Los cuatro evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan fueron escritos en diferentes épocas entre los años 50-95 d.C. por cuatro de los doce apóstoles o sus discípulos directos, y narran la vida, milagros y enseñanzas de Jesús de forma similar a pesar de haber sido escritos en diferentes tiempos y lugares, lo que se explica porque sus autores fueron testigos presenciales de los eventos narrados o hablaron directamente con testigos.