontrarse, de
entenderse, de perdonarse, de vivir como
hermanos. El signo de Comunión que
nuestras Comunidades pueden ofrecer,
resulta para las jóvenes atractiva.
41. Si el carisma salesiano don especial
para los jóvenes no suscita un llamado
a compartir nuestra vida, algo está
faltando en nuestro modo de
expresarlo. Sobre este interrogante
podemos hacer un discernimiento
sereno y confiado bajo la mirada de
Jesús y de María Auxiliadora.
42. Los jóvenes invitados al CGXXIII nos han
dicho: “Sed testimonios de alegría,
felices de vuestra vocación en el
cotidiano… Así cada uno de nosotros
podrá percibir la presencia de Dios a
través de vuestra vida, sentirlo
accesible… Os queremos disponibles al
acompañamiento espiritual para
ayudarnos a encontrar el sentido de lo
que vivimos, sin respuestas prefabricadas
con un lenguaje más más moderno y
creativo”.
43. Preguntémonos: ¿Qué hacer para despertar la alegría en el
corazón de los jóvenes, en un mundo donde a menudo ellos
no se sienten amados y por lo tanto son infelices?. Como
edudaoras tenemos la misión de hacerles entender que
Jesús tiene un Proyecto de Amor para cada uno y los llama
a ser un don de Amor en la sociedad, en la Iglesia, en la
familia, en la vida religiosa.
44.
45. En el encuentro de los
Consejos SDB y FMA hemos
subrayado desafíos
comunes y opciones
prioritarias que pueden
favorecer la cultura
vocacional y llevar a la
acogida de un proyecto de
vocación específica en la
Vida Consagrada.
46. La reflexión es para todas las FMA y puede partir de
interrogantes muy concretos: ¿cuál es la situación de las
vocaciones en la Provincia? Qué se puede mejorar en el
Proyecto educativo local? ¿Qué tipo de acompañamiento
se hace a las jóvenes? ¿La animación vocacional es
considerada como una prioridad y cómo se traduce
concretamente en la Comunidad?
47. Hemos visto que en algunos contextos se ha
hecho camino para involucrar a los laicos en la
animación vocacional, pero en muchas partes
todavía es débil la conciencia eclesial para que
la Comunidad educativa ayude a las nuevas
generaciones a descubrir el Proyecto de Dios
sobre sus vidas. Es necesario sensibilizar y
hacer responsables a los laicos que comparten
con nosotras el carisma salesiano para que se
comprometan en acompañar las vocaciones
para la Iglesia y para los varios grupos de la
Familia Salesiana.
48. Una atención particular se debe
tener con las familias, como espacio
natural donde madura la fe y donde
se nos a abre al descubrimiento de
la vida como vocación.
49. Convencida de que tenemos que hacer algo
concreto os sugiero algunas estrategias
operativas para una renovada animación
vocacional:
Intensificar la oración personal y comunitaria
por las vocaciones.
Las Hnas que por edad o enfermedad vivís la
misión a través de la oración y el sufrimiento
tenéis una gran posibilidad de llegar al Corazón
de Dios y pedirle envíe operarios a su mies. En la
novena de María Auxiliadora orad con fe por
esta intención, empeñándoos comunitariamente
en la vivencia de la caridad fraterna.
50. Hacer una Propuesta clara y sistemática de educación en la fe y al
encuentro con Jesús. Para esto se requieren laicos, FMA con una
profunda experiencia de fe que sepan acompañar a las jóvenes en
la respuesta vocacional y en el guiarlos ha hacer experiencias de
solidaridad, y del anuncio de Jesús a otros jóvenes.
51. Confiar a una FMA o a un equipo
donde sea posible, la animación
vocacional para que sea cuidada
con mayor sistematicidad y
creatividad. Se podrá así promover
el conocimiento del Carisma
Salesiano aún en los lugares donde
el Instituto no está presente, y al
mismo tiempo involucrar la
Comunidad Provincial para que
todas sientan la responsabilidad de
las vocaciones y de ser “casas
abiertas a los jóvenes”
52. Visualizar en la Provincia
algunas Comunidades que
tengan las condiciones para
acoger a las jóvenes en
búsqueda y asegurar con
responsabilidad la formación
de las formadoras.
53. Promover el Voluntariado como
una modalidad preciosa de
animación vocacional con la
condición que las Voluntarias sean
acogidas con corazón salesiano en
nuestras Comunidades y sean
acompañadas adecuadamente.
54. Trabajar en sinergia con los
SDB, los laicos que
comparten con nosotras el
Carisma, y con los otros
grupos de la Familia
Salesiana.
55. Participar en las iniciativas
vocacionales propuestas por la
Iglesia local en sinergia con otras
Congregaciones religiosas.
56. D. Bosco y M. Mazzarello fueron
“Buscadores” y “Formadores” de
las vocaciones creando en Valdocco
y en Mornés un clima de fe, de
entrega de felicidad. donde se
compartía la propia alegría y el
deseo misionero.
57. María, la “llamada” por excelencia, la
mujer del sí incondicional, nos
acompaña en el camino, suscita en
nosotras un renovado entusiasmo
vocacional, nos hace conscientes de
que la belleza de ser “llamadas” se
irradia allí donde el Señor nos manda.
Es esto lo que los jóvenes esperan hoy.
No los desilusionemos!.
58. Concluyo con la invitación a
orar con fe por los hermanos
y hermanas sobre todo
jóvenes que en estos últimos
tiempos son víctimas de la
violencia, la discriminación.
No podemos ser indiferentes
frente a estos gestos que
humillan la dignidad de la
persona humana. Seamos
generosas ofreciendo algún
sacrificio con este fin.
59. Os auguro un buen mes de mayo vivido
en profunda comunión con la
Auxiliadora, la Virgen de los tiempos
difíciles, como la consideraba D. Bosco.
Ella que no ha dudado de ponerse en
camino hacia Ain-Karim para contagiar
a Isabel de la alegría y la fecundidad de
la llamada, nos ayude a ser en
Comunidad y entre las jóvenes
testimonio de este precioso don que
también nosotras hemos recibido para
generar vida y esperanza.