Maximiliano de Habsburgo sufrió una depresión después de que su esposa Carlota lo engañara y se retirara su apoyo, lo que lo obligó a abandonar México. Fue capturado por las fuerzas de Benito Juárez y ejecutado el 19 de junio de 1867 a pesar de sus intentos de negociar. Algunos equipos especulan que de no haber muerto, habría continuado como emperador de México a través de acuerdos con los liberales o la protección de la masonería.