Amazon opera almacenes gigantescos automatizados que utilizan robots para ordenar y recoger artículos de estanterías móviles. Los pedidos se procesan en línea y los artículos se empaquetan y cargan en camiones para su envío a clientes, quienes pueden especificar la dirección completa mientras los paquetes están en camino. El sistema anticipa la demanda para optimizar la capacidad de envío y la relación con el área de ventas.