La radiación que llega a la Tierra es la emitida por el Sol en forma de ondas electromagnéticas con longitudes de onda pequeñas debido a su alta temperatura de unos 6.000 K. Parte de esta radiación es reflejada por la Tierra y los océanos, los cuales emiten radiación infrarroja que es atrapada por los gases de efecto invernadero, manteniendo caliente al planeta antes de ser devuelta al espacio.