SlideShare una empresa de Scribd logo
Por una Cultura
del Envejecimiento
Lic. Felipe Calderón Hinojosa
Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos
Directorio Sedesol
Lic. Heriberto Félix Guerra
Secretario de Desarrollo Social
Directorio Inapam
Lic. Alejandro Orozco Rubio
Director General del Inapam
C.P. Martha Díaz Carbajal
Directora de Administración
Dr. Sergio S. Valdés Rojas
Director de Atención Geriátrica
Ricardo Pineda Zamora
Director de Programas Estatales y Afiliación Nacional
Lic. Arturo Serrano Meneses
Titular del Órgano Interno de Control
Lic. Pilar Torres Fernández
Coordinación
Lic. Carmen Estela Alcántara Lozano
Coordinación Editorial
Lic. Ofelia Ramos Salinas
Cuidado de la Obra
Lic. Fátima Reséndiz Vázquez
Melisa Flores López
Diseño
Ulises Lago
Óscar Cruz Lugo
Ángeles Jíménez
Archivo Inapam
Fotografía
Primera edición 2010
© D. R. Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores
Petén 19, col. Narvarte, del. Benito Juárez, México, D. F.
Prohibida la reproducción parcial o total por cualquier medio,
sin autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales.
ISBN 978-607-7956-00-6
Impreso y hecho en México
PRÓLOGO
México vive una transformación demográfica sin precedentes, en donde el envejecimiento de la población nos lleva a la necesi-
dad de generar respuestas institucionales y sociales para encarar los desafíos presentes y futuros.
La cultura del envejecimiento se ha convertido en una prioridad que nos encamina a fortalecer los lazos solidarios entre las
generaciones e impulsar la revaloración de los adultos mayores, estimulando su plena inserción en la vida familiar, social, comu-
nitaria, económica y política del país.
Para la sociedad, cada vez es más importante que sus miembros alcancen una edad avanzada de forma saludable, lo que hace
necesario potenciar la educación y la prevención de las enfermedades como mecanismos indispensables que garanticen mayor
conocimiento del fenómeno de la vejez.
Por una Cultura del Envejecimiento es una obra que tiene como objetivo presentar los esfuerzos que en México, sociedad civil
y gobierno se realizan para enfrentar el reto del envejecimiento demográfico.
El Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam), como organismo rector de la política pública en favor de la
población de 60 años y más, invita a la reflexión sobre este tema, a través de cinco ejes rectores que el Gobierno del Presidente
Felipe Calderón Hinojosa implementó y que responden a las necesidades sociales de las personas de edad.
Primer Eje: Cultura del Envejecimiento. Conjunta las acciones encaminadas a asegurar que con la participación activa de la
sociedad, bajo un enfoque de derechos, se pueda construir un México que procure, respete y ame a sus adultos mayores.
Segundo Eje: Envejecimiento Activo. Plantea la promoción de actividades físicas, culturales, sociales y recreativas, que per-
mitan ampliar la esperanza de vida saludable y la productividad, todo con un enfoque preventivo.
Tercer Eje: Seguridad Económica. Reúne las acciones encaminadas a garantizar la seguridad económica como componente
fundamental de la calidad de vida, mediante empleo, capacitación y microcréditos.
Cuarto eje: Protección Social. Contribuye a mejorar los niveles de bienestar de las personas adultas mayores en condiciones
de vulnerabilidad. Implica crear oportunidades y proporcionar los medios para lograr que la población esté por encima de los
umbrales mínimos de calidad de vida.
Quinto eje: Promoción de los Derechos de las Personas Adultas Mayores. Conjunta las acciones para garantizar la protec-
ción de los derechos de las personas adultas mayores. Contribuye a la sensibilización y concientización de que el adulto mayor es
sujeto de derechos, que no son concesiones graciosas ni dádivas del gobierno. Si bien el adulto mayor tiene necesidades especia-
les, éstas no lo hacen menos valioso y por el contrario, es responsabilidad de todos construir una sociedad en la que se les apoye
no por caridad, sino porque es su derecho.
La cultura del envejecimiento es, en resumen, un cambio en la visión actual sobre las personas adultas mayores, para terminar
con el estigma que favorece la discriminación de este sector.
En el Inapam estamos seguros que la mejor manera de difundir la cultura del envejecimiento, es reeducar a las generaciones
que se encuentran en la etapa de vida productiva y comenzar a inculcar desde la enseñanza básica, nuevos modelos y aspiraciones
relacionadas con la actividad en la vejez.
Dignificar al adulto mayor es una tarea que debe incluir acciones en todas las generaciones y toda la sociedad. Corresponde al
sector privado, a la sociedad civil y al gobierno, en todos los niveles, crear los espacios para favorecer la vejez saludable y digna.
Lic. Alejandro Orozco Rubio
Director General del Inapam
ÍNDICE
Capítulo 1. Cultura del Envejecimiento
Hacia un envejecimiento dinámico y saludable
Desarrollo Integral de la Familia
El apoyo familiar para el cuidado del adulto mayor
Colegio de la Frontera Norte
Formación de profesionales en favor de la vejez
Universidad Estatal del Valle de Ecatepec
El mejor camino para alcanzar una autonomía satisfactoria
Instituto de Geriatría
Adultos mayores, los más discriminados en nuestro país
Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación
Desafíos presentes y futuros del envejecimiento demográfico
Dr. Sergio S. Valdés Rojas
Por un envejecimiento exitoso
Comisión Nacional de los Derechos Humanos
Capítulo 2. Envejecimiento Activo
Una vejez activa y participativa
Universidad de la Tercera Edad
La educación fortalece su independencia
Instituto Nacional para la Educación de los Adultos
Avances de la investigación sobre envejecimiento
Secretaría de Salud
Capítulo 3. Seguridad Económica
Experiencia, base del éxito de la empresa familiar
Fondo Nacional de Apoyos para Empresas en Solidaridad
Integración Social en actividades productivas
Universidad Autónoma Metropolitana
Capítulo 4. Protección Social
El abordaje del envejecimiento en México
Secretaría de Salud
Situación de los adultos mayores indígenas
Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas
70 y Más... Programa de la Secretaría de Desarrollo Social
7
9
13
19
25
35
41
49
51
53
59
63
75
77
85
91
93
103
111
CAPÍTULO 1
Cultura del Envejecimiento
Capítulo 5. Promoción de los Derechos de los Adultos
Mayores
Una perspectiva jurídica
Senado de la República
En defensa de sus derechos
Comisión Nacional de los Derechos Humanos
Adultos mayores, de principio a fin
Instituto Nacional de Estadística y Geografía
Ley de los derechos de las Personas Adultas Mayores
Bibliografía
Agradecimientos
115
117
127
131
139
141
149
Por una cultura del envejecimiento 9
Desarrollo Integral de la Familia
Simone de Beauvoir en su libro La Vejez expresa que tanto el sentido que los hom-
bres dan a su existencia como su sistema global de valores son los que definen la
estimación y el valor de la ancianidad. A la inversa, por la forma en que una so-
ciedad se comporta con sus viejos descubre, sin equívoco, la verdad –a menudo,
cuidadosamente enmascarada– de sus principios y fines.1
Escuela para hijos
Cada sociedad ha adoptado medidas preventivas y soluciones a los problemas que
plantean los ancianos. Por ejemplo, cuando los esquimales sienten que son una carga
para la familia porque ya no pueden con los quehaceres de la casa, la pesca o de la
caza, prefieren morir con honor al cobijo de la nieve o al dejarse caer en el agua.
En México, los relatos precolombinos confirman que el anciano era el conocedor de
los misterios y designios, por lo cual recibían el respeto de su comunidad. Es más, uno de sus dioses principales era Huehuetéotl,
el dios viejo, el guardián del fuego sagrado, y en el mundo maya su equivalente era Khin.2
Esta cultura de veneración al anciano sufre cambios en la sociedad moderna debido a las modificaciones en la estructura
familiar, la globalización, la extrema pobreza y la insuficiencia en los sistemas de seguridad social, entre otros factores, que
dificultan la permanencia con bienestar de los ancianos, incluso con respuestas sociales gerontofóbicas. Ante esta situación, hay
que crear alternativas viables que reconozcan nuevamente el valor de las personas de 60 años de edad y más en la sociedad.
La realidad social del adulto mayor mexicano tiene facetas múltiples y con ello innumerables aspectos que retan a todo
aquel profesional interesado en este grupo de edad, a crear las políticas públicas, a planificar acciones que prevengan toda clase
de riesgos que lleven a la exclusión social y el maltrato en contra de este grupo de edad, ya que dicha exclusión minimiza su
funcionalidad física, mental, social y provoca el desconocimiento de sus más elementales derechos humanos.
El tema de los adultos mayores ha sido estudiado por la Gerontología, que es la ciencia que analiza el proceso de envejecimiento
desde los ámbitos biológico, psicológico y social.3 El aporte de la Gerontología Social es amplio, pues permite conocer la dimensión
social del envejecimiento de acuerdo con las diferentes sociedades, culturas y mitos que permiten explicar la interacción entre
este sector de la población y la sociedad.4
Hacia un envejecimiento
dinámico y saludable
1DE BEAUVOIR, Simone, La vejez, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1970.
2 GARCÍA RAMÍREZ, José Carlos , La vejez, el grito de los olvidados, Manufactura, AC, Plaza y Valdés Editores, México, 2003, (pp. 58-74).
3 MENDOZA NUÑEZ, Víctor Manuel, Gerontología Comunitaria, CONACyT, México, 2004.
4 SÁNCHEZ SALGADO, Carmen Delia, Gerontología Social, Espacio, Buenos Aires, Argentina, 2005, (p. 9).
10 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 11
Durante la aplicación de este programa se ha logrado la con-
vivencia intergeneracional con diferentes centros educativos
como jardines de niños, primarias, secundarias, preparatorias
y estudiantes de nivel superior. También, a través de sesiones
generales o cursos-taller, se ha puesto énfasis en la capacitación
de cuidadores primarios, grupos voluntarios, personal de aten-
ción a personas adultas mayores de las entidades federativas,
organizaciones civiles y familias, para la prevención, atención
y rehabilitación de este sector de la sociedad que presenta di-
ferentes necesidades.
El Programa Escuela para Hijos se ha impartido en gran par-
te de los estados y municipios de la República Mexicana, con
gran respeto por la cultura, ideología, religión y proyecto de
vida de cada persona.
De acuerdo con los ejes establecidos por el Programa Na-
cional Gerontológico se tratan temas diversos, acordes con las
necesidades de cada grupo, tales como envejecimiento sano y
patológico; deterioro cognoscitivo, atención del paciente de-
pendiente en casa, envejecimiento social, aspectos tanatoló-
gicos, ejercicios, lubricación de la piel, ludoterapia, sociedad y
anciano; familia y anciano; movilización y atención de pacien-
tes encamados; cuidados paliativos, fomento y reafirmación
de los valores que permitan la convivencia intergeneracional;
preparación para la jubilación y proyecto de vida para este
grupo de edad, así como todos los aspectos relacionados con
la vejez, expuestos por profesionales de diferentes disciplinas
gerontogeriátricas.
Para recordar
La cultura del envejecimiento permite añadir vida a los años
y no años a la vida. Escuela para Hijos es un programa de edu-
cación social integral basado en la promoción de la salud, di-
rigido a la comunidad en general, para fomentar una cultura
de envejecimiento, que permite a la persona de edad madura
tomar conciencia y modificar los hábitos que le restarían vida.
La participación de la familia es indispensable
para modificar la cultura del envejecimiento.
5 RUBIO HERRERA, Ramona, Máster en Gerontología Social; Fundación Universitaria Iberoamericana, España, (p. 33).
6 Ibídem.
7 Plan Nacional Gerontológico, Sistema Nacional DIF, octubre 2005, (p. 27).
Parte de la Gerontología permite realizar investigaciones y
gerontoprofiláxis, que aportan a la sociedad los suficientes ele-
mentos para solidificar y modificar las creencias que sobre el
envejecimiento posee una determinada sociedad. Sobre todo,
busca aquellos factores determinantes de la cultura del enve-
jecimiento y sus derechos.
Al respecto, se puede decir que en México se está en una lu-
cha continua en contra de los procesos culturales que limitan la
participación del adulto mayor en la sociedad. Les negamos el
derecho a opinar en asuntos que sólo ellos deberían hacerlo.
Calidad de vida
La calidad de vida en las personas adultas mayores se puede
definir como: “aquella que se funda en el gozo tranquilo y segu-
ro: de la salud y la educación, de una alimentación suficiente
y de una vivienda digna, de un medio ambiente estable y sano,
de la justicia, de la igualdad entre sexos, de la responsabilidad
de la vida cotidiana, de la dignidad y de la seguridad”.5
Es importante señalar que la calidad de vida está determi-
nada por un sentimiento subjetivo de bienestar, además de ser
multidimensional, porque implica factores físicos, funcionales,
emocionales, sociales y espirituales. Su concepción puede va-
riar de una cultura a otra y de un ambiente social a otro.6
Es a partir de esta definición de calidad de vida que se deben
establecer los mínimos parámetros para una cultura del enve-
jecimiento, ya que involucra valores y derechos humanos bá-
sicos. Uno de ellos es la dignidad, fundamento de los derechos
humanos,puestoquesisecarecedeella,nosepuedenreclamar
ni el reconocimiento ni la vigencia de los propios derechos.
Por el contrario, si se tiene dignidad, existe la posibilidad
del autocuidado, la autorrealización y la participación en pro
de establecer estilos de vida y hacerlos extensivos a otros sec-
tores de la sociedad.
La modificación en favor de una cultura del envejecimiento
recae nuevamente en las familias, pues debe ser a partir de
edades muy tempranas cuando el niño inicie con estilos de vida
que permitan su desarrollo equilibrado y plena satisfacción,
además de reconocer el valor de sus mayores.
Cómo son los mayores
El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia
(DIF) ha establecido estrategias que pretenden influir en la
sociedad para mejorar la calidad de vida del adulto mayor.
Por eso creó el Programa Escuela para Hijos, cuyos antece-
dentes datan de 1987, cuando el equipo de Trabajo Social de
la Casa Hogar para Ancianos "Arturo Mundet", hoy Centro Na-
cional Modelo de Atención, Investigación y Capacitación Ge-
rontológico "Arturo Mundet", detectó la necesidad de los fami-
liares y responsables de los usuarios de esta institución, de ser
capacitados sobre el proceso de envejecimiento de sus mayo-
res. Era indispensable que conocieran los cambios biológicos,
psicológicos y sociales de sus padres o abuelos, para compren-
prenderlos, atenderlos, aceptarlos, pero sobre todo, potenciar
su desarrollo y evitarles la soledad, el abandono y la margi-
nación de que son objeto.
El grupo de trabajo proyectó reuniones para el público en
general. Paralelamente la Casa Hogar "Vicente García Torres"
inició el Programa Escuela para Hijos, que en 1994 ganó el
Premio de la Administración Pública. Desde entonces el Cen-
tro Nacional y las casas hogar para ancianos del Sistema Na-
cional DIF, ofrecen estos cursos, los cuales han servido para
que los participantes multipliquen conocimientos adquiridos
en su medio social.
Aprender a ser hijo
Lo anterior sirvió de base para que el DIF creara en octubre
de 2005 el Programa Nacional Gerontológico, que estable-
ce en el apartado de Escuela para Hijos que el ser humano
perfecciona su conducta de autocuidado, al poseer informa-
ción acerca de la forma de prevenir las diferentes patologías
que se presentan conforme avanza la edad y modifica su acti-
tud hacia los adultos mayores, lo que sensibiliza para brindar-
les un mejor trato. Este programa se dirige a la comunidad en
general, primordialmente, a la familia del adulto mayor, tanto
institucionalizado como de la comunidad, para fomentar el
envejecimiento exitoso.7
12 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 13
El apoyo familiar para el cuidado
del adulto mayor
Colegio de la Frontera Norte *
El apoyo social para los adultos mayores es de suma importancia, debido a que las
tendencias sociodemográficas en México indican una clara disminución poblacional
de niños y jóvenes, así como el aumento considerable de las personas mayores, por
lo que se espera que en el 2050 habrán en nuestro país 41.4 millones de habitantes
con más de 60 años.8
Este proceso de envejecimiento de la población, unido a cambios de tipo econó-
mico, tecnológico, político, cultural y biológico, ha determinado que los patrones
de salud y enfermedad se transformen continuamente. El paso de las enfermedades
infecciosas comunes a las no transmisibles, las lesiones y los padecimientos menta-
les ha sido una de las principales características que se hacen evidentes en la po-
blación envejecida9 donde no sólo influyen las condiciones actuales del adulto ma-
yor, sino también su exposición a factores de riesgo durante etapas anteriores. El
aumento en la duración de los males crónicos y la presencia de medidas paliativas,
que disminuyen la mortalidad, han llevado a un incremento de la prevalencia de las
enfermedades y como consecuencia de la discapacidad asociada.
“La transición epidemiológica conlleva una transformación profunda en el
significado social de la enfermedad. De ser un pro-ceso agudo y transitorio, que se resuelve ya sea con la curación o con la muerte,
el padecimiento llega a constituirse en un estatus crónico, frecuentemente estigmatizado, en el que la carga psicológica, social y
económica se acrecienta.”10
En un país como México, los factores psicológicos, sociales y económicos que acompañan al panorama de una mortalidad
descendente junto con una morbilidad creciente en los adultos mayores, constituyen características altamente heterogéneas
entre grupos sociales y regiones del país cuyas condiciones varían de manera importante no sólo durante la vejez sino a lo largo
de la vida.
En este sentido, cobra relevancia el concepto de carga alostática11, definido como la exposición acumulada durante la vida
a condiciones que incrementan el riesgo de diferentes formas de discapacidad y de enfermedades crónicas. Dentro de estas
condiciones, las desigualdades sociales en salud de los adultos mayores en México están representadas en primer lugar por un
número significativo de hogares cuyos miembros viven en condiciones económicas sumamente adversas, con ingresos inferiores
a los mínimos indispensables para satisfacer las necesidades de salud.
Los adultos mayores que viven bajo estas condiciones no sólo tienen una salud deteriorada, sino que les acompañan sen-
8
CABRERA, G. (2000). México. El destino demográfico que se anuncia a mitad del siglo XXI en la población de México, situación actual y desafíos futuros. Conapo, Secretaría de Gobernación.
9
FRENK, Julio. (1994). La salud de la población. Hacia una nueva salud pública. México, DF, FCE.
10
Ibídem.
11
Mc EWEN, B.S. y STELLAR E. (1993). Stress and the Individual: Mechanism Leading to disease Arch Intern Med. 153: 2093-2101.
12
SCHILLERSTROM, J.E., ROYALL DR, PALMER RF. (2008). Depression, Disability and Intermediate Pathways: A Review of Longitudinal Studies in Elders. J Geriatr Psychiatry Neurol, 1, 21(3):
(183 -197).
A partir de esta cultura del envejecimiento, se pretenden
fomentar y fortalecer las redes sociales y familiares, mejorar
las actitudes ante el auto cuidado social, físico y emocional,
que por ende dignificarán a las personas de esta edad. Para
ello, se debe:
•	Diseñar y difundir contenidos educativos intra y extra ins-
titucionales para la promoción de la salud de los adultos
mayores.
•	Fomentar la sensibilización en la comunidad, sobre el pro-
ceso de envejecimiento.
•	Propiciar la modificación de actitudes que redunden en
una mejor calidad de vida, al tomar como base la nutri-
ción y acondicionamiento físico.
•	Ampliar la capacidad de respuesta del personal, familiares
y comunidad en la atención del anciano.
• Contribuir a aumentar la calidad de vida y el trato digno.  
A nivel individual, vale la pena hacer un alto a cualquier
edad y, sobre todo, en la antesala de la vida adulta mayor, en la
sexta década de la vida, donde es necesario replantear metas,
pues se llega a considerar que no es posible seguir siendo pro-
ductivo, se debe iniciar una nueva relación, emprender nuevos
retos como el aprendizaje de una profesión o de un oficio, al
cual en la juventud no se le dio el tiempo para desarrollarlo. Se
debe considerar que cualquier tiempo es el mejor momento.
Sólo podremos replantear y hablar de políticas de cultura
del envejecimiento propias, cuando hagamos conciencia y vea-
mos nuestra realidad social mexicana, aceptemos nuestro pro-
pio envejecimiento, y podamos reconocer nuestros derechos
así como el valor de nuestra dignidad, para entonces poder
alcanzar una vejez con calidad y plena.
El amor les aporta seguridad y bienestar lo que mejora, en gran medida, su calidad de vida.
14 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 15
en mayor riesgo de mortalidad que las mujeres cuando les fal-
ta el apoyo emocional o instrumental.17
Los efectos de este apoyo se han visto relacionados con al-
gunos padecimientos específicos. Las personas con enferme-
dad cardiaca reportan un mejor estado de salud cuando reciben
ayuda de sus redes sociales. El poder hablar libremente sobre
su enfermedad con amigos y familiares mejora el estado de sa-
lud de los adultos mayores con cáncer. Finalmente en los pa-
cientes con diabetes, el manejo adecuado de la enfermedad
(nutrición, ejercicio y medicación) depende en gran medida de la
asistencia social que reciben, y la falta de ésta afecta la salud
mental, contribuye a la presencia de depresión, desmoraliza-
ción y problemas psicológicos.
La reciprocidad del apoyo social es una parte fundamental
delavaloraciónpositiva.Daryrecibirayudaemocionaleinstru-
mental, especialmente entre generaciones, es importante para
ellos. El estudio sobre “Envejecimiento, salud y bienestar en
América Latina y el Caribe (SABE)” encontró que los adultos
mayores que vivían con sus hijos recibían la misma cantidad de
ayuda que daban, mientras que los que no habitaban con ellos,
recibían más apoyo que el que daban.18
La contribución del adulto mayor al bienestar de su familia
generalmente se traduce en el arreglo de la casa, cuidado de
los nietos y la socialización. La comprensión sobre este tipo
de relaciones generacionales, la forma como se constituyen,
los factores que las modifican y los efectos que tienen se han
convertido en un foco de investigación relevante.
Por el contrario, algunos tipos de apoyo social pueden ser
dañinos para el bienestar psicológico de los adultos mayores.
Lasinteraccionessocialesnegativasyambivalentespuedenincre-
mentar el estrés psicológico, los hombres son particularmente
vulnerables. Asimismo, los síntomas de depresión son más se-
veros cuando hay poca satisfacción con la cantidad o la calidad
del apoyo social y son la base sobre la que puede presentarse
el maltrato, la violencia y el abuso.19
El valor de los roles en la sociedad mexicana
Las problemáticas de salud asociadas al envejecimiento de la
población no pueden analizarse desde una óptica individual.
No sólo tienen que ver con los adultos mayores, sino también
con todas aquellas personas que conviven con ellos y cuyas
interrelaciones se modifican y se hacen más complejas.
En términos generales, la familia mexicana se ha descrito
como una red extensa compuesta por distintos miembros que
no sólo tienen relaciones de parentesco, sino también por per-
sonas que viven cerca geográficamente y por aquellos con los
que se interactúa frecuentemente y se intercambia ayuda.20
Las explicaciones culturales de dichos arreglos familiares
hacenénfasisenel familismocomoelementocentral.Laorien-
tación colectiva prima sobre la orientación individualista, los
roles son altamente valorados y los miembros de estos grupos
están más orientados hacia la convivencia y las necesidades de
la unidad familiar.21
El familismo tiene tres dimensiones desde la cuales se le pue-
de analizar: la dimensión demográfica, que considera el tama-
ño, la estructura y los patrones de nupcialidad y fertilidad; la
conductual que define las actividades a través de las cuales
cumplen los roles, es decir, el apoyo económico, instrumental
y/o emocional que aporta cada uno de los integrantes.
Por último, la actitudinal en la que se consideran los valores
de la familia como la lealtad, reciprocidad y solidaridad.22
La alta prevalencia de la familia extendida desde una pers-
pectiva cultural enfatiza la preferencia por los arreglos grandes
y complejos entre sus integrantes; sin embargo, desde una
perspectiva socioeconómica se considera a estos patrones co-
mo el delineamiento de una estrategia de sobrevivencia que se
presenta en los grupos de bajos ingresos, como una respuesta
adaptativa a las circunstancias sociales y económicas a las que
se enfrentan y que las viven de una manera más equitativa y
organizada.
17
RUDKIN, L. (2007). Socieconomic Status. Encyclopedia of Health & Aging. SAGE Publications.
18
PELÁEZ , M. y MARTÍNEZ, I. (2002) Equity and Sistems of Intergenerational Transfers in latin America and the Caribbean. Pan American Journal of Public Health 11/5-6 439-43.
19
PILLEMER, K. y SUITOR, J. (2006) Making Choices: A Within-family Study of Caregiver Selection The Gerontologist, 46 (4): 439-448.
20
LOMNITZ, L.A. y PEREZ-Lizaur M (1982). Culture and ideology among Mexican entrepeneurs, J. R. Barstow (ed.) Culture and ideology: Anthropological perspectives, Minneapolis, University of
Minnesota Press.
21
VEGA, W. A. (1995). The study of latino families: A point in departure. In R. E. Zambrano, ed. Understanding latino families: Scholarship, policy and practice (pp. 3-17). Thousand Oaks, CA: Sage.
22
VALENZUELA, A. y DORNBUSCH S. (1994) Familism and Social Capital in the Academic Achievement of Mexican origin and Anglo Adolescents. Social Science Quarterly 75 (pp 18-36).
timientos de limitación física que afectan el desempeño de
sus actividades cotidianas12. Por otra parte, la baja escolaridad
característica de esta población se relaciona con mayor morbi-
lidad y discapacidad debido a su relación con la exposición a fac-
tores de riesgo y a estilos de vida donde la salud no constituye
una prioridad.13
Asimismo, el índice de mujeres con discapacidad es más al-
to que el de los hombres, debido a esto la expectativa de vida
saludable es menor en las mujeres, tres de cada cuatro sufren
entre uno y tres condiciones discapacitantes como artritis, in-
continencia y pobre visión, lo que genera mayor número de
accidentes como caídas, fractura de cadera y depresión.14
Aunque las mujeres viven más años que los hombres, ellas pa-
san gran parte de su vejez con discapacidad.
Mejorar su calidad de vida es labor de todos
En nuestro país, al igual que en otras regiones en vías de desa-
rrollo, la longevidad no va de la mano con la salud. La morbili-
dad y discapacidad frecuentes en gran parte de la población
de los adultos mayores dirigen la atención sobre su calidad de
vida, donde el bienestar personal y social dependerá en gran
medida del soporte familiar, comunitario e institucional que
reciba.
Estas tres fuentes de apoyo constituyen una importante
red social que integra a todas las personas con quien el adulto
mayor interactúa, con quien se siente unido y fortalecido y de
quien recibe auxilio o transferencias de cuatro tipos:
•	Apoyo material, tiene que ver con los recursos moneta-
rios y no monetarios que el adulto mayor puede recibir
en forma de dinero, regalos, comida, ropa y realización de
algún trámite.
•	Instrumental, se refiere a la ayuda que reciben en labo-
res del hogar, transporte, cuidado y acompañamiento.
•	Emocional, se expresa en el cariño, confianza y preocu-
pación que se transmiten a través de visitarlos y escu-
charlos, además de la transmisión física de afecto.
13
ADLER, N.E. y NEWMAN, K. (2002) Socioeconomic Disparities In Health:Pathways And Policies. Health Affairs 21(2) 60-75.
14
KINSELLA, K., WAN, H. (2009) An Aging World: 2008. U.S. Census Bureau, International Population Reports, U.S. Government Printing Office, Washington, DC.
15
MORENO, E. (2004) Collectivize Social Support? Elements for Reconsidering the Social Dimension in the Study of Social Spanish Journal of Psychology, Vol. 7, No. 2, 124-134.
16
HAYS, J. C. (2007). Social Networks and Social Support Encyclopedia of Health & Aging. SAGE Publications.
•	Informacional o cognitivo, se refiere al intercambio de
información, de experiencias y de darles consejos que les
sirvan como guía para realizar alguna actividad o com-
prender una situación.15
Los estudios sobre apoyo social a este sector reportan di-
ferencias demográficas importantes, en comparación con los
jóvenes, los adultos mayores requieren que su red de asisten-
cia sea más pequeña y menos diversa. Las mujeres reciben más
ayuda emocional que los hombres, pero estos reciben más asis-
tencia instrumental.
La fragilidad característica de los últimos años de vida in-
crementa las necesidades de tipo material e instrumental. La
discapacidad física expande las redes de apoyo de las personas
adultas mayores mientras que la discapacidad cognoscitiva las
reduce. Asimismo, se ha visto que su participación en activi-
dades comunitarias y religiosas incrementa la red social y por
ende las fuentes de ayuda que recibe. El impacto de los even-
tos estresantes agudos y de las condiciones estresantes cróni-
nicas sobre el bienestar del adulto mayor también va a depen-
der de la presencia del apoyo social.16
Uno de los hallazgos más consistentes está relacionado con
las consecuencias de la falta de asistencia social sobre la super-
vivencia. La muerte prematura por diferentes causas como la
enfermedad cardiaca, el cáncer, las fracturas de cadera, otros
accidentes y el suicidio se ha relacionado con esta situación de
aislamiento de la sociedad.
Algunas características estructurales de las redes sociales
que se consideran un riesgo son: el no estar casado, no tener
hijos o tener pocos hijos, no tener conexiones con organi-
zaciones comunitarias, ser nuevo en el vecindario, y tener una
red pequeña de familiares, amigos o compañeros. Incluso una
red pequeña puede disminuir el riesgo de mortalidad.
Visitar a los amigos y familiares es un potente inhibidor de
la mortalidad, aunque la efectividad de estas relaciones varía
entre las culturas. Mientras para algunos, la convivencia con
los amigos es más beneficiosa, para otros lo son las inter-
acciones con familiares. Se concluye que los hombres están
16 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 17
quiere el adulto mayor: 1) Aumento de hogares con adultos
mayores entre sus miembros. 2) Reducción del tamaño de los
hogares. 3) Coexistencia de diversos tipos de arreglos residen-
ciales. 4) Aumento de la proporción de hogares encabezados
por mujeres. 5) Responsabilidad económica más equilibrada
entre hombres y mujeres.28
El fenómeno del envejecimiento de las personas, producto
del aumento en la expectativa de vida y de la disminución en
el tamaño de los hogares, ha determinado que las redes fami-
liares y la diversificación del apoyo relacionado con el número
de integrantes de la familia estén disminuyendo.
A diferencia de lo que sucedía anteriormente, la presencia
de cinco o más miembros por hogar es una característica que
ha disminuido29, lo que también implica una disminución en el
número de cuidadores potenciales que podrían tener los adul-
tos mayores.
Por otra parte, aunque el tiempo familiar se está incremen-
tando y cada vez es más frecuente que convivan personas de
28
ARRIAGADA, I. (2004). Transformaciones sociales y demográficas de las familias latinoamericanas. Papel Poblac, 40: (pp 71-95). GARCÍA B. y ROJAS, O. (2001) Recents transformations in Latin
american families: a socio-demographic perspective. Presented at Gen. Popul. Conf. IUSSSP, XXIV, Salvador de Bahia, Brazil.
29
LÓPEZ, P. (2001). Los Hogares/Cambios sobresalientes en la composición de los hogares. Demos No. 014, enero.
30
SARACENO, C. (1995), Familismo ambivalente y clientelismo categórico en el estado del bienestar italiano, en Sarasa, S. y Moreno, L. (eds.) El estado del bienestar en la Europa del Sur, (pp. 261-
288). Madrid: CSIC.
31
LÓPEZ, P. (2001). Los Hogares/Cambios sobresalientes en la composición de los hogares. Demos No. 014, enero.
varias generaciones en el hogar, las redes de apoyo tienden a
disminuir considerando que la mayoría de los miembros de las
familias se encuentran en edades laborales. Estrechamente
relacionado con lo anterior, la mayor participación de la mujer
en la actividad económica produce un efecto directo sobre
el modelo de la mujer cuidadora que durante años ha sido la
base de la atención a los adultos mayores. Las repercusiones
de este cambio en algunos países europeos se han englobado
en el concepto de Familismo ambivalente para señalar la di-
fícil conciliación entre prioridades profesionales y afectivo-
familiares.30
Adicional al efecto de las transformaciones demográficas
sobre los hogares, su reconfiguración también se manifiesta
a través de cambios en las conductas, actitudes, modos de
vida, hábitos y prácticas compartidas por los miembros de la
familia que actúan sobre sus relaciones, posiciones y roles31 y
modifican su participación en las redes de apoyo que requiere
el cuidado de la salud de los adultos mayores.
Cada día es más frecuente que convivan
personas de varias generaciones en las
familias.
Las redes familiares amplias y fuertes pueden compensar las
limitaciones en los recursos económicos23 o proporcionar un
medio para afrontar las dificultades asociadas con la migración
internacional. De manera general los estudios en México y en
otros países en desarrollo muestran consistentemente que
predomina la corresidencia del adulto mayor con sus hijos o
sus nietos y que al mismo tiempo los apoyan de una manera
importante.24
El arreglo familiar en el que viva un adulto mayor no depen-
derá solamente de factores culturales, sociales o económicos
sino de manera definitiva por el estado de salud. Los cuida-
dos que requiere son variables en función del grado de depen-
dencia que presentan. Aquellos que requieren ayuda en las
actividades básicas de la vida diaria (vestirse, ir al baño, ba-
ñarse, alimentarse y para desplazarse en distancias cortas)
presentan un mayor nivel de dependencia y demandan ma-
yor auxilio que los que necesitan ayuda en las actividades
instrumentales de la vida diaria (manejar el dinero, ir de com-
pras, preparar una comida o tomar medicamentos).
La obligación filial es la norma cultural que define a los hijos
como los responsables de los padres, además de ser también
una expectativa de éstos, quienes prefieren y esperan recibir
23
BACA, Zinn M. Wells B. (2000). Diversity within Latino families: new lessons for family social science. In Handbook of Family Diversity, ed. DH Demo, KR Allen, MA Fine, (pp 262-73). New York:
Oxford Univ. Press.
24
BONGAARTS, J. Zimmer Z. (2002). Living Arrangements of older Adults in the Developing World: An Analysisi of Demographic and Health Survey Household Surveys. Journals of Gerontology
Series B: Psychological Sciences and Social Sciences 57, (pp 145-57).
25
ROBLES-SILVA, L. (2006) El cuidado de los ancianos: la feminización de la obligación filial. ROBLES-SILVA, et al. (eds), Miradas sobre la vejez: un enfoque antropológico. Tijuana, Baja California:
El Colegio de la Frontera Norte. Plaza y Valdés.
26
UNIFEM. (2005). Progress of the world's women 2005. UNIFEM Bienial Report. New York, NY: UNIFEM.
27
ROBLES-SILVA L. (2000). The caregiver phenomenom: An invisible result og aging. In Mexican Society of Demography sixth national meeting on demographic research. México City: A. C. El
Colegio de México.
los cuidados por parte de sus hijos y no de otras personas.
Sin embargo, más que los hijos, los actores principales de la
obligación filial son las mujeres.25 Este rol del cuidador ligado al
género femenino posee raíces importantes dentro de la cultura
mexicana donde el modelo tradicional del “hombre proveedor-
mujer cuidadora” constituye la base del cuidado de los hijos
y de la familia. En gran parte de los casos el cuidado de los
adultos mayores recae en la solidaridad proporcionada prin-
cipalmente por hijas, nietas, vecinas, etcétera, quienes llevan
a cabo el cuidado informal como cualquier actividad laboral que
requiere tiempo, energía y que no es económicamente remu-
nerada.26 Se ha considerado un trabajo para las mujeres y
responsabilidad de ellas en muchas culturas como la mexicana.27
Influencia del cambio en la estructura de los hogares
Los patrones familiares han ido cambiando como consecuencia
de la transición demográfica al igual que por algunas transfor-
maciones socioeconómicas y culturales. Los cambios en la
estructura y composición de los hogares mexicanos pueden
resumirse en cinco tendencias con importantes implicaciones
para la comprensión de los sistemas de apoyo social que re-
La norma cultural define principalmente a las mujeres como
responsables de los padres.
18 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 19
Formación de profesionales
en favor de la vejez
Universidad Estatal del Valle de Ecatepec *
Las rutas a seguir en la educación (visión), en las formas en las que hay que educar
(misión)yenlosimpactosconcretosdelprocesoeducativo(formación),representan
los desafíos para cualquier proyecto de enseñanza superior o profesional. En lo que
compete a la formación profesional, la educación no solamente se mide por la ad-
quisición individualizada de conocimientos, habilidades y actitudes, sino también
en la forma de pretender responder a las necesidades que se ciernen en el entorno.
Visualizar las necesidades colectivas, distinguirlas en cuanto a su grado de insatis-
facción y atenderlas en cuanto a su prioridad, representan la tarea a cumplir de las
instituciones.35
Y es allí donde la formación de recursos profesionales se convierte
en una exigencia social traducida en política pública educativa implementada.
En la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior: “Visión y acción en el
siglo XXI”, se indica que “en los albores del nuevo siglo se observa una demanda
de educación superior sin precedentes, acompañada de una gran diversificación
de la misma y una mayor toma de conciencia de la importancia fundamental que
este tipo de educación reviste para el desarrollo sociocultural y económico y para
la construcción del futuro, de cara al cual las nuevas generaciones deberán estar preparadas con nuevas competencias y nuevos
conocimientos e ideales”. 36
Las demandas colectivas y las ofertas institucionales fueron adoptadas por el Pacto Internacional de los Derechos Económicos,
Sociales y Culturales (1976), donde en el Artículo 13 habla, a grandes rasgos, sobre los derechos de toda persona a tener acceso
a la educación, a ser copartícipe en la capacitación necesaria para el desarrollo social y a recibir los productos derivados del
proceso educativo.
De esa manera, los espacios educativos son el mejor escenario para desarrollar las recomendaciones de los organismos in-
ternacionales. Entre esos espacios se encuentran las universidades donde la formación de recursos profesionales se orienta
hacia tres niveles: 1) Responsabilidades sociales. 2) Generación, transmisión y aplicación de conocimientos e 3) Impactos en
el desarrollo humano. Ante tales circunstancias ha venido incubándose, desarrollándose y ahora consolidándose los estudios
gerontológicos y, por ende, la formación de recursos humanos en gerontología.
En la actualidad, la gerontología es una disciplina científica tendiente a responder o buscar soluciones a las necesidades so-
ciales. Una necesidad insoslayable es aquella derivada del proceso del envejecimiento que experimentan las sociedades y los
individuos en particular.
35
VAN, DYKE V. (1974). "Human rights and the rigths groups", en American Journal Political Science, V. 18, Núm. 4, University Press, Chicago
36
UNESCO.Declaración Mundial sobre la Educación Superior (1998). Washington, D. C.
En este contexto cobra relevancia el concepto de dinámica
intrafamiliar entendida como un“... conjunto de relaciones de
cooperación, intercambio, poder y conflicto que hombres y
mujeres y generaciones establecen en el seno de las familias
en torno de la división del trabajo y los procesos de toma de
decisiones...”32
No se trata solamente de una mayor disponibilidad de redes
de apoyo, la calidad, frecuencia, efectividad y disponibilidad es
lo fundamental considerando que la reciprocidad no siempre
está presente particularmente en el caso de los adultos ma-
yores con discapacidad y/o enfermedades crónicas. En estos
casos el intercambio equilibrado de dar y recibir, no está pre-
sente. La imposibilidad de reciprocar a sus hijos hace que la
relación sea asimétrica y que opere bajo mecanismos emocio-
nales y de obligación determinados por la cultura33. En última
instancia, será la dinámica intrafamiliar la que determine la
forma como se activa y opera la red de apoyo. Lo anterior es
particularmente evidente en contextos de pobreza donde la
activación de redes familiares está además limitada por la dis-
tancia económica que también se traduce en distancia geo-
gráfica y social.34
La mayor probabilidad de discapacidad y enfermedad en
la población que envejece plantea una serie de interrogantes
sobre el papel de la familia, cuyas transformaciones modifican
los modelos clásicos de apoyo a los adultos mayores. El fami-
lismo, que ha sido un potenciador de la solidaridad entre las
generaciones se encuentra en proceso de cambio tanto en su
dimensión estructural, como en sus dimensiones conductual
y actitudinal. Los cambios en el tamaño y estructura de los
hogares, la asunción de roles diferentes y la difícil conciliación
entre los valores de lealtad, reciprocidad y solidaridad con la
vida laboral, están produciendo un debilitamiento de las redes
de apoyo decisivas para el bienestar y cuidado de las personas
mayores.
*Silvia Mejía Arango.
32
OLIVEIRA, O y ARIZA, M. (1999). Trabajo, familia y condición femenina. una revisión de las principales perspectivas de análisis. Papeles de población 020.
33
MONTES DE OCA, V. (2000). Relaciones familiares y redes sociales. Envejecimiento demográfico en México, retos y perspectivas, (pp. 289-326). Consejo Nacional de Población. Ciudad de
México.
34
ENRIQUEZ, R. (2000). Redes sociales y pobreza: mitos y realidades. La Ventana, No. 11.
Es importante trabajar más en las redes de apoyo para el bienestar y el
cuidado de las personas mayores.
La cultura del envejecimiento permite añadir vida a los años y no años
a la vida.
20 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 21
Conformar recursos humanos profesionales capaces de aten-
der, en la medida de lo posible, a una condición también inhe-
rente a nuestro tiempo, “el envejecimiento poblacional” que,
si bien alcanzó a los países del primer mundo en términos de
prevención con un esquema de cobertura de necesidades casi
adecuado, en México el panorama logra una dimensión crítica
ante los retos de este proceso poblacional.
Sin embargo, la resistencia ante las nuevas oportunidades
siempre cuenta con un grupo escéptico de profesionales que
interpreta como una amenaza el surgimiento de nuevas profe-
siones, como es el caso de la licenciatura en gerontología en
México.
La pertinencia de su desarrollo tuvo como fundamentos ar-
ticular las condiciones que conllevan el envejecimiento pobla
cional y los objetivos que persigue la gerontología como ca-
rrera universitaria centrada en competencias y aptitudes, con
un área específica de especialización de carácter interdiscipli-
nario, con amplio sentido de servicio a la sociedad.
•	La capacidad y la voluntad política para el desarrollo de
un programa educativo innovador dentro de un modelo
de enseñanza centrado en el alumno, con impacto in-
mediato en la comunidad en que se encuentra inmersa la
institución.
•	Necesidad de contar con profesionales formados y no sólo
capacitados en materia de atención a los adultos mayo-
res, así como ampliar las posibilidades de investigación
y docencia en gerontología ubicados en los diferentes
contextos culturales y sociales de nuestro país, con la
ventaja que ofrece la continuidad de estas actividades
en el marco universitario, sin depender totalmente de los
cambios de gestión gubernamental.
Retos y vicisitudes
El primer reto fue tratar de ubicar a la gerontología en un área
del conocimiento, con la finalidad de que las autoridades edu-
40
GARCÍA, M. (2003). Trabajo Social en Gerontología. Plaza y Valdés.
cativas consideraran las bondades y expectativas de un nuevo
programa educativo a nivel superior. El segundo reto consistió
en dejar de considerar a la gerontología como la disciplina que
se encarga sólo del estudio del proceso de envejecimiento,
fue el punto de partida para las discusiones académicas, las
que condujeron al siguiente concepto: disciplina científica que
estudia e interviene en el proceso del envejecimiento, de la
vejez y con los adultos mayores de manera integral; con una
visión muy humanista y transdisciplinaria que se constituye
en una ciencia con una perspectiva innovadora y sustentable,
la que ofrece respuestas reales a las nuevas condiciones y
expectativas de transición demográfica a nivel mundial.40
El tercer reto fue el rechazo de profesionales especialmente
del área de la salud, particularmente médicos y especialistas en
el área clínica, quienes ya se encontraban trabajando con adul-
tos mayores. La errónea interpretación de que se generaría un
pseudomédico geriatra se encontró por mucho tiempo en los
discursos de ese sector profesional; sin embargo, esto permitió
al grupo de académicos ser aún más cauto en la orientación
dentro de las aulas y precisar lo más detalladamente posible el
perfil de egreso del licenciado en gerontología.
Entre los retos a vencer también se encontró el relativo a
la edad y vocación de los jóvenes, pues la pregunta es: ¿serían
realmente capaces de entender al adulto mayor en la totalidad
y complejidad de su problemática? Este cuestionamiento lejos
de ser una posición ofensiva, fue uno de los puntos estraté-
gicos para fundamentar las competencias profesionales, es-
pecialmente reconsiderando la perspectiva humanista que pre-
tendemos del gerontólogo ante una sociedad que enfrenta
una seria situación de conflicto de valores.
Hemos constatado a lo largo de cinco años, que los jóvenes
sí tienen la sensibilidad y capacidad para vincularse profesio-
nalmente con los adultos mayores, aunque hemos de reco-
nocer que eso no garantiza un resultado profesional de su
formación que, incluso, forma parte de las incertidumbres de
cualquier carrera profesional.
En un encuadre inicial y convencional, el sector de 60 años
y más es definido, independientemente de las características
particulares en la que se envejece, como una comunidad de-
mandante de servicios (de salud, de protección social y econó-
mica, educacionales, de apoyo jurídico, emocional, de rehabi-
litación, entre otros.)
Unaexigenciaodemandapúblicaimplicaunaoferta,esdecir,
la ley de la oferta y la demanda también opera en la economía
educativa. Por eso, la formación de profesionales en geronto-
logía es una oferta educativa imprescindible ante la demanda37
de servicios solicitados por la población de edad avanzada. De
esa manera los claustros universitarios constituyen el mejor
ingrediente para trabajar coordinadamente con las diferentes
instituciones encargadas de atender a la población llamada adul-
ta mayor.
Los planes de Acción Internacional sobre el Envejecimiento
constituyen una base política educativa, a nivel internacional
y, proponen principios generales y directrices sobre las mane-
ras en que la comunidad internacional, los gobiernos y las so-
ciedades en su conjunto pueden hacer frente a los retos del
envejecimiento.
En las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones
Unidas se ha promovido que cada país defina por sí mismo una
política orientada a las personas mayores, basada en propie-
dades, objetivos y planes nacionales, así como programas que
resuelvan los problemas y necesidades de los propios mayores y
los efectos del envejecimiento en las sociedades. El interés por
las personas mayores data de 197338 y entre las más impor-
tantes en relación con los derechos en la vejez, se encuentra
la Resolución 46/91 de 1991, en que se establecen los Prin-
cipios de las Naciones Unidas en favor de las Personas de
Edad en cinco temas: independencia, participación, cuidados,
autorrealización y dignidad. Para que tenga efectividad esos
cinco principios rectores en los derechos humanos de los adul-
tos mayores, se requieren acciones coordinadas donde el papel
de la educación gerontológica es de vital importancia.
Los puntos de coincidencia con uno de los documentos que
han marcado la pauta para la implementación de las políticas y
37
Naciones Unidas (1999). Derechos Humanos y Personas de Edad.
38
Naciones Unidas (1973): Cuestión de las personas de edad y los ancianos, Resolución 31/37 (XXVIII). Seguridad social para los ancianos, Resolución 31/38(XXVIII). (1977): Cuestión de las
personas de edad y los ancianos, Resolución 32/131. Año Internacional y la Asamblea Mundial sobre la Vejez, Resolución 32/132.
39
Plan de Madrid (2002). Documento en varias versiones digitales y ediciones.
programas de atención a los adultos mayores son el Informe,
y las Declaraciones de la Segunda Asamblea Mundial del En-
vejecimiento que en una de sus partes dice lo siguiente:
“Cuestión 4: Capacitación de los proveedores de servicios
de salud y de los profesionales de la salud (…) 82. Existe en
todo el mundo una necesidad imperiosa de ampliar las oportu-
nidades educacionales en geriatría y gerontología para todos
los profesionales de la salud que atienden a personas de edad
y de ampliar los programas educacionales sobre la salud y las
personas de edad dirigidos a los profesionales del sector de
servicios sociales. Las personas que atienden a otros en un
contexto no estructurado necesitan también tener acceso a la
información y capacitación básica en la atención de personas
de edad. Objetivo 1: Mejorar la información y la capacitación
de los profesionales y para profesionales de salud y servicios
sociales sobre las necesidades de las personas de edad. Medi-
das: a) Iniciar y promover programas de educación y formación
para los profesionales de la salud y de los servicios sociales y
de las personas que atienden a otros en un contexto no estruc-
turado respecto de los servicios y la atención para las personas
de edad, incluidas la gerontología y geriatría, y apoyar a todos
los países, en particular a los países en desarrollo, en estas acti-
vidades. b) Instituir programas de educación continuada para
los profesionales de la salud y los servicios sociales con miras a
aplicar un enfoque integrado de la salud, el bienestar y la aten-
ción de las personas de edad, así como de los aspectos sociales
y psicológicos del envejecimiento. c) Ampliar la educación pro-
fesional en gerontología y geriatría, incluso haciendo esfuerzos
especiales para ampliar la matrícula de estudiantes de geriatría
y gerontología.”39
Si bien la cita es extensa, la consideramos importante para
fundamentar el vínculo entre el marco internacional, los dere-
chos del adulto mayor y la educación gerontológica. El inciso
“C” nos permite hacer énfasis en la pertinencia de la genera-
ción de la Licenciatura en Gerontología: argumento que sirve
para objetar a los geriatras dogmáticos y a los escépticos de los
licenciados en gerontología y demostrar así su participación
tan trascendental.
22 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 23
Habilidades, competencias y oportunidades
del gerontólogo
Después de cumplir con los contenidos de cada una de las asig-
naturas, la incógnita de mayor peso para los estudiantes de
gerontología empezó a difuminarse. Las habilidades y compe-
tencias de los gerontólogos empezaban a tener efecto a través
de sus prácticas profesionales que fueron las siguientes:
•	Evaluar, identificar y atender estratégicamente las nece-
sidades del adulto mayor en su contexto bio-psico-social,
incluyendo situaciones de maltrato y discriminación.50
•	Diseñar estrategias de Promoción a la Salud de manera
multi e interdisciplinaria, con enfoque hacia el adulto
mayor, familia y comunidad, facilitando la adquisición de
conocimientos en salud que permitan desde el autocono-
cimiento hasta la autonomía y como consecuencia el
autocuidado.
•	Diseñar estrategias de rehabilitación integral (física, psi-
cológica y social) del adulto mayor aplicando las medidas
necesariasparaeldesarrollodesuscapacidadesresiduales
y potenciales, con el fin de facilitar su reincersión social
utilizando los recursos disponibles.
•	Colaborar en el diseño y la ejecución de programas de do-
cencia e investigación en el área gerontológica.
En cuanto a las exigencias sociales, el trabajo geronto-
lógicoenlaUNEVEseorientaafortalecerybrindarapoyo
profesional a la población adulta mayor jurisdiccionada al
área de Ecatepec, Estado de México. Entre las líneas de
acción gerontológica al servicio de la comunidad y en es-
pecial al adulto mayor destacan:
•	Prevenir de condiciones de disfuncionalidad y discapa-
cidad al adulto mayor, por tanto promoverá acciones con-
ducentes a favorecer el envejecimiento activo desde el in-
dividuo hasta la comunidad a través de la identificación
y solución de los problemas más frecuentes con un en-
foque integral.
•	Integrar equipos de trabajo gerontológico capaces de dar
respuesta a todos los problemas de salud, sociales, físicos
y psi-cológicos.
•	Generarconocimientoscientíficosútilesenlacomprensión
de la dinámica de nuestro proceso de envejecimiento, en
diferentes áreas, tanto a nivel local como con proyección
municipal, estatal e incluso nacional.
•	Promover y favorecer  una  sociedad justa, equitativa y res-
petuosa con sus adultos mayores.
50
Conapred (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación). (2005). Informe sobre primera Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, México.
Visión Integradora
Áreas de estudio
Planes y programas
La formación de un profesional competente en gerontología
exigelaestructuracióndeprogramasquefacilitenlaadquisición
de una serie de habilidades, conocimientos y destrezas, así co-
mo la capacidad de aplicarlas en contextos y organizaciones
laborales.
Lascompetenciasdebíandesarrollarlostresconceptos que las
caracterizan: cognitivas, motivacionales y personológicas que,
finalmente se deberán manifestar en la calidad de la actuación
profesional, dentro de un modelo educativo constructivista.
Sin embargo, pronto se descubrió que la formación del educan-
do no podía reducirse al campo de la psicología educativa,
sino que tenía que direccionarse al terreno de las responsa-
bilidades sociales, éticas e, incluso, políticas: pues la formación
gerontológica está vinculada con políticas sociales, económi-
cas41 y político–educativas.42
De acuerdo con lo mencionado, el gerontólogo universitario
estudia los procesos asociados al envejecimiento desde la ver-
tiente biológica, psicológica, socioeconómica, política y antro-
pológica,43 entre otras. Su visión es preventiva, de planea-
miento y de rehabilitación (lo que debe propiciar en el anciano
mantenerse o bien incorporarse a su medio de manera auto-
suficiente, lo que trae como resultado favorecer su condición
de persona activa).
Para cumplir este propósito se necesitaron planes y pro-
gramas de estudios diseñados para el cumplimiento de expec-
tativas educativas.
Los campos del conocimiento gerontológico presentan una
dinámicadeenriquecimientoimportantedesde190344,con sus
aportacionessobreelestudiocientíficodelavejez,pasandopor
las posturas limitativas,45 consolidantes46 y la postura comple-
41
HUENCHAUAN, S. (2004). Marco legal de políticas a favor de las personas mayores en América Latina, Serie Población y Desarrollo, CELADE-CEPAL, Santiago de Chile.
42
GARCÍA RAMÍREZ, J. C. (2006). Los derechos y los años. Otro modo de pensar y hacer política en Latinoamérica. Los adultos mayores. Plaza y valdés-UNEVE, México.
43
GASCÓN, NAVARRO D.L. (2009). Biologicismo, corporalidad y vejez. Introducción a la antropología social, Universidad Estatal del Valle de Ecatepec, México.
44
GARCÍA RAMÍREZ, J. C. (2008). Hacia una fundamentación científica de la gerontología, en praxis sociológica, Volumen 12, Universidad de la Castilla-La Mancha, Murcia.
45
ALTARRIBA 1992.
46
BALLESTEROS, 2000
47
ZAREBSKI, 2003
48
NACIONES UNIDAS (2000). Informe de la segunda Asamblea Mundial del Envejecimiento, Madrid.
49
BOBBIO, (1997). De Senectute, Taurus, Madrid.
jizante47 que se refiere a la gerontología como una disciplina
científica que tiene por objeto el estudio de la triada viejo,
vejez-envejecimiento; la multidisciplina y la interdisciplina
como ejes de interpretación y desarrollo teórico y metodoló-
gico; y que comprende a su objeto desde una perspectiva bio-
psico-social-cultural, además de que su análisis incluye siem-
pre categorías como el género, la clase social y la etnicidad
con la finalidad de complejizar su abordaje.48 Por fin llegó el
momento de la dictaminación para elegir la nueva licencia-
tura a integrarse en el plan de estudios de la UNEVE.
Se realizó una reunión con el Comité Estatal Interinstitu-
cional para la Formación y Capacitación de Recursos Humanos
eInvestigaciónenSaluddelEstadodeMéxico(CEIFCRHISEM)
y entre un listado de 14 opciones se eligió “Gerontología
Médica”. Sin embargo, esta propuesta fue nuevamente anali-
zada por expertos en materia de gerontología y se comprendió
que con ese rótulo, se presuponía la medicalización de la ge-
rontología (pudiéndose traslapar con la geriatría), se omitió ese
riesgo para dar peso absoluto a la gerontología. Un logro im-
portante de la nueva licenciatura fue que, antes de iniciar su
trabajo con los alumnos de su primera generación, ya se tenía
su registro oficial iniciando sus actividades en septiembre de
2004, el dictamen favorable de la Comisión Interinstitucional
para la Formación de Recursos Humanos en Salud (instancia
federal) se obtuvo en diciembre de 2006.
Bajo los preceptos anteriores y para fines de la estructu-
ración de un plan de estudios, las áreas básicas de estudio
consideradas en la determinación de las asignaturas del pro-
grama de la licenciatura son: biológica y de la salud, social,
psicológica y humanística,49 correlacionadas con las áreas de
intervención gerontológica o puntos de acción, mismos que se
esquematizan en la siguiente figura.
24 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 25
El mejor camino para alcanzar
una autonomía satisfactoria
Instituto de Geriatría *
La construcción de una cultura de la vejez a partir del reconocimiento y el ejercicio
de los derechos de las personas adultas mayores es, sin duda, uno de los retos más
importantes en México. La salud es una garantía individual que está plasmada
en el artículo 4° de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos y se reitera
continuamente en los planes, programas y acciones de gobierno.
La inversión que se ha hecho en la salud de la población ha tenido varios resulta-
dos benéficos: la disminución de muertes al nacer, el aumento de la esperanza de
vida, la menor incidencia de enfermedades infecto-contagiosas y el control de las en-
fermedades crónico-degenerativas, entre otros.
A estos logros se debe que la población mayor de 60 años vaya actualmente en
franco aumento, situación que plantea un nuevo desafío para la política pública de
salud, el cual consiste en poder garantizar que la infraestructura y los recursos hu-
manos brinden programas y servicios que contribuyan a mejorar la calidad de vida
de las personas, particularmente de las personas adultas mayores. Y es que ya no es
suficiente vivir más años, ahora es imperativo vivirlos en las mejores condiciones de
salud, entendiendo ésta, no sólo como la ausencia de la enfermedad, sino como el completo estado de bienestar físico, mental y
social, tal y como lo define la Organización Mundial de la Salud (0MS).
Reconocer el derecho a la salud implica que el Estado mexicano, a través del gobierno y sus instituciones, asegure que haya
recursos materiales, financieros y humanos para que la población disponga desde un centro de salud, hasta hospitales de alta
especialidad. Sin embargo, este derecho se complementa con una obligación individual: cuidar de nuestra propia salud.
Todos y cada uno de nosotros debemos ser capaces de influir en nuestra propia salud; para ello, es sustancial contar con la
información necesaria que nos permita saber qué hacer para prevenir enfermedades, pero también qué hacer en caso de ya tener
una enfermedad. La salud, por tanto, no es una meta u objetivo en sí, sino una forma de vida: decidimos vivir sanos.
Este artículo hace un breve recuento de las distintas aristas de la responsabilidad del cuidado de la salud propia. Primero está
la necesidad de conocer nuestra historia médica y estar atentos a los cambios de nuestro cuerpo; ello se complementa con la
atención a un aspecto indispensable que, sin embargo, a menudo es pasado por alto: la salud mental. Otra muy valiosa estrategia
del autocuidado de la salud que aquí se destaca es la prevención de accidentes en el hogar, al hacer de éste un entorno seguro.
Estos factores y muchos otros de carácter socioeconómico y medioambiental son tomados en cuenta en el diseño de un plan
de vida, indispensable para lograr una vejez autónoma y satisfactoria. Autonomía que se hace patente en las llamadas “directrices
anticipadas”, es decir, cuando se decide de antemano sobre el cuidado médico que deseamos recibir en la etapa final o cuando ya
no estamos en condiciones de hacerlo saber. Con esta información, el Instituto de Geriatría busca contribuir a la construcción de
una cultura de la vejez en México, que se refleje en mejores condiciones de salud y de bienestar general.
Enestemomentohanegresadodosgeneraciones,quesuman
un total 57 alumnos, 26 han concluido su servicio social en el
mes de noviembre de 2009 y 31 están en él, seis ya se han
titulado y 49 se encuentran en el proceso. Su incorporación la-
boral en el campo gerontológico es del 52 por ciento, en ocho
áreas de inserción laboral.
Ensuesquemainstitucional,laUNEVEhageneradoespacios
recientes dentro del campus universitario para la práctica de la
gerontología. La clínica integral universitaria es un modelo de
asistencia en donde confluyen además de la práctica geronto-
lógica, las licenciaturas de Quiropráctica y Acupuntura Huma-
na Rehabilitatoria. El Servicio Gerontológico cuenta con seis
laboratorios: el de evaluación gerontológica, de promoción de
la salud, gerontología comunitaria, proyectos productivos, de-
rechos humanos y gerontagogía, los últimos tres en fase de
implementación. Estos seis espacios tienen como objetivo ge-
nerar un modelo de atención gerontológica integral dentro del
marco universitario, acorde con los programas de la licencia-
tura en gerontología, con el fin de favorecer y hacer realidad la
meta internacional de un envejecimiento activo, participativo
y digno, inicialmente en la población del municipio de Ecatepec.
Para contribuir con el ejercicio profesional ético la Licen-
ciatura en Gerontología de la UNEVE ha propuesto el Decá-
logo del Gerontólogo, que permita un desempeño profesional
de calidad, mismo que ha puesto a consideración de cinco uni-
versidades más en el país para ser analizado y consensuado.
Eso último ha formado parte del programa que se desarrolla
en los Encuentros Inter universitarios de Gerontología, el cual
tiene como objetivo reunir a las instituciones de educación su-
perior que cuentan en su oferta educativa con la Licenciatura
en Gerontología. Hasta el momento lleva tres versiones, la
primera se realizó en el 2007, donde participamos conjunta-
mente con la Universidad de San Agustín de Mérida, Yucatán.
La segunda en el 2008, a la que se sumaron la Universidad
Autónoma de Campeche y las autoridades de la Universidad
Autónoma del Estado de Hidalgo (quienes en este año inician
con el programa en gerontología). La tercera en el 2009, con-
tando ahora con la presencia de la Universidad Autónoma del
EstadodeMéxicoydelaUniversidadAutónomadeGuanajuato,
Campus Salamanca. De ese último encuentro se derivó el pro-
yecto para desarrollar la Red Nacional Inter universitaria en
Gerontología, la cual se encuentra en construcción y a la que
han de sumarse dos universidades más: la del Valle de Toluca
a partir de septiembre y la Universidad Lasallista de Celaya,
Guanajuato. En 2010 el Encuentro se realizó en la Universidad
Autónoma de Pachuca, Hidalgo.
Conclusión
La misión y visión en la formación de profesionales en ge-
rontología tiene como objetivo final dar cumplimiento a los
acuerdos enmarcados en la Segunda Asamblea Mundial del
Envejecimiento: apoyar y acelerar de manera profesionalizada
el cumplimiento de los principios internacionales los cuales
están encaminados a lograr un envejecimiento digno: 1) El
desarrollo socioeconómico. 2) La promoción de la salud y bie-
nestar. 3) Generar entornos emancipadores y propicios. Di-
chos cometidos constituyen una respuesta educativa a uno de
los derechos (Declaración de Brasilia, 2007; CNDH, 1999)
del adulto mayor sancionados internacional y nacionalmente
(como la Ley de las Personas Adultas Mayores, documento
eje del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores).
El perfil profesional del egresado debe construirse a través
de las asignaturas cursadas durante su formación, en donde los
espacios de práctica son desarrollados en el mismo campus uni-
versitario. La identificación y ejecución de líneas generales de
aplicación del conocimiento, los programas de publicaciones,
el desarrollo de modelos de intervención gerontológica, así
como las propuestas para los programas de posgrado poseen
un mayor impacto si se promueven a partir de la alianza estra-
tégica entre las instituciones de educación superior que ofer-
tan la Licenciatura en Gerontología, por el momento seis en el
territorio mexicano.
Así es como la Licenciatura en Gerontología51
se considera
una política pública en acción que beneficia a los jóvenes, a
los adultos mayores y sobre todo a la sociedad que está en
proceso de envejecimiento.
*María de Jesús Moreno y José Carlos García Ramírez.
51
Modelo de Innovación Educativa (2009). UNEVE, México
26 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 27
todos los adultos revisen cada cierto tiempo su peso, medidas
corporales, presión arterial y niveles de glucosa y lípidos en
sangre, para así saber de manera temprana qué modificaciones
deben hacer a sus hábitos de vida para mantener la salud.
El cuidado de la salud mental
Cuando hablamos del derecho a la salud y del autocuidado,
con frecuencia pensamos solamente en la salud física, restan-
do importancia a un factor indispensable en nuestro bienestar
general: la salud mental. De ahí la importancia de reconocer en
qué consiste ésta y cómo podemos contribuir a su buen estado.
Gozar de salud mental significa tener la capacidad de cons-
truir y mantener relaciones gratas con otras personas, y parti-
cipar en cambios favorables para el medio ambiente y la so-
ciedad. Tiene que ver, asimismo, con cómo utilizamos nuestras
habilidades, deseos, sentimientos, pensamientos, experiencias
y valores para adaptarnos adecuadamente a las distintas si-
tuaciones de la vida.
La salud mental es dinámica, es decir, varía según el estado
físico, el medio social y material, la personalidad y las emo-
ciones de cada persona. Nadie puede mantener todo el tiempo
unestadoidealdesaludmental.Cuandoéstaesbuena,nossen-
timos satisfechos con nosotros mismos, somos conscientes de
nuestras capacidades y limitaciones y las aceptamos: nos per-
mitimos tener errores y les damos solución. Somos capaces
de disfrutar cosas sencillas y cotidianas. En síntesis, somos res-
petuosos con nuestra propia persona.
Además de sentirnos bien con nosotros mismos, es impor-
tante sabernos aceptados por los demás, tenerles confianza y
respeto y recibir lo mismo de ellos. Cuando nos sentimos acep-
tados por nosotros mismos y por los demás, somos capaces
de enfrentar los problemas que se nos presentan tomando
nuestras propias decisiones. Nos esforzamos por hacer las co-
sas lo mejor posible, haciendo uso de nuestras habilidades y
planeando el futuro de manera consciente y responsable, ajus-
tándonos a nuestra realidad.
La salud mental, entonces, nos permite disfrutar de la vida
y seguir activos, aun si tenemos problemas o padecemos al-
guna enfermedad, pues tomamos la responsabilidad de éstas.
Sin duda, hay situaciones que pueden afectar nuestra salud
mental. Conocerlas puede ayudarnos a prevenirlas, estar pre-
parados si se presentan y darles una mejor solución.
Enfermedades físicas. Una de estas situaciones son las en-
fermedades físicas, ya que en ocasiones el desgaste, el dolor,
el cansancio o el impacto en las actividades cotidianas rompen
el equilibrio que teníamos. En este caso, es importante pedir
toda la información necesaria acerca del curso que seguirá la
enfermedad, cuáles son las posibilidades de tratamiento, sus
efectossecundariosyquépodemoshacerparasentirnosmejor.
Así estaremos en condiciones de seguir tomando decisiones
propias y bien informadas. Además, podremos apoyarnos en
las personas cercanas y pedir ayuda –si la necesitamos–, lo que
nos dará mayor seguridad y tranquilidad.
Relaciones conflictivas. A veces la convivencia cotidiana
puede volverse complicada, debido a situaciones individuales
o incluso a otras externas como los problemas económicos, la
falta de tiempo, la presión o el agotamiento. Esto puede hacer
que reaccionemos con enojo o resentimiento con las personas
más cercanas. Ante una situación así, lo mejor es conservar la
calma y enfrentar el problema, sentarse a platicar y expresar
cada uno lo que piensa y lo que siente, siempre en actitud de
respeto. Aunque el resultado no siempre será lo que espera-
mos, afrontar la situación y proponer soluciones nos dará mayor
tranquilidad. No olvidemos que la base de una buena relación
es el respeto y la comunicación.
Soledad y aislamiento. Estos sentimientos son causantes
de deterioro de la salud mental. Debemos procurar, en caso de
experimentarlos, acercarnos a personas de confianza, buscar
a los viejos amigos o intentar nuevas relaciones, integrándonos
a grupos que realicen actividades formales o informales. Aún
cuando nuestro estado físico hiciera difícil salir y participar en
actividades grupales, es necesario hacer un esfuerzo por recibir
visitas, escribir cartas, utilizar el teléfono o hacer uso del correo
electrónico, los chats, blogs y redes sociales. Mantenernos re-
lacionados nos da posibilidades de apoyo y seguridad, así co-
mo de aprender de las experiencias de otros.
Vida sexual poco satisfactoria. Esta situación también men-
gua nuestra salud mental. La sexualidad -que nos acompaña
desde el nacimiento- tiene que ver con la capacidad de experi-
mentar placer, de relacionarnos profundamente con otros y de
disfrutar de nosotros mismos, y no únicamente con relaciones
corporales. Pedir información acerca de los cambios físicos y
emocionales que se experimentan al pasar el tiempo, ayudará
a aclarar nuestra mente y a desarrollar, según los propios
gustos y deseos, una vida sexual más satisfactoria.
Mi salud es mi responsabilidad
La salud es lo más importante y valioso en la vida: esta es una
verdad universal. Perderla –aunque sea temporalmente por
una infección respiratoria– tiene repercusiones no sólo para
nosotros como individuos, sino también para nuestra familia
y otros grupos sociales como son nuestros vecinos, amigos,
colegas de trabajo y toda la gente con la que interactuamos
cotidianamente.
Sin embargo, aunque nadie quiere perder la salud, la convi-
vencia diaria entre pacientes, familiares y médicos revela que
no siempre hay una clara conciencia de la responsabilidad en la
salud propia. Esta responsabilidad debería promoverse desde
la infancia, cuando aprendemos a distinguir lo correcto de lo
inapropiado; en ese momento tendríamos que recibir de nues-
tros padres o familiares de mayor edad las recomendaciones
para cuidar nuestra salud, empezando por la actividad física y
la buena alimentación, seguidas por la medicina preventiva y
la decisión de no adquirir hábitos dañinos como el tabaquismo
y el consumo excesivo de alcohol.
Conocer nuestra propia historia familiar es indispensable
en el autocuidado, pues a partir de ella podemos saber a qué
enfermedades estamos propensos, ya que el componente ge-
nético de los padecimientos crónicos puede hacer que se pre-
senten con cierta frecuencia, de generación a generación, en
una misma familia.
Es fundamental que cuando alguien es diagnosticado con
una enfermedad crónica, mantenga una buena percepción de
su salud, pues eso lo estimulará a cuidarse y a seguir las reco-
mendaciones médicas. La tendencia actual de la medicina es
que el paciente sea responsable y participe activamente con
su médico en el cuidado a largo plazo de su enfermedad.52
Ello
incluye llevar el correcto control de su o sus padecimientos
para así ser independiente, autosuficiente –en mayor o menor
medida– y capaz de llevar su vida de acuerdo con sus con-
vicciones.
Dadoquelahipertensiónyladiabetessonlasenfermedades
más frecuentes en México,53
lo más probable es que la partici-
pación activa del paciente en su propio tratamiento consista
en realizar un auto monitoreo de su presión arterial o de su
glucosa en sangre. La primera, con ayuda de un profesional
de salud, de algún familiar entrenado para ello, o bien, de un
equipo automatizado que le permita hacer esta medición en la
comodidad de su hogar y sin apoyo de otra persona.
Paramedirlaglucosadeberáacudirallaboratoriocadacierto
número de meses o dependiendo de la regularidad que indique
que el médico, o hacerse mediciones frecuentes con un glucó-
metro en un centro de salud o en su propia casa. Por supuesto
que las recomendaciones serán diferentes para cada individuo
y es el médico quien deberá ampliar estas recomendaciones
para cada caso en particular.
Ser paciente no significa perder la salud para siempre. Aun-
que alguien tenga un padecimiento crónico-degenerativo (co-
mo hipertensión arterial sistémica, diabetes o osteoartrosis,
que no pueden curarse del todo), sí puede mantener un ade-
cuado estado de salud. Es decir, si cuida de sí mismo y de sus
enfermedades, puede evitar que el daño de éstas avance o que
se desarrollen otras más.
Para decirlo de otro modo: ¿se puede perder la salud estan-
do ya enfermo? La respuesta es sí. Como ejemplo podemos
citaraunpacientehipertensodescontroladoqueapesardetomar
el medicamento recetado por su médico, decide no seguir las
recomendaciones de un estilo de vida saludable y continúa
fumando, no hace ejercicio, se mantiene obeso, come sal en
exceso y tiene un elevado grado de estrés en su trabajo. No
resultará extraño que ese paciente sufra un infarto y pierda
el estado de aparente salud que le permitía continuar sus ac-
tividades cotidianas como trabajar, cuidar a su familia y, oca-
sionalmente, participar en reuniones sociales. Resulta claro, en-
tonces, que cada uno de nosotros, de acuerdo con nuestras
propias necesidades, podemos hacer algo más para contribuir
a nuestro bienestar en general.
Por último, debemos subrayar lo importante que es la me-
dicina preventiva para lograr una vida saludable. Esto es, visitar
al médico periódicamente para conocer el funcionamiento de
los órganos y el metabolismo del cuerpo. Es recomendable que
52
World Health Organization, Regional office for South East Asia, Self-care in the Context of Promary Health Care Report of the Regional Consultation Bangkok (WHO-SEARO, 2009), Tailandia, 7-9
enero de 2009.
53
Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, ENSANUT 2006, consultada en: http://www,insp.mx/ensanut
28 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 29
Hogar seguro y autocuidado
A menudo pensamos que nuestro hogar es el lugar donde más
seguros y a salvo estamos. Vemos en él un espacio apto para
disfrutar de la familia, la vida social y la intimidad. Sin embargo,
cuando construimos ese hogar, pocas veces pensamos en las
necesidades que tendremos al llegar a viejos. Es decir, en el plan
de vida no suele contemplarse que como parte del enveje-
cimiento llegarán ciertos cambios físicos como pérdida de
audición y visión, debilidad, problemas de equilibrio, una en-
fermedad o incluso alguna discapacidad. Todo ello puede hacer
que ciertas características de nuestro hogar se transformen en
un riesgo, con lo que nuestra casa de toda la vida se vuelve po-
co apta para esa etapa de la vejez, más aún si vivimos solos.
Por ello, adecuar el hogar a las circunstancias del adulto ma-
yor es una responsabilidad personal en el cuidado de la salud,
el cual deber ser permanente y enfocado principalmente a la
prevención.
Esta adecuación incluye, en primer lugar, hacer grato el lu-
gar donde la persona adulta mayor pasará la mayor parte del
día o donde se recuperará de una enfermedad. En este sentido,
es recomendable llevar a cabo una revisión sistemática de la
seguridad que ofrece cada uno de estos espacios, prestando es-
pecial atención a aquellas áreas ya conocidas como de riesgo:
escaleras, baños, pasillos de acceso general, etcétera. Esta re-
visión permitirá identificar algunos riesgos en el hogar y hacer
los cambios pertinentes para evitar un accidente –o reducir
sustancialmente la probabilidad de que ocurra.
Al respecto, es importante decir que los accidentes en el ho-
gar se incrementan en 40 por ciento en el adulto mayor, prin-
cipalmente por caídas, las cuales pueden resultar en fracturas,
hemorragias, discapacidades o incluso la muerte.54
Sin embar-
go, también debe subrayarse el hecho de que las caídas no son
algo “normal” en el envejecimiento; antes bien, se trata de
un hecho evitable que puede prevenirse tomando las medidas
pertinentes. Por otra parte, aunque después de una caída
no parezca haber un daño importante, lo recomendable es
siempre recibir atención médica para su valoración.
Las situaciones de riesgo a menudo se pueden corregir
de manera sencilla y sin incurrir en grandes costos. He aquí
algunas recomendaciones que pueden aumentar la seguridad
en el hogar y contrarrestar de manera significativa las lesiones
a los adultos mayores:
•	Evitar las alfombras o tapetes pequeños que se deslicen
fácilmente para evitar tropiezos, es preferible fijarlos al piso.
•	Colocar barras de apoyo o soporte sólidas (de madera o
herrería) en áreas de difícil movilidad como escaleras, pa-
sillos largos o angostos y en el baño.
•	Colocar iluminación suficiente y tenue en la mayoría de
la casa, con fácil acceso a los interruptores.
•	Retirar obstáculos de los pasillos (cables, juguetes, basu-
ra, etcétera).
•	Mantener las escaleras en buen estado, con iluminación
tenue y un pasamanos fijo de principio a fin.
•	Mantener los pisos secos.
•	En los baños, colocar pisos antiderrapantes, barra de apo-
yo y, de ser necesario, una silla para sentarse durante la
ducha.
•	En todas las áreas, colocar los utensilios a una altura de
fácil acceso, ni muy altos ni muy bajos. Disponer de bancos
estables para acceder a objetos que están a una mayor al-
tura; nunca utilizar cajas u objetos inestables.
•	Usar sillas con descansa-manos para facilitar el levantarse.
•	Usar calzado con suela antiderrapante y que cubra prefe-
rentemente hasta los tobillos; evitar pantuflas y zapatos
descubiertos porque favorecen la inestabilidad, tropiezos
y resbalones.
•	Mantener iluminado y seco el lugar donde se guardan los
medicamentos.
•	Ordenar los medicamentos, de preferencia junto a una lista
en letra grande y legible, y revisar frecuentemente la fe-
cha de caducidad. No automedicarse jamás.
•Tener una lámpara o velas cerca de la cama, para utilizar-
las en caso de falta de energía eléctrica.
•De requerir de algún apoyo auditivo o visual, colocarlos
siempre al alcance de la mano.
54
IMSS, Vejez y Casa Segura, México, Dirección de Prestaciones Económicas y Sociales. Coordinación de Prestaciones Sociales, s/a.
Mala condición física. Ello reduce nuestra capacidad de dis-
frute, ya que nos impide desarrollar nuestras potencialidades
de la mejor manera, afectando nuestro estado de salud general
y, por tanto, la salud mental. Realizar actividad física regular-
mente, dependiendo del estado de cada persona, su condición
física, sus posibilidades y gustos, trae beneficios directos a nues-
tra salud mental: nos hace sentir más activos, más contentos
y saludables, y puede ser un pretexto para conocer amigos o
convivir con los ya conocidos.
Ideas erróneas y prejuicios acerca del proceso normal de
envejecimiento y la etapa de vejez. Estas ideas pueden hacer
que limitemos nuestros deseos y habilidades. Por ejemplo, no
atender algún malestar o enfermedad por creer que se debe
a la edad, o reprimir las ganas de participar en actividades
que consideramos adecuadas sólo para los jóvenes, crean un
sentimiento de impotencia que nos aísla y nos limita. Es im-
portante buscar información clara, sencilla y confiable, acer-
carse a quienes nos hacen sentir bien y nunca olvidar que cada
persona es distinta y que todos tenemos derecho de buscar
nuestro propio desarrollo y felicidad, sin importar la edad, el
género, la apariencia física o los intereses que tengamos.
Medicamentos o procesos bioquímicos internos. Algunos
medicamentos o procesos pueden tener efectos sobre la salud
mental. Por eso es importante que tengamos confianza al mé-
dico que nos trata para aclarar todas nuestras dudas con res-
pecto a los tratamientos y reportar si experimentamos algún
malestar. Por otro lado, nunca debemos auto medicarnos. Re-
cordemos que cada persona reacciona de distinta manera; apo-
yémonos siempre en los profesionales médicos.
Presiones diarias. Al acumularse, estas presiones pueden
hacernos sentir demasiado tensos o vulnerables. No hay que ol-
vidar que el juego y la diversión son elementos fundamenta-
les para mantener un buen estado de ánimo.
Dependiendo de lo que a cada persona le guste hacer, siem-
pre debe darse tiempo para divertirse. Es un buen antídoto con-
tra el aburrimiento, la soledad y la tensión.
Insatisfacción. Estar insatisfechos con las actividades que
llevamos a cabo o carecer de metas claras afecta directamente
nuestra salud mental. Desarrollar las habilidades e intereses
que poseemos, especialmente aquellos que tal vez habíamos
dejado de lado por no tener tiempo para realizarlas, es una
buena forma de mantenernos saludables y activos.
Aún estando preparados para situaciones como las men-
cionadas y poniendo nuestro empeño, habrá ocasiones en que
sintamos que no es suficiente; entonces requeriremos ayuda
para recuperar la salud mental. Si esto ocurre, no debemos du-
dar en acudir a los servicios de psicoterapia y de orientación
psicológica individual, de pareja, familiar o grupal, etcétera.
Los profesionales de la salud mental (psicólogos, psiquiatras,
psicoterapeutas, orientadores) pueden ayudar a entender el
por qué de los conflictos, miedos, enojos o malestares que
podemos experimentar ante las situaciones difíciles, y cómo
manejarlos para poder aprender de ellas. No hay que dudar
en consultarlos de presentar algún síntoma que afecte nuestra
vida cotidiana.
Lasaludesresponsabilidaddetodosycadaunodenosotros,
y cuidarla nos hace seres comprometidos y productivos, que
se ocupan del crecimiento personal y del de la sociedad.
La calidad de vida se puede definir como aquella que se funda en el
gozo tranquilo y seguro, de la salud, la educación y de una alimentación
suficiente.
30 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 31
•	Económicos: ingresos individual y familiar, gastos de la fa-
	milia. ¿Tengo un ingreso económico? ¿Es estable esa fuen-
te de ingreso? ¿Es suficiente?
•	Sociales: familia, amigos, sociedades o asociaciones a las
que pertenecemos, compañeros de trabajo. ¿Cómo son
mis relaciones con mi familia y con nuestros amigos? ¿Los
frecuento?
•	Medioambientales: entorno doméstico, en la comuni-
dad, en la escuela, el trabajo, la ciudad, etcétera. Incluye
factores como clima, vegetación, condiciones de seguri-
dad y riesgos, entre otros. ¿Tengo una vivienda? ¿En qué
condiciones está? ¿Cuánto tiempo más viviré ahí? ¿Es se-
guro mi hogar o mi comunidad?
•	Recursos: instituciones que brindan servicios educativos,
de salud o de apoyo social. ¿Cuál es la situación de mi
salud y la de mi familia? ¿En cuánto tiempo me jubilaré?
¿Tendré una pensión? ¿Será suficiente?
En el caso de las personas mayores, los determinantes que
más influyen en su calidad de vida son el nivel de indepen-
dencia o dependencia para realizar sus actividades, la depen-
dencia económica, la presencia de enfermedades y/o sus com-
plicaciones, el aislamiento social, la viudez, el maltrato y la
falta de acceso a los servicios médicos.
Por eso es importante preguntarse también: ¿Cómo creo
que estaré en 10, 15, 20 años? ¿Qué estarán haciendo mis fa-
miliares entonces? ¿Y mis amigos?.
Hacer un plan de vida implica mirar nuestra situación ac-
tual y anticipar cómo nos gustaría que fuera cuando seamos
adultos mayores. ¿Me gusta mi vida en este momento? ¿Por
qué? ¿Cómo quiero vivir los años que vienen? Y quizá la pre-
gunta más importante: ¿Qué estoy haciendo para lograrlo?.
Son muchas preguntas y faltan más. Lo importante es refle-
xionar sobre ellas y darles respuesta gradualmente.
Mientras somos adultos jóvenes, solemos ocuparnos de fac-
tores que consideramos importantes o urgentes como procu-
rarnos empleo y vivienda, satisfacer las necesidades de nuestra
familia y, algunas veces, atender nuestra salud física. Sin em-
bargo, conforme avanza la vida, las cosas cambian: nuestro
papel de proveedores y tomadores de decisiones va quedando
atrás; aunque sigamos aportando económicamente a la fami-
lia, algunos dependeremos cada vez más de los familiares cer-
canos y las decisiones sobre nuestra salud, nuestro tiempo y
nuestras relaciones ya no serán enteramente propias.
Para estar en control de estas decisiones –y, por tanto, en
control de nuestra salud y nuestra vida en general–, debemos
tener una actitud propositiva para mejorar los determinantes
de salud mencionados. Es cierto que las fuentes de trabajo
actualmente son inestables y mal remuneradas, pero si no po-
demos ganar más, sí podemos buscar estrategias para gastar
menos. Por otra parte, existen instituciones y programas fe-
derales y locales que ofrecen servicios de calidad gratuitos o a
un costo muy bajo; podemos buscarlos y hacer uso de ellos.
Hacer un plan de vida, solos o en pareja, ofrece
felicidad y estabilidad a los adultos mayores.
•	Resguardar las sustancias tóxicas o peligrosas donde no
puedan verterse fácilmente o, si lo hacen, que no causen
mayor daño.
•	Colocar el teléfono en un lugar visible y de fácil acceso,
con teclas grandes; anotar los números de emergencia y
de familiares a la mano en letra grande.
•	Si en casa se cuenta con oxígeno, poner una señalización:
“Peligro, no fumar”.
•	Contar con un botiquín de primeros auxilios.
También es importante diseñar un plan de contingencia en
caso de incendio, sismo o accidente, por mínimo que éste pa-
rezca. Dicho plan puede incluir las siguientes medidas:
•	Mantener la calma y respirar profundamente.
•	Tratar de incorporarse lentamente; primero hasta quedar
sentado de manera recta, respirar profundo y descansar
un momento más. Gatear puede ser otra opción.
•	Si es posible, tratar de levantarse con apoyo de un objeto
sólido y fijo. De lo contrario, esperar a recibir ayuda.
•	Solicitar ayuda. Por sencillo que parezca, es importante
nosóloconoceralosvecinosporsunombre,sinotambién
tener sus números telefónicos, entablar con ellos buenas
relaciones y ponerse de acuerdo sobre señales que les
permitan identificar si ocurrió algún accidente y si se re-
quiere de apoyo (un silbato, una campana o señales de
luces).
•	Tener a la mano una identificación, su carnet de citas mé-
dicasoinformaciónacercadelserviciodesaludque le co-
rresponde para que la persona que acuda en su auxilio
pueda contar con ellos, en caso necesario.
•	Cubrirse con una tela o cobija para evitar enfriamientos
mientras recibe ayuda.
•	Aún si no requirió de ayuda al momento, es importante
acudir posteriormente a una revisión médica. Por inofen-
siva que parezca, una caída no es normal y puede ser el
primer aviso de que algo sucede en el cuerpo.
Para disfrutar de una vejez con autonomía, comodidad y
buena calidad de vida, la seguridad individual y familiar es in-
dispensable. La mayoría de los accidentes en el hogar pueden
evitarse.
Plan de vida
Como ya se ha dicho aquí, si bien algunas personas llegan a la
vejez en condiciones sociales y de salud desfavorables, lo cier-
to es que muchos adultos mayores mantienen vitalidad, salud,
amigos y familia. ¿Qué hace la diferencia entre una y otra for-
ma de vivir la etapa de adulto mayor?
Para dar respuesta a esta interrogante, actualmente se reali-
zan numerosas investigaciones sobre el proceso de envejeci-
mientodesdediversasdisciplinas:biologíamolecular,medicina,
demografía, sociología, psicología y muchas más. En un futuro
seguramente podremos aprovechar esos conocimientos en la
vida diaria. Sin embargo, lo que sí podemos hacer desde ahora
es diseñar un plan de vida.
El primer punto de este plan es entender que, afortunada-
mente, todos envejeceremos. Envejecer es parte del ciclo de
vida; tan natural como nacer, crecer y desarrollarse.
El segundo punto es saber que, según la Organización Mun-
dial de la Salud, la salud es el bienestar físico, mental y social
de las personas.55
Es decir, depende de muchos factores ade-
más de la condición física de nuestro cuerpo, tales como el
estado de ánimo, las preocupaciones, la situación económica,
etcétera.
Por ejemplo, no es raro que una enfermedad esté claramen-
te relacionada con un periodo de tristeza o de estrés, o que el
estado de ánimo tenga una influencia decisiva en la recupe-
ración o el desenlace fatal de una paciente con cáncer. O, si
la situación económica de una familia es mala y uno de sus
miembros enferma y no es derechohabiente de un servicio
médico, se verá obligado a gastar en un tratamiento; su salud
probablemente mejorará, pero la economía familiar se habrá
complicado. O, si el servicio de agua potable y drenaje de una
comunidad es deficiente, los casos de diarrea serán numerosos
e incluso letales en los niños y ancianos. Es decir, casi todo lo
que nos rodea incide en nuestra salud.
De ahí que en la construcción de nuestro plan de vida sea
muy importante identificar esos factores que influyen en la
salud, llamados determinantes56
y que nos hagamos preguntas
concretas sobre cada uno, como las siguientes:
55
Consultado en: http://www.who.int/mediacentre/news/releases/2005/pr34/es/
56
Consutado en: http://www.ops-oms.org.uy/UMS.htm
32 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 33
instrumentos y métodos médicos para mantener vivo a un
enfermo en etapa terminal). También se dan ahí instrucciones
y se designan representantes para los cuidados de la salud y
para después de la muerte.
No es obligatorio tener directrices anticipadas; se trata de
una decisión propia. Sin embargo, si éstas no existen, alguien
deberá tomar decisiones en su nombre, habitualmente el cón-
yuge, los hijos, los hermanos, etcétera, quienes no necesaria-
mente conocen sus preferencias de atención médica. Por eso,
cuando alguien tenga ya sus directrices, debe informárselo a
su médico, familiares, amigos o abogado, así como mantener
copias del documento en lugares accesibles. Así, la toma de di-
rectrices anticipadas es un aspecto más de la responsable par-
ticipación de las personas en su propio estado de salud.
Nueva cultura de la salud al envejecer
No cabe duda de que nuestros mayores han hecho y man-
tienen una contribución significativa a México, a su economía
y desarrollo. También es muy claro que ayudarlos a envejecer
sanos y activos puede postergar y minimizar la severidad de
la enfermedad crónica y la discapacidad al avanzar en edad,
reduciendo así los costos asistenciales y las necesidades de
cuidados a largo plazo.
Además, la evidencia disponible nos impulsa a construir una
iniciativa, aprovechando esta oportunidad, para el desarrollo
de una serie de intervenciones que sabemos potencialmente
efectivas y contribuir de esta manera a mejorar la salud de
nuestros mayores.
Sin duda, es prioritario impulsar una toma de conciencia co-
lectiva relativa al hecho de este es el camino correcto, en vez
delderrotismoyelnihilismoimplícitosenlaerróneapercepción
de que la enfermedad y la dependencia “necesariamente”
acompañan al envejecimiento.
Ahora bien, para lograr el cambio cultural y favorecer el en-
vejecimiento sano y activo es necesario actuar en distintos
niveles (ver figura 1), a través de al menos tres mecanismos:
•	Desarrollar un entorno adaptado a las necesidades de
nuestros mayores, partiendo de la base de la iniciativa
de ciudades amigables con el adulto mayor de la Organi-
zación Mundial de la Salud.
•	Propiciar la ayuda mutua y las redes de apoyo social para
brindar un soporte tanto físico como emocional, a tra-
vés de la comunicación, el desarrollo de experiencias con-
juntas y la divulgación de información pertinente.
•	Promover el autocuidado, entendido como las medidas
activas que la persona toma con el objeto de preservar su
	salud y que sólo pueden darse a través del fomento de
una responsabilidad individual (tema abordado en la pri-
mera parte de este texto).
Estos tres mecanismos han de ser respaldados por la forma-
ción de líderes y profesionales de la salud, la recreación, elde-
sarrollo urbano y otros sectores que favorecen el envejecer acti-
vo; el desarrollo de servicios y actividades en el nivel comuni-
Hacer un plan de vida quiere decir también saber a qué voy
a dedicarme en el futuro. Jubilarse de un trabajo, no significa
jubilarse de la vida. Siempre existe la posibilidad de iniciar otra
actividad en la que sigamos desarrollándonos como personas,
ya sea aplicando nuestra experiencia o aprendiendo algo nue-
vo. Esto cobra especial relevancia si tomamos en cuenta que
tras jubilarnos a los 60 años aún nos quedan, en promedio, 15
años más de vida.
También debemos contemplar en este plan nuestro capital
social, es decir, la pareja, la familia, los amigos. Ellos seguramen-
te cambiarán, tendrán proyectos propios y no necesariamente
estarán para cuidarnos, aunque probablemente sí para apoyar-
nos. Podemos compartir nuestro plan de vida con ellos, pero
no podemos centrarnos en depender de ellos. Tengamos pre-
sente que, en la medida de lo posible, el cuidado individual le
corresponde a cada persona. Por otra parte, siempre está la
posibilidad de ampliar nuestra red social. En todo lugar y en
todo momento podemos hacer nuevos amigos.
Finalmente, hay que cuidar los aspectos físicos: prevenir la
diabetes, la hipertensión, el sobrepeso y el cáncer; hacer ejer-
cicio, comer bien, asistir a consulta médica regularmente son
recomendacionesquehemosescuchadoconmuchafrecuencia.
Pero más que pensar en prevenir enfermedades, pensemos en
mantener un óptimo estado de salud. Mantenernos en salud
nos permitirá una mejor calidad de vida, también nos dará opor-
tunidad de ahorrar y así destinar nuestros recursos a otros as-
pectos de la vida que consideremos relevantes.
La reflexión acerca de nuestro plan de vida es un ejercicio
necesario para tomar el mando de nuestras circunstancias y
decidir inteligentemente sobre nosotros. Hacerlo es un dere-
cho y un poder que ninguna circunstancia externa debe mer-
mar. Ahí reside la diferencia entre vivir una vejez saludable y
no hacerlo.
Decidir sobre mis cuidados médicos
La muerte es una parte ineludible del proceso natural de la vi-
da: al nacer, lo único seguro es que un día vamos a morir. La
medicina moderna ha logrado disminuir los decesos por proble-
mas infecciosos, por lo que actualmente son las enfermeda-
des crónico-degenerativas y neoplásicas las causas principales
de muerte. Durante el transcurso de éstas, el paciente puede
hallarse en un estado de gravedad máxima o en una etapa ter-
minal que le impedirá estar en condiciones de tomar decisiones
con respecto a su propio cuerpo. De ahí la importancia de dic-
tar directrices anticipadas.
Las directrices anticipadas son documentos escritos o decla-
raciones orales ante testigos donde el paciente indica sus pre-
ferencias sobre la clase de cuidados o tratamiento médicos que
le gustaría tener o no, si en un momento futuro no pudiera to-
marsuspropiasdecisionesosinopudieracomunicarlas;también
puede nombrar a alguna persona para que decida en relación
a su tratamiento. Esto permite a su médico y familiares saber
sus deseos para hacerlos respetar y cumplir.
Algunas personas prefieren no recibir un tratamiento médi-
co agresivo si no existe una posibilidad razonable de recupe-
ración. Otras personas no quieren prolongar su sufrimiento o
dolor, por ejemplo a través de máquinas como un ventilador.
Algunas desean evitar desacuerdos entre su familia. Otras de-
sean recibir todo el tratamiento médico disponible y con ello
prolongar lo más posible su vida.
La orden de no resucitar es un tipo de directriz anticipada;
en ella se solicita que no se le dé reanimación cardiopulmonar
si deja de respirar o de latir su corazón. Si bien, por su forma-
ción, los médicos auxilian a todos los pacientes en esas circuns-
cunstancias, si usted firma esta orden no se le realizarán manio-
bras para resucitarlo.
Las directrices anticipadas pueden cambiarse o cancelarse
en cualquier momento si tiene las funciones mentales para ha-
cerlo; es decir si es capaz de pensar y comunicar sus deseos de
forma clara. En algunos países, las directrices pueden tomar-
marse incluso estando en el hospital. De hecho, las personas
interesadas pueden abordar el tema con su médico, enferme-
ra o trabajadora social. En Estados Unidos se les llama testa-
mento de vida, si bien en otros lados se conocen como volun-
tades previas, instrucciones previas, directrices anticipadas,
directrices previas, voluntades vitales anticipadas o testamen-
to vital, en México existe la Ley de Voluntad Anticipada para
el Distrito Federal, publicada en el Diario Oficial del Distrito
Federal el 7 de enero de 2008, que señala como voluntad
anticipada el documento público suscrito ante notario, en el
que cualquier persona con capacidad de ejercicio y en pleno
uso de sus facultades mentales manifiesta la petición libre,
consciente, seria, inequívoca y reiterada de no someterse a me-
dios,tratamientosy/oprocedimientosmédicos,quepropicien
la obstinación médica (utilización innecesaria de los medios,
Auto cuidado
Ayuda mutua
Entorno amigable
Áreas prioritarias
•	Redes	sociales
•	Actividad	física
•		Alimentación	sana
•		Prevención de caídas
•		Prevención de adicciones
•		Abuso	y	maltrato
Para promover el envejecimiento sano y activo es necesaria una sociedad que:
•	Valore y apoye las contribuciones de las personas mayores
•		Rechace	la	discriminación	por	edad	y	la	desigualdad
•		Provea espacios apropiados para el envejecimiento sano y activo
Principios rectores
•	Independencia
•	Participación
•	Protección socio sanitaria
•		Auto	realización
•		Dignidad
Figura 1 Instituto de Geriatría
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento
Cultura del envejecimiento

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

La soledad de las personas mayores.
La soledad de las personas mayores.La soledad de las personas mayores.
La soledad de las personas mayores.
José María
 
Niñez Despalzada
Niñez DespalzadaNiñez Despalzada
Niñez Despalzada
guestb5fb8
 
JÓVENES Y REPRESENTACIONES
JÓVENES Y REPRESENTACIONESJÓVENES Y REPRESENTACIONES
JÓVENES Y REPRESENTACIONES
Ze Everaldo
 
Anteproyecto La Dignidad Discapacitados
Anteproyecto La Dignidad DiscapacitadosAnteproyecto La Dignidad Discapacitados
Anteproyecto La Dignidad Discapacitados
PATRICIA VANEGAS JARAMILLO
 
Propuestas Políticas Públicas
Propuestas Políticas PúblicasPropuestas Políticas Públicas
Propuestas Políticas Públicas
Compromiso Ciudadano Uruguay
 
Politica de Envejecimiento Bogota
Politica de Envejecimiento BogotaPolitica de Envejecimiento Bogota
Politica de Envejecimiento Bogota
Tanya Rivera
 
El Estado Costarricense Garante de Igualdad de Oportunidades (Parte 2).
El Estado Costarricense Garante de Igualdad de Oportunidades (Parte 2).El Estado Costarricense Garante de Igualdad de Oportunidades (Parte 2).
El Estado Costarricense Garante de Igualdad de Oportunidades (Parte 2).
Gustavo Bolaños
 
Ley nº 342 ley de la juventud
Ley nº 342 ley de la juventudLey nº 342 ley de la juventud
Ley nº 342 ley de la juventud
Lineth Villarroel Panozo
 
Tipos de exclusión en Guatemala
Tipos de exclusión en GuatemalaTipos de exclusión en Guatemala
Tipos de exclusión en Guatemala
Leidy Morelia Zepeda Grijalva
 
Proyecto de civica
Proyecto de civicaProyecto de civica
Proyecto de civica
Karla Oviedo
 
Derechos De Grupos Vulnerables
Derechos De Grupos VulnerablesDerechos De Grupos Vulnerables
Derechos De Grupos Vulnerables
paloma3
 
Espiritu inclusion
Espiritu inclusionEspiritu inclusion
Espiritu inclusion
Paola331
 
Analisis envejecimiento de la poblacion. viabilidad económica
Analisis envejecimiento de la poblacion. viabilidad económicaAnalisis envejecimiento de la poblacion. viabilidad económica
Analisis envejecimiento de la poblacion. viabilidad económica
Martin Hidalgo Luque
 
Factores sociales y culturales en la escuela
Factores sociales y culturales en la escuelaFactores sociales y culturales en la escuela
Factores sociales y culturales en la escuela
jazmine503
 
Otros derechos
Otros derechosOtros derechos
Otros derechos
illerdi88
 
Adulto mayor
Adulto mayorAdulto mayor
Maltrato y discapacidad.
Maltrato y discapacidad.Maltrato y discapacidad.
Maltrato y discapacidad.
José María
 
Problemas de la vida económica
Problemas de la vida económicaProblemas de la vida económica
Problemas de la vida económica
denissepelayo34
 
Necesidades educativas especiales.
Necesidades educativas especiales.Necesidades educativas especiales.
Necesidades educativas especiales.
José María
 

La actualidad más candente (19)

La soledad de las personas mayores.
La soledad de las personas mayores.La soledad de las personas mayores.
La soledad de las personas mayores.
 
Niñez Despalzada
Niñez DespalzadaNiñez Despalzada
Niñez Despalzada
 
JÓVENES Y REPRESENTACIONES
JÓVENES Y REPRESENTACIONESJÓVENES Y REPRESENTACIONES
JÓVENES Y REPRESENTACIONES
 
Anteproyecto La Dignidad Discapacitados
Anteproyecto La Dignidad DiscapacitadosAnteproyecto La Dignidad Discapacitados
Anteproyecto La Dignidad Discapacitados
 
Propuestas Políticas Públicas
Propuestas Políticas PúblicasPropuestas Políticas Públicas
Propuestas Políticas Públicas
 
Politica de Envejecimiento Bogota
Politica de Envejecimiento BogotaPolitica de Envejecimiento Bogota
Politica de Envejecimiento Bogota
 
El Estado Costarricense Garante de Igualdad de Oportunidades (Parte 2).
El Estado Costarricense Garante de Igualdad de Oportunidades (Parte 2).El Estado Costarricense Garante de Igualdad de Oportunidades (Parte 2).
El Estado Costarricense Garante de Igualdad de Oportunidades (Parte 2).
 
Ley nº 342 ley de la juventud
Ley nº 342 ley de la juventudLey nº 342 ley de la juventud
Ley nº 342 ley de la juventud
 
Tipos de exclusión en Guatemala
Tipos de exclusión en GuatemalaTipos de exclusión en Guatemala
Tipos de exclusión en Guatemala
 
Proyecto de civica
Proyecto de civicaProyecto de civica
Proyecto de civica
 
Derechos De Grupos Vulnerables
Derechos De Grupos VulnerablesDerechos De Grupos Vulnerables
Derechos De Grupos Vulnerables
 
Espiritu inclusion
Espiritu inclusionEspiritu inclusion
Espiritu inclusion
 
Analisis envejecimiento de la poblacion. viabilidad económica
Analisis envejecimiento de la poblacion. viabilidad económicaAnalisis envejecimiento de la poblacion. viabilidad económica
Analisis envejecimiento de la poblacion. viabilidad económica
 
Factores sociales y culturales en la escuela
Factores sociales y culturales en la escuelaFactores sociales y culturales en la escuela
Factores sociales y culturales en la escuela
 
Otros derechos
Otros derechosOtros derechos
Otros derechos
 
Adulto mayor
Adulto mayorAdulto mayor
Adulto mayor
 
Maltrato y discapacidad.
Maltrato y discapacidad.Maltrato y discapacidad.
Maltrato y discapacidad.
 
Problemas de la vida económica
Problemas de la vida económicaProblemas de la vida económica
Problemas de la vida económica
 
Necesidades educativas especiales.
Necesidades educativas especiales.Necesidades educativas especiales.
Necesidades educativas especiales.
 

Destacado

El panorama del adulto mayor
El panorama del adulto mayorEl panorama del adulto mayor
El panorama del adulto mayor
dicoca
 
Cultura wixárika o huichola
Cultura wixárika o huicholaCultura wixárika o huichola
Cultura wixárika o huichola
swda
 
Sentido de la Vida en la Tercera Edad
Sentido de la Vida en la Tercera EdadSentido de la Vida en la Tercera Edad
Sentido de la Vida en la Tercera Edad
Micaela Secada
 
CULTURA HUICHOL
CULTURA HUICHOLCULTURA HUICHOL
CULTURA HUICHOL
monthzerrat
 
Tema. calidad de vida del adulto mayor
Tema. calidad de vida del adulto mayorTema. calidad de vida del adulto mayor
Tema. calidad de vida del adulto mayor
Chris Núñez Psicólogo
 
Adulto mayor, ¿para qué un proyecto de vida?
Adulto mayor, ¿para qué un proyecto de vida?Adulto mayor, ¿para qué un proyecto de vida?
Adulto mayor, ¿para qué un proyecto de vida?
Chris Núñez Psicólogo
 
calidad de vida en la tercera edad
calidad de vida en la tercera edadcalidad de vida en la tercera edad
calidad de vida en la tercera edad
amori550
 
ADULTO MAYOR
ADULTO MAYOR ADULTO MAYOR
ADULTO MAYOR
norajudi
 

Destacado (8)

El panorama del adulto mayor
El panorama del adulto mayorEl panorama del adulto mayor
El panorama del adulto mayor
 
Cultura wixárika o huichola
Cultura wixárika o huicholaCultura wixárika o huichola
Cultura wixárika o huichola
 
Sentido de la Vida en la Tercera Edad
Sentido de la Vida en la Tercera EdadSentido de la Vida en la Tercera Edad
Sentido de la Vida en la Tercera Edad
 
CULTURA HUICHOL
CULTURA HUICHOLCULTURA HUICHOL
CULTURA HUICHOL
 
Tema. calidad de vida del adulto mayor
Tema. calidad de vida del adulto mayorTema. calidad de vida del adulto mayor
Tema. calidad de vida del adulto mayor
 
Adulto mayor, ¿para qué un proyecto de vida?
Adulto mayor, ¿para qué un proyecto de vida?Adulto mayor, ¿para qué un proyecto de vida?
Adulto mayor, ¿para qué un proyecto de vida?
 
calidad de vida en la tercera edad
calidad de vida en la tercera edadcalidad de vida en la tercera edad
calidad de vida en la tercera edad
 
ADULTO MAYOR
ADULTO MAYOR ADULTO MAYOR
ADULTO MAYOR
 

Similar a Cultura del envejecimiento

Politicas publicas
Politicas publicas Politicas publicas
Politicas publicas
Jonathan Portillo
 
Centro del adulto mayor
Centro del adulto mayorCentro del adulto mayor
Centro del adulto mayor
RicardoMarquez73
 
los derechos humanos de las personas mayores
los derechos humanos de las personas mayoreslos derechos humanos de las personas mayores
los derechos humanos de las personas mayores
JavierSima1
 
Webcast día mundial de la población
Webcast día mundial de la poblaciónWebcast día mundial de la población
Webcast día mundial de la población
William Henry Vegazo Muro
 
Conservación y protección
Conservación y protecciónConservación y protección
Conservación y protección
davidcalsinaflores
 
Conservación y protección
Conservación y protecciónConservación y protección
Conservación y protección
davidcalsinaflores
 
Jovenes Representaciones Y Paradigmas
Jovenes Representaciones Y ParadigmasJovenes Representaciones Y Paradigmas
Jovenes Representaciones Y Paradigmas
Ze Everaldo
 
Ics bloque VII
Ics bloque VIIIcs bloque VII
Ics bloque VII
Salvador GC
 
Estadistica trabajo
Estadistica trabajoEstadistica trabajo
Estadistica trabajo
Pechi Rico
 
ADULTO MAYOR.pdf
ADULTO MAYOR.pdfADULTO MAYOR.pdf
ADULTO MAYOR.pdf
MariaMedina640592
 
Adultos mayores
Adultos mayoresAdultos mayores
Adultos mayores
JOHNNY R. Güemes
 
Políticas publicas orientadas al adulto mayor.pptx
 Políticas publicas orientadas al adulto mayor.pptx Políticas publicas orientadas al adulto mayor.pptx
Políticas publicas orientadas al adulto mayor.pptx
alejandro597838
 
F unif
F unifF unif
inclusion-social
inclusion-socialinclusion-social
inclusion-social
Gaby Piscoya
 
Niños de la calle
Niños de la calleNiños de la calle
Niños de la calle
Armando Sanchez Espidio
 
Fundacion san jose altos de la florida
Fundacion san jose altos de la floridaFundacion san jose altos de la florida
Fundacion san jose altos de la florida
Dionangel Rey
 
Derechos humanos y derecho penal
Derechos humanos y derecho penalDerechos humanos y derecho penal
Derechos humanos y derecho penal
MALENA SAONA CARRASCO
 
Modelos de atención gerontológica
Modelos de atención gerontológicaModelos de atención gerontológica
Modelos de atención gerontológica
Kenthyaa Nuñez
 
Conservación y protección
Conservación y protecciónConservación y protección
Conservación y protección
davidcalsinaflores
 
Mal trato y abuso a personas mayores.
Mal trato y abuso a personas mayores.Mal trato y abuso a personas mayores.
Mal trato y abuso a personas mayores.
José María
 

Similar a Cultura del envejecimiento (20)

Politicas publicas
Politicas publicas Politicas publicas
Politicas publicas
 
Centro del adulto mayor
Centro del adulto mayorCentro del adulto mayor
Centro del adulto mayor
 
los derechos humanos de las personas mayores
los derechos humanos de las personas mayoreslos derechos humanos de las personas mayores
los derechos humanos de las personas mayores
 
Webcast día mundial de la población
Webcast día mundial de la poblaciónWebcast día mundial de la población
Webcast día mundial de la población
 
Conservación y protección
Conservación y protecciónConservación y protección
Conservación y protección
 
Conservación y protección
Conservación y protecciónConservación y protección
Conservación y protección
 
Jovenes Representaciones Y Paradigmas
Jovenes Representaciones Y ParadigmasJovenes Representaciones Y Paradigmas
Jovenes Representaciones Y Paradigmas
 
Ics bloque VII
Ics bloque VIIIcs bloque VII
Ics bloque VII
 
Estadistica trabajo
Estadistica trabajoEstadistica trabajo
Estadistica trabajo
 
ADULTO MAYOR.pdf
ADULTO MAYOR.pdfADULTO MAYOR.pdf
ADULTO MAYOR.pdf
 
Adultos mayores
Adultos mayoresAdultos mayores
Adultos mayores
 
Políticas publicas orientadas al adulto mayor.pptx
 Políticas publicas orientadas al adulto mayor.pptx Políticas publicas orientadas al adulto mayor.pptx
Políticas publicas orientadas al adulto mayor.pptx
 
F unif
F unifF unif
F unif
 
inclusion-social
inclusion-socialinclusion-social
inclusion-social
 
Niños de la calle
Niños de la calleNiños de la calle
Niños de la calle
 
Fundacion san jose altos de la florida
Fundacion san jose altos de la floridaFundacion san jose altos de la florida
Fundacion san jose altos de la florida
 
Derechos humanos y derecho penal
Derechos humanos y derecho penalDerechos humanos y derecho penal
Derechos humanos y derecho penal
 
Modelos de atención gerontológica
Modelos de atención gerontológicaModelos de atención gerontológica
Modelos de atención gerontológica
 
Conservación y protección
Conservación y protecciónConservación y protección
Conservación y protección
 
Mal trato y abuso a personas mayores.
Mal trato y abuso a personas mayores.Mal trato y abuso a personas mayores.
Mal trato y abuso a personas mayores.
 

Último

c3.hu3.p3.p4.Los seres humanos y no humanos.pptx
c3.hu3.p3.p4.Los seres humanos y no humanos.pptxc3.hu3.p3.p4.Los seres humanos y no humanos.pptx
c3.hu3.p3.p4.Los seres humanos y no humanos.pptx
Martín Ramírez
 
UrkuninaLab.pdfsadsadasddassadsadsadasdsad
UrkuninaLab.pdfsadsadasddassadsadsadasdsadUrkuninaLab.pdfsadsadasddassadsadsadasdsad
UrkuninaLab.pdfsadsadasddassadsadsadasdsad
JorgeVillota6
 
Presentación sector la arenita_paijan pptx
Presentación sector la arenita_paijan pptxPresentación sector la arenita_paijan pptx
Presentación sector la arenita_paijan pptx
Aracely Natalia Lopez Talavera
 
Presentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdf
Presentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdfPresentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdf
Presentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdf
LuanaJaime1
 
Programación de la XI semana cultural del CEIP Alfares
Programación de la XI semana cultural del CEIP AlfaresProgramación de la XI semana cultural del CEIP Alfares
Programación de la XI semana cultural del CEIP Alfares
Alfaresbilingual
 
Presentación simple corporativa degradado en violeta blanco.pdf
Presentación simple corporativa degradado en violeta blanco.pdfPresentación simple corporativa degradado en violeta blanco.pdf
Presentación simple corporativa degradado en violeta blanco.pdf
eleandroth
 
Qué entra en el examen de Geografía.pptx
Qué entra en el examen de Geografía.pptxQué entra en el examen de Geografía.pptx
Qué entra en el examen de Geografía.pptx
saradocente
 
preguntas de historia universal. guia comipems
preguntas de historia universal. guia comipemspreguntas de historia universal. guia comipems
preguntas de historia universal. guia comipems
nahomigonzalez66
 
explorando los secretos de la fotosíntesis
explorando los secretos de la fotosíntesisexplorando los secretos de la fotosíntesis
explorando los secretos de la fotosíntesis
CristianRodrguez692429
 
Maikell-Victor-Quimica-2024-Volume-2.pdf
Maikell-Victor-Quimica-2024-Volume-2.pdfMaikell-Victor-Quimica-2024-Volume-2.pdf
Maikell-Victor-Quimica-2024-Volume-2.pdf
DevinsideSolutions
 
Leyes de los gases según Boyle-Marriote, Charles, Gay- Lussac, Ley general de...
Leyes de los gases según Boyle-Marriote, Charles, Gay- Lussac, Ley general de...Leyes de los gases según Boyle-Marriote, Charles, Gay- Lussac, Ley general de...
Leyes de los gases según Boyle-Marriote, Charles, Gay- Lussac, Ley general de...
Shirley Vásquez Esparza
 
CALCULO DE AMORTIZACION DE UN PRESTAMO.pdf
CALCULO DE AMORTIZACION DE UN PRESTAMO.pdfCALCULO DE AMORTIZACION DE UN PRESTAMO.pdf
CALCULO DE AMORTIZACION DE UN PRESTAMO.pdf
cesareduvr95
 
TP__N1__Geller-Iris_Salinas-Jesica_(1)-1.pdf
TP__N1__Geller-Iris_Salinas-Jesica_(1)-1.pdfTP__N1__Geller-Iris_Salinas-Jesica_(1)-1.pdf
TP__N1__Geller-Iris_Salinas-Jesica_(1)-1.pdf
JesicaSalinas5
 
5° T3 EDITABLE EVALUACIÓN DARUKEL 2023-2024.pdf
5° T3 EDITABLE EVALUACIÓN DARUKEL 2023-2024.pdf5° T3 EDITABLE EVALUACIÓN DARUKEL 2023-2024.pdf
5° T3 EDITABLE EVALUACIÓN DARUKEL 2023-2024.pdf
manuelhinojosa1950
 
ROMPECABEZAS DE COMPETENCIAS OLÍMPICAS. Por JAVIER SOLIS NOYOLA
ROMPECABEZAS DE COMPETENCIAS OLÍMPICAS. Por JAVIER SOLIS NOYOLAROMPECABEZAS DE COMPETENCIAS OLÍMPICAS. Por JAVIER SOLIS NOYOLA
ROMPECABEZAS DE COMPETENCIAS OLÍMPICAS. Por JAVIER SOLIS NOYOLA
JAVIER SOLIS NOYOLA
 
Desarrollo-Embrionario-y-Diferenciacion-Celular.pptx
Desarrollo-Embrionario-y-Diferenciacion-Celular.pptxDesarrollo-Embrionario-y-Diferenciacion-Celular.pptx
Desarrollo-Embrionario-y-Diferenciacion-Celular.pptx
TatianaHerrera46
 
REGLAMENTO DE FALTAS Y SANCIONES DEL MAGISTERIO 2024.pptx
REGLAMENTO DE FALTAS Y SANCIONES DEL MAGISTERIO 2024.pptxREGLAMENTO DE FALTAS Y SANCIONES DEL MAGISTERIO 2024.pptx
REGLAMENTO DE FALTAS Y SANCIONES DEL MAGISTERIO 2024.pptx
RiosMartin
 
Carnavision: anticipa y aprovecha - hackathon Pasto2024 .pdf
Carnavision: anticipa y aprovecha - hackathon Pasto2024 .pdfCarnavision: anticipa y aprovecha - hackathon Pasto2024 .pdf
Carnavision: anticipa y aprovecha - hackathon Pasto2024 .pdf
EleNoguera
 
ANALISIS CRITICO DEL PENSAMIENTO COLONIAL Y DESCOLONIZACION
ANALISIS CRITICO DEL PENSAMIENTO COLONIAL Y DESCOLONIZACIONANALISIS CRITICO DEL PENSAMIENTO COLONIAL Y DESCOLONIZACION
ANALISIS CRITICO DEL PENSAMIENTO COLONIAL Y DESCOLONIZACION
carla466417
 
Fundamentos filosóficos de la metodología de la enseñanza
Fundamentos filosóficos de la metodología de la enseñanzaFundamentos filosóficos de la metodología de la enseñanza
Fundamentos filosóficos de la metodología de la enseñanza
iamgaby0724
 

Último (20)

c3.hu3.p3.p4.Los seres humanos y no humanos.pptx
c3.hu3.p3.p4.Los seres humanos y no humanos.pptxc3.hu3.p3.p4.Los seres humanos y no humanos.pptx
c3.hu3.p3.p4.Los seres humanos y no humanos.pptx
 
UrkuninaLab.pdfsadsadasddassadsadsadasdsad
UrkuninaLab.pdfsadsadasddassadsadsadasdsadUrkuninaLab.pdfsadsadasddassadsadsadasdsad
UrkuninaLab.pdfsadsadasddassadsadsadasdsad
 
Presentación sector la arenita_paijan pptx
Presentación sector la arenita_paijan pptxPresentación sector la arenita_paijan pptx
Presentación sector la arenita_paijan pptx
 
Presentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdf
Presentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdfPresentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdf
Presentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdf
 
Programación de la XI semana cultural del CEIP Alfares
Programación de la XI semana cultural del CEIP AlfaresProgramación de la XI semana cultural del CEIP Alfares
Programación de la XI semana cultural del CEIP Alfares
 
Presentación simple corporativa degradado en violeta blanco.pdf
Presentación simple corporativa degradado en violeta blanco.pdfPresentación simple corporativa degradado en violeta blanco.pdf
Presentación simple corporativa degradado en violeta blanco.pdf
 
Qué entra en el examen de Geografía.pptx
Qué entra en el examen de Geografía.pptxQué entra en el examen de Geografía.pptx
Qué entra en el examen de Geografía.pptx
 
preguntas de historia universal. guia comipems
preguntas de historia universal. guia comipemspreguntas de historia universal. guia comipems
preguntas de historia universal. guia comipems
 
explorando los secretos de la fotosíntesis
explorando los secretos de la fotosíntesisexplorando los secretos de la fotosíntesis
explorando los secretos de la fotosíntesis
 
Maikell-Victor-Quimica-2024-Volume-2.pdf
Maikell-Victor-Quimica-2024-Volume-2.pdfMaikell-Victor-Quimica-2024-Volume-2.pdf
Maikell-Victor-Quimica-2024-Volume-2.pdf
 
Leyes de los gases según Boyle-Marriote, Charles, Gay- Lussac, Ley general de...
Leyes de los gases según Boyle-Marriote, Charles, Gay- Lussac, Ley general de...Leyes de los gases según Boyle-Marriote, Charles, Gay- Lussac, Ley general de...
Leyes de los gases según Boyle-Marriote, Charles, Gay- Lussac, Ley general de...
 
CALCULO DE AMORTIZACION DE UN PRESTAMO.pdf
CALCULO DE AMORTIZACION DE UN PRESTAMO.pdfCALCULO DE AMORTIZACION DE UN PRESTAMO.pdf
CALCULO DE AMORTIZACION DE UN PRESTAMO.pdf
 
TP__N1__Geller-Iris_Salinas-Jesica_(1)-1.pdf
TP__N1__Geller-Iris_Salinas-Jesica_(1)-1.pdfTP__N1__Geller-Iris_Salinas-Jesica_(1)-1.pdf
TP__N1__Geller-Iris_Salinas-Jesica_(1)-1.pdf
 
5° T3 EDITABLE EVALUACIÓN DARUKEL 2023-2024.pdf
5° T3 EDITABLE EVALUACIÓN DARUKEL 2023-2024.pdf5° T3 EDITABLE EVALUACIÓN DARUKEL 2023-2024.pdf
5° T3 EDITABLE EVALUACIÓN DARUKEL 2023-2024.pdf
 
ROMPECABEZAS DE COMPETENCIAS OLÍMPICAS. Por JAVIER SOLIS NOYOLA
ROMPECABEZAS DE COMPETENCIAS OLÍMPICAS. Por JAVIER SOLIS NOYOLAROMPECABEZAS DE COMPETENCIAS OLÍMPICAS. Por JAVIER SOLIS NOYOLA
ROMPECABEZAS DE COMPETENCIAS OLÍMPICAS. Por JAVIER SOLIS NOYOLA
 
Desarrollo-Embrionario-y-Diferenciacion-Celular.pptx
Desarrollo-Embrionario-y-Diferenciacion-Celular.pptxDesarrollo-Embrionario-y-Diferenciacion-Celular.pptx
Desarrollo-Embrionario-y-Diferenciacion-Celular.pptx
 
REGLAMENTO DE FALTAS Y SANCIONES DEL MAGISTERIO 2024.pptx
REGLAMENTO DE FALTAS Y SANCIONES DEL MAGISTERIO 2024.pptxREGLAMENTO DE FALTAS Y SANCIONES DEL MAGISTERIO 2024.pptx
REGLAMENTO DE FALTAS Y SANCIONES DEL MAGISTERIO 2024.pptx
 
Carnavision: anticipa y aprovecha - hackathon Pasto2024 .pdf
Carnavision: anticipa y aprovecha - hackathon Pasto2024 .pdfCarnavision: anticipa y aprovecha - hackathon Pasto2024 .pdf
Carnavision: anticipa y aprovecha - hackathon Pasto2024 .pdf
 
ANALISIS CRITICO DEL PENSAMIENTO COLONIAL Y DESCOLONIZACION
ANALISIS CRITICO DEL PENSAMIENTO COLONIAL Y DESCOLONIZACIONANALISIS CRITICO DEL PENSAMIENTO COLONIAL Y DESCOLONIZACION
ANALISIS CRITICO DEL PENSAMIENTO COLONIAL Y DESCOLONIZACION
 
Fundamentos filosóficos de la metodología de la enseñanza
Fundamentos filosóficos de la metodología de la enseñanzaFundamentos filosóficos de la metodología de la enseñanza
Fundamentos filosóficos de la metodología de la enseñanza
 

Cultura del envejecimiento

  • 1.
  • 2. Por una Cultura del Envejecimiento
  • 3. Lic. Felipe Calderón Hinojosa Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos Directorio Sedesol Lic. Heriberto Félix Guerra Secretario de Desarrollo Social Directorio Inapam Lic. Alejandro Orozco Rubio Director General del Inapam C.P. Martha Díaz Carbajal Directora de Administración Dr. Sergio S. Valdés Rojas Director de Atención Geriátrica Ricardo Pineda Zamora Director de Programas Estatales y Afiliación Nacional Lic. Arturo Serrano Meneses Titular del Órgano Interno de Control Lic. Pilar Torres Fernández Coordinación Lic. Carmen Estela Alcántara Lozano Coordinación Editorial Lic. Ofelia Ramos Salinas Cuidado de la Obra Lic. Fátima Reséndiz Vázquez Melisa Flores López Diseño Ulises Lago Óscar Cruz Lugo Ángeles Jíménez Archivo Inapam Fotografía Primera edición 2010 © D. R. Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores Petén 19, col. Narvarte, del. Benito Juárez, México, D. F. Prohibida la reproducción parcial o total por cualquier medio, sin autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales. ISBN 978-607-7956-00-6 Impreso y hecho en México PRÓLOGO México vive una transformación demográfica sin precedentes, en donde el envejecimiento de la población nos lleva a la necesi- dad de generar respuestas institucionales y sociales para encarar los desafíos presentes y futuros. La cultura del envejecimiento se ha convertido en una prioridad que nos encamina a fortalecer los lazos solidarios entre las generaciones e impulsar la revaloración de los adultos mayores, estimulando su plena inserción en la vida familiar, social, comu- nitaria, económica y política del país. Para la sociedad, cada vez es más importante que sus miembros alcancen una edad avanzada de forma saludable, lo que hace necesario potenciar la educación y la prevención de las enfermedades como mecanismos indispensables que garanticen mayor conocimiento del fenómeno de la vejez. Por una Cultura del Envejecimiento es una obra que tiene como objetivo presentar los esfuerzos que en México, sociedad civil y gobierno se realizan para enfrentar el reto del envejecimiento demográfico. El Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam), como organismo rector de la política pública en favor de la población de 60 años y más, invita a la reflexión sobre este tema, a través de cinco ejes rectores que el Gobierno del Presidente Felipe Calderón Hinojosa implementó y que responden a las necesidades sociales de las personas de edad. Primer Eje: Cultura del Envejecimiento. Conjunta las acciones encaminadas a asegurar que con la participación activa de la sociedad, bajo un enfoque de derechos, se pueda construir un México que procure, respete y ame a sus adultos mayores. Segundo Eje: Envejecimiento Activo. Plantea la promoción de actividades físicas, culturales, sociales y recreativas, que per- mitan ampliar la esperanza de vida saludable y la productividad, todo con un enfoque preventivo. Tercer Eje: Seguridad Económica. Reúne las acciones encaminadas a garantizar la seguridad económica como componente fundamental de la calidad de vida, mediante empleo, capacitación y microcréditos. Cuarto eje: Protección Social. Contribuye a mejorar los niveles de bienestar de las personas adultas mayores en condiciones de vulnerabilidad. Implica crear oportunidades y proporcionar los medios para lograr que la población esté por encima de los umbrales mínimos de calidad de vida. Quinto eje: Promoción de los Derechos de las Personas Adultas Mayores. Conjunta las acciones para garantizar la protec- ción de los derechos de las personas adultas mayores. Contribuye a la sensibilización y concientización de que el adulto mayor es sujeto de derechos, que no son concesiones graciosas ni dádivas del gobierno. Si bien el adulto mayor tiene necesidades especia- les, éstas no lo hacen menos valioso y por el contrario, es responsabilidad de todos construir una sociedad en la que se les apoye no por caridad, sino porque es su derecho. La cultura del envejecimiento es, en resumen, un cambio en la visión actual sobre las personas adultas mayores, para terminar con el estigma que favorece la discriminación de este sector. En el Inapam estamos seguros que la mejor manera de difundir la cultura del envejecimiento, es reeducar a las generaciones que se encuentran en la etapa de vida productiva y comenzar a inculcar desde la enseñanza básica, nuevos modelos y aspiraciones relacionadas con la actividad en la vejez. Dignificar al adulto mayor es una tarea que debe incluir acciones en todas las generaciones y toda la sociedad. Corresponde al sector privado, a la sociedad civil y al gobierno, en todos los niveles, crear los espacios para favorecer la vejez saludable y digna. Lic. Alejandro Orozco Rubio Director General del Inapam
  • 4. ÍNDICE Capítulo 1. Cultura del Envejecimiento Hacia un envejecimiento dinámico y saludable Desarrollo Integral de la Familia El apoyo familiar para el cuidado del adulto mayor Colegio de la Frontera Norte Formación de profesionales en favor de la vejez Universidad Estatal del Valle de Ecatepec El mejor camino para alcanzar una autonomía satisfactoria Instituto de Geriatría Adultos mayores, los más discriminados en nuestro país Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación Desafíos presentes y futuros del envejecimiento demográfico Dr. Sergio S. Valdés Rojas Por un envejecimiento exitoso Comisión Nacional de los Derechos Humanos Capítulo 2. Envejecimiento Activo Una vejez activa y participativa Universidad de la Tercera Edad La educación fortalece su independencia Instituto Nacional para la Educación de los Adultos Avances de la investigación sobre envejecimiento Secretaría de Salud Capítulo 3. Seguridad Económica Experiencia, base del éxito de la empresa familiar Fondo Nacional de Apoyos para Empresas en Solidaridad Integración Social en actividades productivas Universidad Autónoma Metropolitana Capítulo 4. Protección Social El abordaje del envejecimiento en México Secretaría de Salud Situación de los adultos mayores indígenas Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas 70 y Más... Programa de la Secretaría de Desarrollo Social 7 9 13 19 25 35 41 49 51 53 59 63 75 77 85 91 93 103 111
  • 5. CAPÍTULO 1 Cultura del Envejecimiento Capítulo 5. Promoción de los Derechos de los Adultos Mayores Una perspectiva jurídica Senado de la República En defensa de sus derechos Comisión Nacional de los Derechos Humanos Adultos mayores, de principio a fin Instituto Nacional de Estadística y Geografía Ley de los derechos de las Personas Adultas Mayores Bibliografía Agradecimientos 115 117 127 131 139 141 149
  • 6. Por una cultura del envejecimiento 9 Desarrollo Integral de la Familia Simone de Beauvoir en su libro La Vejez expresa que tanto el sentido que los hom- bres dan a su existencia como su sistema global de valores son los que definen la estimación y el valor de la ancianidad. A la inversa, por la forma en que una so- ciedad se comporta con sus viejos descubre, sin equívoco, la verdad –a menudo, cuidadosamente enmascarada– de sus principios y fines.1 Escuela para hijos Cada sociedad ha adoptado medidas preventivas y soluciones a los problemas que plantean los ancianos. Por ejemplo, cuando los esquimales sienten que son una carga para la familia porque ya no pueden con los quehaceres de la casa, la pesca o de la caza, prefieren morir con honor al cobijo de la nieve o al dejarse caer en el agua. En México, los relatos precolombinos confirman que el anciano era el conocedor de los misterios y designios, por lo cual recibían el respeto de su comunidad. Es más, uno de sus dioses principales era Huehuetéotl, el dios viejo, el guardián del fuego sagrado, y en el mundo maya su equivalente era Khin.2 Esta cultura de veneración al anciano sufre cambios en la sociedad moderna debido a las modificaciones en la estructura familiar, la globalización, la extrema pobreza y la insuficiencia en los sistemas de seguridad social, entre otros factores, que dificultan la permanencia con bienestar de los ancianos, incluso con respuestas sociales gerontofóbicas. Ante esta situación, hay que crear alternativas viables que reconozcan nuevamente el valor de las personas de 60 años de edad y más en la sociedad. La realidad social del adulto mayor mexicano tiene facetas múltiples y con ello innumerables aspectos que retan a todo aquel profesional interesado en este grupo de edad, a crear las políticas públicas, a planificar acciones que prevengan toda clase de riesgos que lleven a la exclusión social y el maltrato en contra de este grupo de edad, ya que dicha exclusión minimiza su funcionalidad física, mental, social y provoca el desconocimiento de sus más elementales derechos humanos. El tema de los adultos mayores ha sido estudiado por la Gerontología, que es la ciencia que analiza el proceso de envejecimiento desde los ámbitos biológico, psicológico y social.3 El aporte de la Gerontología Social es amplio, pues permite conocer la dimensión social del envejecimiento de acuerdo con las diferentes sociedades, culturas y mitos que permiten explicar la interacción entre este sector de la población y la sociedad.4 Hacia un envejecimiento dinámico y saludable 1DE BEAUVOIR, Simone, La vejez, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1970. 2 GARCÍA RAMÍREZ, José Carlos , La vejez, el grito de los olvidados, Manufactura, AC, Plaza y Valdés Editores, México, 2003, (pp. 58-74). 3 MENDOZA NUÑEZ, Víctor Manuel, Gerontología Comunitaria, CONACyT, México, 2004. 4 SÁNCHEZ SALGADO, Carmen Delia, Gerontología Social, Espacio, Buenos Aires, Argentina, 2005, (p. 9).
  • 7. 10 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 11 Durante la aplicación de este programa se ha logrado la con- vivencia intergeneracional con diferentes centros educativos como jardines de niños, primarias, secundarias, preparatorias y estudiantes de nivel superior. También, a través de sesiones generales o cursos-taller, se ha puesto énfasis en la capacitación de cuidadores primarios, grupos voluntarios, personal de aten- ción a personas adultas mayores de las entidades federativas, organizaciones civiles y familias, para la prevención, atención y rehabilitación de este sector de la sociedad que presenta di- ferentes necesidades. El Programa Escuela para Hijos se ha impartido en gran par- te de los estados y municipios de la República Mexicana, con gran respeto por la cultura, ideología, religión y proyecto de vida de cada persona. De acuerdo con los ejes establecidos por el Programa Na- cional Gerontológico se tratan temas diversos, acordes con las necesidades de cada grupo, tales como envejecimiento sano y patológico; deterioro cognoscitivo, atención del paciente de- pendiente en casa, envejecimiento social, aspectos tanatoló- gicos, ejercicios, lubricación de la piel, ludoterapia, sociedad y anciano; familia y anciano; movilización y atención de pacien- tes encamados; cuidados paliativos, fomento y reafirmación de los valores que permitan la convivencia intergeneracional; preparación para la jubilación y proyecto de vida para este grupo de edad, así como todos los aspectos relacionados con la vejez, expuestos por profesionales de diferentes disciplinas gerontogeriátricas. Para recordar La cultura del envejecimiento permite añadir vida a los años y no años a la vida. Escuela para Hijos es un programa de edu- cación social integral basado en la promoción de la salud, di- rigido a la comunidad en general, para fomentar una cultura de envejecimiento, que permite a la persona de edad madura tomar conciencia y modificar los hábitos que le restarían vida. La participación de la familia es indispensable para modificar la cultura del envejecimiento. 5 RUBIO HERRERA, Ramona, Máster en Gerontología Social; Fundación Universitaria Iberoamericana, España, (p. 33). 6 Ibídem. 7 Plan Nacional Gerontológico, Sistema Nacional DIF, octubre 2005, (p. 27). Parte de la Gerontología permite realizar investigaciones y gerontoprofiláxis, que aportan a la sociedad los suficientes ele- mentos para solidificar y modificar las creencias que sobre el envejecimiento posee una determinada sociedad. Sobre todo, busca aquellos factores determinantes de la cultura del enve- jecimiento y sus derechos. Al respecto, se puede decir que en México se está en una lu- cha continua en contra de los procesos culturales que limitan la participación del adulto mayor en la sociedad. Les negamos el derecho a opinar en asuntos que sólo ellos deberían hacerlo. Calidad de vida La calidad de vida en las personas adultas mayores se puede definir como: “aquella que se funda en el gozo tranquilo y segu- ro: de la salud y la educación, de una alimentación suficiente y de una vivienda digna, de un medio ambiente estable y sano, de la justicia, de la igualdad entre sexos, de la responsabilidad de la vida cotidiana, de la dignidad y de la seguridad”.5 Es importante señalar que la calidad de vida está determi- nada por un sentimiento subjetivo de bienestar, además de ser multidimensional, porque implica factores físicos, funcionales, emocionales, sociales y espirituales. Su concepción puede va- riar de una cultura a otra y de un ambiente social a otro.6 Es a partir de esta definición de calidad de vida que se deben establecer los mínimos parámetros para una cultura del enve- jecimiento, ya que involucra valores y derechos humanos bá- sicos. Uno de ellos es la dignidad, fundamento de los derechos humanos,puestoquesisecarecedeella,nosepuedenreclamar ni el reconocimiento ni la vigencia de los propios derechos. Por el contrario, si se tiene dignidad, existe la posibilidad del autocuidado, la autorrealización y la participación en pro de establecer estilos de vida y hacerlos extensivos a otros sec- tores de la sociedad. La modificación en favor de una cultura del envejecimiento recae nuevamente en las familias, pues debe ser a partir de edades muy tempranas cuando el niño inicie con estilos de vida que permitan su desarrollo equilibrado y plena satisfacción, además de reconocer el valor de sus mayores. Cómo son los mayores El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) ha establecido estrategias que pretenden influir en la sociedad para mejorar la calidad de vida del adulto mayor. Por eso creó el Programa Escuela para Hijos, cuyos antece- dentes datan de 1987, cuando el equipo de Trabajo Social de la Casa Hogar para Ancianos "Arturo Mundet", hoy Centro Na- cional Modelo de Atención, Investigación y Capacitación Ge- rontológico "Arturo Mundet", detectó la necesidad de los fami- liares y responsables de los usuarios de esta institución, de ser capacitados sobre el proceso de envejecimiento de sus mayo- res. Era indispensable que conocieran los cambios biológicos, psicológicos y sociales de sus padres o abuelos, para compren- prenderlos, atenderlos, aceptarlos, pero sobre todo, potenciar su desarrollo y evitarles la soledad, el abandono y la margi- nación de que son objeto. El grupo de trabajo proyectó reuniones para el público en general. Paralelamente la Casa Hogar "Vicente García Torres" inició el Programa Escuela para Hijos, que en 1994 ganó el Premio de la Administración Pública. Desde entonces el Cen- tro Nacional y las casas hogar para ancianos del Sistema Na- cional DIF, ofrecen estos cursos, los cuales han servido para que los participantes multipliquen conocimientos adquiridos en su medio social. Aprender a ser hijo Lo anterior sirvió de base para que el DIF creara en octubre de 2005 el Programa Nacional Gerontológico, que estable- ce en el apartado de Escuela para Hijos que el ser humano perfecciona su conducta de autocuidado, al poseer informa- ción acerca de la forma de prevenir las diferentes patologías que se presentan conforme avanza la edad y modifica su acti- tud hacia los adultos mayores, lo que sensibiliza para brindar- les un mejor trato. Este programa se dirige a la comunidad en general, primordialmente, a la familia del adulto mayor, tanto institucionalizado como de la comunidad, para fomentar el envejecimiento exitoso.7
  • 8. 12 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 13 El apoyo familiar para el cuidado del adulto mayor Colegio de la Frontera Norte * El apoyo social para los adultos mayores es de suma importancia, debido a que las tendencias sociodemográficas en México indican una clara disminución poblacional de niños y jóvenes, así como el aumento considerable de las personas mayores, por lo que se espera que en el 2050 habrán en nuestro país 41.4 millones de habitantes con más de 60 años.8 Este proceso de envejecimiento de la población, unido a cambios de tipo econó- mico, tecnológico, político, cultural y biológico, ha determinado que los patrones de salud y enfermedad se transformen continuamente. El paso de las enfermedades infecciosas comunes a las no transmisibles, las lesiones y los padecimientos menta- les ha sido una de las principales características que se hacen evidentes en la po- blación envejecida9 donde no sólo influyen las condiciones actuales del adulto ma- yor, sino también su exposición a factores de riesgo durante etapas anteriores. El aumento en la duración de los males crónicos y la presencia de medidas paliativas, que disminuyen la mortalidad, han llevado a un incremento de la prevalencia de las enfermedades y como consecuencia de la discapacidad asociada. “La transición epidemiológica conlleva una transformación profunda en el significado social de la enfermedad. De ser un pro-ceso agudo y transitorio, que se resuelve ya sea con la curación o con la muerte, el padecimiento llega a constituirse en un estatus crónico, frecuentemente estigmatizado, en el que la carga psicológica, social y económica se acrecienta.”10 En un país como México, los factores psicológicos, sociales y económicos que acompañan al panorama de una mortalidad descendente junto con una morbilidad creciente en los adultos mayores, constituyen características altamente heterogéneas entre grupos sociales y regiones del país cuyas condiciones varían de manera importante no sólo durante la vejez sino a lo largo de la vida. En este sentido, cobra relevancia el concepto de carga alostática11, definido como la exposición acumulada durante la vida a condiciones que incrementan el riesgo de diferentes formas de discapacidad y de enfermedades crónicas. Dentro de estas condiciones, las desigualdades sociales en salud de los adultos mayores en México están representadas en primer lugar por un número significativo de hogares cuyos miembros viven en condiciones económicas sumamente adversas, con ingresos inferiores a los mínimos indispensables para satisfacer las necesidades de salud. Los adultos mayores que viven bajo estas condiciones no sólo tienen una salud deteriorada, sino que les acompañan sen- 8 CABRERA, G. (2000). México. El destino demográfico que se anuncia a mitad del siglo XXI en la población de México, situación actual y desafíos futuros. Conapo, Secretaría de Gobernación. 9 FRENK, Julio. (1994). La salud de la población. Hacia una nueva salud pública. México, DF, FCE. 10 Ibídem. 11 Mc EWEN, B.S. y STELLAR E. (1993). Stress and the Individual: Mechanism Leading to disease Arch Intern Med. 153: 2093-2101. 12 SCHILLERSTROM, J.E., ROYALL DR, PALMER RF. (2008). Depression, Disability and Intermediate Pathways: A Review of Longitudinal Studies in Elders. J Geriatr Psychiatry Neurol, 1, 21(3): (183 -197). A partir de esta cultura del envejecimiento, se pretenden fomentar y fortalecer las redes sociales y familiares, mejorar las actitudes ante el auto cuidado social, físico y emocional, que por ende dignificarán a las personas de esta edad. Para ello, se debe: • Diseñar y difundir contenidos educativos intra y extra ins- titucionales para la promoción de la salud de los adultos mayores. • Fomentar la sensibilización en la comunidad, sobre el pro- ceso de envejecimiento. • Propiciar la modificación de actitudes que redunden en una mejor calidad de vida, al tomar como base la nutri- ción y acondicionamiento físico. • Ampliar la capacidad de respuesta del personal, familiares y comunidad en la atención del anciano. • Contribuir a aumentar la calidad de vida y el trato digno. A nivel individual, vale la pena hacer un alto a cualquier edad y, sobre todo, en la antesala de la vida adulta mayor, en la sexta década de la vida, donde es necesario replantear metas, pues se llega a considerar que no es posible seguir siendo pro- ductivo, se debe iniciar una nueva relación, emprender nuevos retos como el aprendizaje de una profesión o de un oficio, al cual en la juventud no se le dio el tiempo para desarrollarlo. Se debe considerar que cualquier tiempo es el mejor momento. Sólo podremos replantear y hablar de políticas de cultura del envejecimiento propias, cuando hagamos conciencia y vea- mos nuestra realidad social mexicana, aceptemos nuestro pro- pio envejecimiento, y podamos reconocer nuestros derechos así como el valor de nuestra dignidad, para entonces poder alcanzar una vejez con calidad y plena. El amor les aporta seguridad y bienestar lo que mejora, en gran medida, su calidad de vida.
  • 9. 14 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 15 en mayor riesgo de mortalidad que las mujeres cuando les fal- ta el apoyo emocional o instrumental.17 Los efectos de este apoyo se han visto relacionados con al- gunos padecimientos específicos. Las personas con enferme- dad cardiaca reportan un mejor estado de salud cuando reciben ayuda de sus redes sociales. El poder hablar libremente sobre su enfermedad con amigos y familiares mejora el estado de sa- lud de los adultos mayores con cáncer. Finalmente en los pa- cientes con diabetes, el manejo adecuado de la enfermedad (nutrición, ejercicio y medicación) depende en gran medida de la asistencia social que reciben, y la falta de ésta afecta la salud mental, contribuye a la presencia de depresión, desmoraliza- ción y problemas psicológicos. La reciprocidad del apoyo social es una parte fundamental delavaloraciónpositiva.Daryrecibirayudaemocionaleinstru- mental, especialmente entre generaciones, es importante para ellos. El estudio sobre “Envejecimiento, salud y bienestar en América Latina y el Caribe (SABE)” encontró que los adultos mayores que vivían con sus hijos recibían la misma cantidad de ayuda que daban, mientras que los que no habitaban con ellos, recibían más apoyo que el que daban.18 La contribución del adulto mayor al bienestar de su familia generalmente se traduce en el arreglo de la casa, cuidado de los nietos y la socialización. La comprensión sobre este tipo de relaciones generacionales, la forma como se constituyen, los factores que las modifican y los efectos que tienen se han convertido en un foco de investigación relevante. Por el contrario, algunos tipos de apoyo social pueden ser dañinos para el bienestar psicológico de los adultos mayores. Lasinteraccionessocialesnegativasyambivalentespuedenincre- mentar el estrés psicológico, los hombres son particularmente vulnerables. Asimismo, los síntomas de depresión son más se- veros cuando hay poca satisfacción con la cantidad o la calidad del apoyo social y son la base sobre la que puede presentarse el maltrato, la violencia y el abuso.19 El valor de los roles en la sociedad mexicana Las problemáticas de salud asociadas al envejecimiento de la población no pueden analizarse desde una óptica individual. No sólo tienen que ver con los adultos mayores, sino también con todas aquellas personas que conviven con ellos y cuyas interrelaciones se modifican y se hacen más complejas. En términos generales, la familia mexicana se ha descrito como una red extensa compuesta por distintos miembros que no sólo tienen relaciones de parentesco, sino también por per- sonas que viven cerca geográficamente y por aquellos con los que se interactúa frecuentemente y se intercambia ayuda.20 Las explicaciones culturales de dichos arreglos familiares hacenénfasisenel familismocomoelementocentral.Laorien- tación colectiva prima sobre la orientación individualista, los roles son altamente valorados y los miembros de estos grupos están más orientados hacia la convivencia y las necesidades de la unidad familiar.21 El familismo tiene tres dimensiones desde la cuales se le pue- de analizar: la dimensión demográfica, que considera el tama- ño, la estructura y los patrones de nupcialidad y fertilidad; la conductual que define las actividades a través de las cuales cumplen los roles, es decir, el apoyo económico, instrumental y/o emocional que aporta cada uno de los integrantes. Por último, la actitudinal en la que se consideran los valores de la familia como la lealtad, reciprocidad y solidaridad.22 La alta prevalencia de la familia extendida desde una pers- pectiva cultural enfatiza la preferencia por los arreglos grandes y complejos entre sus integrantes; sin embargo, desde una perspectiva socioeconómica se considera a estos patrones co- mo el delineamiento de una estrategia de sobrevivencia que se presenta en los grupos de bajos ingresos, como una respuesta adaptativa a las circunstancias sociales y económicas a las que se enfrentan y que las viven de una manera más equitativa y organizada. 17 RUDKIN, L. (2007). Socieconomic Status. Encyclopedia of Health & Aging. SAGE Publications. 18 PELÁEZ , M. y MARTÍNEZ, I. (2002) Equity and Sistems of Intergenerational Transfers in latin America and the Caribbean. Pan American Journal of Public Health 11/5-6 439-43. 19 PILLEMER, K. y SUITOR, J. (2006) Making Choices: A Within-family Study of Caregiver Selection The Gerontologist, 46 (4): 439-448. 20 LOMNITZ, L.A. y PEREZ-Lizaur M (1982). Culture and ideology among Mexican entrepeneurs, J. R. Barstow (ed.) Culture and ideology: Anthropological perspectives, Minneapolis, University of Minnesota Press. 21 VEGA, W. A. (1995). The study of latino families: A point in departure. In R. E. Zambrano, ed. Understanding latino families: Scholarship, policy and practice (pp. 3-17). Thousand Oaks, CA: Sage. 22 VALENZUELA, A. y DORNBUSCH S. (1994) Familism and Social Capital in the Academic Achievement of Mexican origin and Anglo Adolescents. Social Science Quarterly 75 (pp 18-36). timientos de limitación física que afectan el desempeño de sus actividades cotidianas12. Por otra parte, la baja escolaridad característica de esta población se relaciona con mayor morbi- lidad y discapacidad debido a su relación con la exposición a fac- tores de riesgo y a estilos de vida donde la salud no constituye una prioridad.13 Asimismo, el índice de mujeres con discapacidad es más al- to que el de los hombres, debido a esto la expectativa de vida saludable es menor en las mujeres, tres de cada cuatro sufren entre uno y tres condiciones discapacitantes como artritis, in- continencia y pobre visión, lo que genera mayor número de accidentes como caídas, fractura de cadera y depresión.14 Aunque las mujeres viven más años que los hombres, ellas pa- san gran parte de su vejez con discapacidad. Mejorar su calidad de vida es labor de todos En nuestro país, al igual que en otras regiones en vías de desa- rrollo, la longevidad no va de la mano con la salud. La morbili- dad y discapacidad frecuentes en gran parte de la población de los adultos mayores dirigen la atención sobre su calidad de vida, donde el bienestar personal y social dependerá en gran medida del soporte familiar, comunitario e institucional que reciba. Estas tres fuentes de apoyo constituyen una importante red social que integra a todas las personas con quien el adulto mayor interactúa, con quien se siente unido y fortalecido y de quien recibe auxilio o transferencias de cuatro tipos: • Apoyo material, tiene que ver con los recursos moneta- rios y no monetarios que el adulto mayor puede recibir en forma de dinero, regalos, comida, ropa y realización de algún trámite. • Instrumental, se refiere a la ayuda que reciben en labo- res del hogar, transporte, cuidado y acompañamiento. • Emocional, se expresa en el cariño, confianza y preocu- pación que se transmiten a través de visitarlos y escu- charlos, además de la transmisión física de afecto. 13 ADLER, N.E. y NEWMAN, K. (2002) Socioeconomic Disparities In Health:Pathways And Policies. Health Affairs 21(2) 60-75. 14 KINSELLA, K., WAN, H. (2009) An Aging World: 2008. U.S. Census Bureau, International Population Reports, U.S. Government Printing Office, Washington, DC. 15 MORENO, E. (2004) Collectivize Social Support? Elements for Reconsidering the Social Dimension in the Study of Social Spanish Journal of Psychology, Vol. 7, No. 2, 124-134. 16 HAYS, J. C. (2007). Social Networks and Social Support Encyclopedia of Health & Aging. SAGE Publications. • Informacional o cognitivo, se refiere al intercambio de información, de experiencias y de darles consejos que les sirvan como guía para realizar alguna actividad o com- prender una situación.15 Los estudios sobre apoyo social a este sector reportan di- ferencias demográficas importantes, en comparación con los jóvenes, los adultos mayores requieren que su red de asisten- cia sea más pequeña y menos diversa. Las mujeres reciben más ayuda emocional que los hombres, pero estos reciben más asis- tencia instrumental. La fragilidad característica de los últimos años de vida in- crementa las necesidades de tipo material e instrumental. La discapacidad física expande las redes de apoyo de las personas adultas mayores mientras que la discapacidad cognoscitiva las reduce. Asimismo, se ha visto que su participación en activi- dades comunitarias y religiosas incrementa la red social y por ende las fuentes de ayuda que recibe. El impacto de los even- tos estresantes agudos y de las condiciones estresantes cróni- nicas sobre el bienestar del adulto mayor también va a depen- der de la presencia del apoyo social.16 Uno de los hallazgos más consistentes está relacionado con las consecuencias de la falta de asistencia social sobre la super- vivencia. La muerte prematura por diferentes causas como la enfermedad cardiaca, el cáncer, las fracturas de cadera, otros accidentes y el suicidio se ha relacionado con esta situación de aislamiento de la sociedad. Algunas características estructurales de las redes sociales que se consideran un riesgo son: el no estar casado, no tener hijos o tener pocos hijos, no tener conexiones con organi- zaciones comunitarias, ser nuevo en el vecindario, y tener una red pequeña de familiares, amigos o compañeros. Incluso una red pequeña puede disminuir el riesgo de mortalidad. Visitar a los amigos y familiares es un potente inhibidor de la mortalidad, aunque la efectividad de estas relaciones varía entre las culturas. Mientras para algunos, la convivencia con los amigos es más beneficiosa, para otros lo son las inter- acciones con familiares. Se concluye que los hombres están
  • 10. 16 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 17 quiere el adulto mayor: 1) Aumento de hogares con adultos mayores entre sus miembros. 2) Reducción del tamaño de los hogares. 3) Coexistencia de diversos tipos de arreglos residen- ciales. 4) Aumento de la proporción de hogares encabezados por mujeres. 5) Responsabilidad económica más equilibrada entre hombres y mujeres.28 El fenómeno del envejecimiento de las personas, producto del aumento en la expectativa de vida y de la disminución en el tamaño de los hogares, ha determinado que las redes fami- liares y la diversificación del apoyo relacionado con el número de integrantes de la familia estén disminuyendo. A diferencia de lo que sucedía anteriormente, la presencia de cinco o más miembros por hogar es una característica que ha disminuido29, lo que también implica una disminución en el número de cuidadores potenciales que podrían tener los adul- tos mayores. Por otra parte, aunque el tiempo familiar se está incremen- tando y cada vez es más frecuente que convivan personas de 28 ARRIAGADA, I. (2004). Transformaciones sociales y demográficas de las familias latinoamericanas. Papel Poblac, 40: (pp 71-95). GARCÍA B. y ROJAS, O. (2001) Recents transformations in Latin american families: a socio-demographic perspective. Presented at Gen. Popul. Conf. IUSSSP, XXIV, Salvador de Bahia, Brazil. 29 LÓPEZ, P. (2001). Los Hogares/Cambios sobresalientes en la composición de los hogares. Demos No. 014, enero. 30 SARACENO, C. (1995), Familismo ambivalente y clientelismo categórico en el estado del bienestar italiano, en Sarasa, S. y Moreno, L. (eds.) El estado del bienestar en la Europa del Sur, (pp. 261- 288). Madrid: CSIC. 31 LÓPEZ, P. (2001). Los Hogares/Cambios sobresalientes en la composición de los hogares. Demos No. 014, enero. varias generaciones en el hogar, las redes de apoyo tienden a disminuir considerando que la mayoría de los miembros de las familias se encuentran en edades laborales. Estrechamente relacionado con lo anterior, la mayor participación de la mujer en la actividad económica produce un efecto directo sobre el modelo de la mujer cuidadora que durante años ha sido la base de la atención a los adultos mayores. Las repercusiones de este cambio en algunos países europeos se han englobado en el concepto de Familismo ambivalente para señalar la di- fícil conciliación entre prioridades profesionales y afectivo- familiares.30 Adicional al efecto de las transformaciones demográficas sobre los hogares, su reconfiguración también se manifiesta a través de cambios en las conductas, actitudes, modos de vida, hábitos y prácticas compartidas por los miembros de la familia que actúan sobre sus relaciones, posiciones y roles31 y modifican su participación en las redes de apoyo que requiere el cuidado de la salud de los adultos mayores. Cada día es más frecuente que convivan personas de varias generaciones en las familias. Las redes familiares amplias y fuertes pueden compensar las limitaciones en los recursos económicos23 o proporcionar un medio para afrontar las dificultades asociadas con la migración internacional. De manera general los estudios en México y en otros países en desarrollo muestran consistentemente que predomina la corresidencia del adulto mayor con sus hijos o sus nietos y que al mismo tiempo los apoyan de una manera importante.24 El arreglo familiar en el que viva un adulto mayor no depen- derá solamente de factores culturales, sociales o económicos sino de manera definitiva por el estado de salud. Los cuida- dos que requiere son variables en función del grado de depen- dencia que presentan. Aquellos que requieren ayuda en las actividades básicas de la vida diaria (vestirse, ir al baño, ba- ñarse, alimentarse y para desplazarse en distancias cortas) presentan un mayor nivel de dependencia y demandan ma- yor auxilio que los que necesitan ayuda en las actividades instrumentales de la vida diaria (manejar el dinero, ir de com- pras, preparar una comida o tomar medicamentos). La obligación filial es la norma cultural que define a los hijos como los responsables de los padres, además de ser también una expectativa de éstos, quienes prefieren y esperan recibir 23 BACA, Zinn M. Wells B. (2000). Diversity within Latino families: new lessons for family social science. In Handbook of Family Diversity, ed. DH Demo, KR Allen, MA Fine, (pp 262-73). New York: Oxford Univ. Press. 24 BONGAARTS, J. Zimmer Z. (2002). Living Arrangements of older Adults in the Developing World: An Analysisi of Demographic and Health Survey Household Surveys. Journals of Gerontology Series B: Psychological Sciences and Social Sciences 57, (pp 145-57). 25 ROBLES-SILVA, L. (2006) El cuidado de los ancianos: la feminización de la obligación filial. ROBLES-SILVA, et al. (eds), Miradas sobre la vejez: un enfoque antropológico. Tijuana, Baja California: El Colegio de la Frontera Norte. Plaza y Valdés. 26 UNIFEM. (2005). Progress of the world's women 2005. UNIFEM Bienial Report. New York, NY: UNIFEM. 27 ROBLES-SILVA L. (2000). The caregiver phenomenom: An invisible result og aging. In Mexican Society of Demography sixth national meeting on demographic research. México City: A. C. El Colegio de México. los cuidados por parte de sus hijos y no de otras personas. Sin embargo, más que los hijos, los actores principales de la obligación filial son las mujeres.25 Este rol del cuidador ligado al género femenino posee raíces importantes dentro de la cultura mexicana donde el modelo tradicional del “hombre proveedor- mujer cuidadora” constituye la base del cuidado de los hijos y de la familia. En gran parte de los casos el cuidado de los adultos mayores recae en la solidaridad proporcionada prin- cipalmente por hijas, nietas, vecinas, etcétera, quienes llevan a cabo el cuidado informal como cualquier actividad laboral que requiere tiempo, energía y que no es económicamente remu- nerada.26 Se ha considerado un trabajo para las mujeres y responsabilidad de ellas en muchas culturas como la mexicana.27 Influencia del cambio en la estructura de los hogares Los patrones familiares han ido cambiando como consecuencia de la transición demográfica al igual que por algunas transfor- maciones socioeconómicas y culturales. Los cambios en la estructura y composición de los hogares mexicanos pueden resumirse en cinco tendencias con importantes implicaciones para la comprensión de los sistemas de apoyo social que re- La norma cultural define principalmente a las mujeres como responsables de los padres.
  • 11. 18 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 19 Formación de profesionales en favor de la vejez Universidad Estatal del Valle de Ecatepec * Las rutas a seguir en la educación (visión), en las formas en las que hay que educar (misión)yenlosimpactosconcretosdelprocesoeducativo(formación),representan los desafíos para cualquier proyecto de enseñanza superior o profesional. En lo que compete a la formación profesional, la educación no solamente se mide por la ad- quisición individualizada de conocimientos, habilidades y actitudes, sino también en la forma de pretender responder a las necesidades que se ciernen en el entorno. Visualizar las necesidades colectivas, distinguirlas en cuanto a su grado de insatis- facción y atenderlas en cuanto a su prioridad, representan la tarea a cumplir de las instituciones.35 Y es allí donde la formación de recursos profesionales se convierte en una exigencia social traducida en política pública educativa implementada. En la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior: “Visión y acción en el siglo XXI”, se indica que “en los albores del nuevo siglo se observa una demanda de educación superior sin precedentes, acompañada de una gran diversificación de la misma y una mayor toma de conciencia de la importancia fundamental que este tipo de educación reviste para el desarrollo sociocultural y económico y para la construcción del futuro, de cara al cual las nuevas generaciones deberán estar preparadas con nuevas competencias y nuevos conocimientos e ideales”. 36 Las demandas colectivas y las ofertas institucionales fueron adoptadas por el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1976), donde en el Artículo 13 habla, a grandes rasgos, sobre los derechos de toda persona a tener acceso a la educación, a ser copartícipe en la capacitación necesaria para el desarrollo social y a recibir los productos derivados del proceso educativo. De esa manera, los espacios educativos son el mejor escenario para desarrollar las recomendaciones de los organismos in- ternacionales. Entre esos espacios se encuentran las universidades donde la formación de recursos profesionales se orienta hacia tres niveles: 1) Responsabilidades sociales. 2) Generación, transmisión y aplicación de conocimientos e 3) Impactos en el desarrollo humano. Ante tales circunstancias ha venido incubándose, desarrollándose y ahora consolidándose los estudios gerontológicos y, por ende, la formación de recursos humanos en gerontología. En la actualidad, la gerontología es una disciplina científica tendiente a responder o buscar soluciones a las necesidades so- ciales. Una necesidad insoslayable es aquella derivada del proceso del envejecimiento que experimentan las sociedades y los individuos en particular. 35 VAN, DYKE V. (1974). "Human rights and the rigths groups", en American Journal Political Science, V. 18, Núm. 4, University Press, Chicago 36 UNESCO.Declaración Mundial sobre la Educación Superior (1998). Washington, D. C. En este contexto cobra relevancia el concepto de dinámica intrafamiliar entendida como un“... conjunto de relaciones de cooperación, intercambio, poder y conflicto que hombres y mujeres y generaciones establecen en el seno de las familias en torno de la división del trabajo y los procesos de toma de decisiones...”32 No se trata solamente de una mayor disponibilidad de redes de apoyo, la calidad, frecuencia, efectividad y disponibilidad es lo fundamental considerando que la reciprocidad no siempre está presente particularmente en el caso de los adultos ma- yores con discapacidad y/o enfermedades crónicas. En estos casos el intercambio equilibrado de dar y recibir, no está pre- sente. La imposibilidad de reciprocar a sus hijos hace que la relación sea asimétrica y que opere bajo mecanismos emocio- nales y de obligación determinados por la cultura33. En última instancia, será la dinámica intrafamiliar la que determine la forma como se activa y opera la red de apoyo. Lo anterior es particularmente evidente en contextos de pobreza donde la activación de redes familiares está además limitada por la dis- tancia económica que también se traduce en distancia geo- gráfica y social.34 La mayor probabilidad de discapacidad y enfermedad en la población que envejece plantea una serie de interrogantes sobre el papel de la familia, cuyas transformaciones modifican los modelos clásicos de apoyo a los adultos mayores. El fami- lismo, que ha sido un potenciador de la solidaridad entre las generaciones se encuentra en proceso de cambio tanto en su dimensión estructural, como en sus dimensiones conductual y actitudinal. Los cambios en el tamaño y estructura de los hogares, la asunción de roles diferentes y la difícil conciliación entre los valores de lealtad, reciprocidad y solidaridad con la vida laboral, están produciendo un debilitamiento de las redes de apoyo decisivas para el bienestar y cuidado de las personas mayores. *Silvia Mejía Arango. 32 OLIVEIRA, O y ARIZA, M. (1999). Trabajo, familia y condición femenina. una revisión de las principales perspectivas de análisis. Papeles de población 020. 33 MONTES DE OCA, V. (2000). Relaciones familiares y redes sociales. Envejecimiento demográfico en México, retos y perspectivas, (pp. 289-326). Consejo Nacional de Población. Ciudad de México. 34 ENRIQUEZ, R. (2000). Redes sociales y pobreza: mitos y realidades. La Ventana, No. 11. Es importante trabajar más en las redes de apoyo para el bienestar y el cuidado de las personas mayores. La cultura del envejecimiento permite añadir vida a los años y no años a la vida.
  • 12. 20 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 21 Conformar recursos humanos profesionales capaces de aten- der, en la medida de lo posible, a una condición también inhe- rente a nuestro tiempo, “el envejecimiento poblacional” que, si bien alcanzó a los países del primer mundo en términos de prevención con un esquema de cobertura de necesidades casi adecuado, en México el panorama logra una dimensión crítica ante los retos de este proceso poblacional. Sin embargo, la resistencia ante las nuevas oportunidades siempre cuenta con un grupo escéptico de profesionales que interpreta como una amenaza el surgimiento de nuevas profe- siones, como es el caso de la licenciatura en gerontología en México. La pertinencia de su desarrollo tuvo como fundamentos ar- ticular las condiciones que conllevan el envejecimiento pobla cional y los objetivos que persigue la gerontología como ca- rrera universitaria centrada en competencias y aptitudes, con un área específica de especialización de carácter interdiscipli- nario, con amplio sentido de servicio a la sociedad. • La capacidad y la voluntad política para el desarrollo de un programa educativo innovador dentro de un modelo de enseñanza centrado en el alumno, con impacto in- mediato en la comunidad en que se encuentra inmersa la institución. • Necesidad de contar con profesionales formados y no sólo capacitados en materia de atención a los adultos mayo- res, así como ampliar las posibilidades de investigación y docencia en gerontología ubicados en los diferentes contextos culturales y sociales de nuestro país, con la ventaja que ofrece la continuidad de estas actividades en el marco universitario, sin depender totalmente de los cambios de gestión gubernamental. Retos y vicisitudes El primer reto fue tratar de ubicar a la gerontología en un área del conocimiento, con la finalidad de que las autoridades edu- 40 GARCÍA, M. (2003). Trabajo Social en Gerontología. Plaza y Valdés. cativas consideraran las bondades y expectativas de un nuevo programa educativo a nivel superior. El segundo reto consistió en dejar de considerar a la gerontología como la disciplina que se encarga sólo del estudio del proceso de envejecimiento, fue el punto de partida para las discusiones académicas, las que condujeron al siguiente concepto: disciplina científica que estudia e interviene en el proceso del envejecimiento, de la vejez y con los adultos mayores de manera integral; con una visión muy humanista y transdisciplinaria que se constituye en una ciencia con una perspectiva innovadora y sustentable, la que ofrece respuestas reales a las nuevas condiciones y expectativas de transición demográfica a nivel mundial.40 El tercer reto fue el rechazo de profesionales especialmente del área de la salud, particularmente médicos y especialistas en el área clínica, quienes ya se encontraban trabajando con adul- tos mayores. La errónea interpretación de que se generaría un pseudomédico geriatra se encontró por mucho tiempo en los discursos de ese sector profesional; sin embargo, esto permitió al grupo de académicos ser aún más cauto en la orientación dentro de las aulas y precisar lo más detalladamente posible el perfil de egreso del licenciado en gerontología. Entre los retos a vencer también se encontró el relativo a la edad y vocación de los jóvenes, pues la pregunta es: ¿serían realmente capaces de entender al adulto mayor en la totalidad y complejidad de su problemática? Este cuestionamiento lejos de ser una posición ofensiva, fue uno de los puntos estraté- gicos para fundamentar las competencias profesionales, es- pecialmente reconsiderando la perspectiva humanista que pre- tendemos del gerontólogo ante una sociedad que enfrenta una seria situación de conflicto de valores. Hemos constatado a lo largo de cinco años, que los jóvenes sí tienen la sensibilidad y capacidad para vincularse profesio- nalmente con los adultos mayores, aunque hemos de reco- nocer que eso no garantiza un resultado profesional de su formación que, incluso, forma parte de las incertidumbres de cualquier carrera profesional. En un encuadre inicial y convencional, el sector de 60 años y más es definido, independientemente de las características particulares en la que se envejece, como una comunidad de- mandante de servicios (de salud, de protección social y econó- mica, educacionales, de apoyo jurídico, emocional, de rehabi- litación, entre otros.) Unaexigenciaodemandapúblicaimplicaunaoferta,esdecir, la ley de la oferta y la demanda también opera en la economía educativa. Por eso, la formación de profesionales en geronto- logía es una oferta educativa imprescindible ante la demanda37 de servicios solicitados por la población de edad avanzada. De esa manera los claustros universitarios constituyen el mejor ingrediente para trabajar coordinadamente con las diferentes instituciones encargadas de atender a la población llamada adul- ta mayor. Los planes de Acción Internacional sobre el Envejecimiento constituyen una base política educativa, a nivel internacional y, proponen principios generales y directrices sobre las mane- ras en que la comunidad internacional, los gobiernos y las so- ciedades en su conjunto pueden hacer frente a los retos del envejecimiento. En las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas se ha promovido que cada país defina por sí mismo una política orientada a las personas mayores, basada en propie- dades, objetivos y planes nacionales, así como programas que resuelvan los problemas y necesidades de los propios mayores y los efectos del envejecimiento en las sociedades. El interés por las personas mayores data de 197338 y entre las más impor- tantes en relación con los derechos en la vejez, se encuentra la Resolución 46/91 de 1991, en que se establecen los Prin- cipios de las Naciones Unidas en favor de las Personas de Edad en cinco temas: independencia, participación, cuidados, autorrealización y dignidad. Para que tenga efectividad esos cinco principios rectores en los derechos humanos de los adul- tos mayores, se requieren acciones coordinadas donde el papel de la educación gerontológica es de vital importancia. Los puntos de coincidencia con uno de los documentos que han marcado la pauta para la implementación de las políticas y 37 Naciones Unidas (1999). Derechos Humanos y Personas de Edad. 38 Naciones Unidas (1973): Cuestión de las personas de edad y los ancianos, Resolución 31/37 (XXVIII). Seguridad social para los ancianos, Resolución 31/38(XXVIII). (1977): Cuestión de las personas de edad y los ancianos, Resolución 32/131. Año Internacional y la Asamblea Mundial sobre la Vejez, Resolución 32/132. 39 Plan de Madrid (2002). Documento en varias versiones digitales y ediciones. programas de atención a los adultos mayores son el Informe, y las Declaraciones de la Segunda Asamblea Mundial del En- vejecimiento que en una de sus partes dice lo siguiente: “Cuestión 4: Capacitación de los proveedores de servicios de salud y de los profesionales de la salud (…) 82. Existe en todo el mundo una necesidad imperiosa de ampliar las oportu- nidades educacionales en geriatría y gerontología para todos los profesionales de la salud que atienden a personas de edad y de ampliar los programas educacionales sobre la salud y las personas de edad dirigidos a los profesionales del sector de servicios sociales. Las personas que atienden a otros en un contexto no estructurado necesitan también tener acceso a la información y capacitación básica en la atención de personas de edad. Objetivo 1: Mejorar la información y la capacitación de los profesionales y para profesionales de salud y servicios sociales sobre las necesidades de las personas de edad. Medi- das: a) Iniciar y promover programas de educación y formación para los profesionales de la salud y de los servicios sociales y de las personas que atienden a otros en un contexto no estruc- turado respecto de los servicios y la atención para las personas de edad, incluidas la gerontología y geriatría, y apoyar a todos los países, en particular a los países en desarrollo, en estas acti- vidades. b) Instituir programas de educación continuada para los profesionales de la salud y los servicios sociales con miras a aplicar un enfoque integrado de la salud, el bienestar y la aten- ción de las personas de edad, así como de los aspectos sociales y psicológicos del envejecimiento. c) Ampliar la educación pro- fesional en gerontología y geriatría, incluso haciendo esfuerzos especiales para ampliar la matrícula de estudiantes de geriatría y gerontología.”39 Si bien la cita es extensa, la consideramos importante para fundamentar el vínculo entre el marco internacional, los dere- chos del adulto mayor y la educación gerontológica. El inciso “C” nos permite hacer énfasis en la pertinencia de la genera- ción de la Licenciatura en Gerontología: argumento que sirve para objetar a los geriatras dogmáticos y a los escépticos de los licenciados en gerontología y demostrar así su participación tan trascendental.
  • 13. 22 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 23 Habilidades, competencias y oportunidades del gerontólogo Después de cumplir con los contenidos de cada una de las asig- naturas, la incógnita de mayor peso para los estudiantes de gerontología empezó a difuminarse. Las habilidades y compe- tencias de los gerontólogos empezaban a tener efecto a través de sus prácticas profesionales que fueron las siguientes: • Evaluar, identificar y atender estratégicamente las nece- sidades del adulto mayor en su contexto bio-psico-social, incluyendo situaciones de maltrato y discriminación.50 • Diseñar estrategias de Promoción a la Salud de manera multi e interdisciplinaria, con enfoque hacia el adulto mayor, familia y comunidad, facilitando la adquisición de conocimientos en salud que permitan desde el autocono- cimiento hasta la autonomía y como consecuencia el autocuidado. • Diseñar estrategias de rehabilitación integral (física, psi- cológica y social) del adulto mayor aplicando las medidas necesariasparaeldesarrollodesuscapacidadesresiduales y potenciales, con el fin de facilitar su reincersión social utilizando los recursos disponibles. • Colaborar en el diseño y la ejecución de programas de do- cencia e investigación en el área gerontológica. En cuanto a las exigencias sociales, el trabajo geronto- lógicoenlaUNEVEseorientaafortalecerybrindarapoyo profesional a la población adulta mayor jurisdiccionada al área de Ecatepec, Estado de México. Entre las líneas de acción gerontológica al servicio de la comunidad y en es- pecial al adulto mayor destacan: • Prevenir de condiciones de disfuncionalidad y discapa- cidad al adulto mayor, por tanto promoverá acciones con- ducentes a favorecer el envejecimiento activo desde el in- dividuo hasta la comunidad a través de la identificación y solución de los problemas más frecuentes con un en- foque integral. • Integrar equipos de trabajo gerontológico capaces de dar respuesta a todos los problemas de salud, sociales, físicos y psi-cológicos. • Generarconocimientoscientíficosútilesenlacomprensión de la dinámica de nuestro proceso de envejecimiento, en diferentes áreas, tanto a nivel local como con proyección municipal, estatal e incluso nacional. • Promover y favorecer una sociedad justa, equitativa y res- petuosa con sus adultos mayores. 50 Conapred (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación). (2005). Informe sobre primera Encuesta Nacional sobre Discriminación en México, México. Visión Integradora Áreas de estudio Planes y programas La formación de un profesional competente en gerontología exigelaestructuracióndeprogramasquefacilitenlaadquisición de una serie de habilidades, conocimientos y destrezas, así co- mo la capacidad de aplicarlas en contextos y organizaciones laborales. Lascompetenciasdebíandesarrollarlostresconceptos que las caracterizan: cognitivas, motivacionales y personológicas que, finalmente se deberán manifestar en la calidad de la actuación profesional, dentro de un modelo educativo constructivista. Sin embargo, pronto se descubrió que la formación del educan- do no podía reducirse al campo de la psicología educativa, sino que tenía que direccionarse al terreno de las responsa- bilidades sociales, éticas e, incluso, políticas: pues la formación gerontológica está vinculada con políticas sociales, económi- cas41 y político–educativas.42 De acuerdo con lo mencionado, el gerontólogo universitario estudia los procesos asociados al envejecimiento desde la ver- tiente biológica, psicológica, socioeconómica, política y antro- pológica,43 entre otras. Su visión es preventiva, de planea- miento y de rehabilitación (lo que debe propiciar en el anciano mantenerse o bien incorporarse a su medio de manera auto- suficiente, lo que trae como resultado favorecer su condición de persona activa). Para cumplir este propósito se necesitaron planes y pro- gramas de estudios diseñados para el cumplimiento de expec- tativas educativas. Los campos del conocimiento gerontológico presentan una dinámicadeenriquecimientoimportantedesde190344,con sus aportacionessobreelestudiocientíficodelavejez,pasandopor las posturas limitativas,45 consolidantes46 y la postura comple- 41 HUENCHAUAN, S. (2004). Marco legal de políticas a favor de las personas mayores en América Latina, Serie Población y Desarrollo, CELADE-CEPAL, Santiago de Chile. 42 GARCÍA RAMÍREZ, J. C. (2006). Los derechos y los años. Otro modo de pensar y hacer política en Latinoamérica. Los adultos mayores. Plaza y valdés-UNEVE, México. 43 GASCÓN, NAVARRO D.L. (2009). Biologicismo, corporalidad y vejez. Introducción a la antropología social, Universidad Estatal del Valle de Ecatepec, México. 44 GARCÍA RAMÍREZ, J. C. (2008). Hacia una fundamentación científica de la gerontología, en praxis sociológica, Volumen 12, Universidad de la Castilla-La Mancha, Murcia. 45 ALTARRIBA 1992. 46 BALLESTEROS, 2000 47 ZAREBSKI, 2003 48 NACIONES UNIDAS (2000). Informe de la segunda Asamblea Mundial del Envejecimiento, Madrid. 49 BOBBIO, (1997). De Senectute, Taurus, Madrid. jizante47 que se refiere a la gerontología como una disciplina científica que tiene por objeto el estudio de la triada viejo, vejez-envejecimiento; la multidisciplina y la interdisciplina como ejes de interpretación y desarrollo teórico y metodoló- gico; y que comprende a su objeto desde una perspectiva bio- psico-social-cultural, además de que su análisis incluye siem- pre categorías como el género, la clase social y la etnicidad con la finalidad de complejizar su abordaje.48 Por fin llegó el momento de la dictaminación para elegir la nueva licencia- tura a integrarse en el plan de estudios de la UNEVE. Se realizó una reunión con el Comité Estatal Interinstitu- cional para la Formación y Capacitación de Recursos Humanos eInvestigaciónenSaluddelEstadodeMéxico(CEIFCRHISEM) y entre un listado de 14 opciones se eligió “Gerontología Médica”. Sin embargo, esta propuesta fue nuevamente anali- zada por expertos en materia de gerontología y se comprendió que con ese rótulo, se presuponía la medicalización de la ge- rontología (pudiéndose traslapar con la geriatría), se omitió ese riesgo para dar peso absoluto a la gerontología. Un logro im- portante de la nueva licenciatura fue que, antes de iniciar su trabajo con los alumnos de su primera generación, ya se tenía su registro oficial iniciando sus actividades en septiembre de 2004, el dictamen favorable de la Comisión Interinstitucional para la Formación de Recursos Humanos en Salud (instancia federal) se obtuvo en diciembre de 2006. Bajo los preceptos anteriores y para fines de la estructu- ración de un plan de estudios, las áreas básicas de estudio consideradas en la determinación de las asignaturas del pro- grama de la licenciatura son: biológica y de la salud, social, psicológica y humanística,49 correlacionadas con las áreas de intervención gerontológica o puntos de acción, mismos que se esquematizan en la siguiente figura.
  • 14. 24 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 25 El mejor camino para alcanzar una autonomía satisfactoria Instituto de Geriatría * La construcción de una cultura de la vejez a partir del reconocimiento y el ejercicio de los derechos de las personas adultas mayores es, sin duda, uno de los retos más importantes en México. La salud es una garantía individual que está plasmada en el artículo 4° de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos y se reitera continuamente en los planes, programas y acciones de gobierno. La inversión que se ha hecho en la salud de la población ha tenido varios resulta- dos benéficos: la disminución de muertes al nacer, el aumento de la esperanza de vida, la menor incidencia de enfermedades infecto-contagiosas y el control de las en- fermedades crónico-degenerativas, entre otros. A estos logros se debe que la población mayor de 60 años vaya actualmente en franco aumento, situación que plantea un nuevo desafío para la política pública de salud, el cual consiste en poder garantizar que la infraestructura y los recursos hu- manos brinden programas y servicios que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las personas, particularmente de las personas adultas mayores. Y es que ya no es suficiente vivir más años, ahora es imperativo vivirlos en las mejores condiciones de salud, entendiendo ésta, no sólo como la ausencia de la enfermedad, sino como el completo estado de bienestar físico, mental y social, tal y como lo define la Organización Mundial de la Salud (0MS). Reconocer el derecho a la salud implica que el Estado mexicano, a través del gobierno y sus instituciones, asegure que haya recursos materiales, financieros y humanos para que la población disponga desde un centro de salud, hasta hospitales de alta especialidad. Sin embargo, este derecho se complementa con una obligación individual: cuidar de nuestra propia salud. Todos y cada uno de nosotros debemos ser capaces de influir en nuestra propia salud; para ello, es sustancial contar con la información necesaria que nos permita saber qué hacer para prevenir enfermedades, pero también qué hacer en caso de ya tener una enfermedad. La salud, por tanto, no es una meta u objetivo en sí, sino una forma de vida: decidimos vivir sanos. Este artículo hace un breve recuento de las distintas aristas de la responsabilidad del cuidado de la salud propia. Primero está la necesidad de conocer nuestra historia médica y estar atentos a los cambios de nuestro cuerpo; ello se complementa con la atención a un aspecto indispensable que, sin embargo, a menudo es pasado por alto: la salud mental. Otra muy valiosa estrategia del autocuidado de la salud que aquí se destaca es la prevención de accidentes en el hogar, al hacer de éste un entorno seguro. Estos factores y muchos otros de carácter socioeconómico y medioambiental son tomados en cuenta en el diseño de un plan de vida, indispensable para lograr una vejez autónoma y satisfactoria. Autonomía que se hace patente en las llamadas “directrices anticipadas”, es decir, cuando se decide de antemano sobre el cuidado médico que deseamos recibir en la etapa final o cuando ya no estamos en condiciones de hacerlo saber. Con esta información, el Instituto de Geriatría busca contribuir a la construcción de una cultura de la vejez en México, que se refleje en mejores condiciones de salud y de bienestar general. Enestemomentohanegresadodosgeneraciones,quesuman un total 57 alumnos, 26 han concluido su servicio social en el mes de noviembre de 2009 y 31 están en él, seis ya se han titulado y 49 se encuentran en el proceso. Su incorporación la- boral en el campo gerontológico es del 52 por ciento, en ocho áreas de inserción laboral. Ensuesquemainstitucional,laUNEVEhageneradoespacios recientes dentro del campus universitario para la práctica de la gerontología. La clínica integral universitaria es un modelo de asistencia en donde confluyen además de la práctica geronto- lógica, las licenciaturas de Quiropráctica y Acupuntura Huma- na Rehabilitatoria. El Servicio Gerontológico cuenta con seis laboratorios: el de evaluación gerontológica, de promoción de la salud, gerontología comunitaria, proyectos productivos, de- rechos humanos y gerontagogía, los últimos tres en fase de implementación. Estos seis espacios tienen como objetivo ge- nerar un modelo de atención gerontológica integral dentro del marco universitario, acorde con los programas de la licencia- tura en gerontología, con el fin de favorecer y hacer realidad la meta internacional de un envejecimiento activo, participativo y digno, inicialmente en la población del municipio de Ecatepec. Para contribuir con el ejercicio profesional ético la Licen- ciatura en Gerontología de la UNEVE ha propuesto el Decá- logo del Gerontólogo, que permita un desempeño profesional de calidad, mismo que ha puesto a consideración de cinco uni- versidades más en el país para ser analizado y consensuado. Eso último ha formado parte del programa que se desarrolla en los Encuentros Inter universitarios de Gerontología, el cual tiene como objetivo reunir a las instituciones de educación su- perior que cuentan en su oferta educativa con la Licenciatura en Gerontología. Hasta el momento lleva tres versiones, la primera se realizó en el 2007, donde participamos conjunta- mente con la Universidad de San Agustín de Mérida, Yucatán. La segunda en el 2008, a la que se sumaron la Universidad Autónoma de Campeche y las autoridades de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (quienes en este año inician con el programa en gerontología). La tercera en el 2009, con- tando ahora con la presencia de la Universidad Autónoma del EstadodeMéxicoydelaUniversidadAutónomadeGuanajuato, Campus Salamanca. De ese último encuentro se derivó el pro- yecto para desarrollar la Red Nacional Inter universitaria en Gerontología, la cual se encuentra en construcción y a la que han de sumarse dos universidades más: la del Valle de Toluca a partir de septiembre y la Universidad Lasallista de Celaya, Guanajuato. En 2010 el Encuentro se realizó en la Universidad Autónoma de Pachuca, Hidalgo. Conclusión La misión y visión en la formación de profesionales en ge- rontología tiene como objetivo final dar cumplimiento a los acuerdos enmarcados en la Segunda Asamblea Mundial del Envejecimiento: apoyar y acelerar de manera profesionalizada el cumplimiento de los principios internacionales los cuales están encaminados a lograr un envejecimiento digno: 1) El desarrollo socioeconómico. 2) La promoción de la salud y bie- nestar. 3) Generar entornos emancipadores y propicios. Di- chos cometidos constituyen una respuesta educativa a uno de los derechos (Declaración de Brasilia, 2007; CNDH, 1999) del adulto mayor sancionados internacional y nacionalmente (como la Ley de las Personas Adultas Mayores, documento eje del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores). El perfil profesional del egresado debe construirse a través de las asignaturas cursadas durante su formación, en donde los espacios de práctica son desarrollados en el mismo campus uni- versitario. La identificación y ejecución de líneas generales de aplicación del conocimiento, los programas de publicaciones, el desarrollo de modelos de intervención gerontológica, así como las propuestas para los programas de posgrado poseen un mayor impacto si se promueven a partir de la alianza estra- tégica entre las instituciones de educación superior que ofer- tan la Licenciatura en Gerontología, por el momento seis en el territorio mexicano. Así es como la Licenciatura en Gerontología51 se considera una política pública en acción que beneficia a los jóvenes, a los adultos mayores y sobre todo a la sociedad que está en proceso de envejecimiento. *María de Jesús Moreno y José Carlos García Ramírez. 51 Modelo de Innovación Educativa (2009). UNEVE, México
  • 15. 26 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 27 todos los adultos revisen cada cierto tiempo su peso, medidas corporales, presión arterial y niveles de glucosa y lípidos en sangre, para así saber de manera temprana qué modificaciones deben hacer a sus hábitos de vida para mantener la salud. El cuidado de la salud mental Cuando hablamos del derecho a la salud y del autocuidado, con frecuencia pensamos solamente en la salud física, restan- do importancia a un factor indispensable en nuestro bienestar general: la salud mental. De ahí la importancia de reconocer en qué consiste ésta y cómo podemos contribuir a su buen estado. Gozar de salud mental significa tener la capacidad de cons- truir y mantener relaciones gratas con otras personas, y parti- cipar en cambios favorables para el medio ambiente y la so- ciedad. Tiene que ver, asimismo, con cómo utilizamos nuestras habilidades, deseos, sentimientos, pensamientos, experiencias y valores para adaptarnos adecuadamente a las distintas si- tuaciones de la vida. La salud mental es dinámica, es decir, varía según el estado físico, el medio social y material, la personalidad y las emo- ciones de cada persona. Nadie puede mantener todo el tiempo unestadoidealdesaludmental.Cuandoéstaesbuena,nossen- timos satisfechos con nosotros mismos, somos conscientes de nuestras capacidades y limitaciones y las aceptamos: nos per- mitimos tener errores y les damos solución. Somos capaces de disfrutar cosas sencillas y cotidianas. En síntesis, somos res- petuosos con nuestra propia persona. Además de sentirnos bien con nosotros mismos, es impor- tante sabernos aceptados por los demás, tenerles confianza y respeto y recibir lo mismo de ellos. Cuando nos sentimos acep- tados por nosotros mismos y por los demás, somos capaces de enfrentar los problemas que se nos presentan tomando nuestras propias decisiones. Nos esforzamos por hacer las co- sas lo mejor posible, haciendo uso de nuestras habilidades y planeando el futuro de manera consciente y responsable, ajus- tándonos a nuestra realidad. La salud mental, entonces, nos permite disfrutar de la vida y seguir activos, aun si tenemos problemas o padecemos al- guna enfermedad, pues tomamos la responsabilidad de éstas. Sin duda, hay situaciones que pueden afectar nuestra salud mental. Conocerlas puede ayudarnos a prevenirlas, estar pre- parados si se presentan y darles una mejor solución. Enfermedades físicas. Una de estas situaciones son las en- fermedades físicas, ya que en ocasiones el desgaste, el dolor, el cansancio o el impacto en las actividades cotidianas rompen el equilibrio que teníamos. En este caso, es importante pedir toda la información necesaria acerca del curso que seguirá la enfermedad, cuáles son las posibilidades de tratamiento, sus efectossecundariosyquépodemoshacerparasentirnosmejor. Así estaremos en condiciones de seguir tomando decisiones propias y bien informadas. Además, podremos apoyarnos en las personas cercanas y pedir ayuda –si la necesitamos–, lo que nos dará mayor seguridad y tranquilidad. Relaciones conflictivas. A veces la convivencia cotidiana puede volverse complicada, debido a situaciones individuales o incluso a otras externas como los problemas económicos, la falta de tiempo, la presión o el agotamiento. Esto puede hacer que reaccionemos con enojo o resentimiento con las personas más cercanas. Ante una situación así, lo mejor es conservar la calma y enfrentar el problema, sentarse a platicar y expresar cada uno lo que piensa y lo que siente, siempre en actitud de respeto. Aunque el resultado no siempre será lo que espera- mos, afrontar la situación y proponer soluciones nos dará mayor tranquilidad. No olvidemos que la base de una buena relación es el respeto y la comunicación. Soledad y aislamiento. Estos sentimientos son causantes de deterioro de la salud mental. Debemos procurar, en caso de experimentarlos, acercarnos a personas de confianza, buscar a los viejos amigos o intentar nuevas relaciones, integrándonos a grupos que realicen actividades formales o informales. Aún cuando nuestro estado físico hiciera difícil salir y participar en actividades grupales, es necesario hacer un esfuerzo por recibir visitas, escribir cartas, utilizar el teléfono o hacer uso del correo electrónico, los chats, blogs y redes sociales. Mantenernos re- lacionados nos da posibilidades de apoyo y seguridad, así co- mo de aprender de las experiencias de otros. Vida sexual poco satisfactoria. Esta situación también men- gua nuestra salud mental. La sexualidad -que nos acompaña desde el nacimiento- tiene que ver con la capacidad de experi- mentar placer, de relacionarnos profundamente con otros y de disfrutar de nosotros mismos, y no únicamente con relaciones corporales. Pedir información acerca de los cambios físicos y emocionales que se experimentan al pasar el tiempo, ayudará a aclarar nuestra mente y a desarrollar, según los propios gustos y deseos, una vida sexual más satisfactoria. Mi salud es mi responsabilidad La salud es lo más importante y valioso en la vida: esta es una verdad universal. Perderla –aunque sea temporalmente por una infección respiratoria– tiene repercusiones no sólo para nosotros como individuos, sino también para nuestra familia y otros grupos sociales como son nuestros vecinos, amigos, colegas de trabajo y toda la gente con la que interactuamos cotidianamente. Sin embargo, aunque nadie quiere perder la salud, la convi- vencia diaria entre pacientes, familiares y médicos revela que no siempre hay una clara conciencia de la responsabilidad en la salud propia. Esta responsabilidad debería promoverse desde la infancia, cuando aprendemos a distinguir lo correcto de lo inapropiado; en ese momento tendríamos que recibir de nues- tros padres o familiares de mayor edad las recomendaciones para cuidar nuestra salud, empezando por la actividad física y la buena alimentación, seguidas por la medicina preventiva y la decisión de no adquirir hábitos dañinos como el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol. Conocer nuestra propia historia familiar es indispensable en el autocuidado, pues a partir de ella podemos saber a qué enfermedades estamos propensos, ya que el componente ge- nético de los padecimientos crónicos puede hacer que se pre- senten con cierta frecuencia, de generación a generación, en una misma familia. Es fundamental que cuando alguien es diagnosticado con una enfermedad crónica, mantenga una buena percepción de su salud, pues eso lo estimulará a cuidarse y a seguir las reco- mendaciones médicas. La tendencia actual de la medicina es que el paciente sea responsable y participe activamente con su médico en el cuidado a largo plazo de su enfermedad.52 Ello incluye llevar el correcto control de su o sus padecimientos para así ser independiente, autosuficiente –en mayor o menor medida– y capaz de llevar su vida de acuerdo con sus con- vicciones. Dadoquelahipertensiónyladiabetessonlasenfermedades más frecuentes en México,53 lo más probable es que la partici- pación activa del paciente en su propio tratamiento consista en realizar un auto monitoreo de su presión arterial o de su glucosa en sangre. La primera, con ayuda de un profesional de salud, de algún familiar entrenado para ello, o bien, de un equipo automatizado que le permita hacer esta medición en la comodidad de su hogar y sin apoyo de otra persona. Paramedirlaglucosadeberáacudirallaboratoriocadacierto número de meses o dependiendo de la regularidad que indique que el médico, o hacerse mediciones frecuentes con un glucó- metro en un centro de salud o en su propia casa. Por supuesto que las recomendaciones serán diferentes para cada individuo y es el médico quien deberá ampliar estas recomendaciones para cada caso en particular. Ser paciente no significa perder la salud para siempre. Aun- que alguien tenga un padecimiento crónico-degenerativo (co- mo hipertensión arterial sistémica, diabetes o osteoartrosis, que no pueden curarse del todo), sí puede mantener un ade- cuado estado de salud. Es decir, si cuida de sí mismo y de sus enfermedades, puede evitar que el daño de éstas avance o que se desarrollen otras más. Para decirlo de otro modo: ¿se puede perder la salud estan- do ya enfermo? La respuesta es sí. Como ejemplo podemos citaraunpacientehipertensodescontroladoqueapesardetomar el medicamento recetado por su médico, decide no seguir las recomendaciones de un estilo de vida saludable y continúa fumando, no hace ejercicio, se mantiene obeso, come sal en exceso y tiene un elevado grado de estrés en su trabajo. No resultará extraño que ese paciente sufra un infarto y pierda el estado de aparente salud que le permitía continuar sus ac- tividades cotidianas como trabajar, cuidar a su familia y, oca- sionalmente, participar en reuniones sociales. Resulta claro, en- tonces, que cada uno de nosotros, de acuerdo con nuestras propias necesidades, podemos hacer algo más para contribuir a nuestro bienestar en general. Por último, debemos subrayar lo importante que es la me- dicina preventiva para lograr una vida saludable. Esto es, visitar al médico periódicamente para conocer el funcionamiento de los órganos y el metabolismo del cuerpo. Es recomendable que 52 World Health Organization, Regional office for South East Asia, Self-care in the Context of Promary Health Care Report of the Regional Consultation Bangkok (WHO-SEARO, 2009), Tailandia, 7-9 enero de 2009. 53 Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, ENSANUT 2006, consultada en: http://www,insp.mx/ensanut
  • 16. 28 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 29 Hogar seguro y autocuidado A menudo pensamos que nuestro hogar es el lugar donde más seguros y a salvo estamos. Vemos en él un espacio apto para disfrutar de la familia, la vida social y la intimidad. Sin embargo, cuando construimos ese hogar, pocas veces pensamos en las necesidades que tendremos al llegar a viejos. Es decir, en el plan de vida no suele contemplarse que como parte del enveje- cimiento llegarán ciertos cambios físicos como pérdida de audición y visión, debilidad, problemas de equilibrio, una en- fermedad o incluso alguna discapacidad. Todo ello puede hacer que ciertas características de nuestro hogar se transformen en un riesgo, con lo que nuestra casa de toda la vida se vuelve po- co apta para esa etapa de la vejez, más aún si vivimos solos. Por ello, adecuar el hogar a las circunstancias del adulto ma- yor es una responsabilidad personal en el cuidado de la salud, el cual deber ser permanente y enfocado principalmente a la prevención. Esta adecuación incluye, en primer lugar, hacer grato el lu- gar donde la persona adulta mayor pasará la mayor parte del día o donde se recuperará de una enfermedad. En este sentido, es recomendable llevar a cabo una revisión sistemática de la seguridad que ofrece cada uno de estos espacios, prestando es- pecial atención a aquellas áreas ya conocidas como de riesgo: escaleras, baños, pasillos de acceso general, etcétera. Esta re- visión permitirá identificar algunos riesgos en el hogar y hacer los cambios pertinentes para evitar un accidente –o reducir sustancialmente la probabilidad de que ocurra. Al respecto, es importante decir que los accidentes en el ho- gar se incrementan en 40 por ciento en el adulto mayor, prin- cipalmente por caídas, las cuales pueden resultar en fracturas, hemorragias, discapacidades o incluso la muerte.54 Sin embar- go, también debe subrayarse el hecho de que las caídas no son algo “normal” en el envejecimiento; antes bien, se trata de un hecho evitable que puede prevenirse tomando las medidas pertinentes. Por otra parte, aunque después de una caída no parezca haber un daño importante, lo recomendable es siempre recibir atención médica para su valoración. Las situaciones de riesgo a menudo se pueden corregir de manera sencilla y sin incurrir en grandes costos. He aquí algunas recomendaciones que pueden aumentar la seguridad en el hogar y contrarrestar de manera significativa las lesiones a los adultos mayores: • Evitar las alfombras o tapetes pequeños que se deslicen fácilmente para evitar tropiezos, es preferible fijarlos al piso. • Colocar barras de apoyo o soporte sólidas (de madera o herrería) en áreas de difícil movilidad como escaleras, pa- sillos largos o angostos y en el baño. • Colocar iluminación suficiente y tenue en la mayoría de la casa, con fácil acceso a los interruptores. • Retirar obstáculos de los pasillos (cables, juguetes, basu- ra, etcétera). • Mantener las escaleras en buen estado, con iluminación tenue y un pasamanos fijo de principio a fin. • Mantener los pisos secos. • En los baños, colocar pisos antiderrapantes, barra de apo- yo y, de ser necesario, una silla para sentarse durante la ducha. • En todas las áreas, colocar los utensilios a una altura de fácil acceso, ni muy altos ni muy bajos. Disponer de bancos estables para acceder a objetos que están a una mayor al- tura; nunca utilizar cajas u objetos inestables. • Usar sillas con descansa-manos para facilitar el levantarse. • Usar calzado con suela antiderrapante y que cubra prefe- rentemente hasta los tobillos; evitar pantuflas y zapatos descubiertos porque favorecen la inestabilidad, tropiezos y resbalones. • Mantener iluminado y seco el lugar donde se guardan los medicamentos. • Ordenar los medicamentos, de preferencia junto a una lista en letra grande y legible, y revisar frecuentemente la fe- cha de caducidad. No automedicarse jamás. •Tener una lámpara o velas cerca de la cama, para utilizar- las en caso de falta de energía eléctrica. •De requerir de algún apoyo auditivo o visual, colocarlos siempre al alcance de la mano. 54 IMSS, Vejez y Casa Segura, México, Dirección de Prestaciones Económicas y Sociales. Coordinación de Prestaciones Sociales, s/a. Mala condición física. Ello reduce nuestra capacidad de dis- frute, ya que nos impide desarrollar nuestras potencialidades de la mejor manera, afectando nuestro estado de salud general y, por tanto, la salud mental. Realizar actividad física regular- mente, dependiendo del estado de cada persona, su condición física, sus posibilidades y gustos, trae beneficios directos a nues- tra salud mental: nos hace sentir más activos, más contentos y saludables, y puede ser un pretexto para conocer amigos o convivir con los ya conocidos. Ideas erróneas y prejuicios acerca del proceso normal de envejecimiento y la etapa de vejez. Estas ideas pueden hacer que limitemos nuestros deseos y habilidades. Por ejemplo, no atender algún malestar o enfermedad por creer que se debe a la edad, o reprimir las ganas de participar en actividades que consideramos adecuadas sólo para los jóvenes, crean un sentimiento de impotencia que nos aísla y nos limita. Es im- portante buscar información clara, sencilla y confiable, acer- carse a quienes nos hacen sentir bien y nunca olvidar que cada persona es distinta y que todos tenemos derecho de buscar nuestro propio desarrollo y felicidad, sin importar la edad, el género, la apariencia física o los intereses que tengamos. Medicamentos o procesos bioquímicos internos. Algunos medicamentos o procesos pueden tener efectos sobre la salud mental. Por eso es importante que tengamos confianza al mé- dico que nos trata para aclarar todas nuestras dudas con res- pecto a los tratamientos y reportar si experimentamos algún malestar. Por otro lado, nunca debemos auto medicarnos. Re- cordemos que cada persona reacciona de distinta manera; apo- yémonos siempre en los profesionales médicos. Presiones diarias. Al acumularse, estas presiones pueden hacernos sentir demasiado tensos o vulnerables. No hay que ol- vidar que el juego y la diversión son elementos fundamenta- les para mantener un buen estado de ánimo. Dependiendo de lo que a cada persona le guste hacer, siem- pre debe darse tiempo para divertirse. Es un buen antídoto con- tra el aburrimiento, la soledad y la tensión. Insatisfacción. Estar insatisfechos con las actividades que llevamos a cabo o carecer de metas claras afecta directamente nuestra salud mental. Desarrollar las habilidades e intereses que poseemos, especialmente aquellos que tal vez habíamos dejado de lado por no tener tiempo para realizarlas, es una buena forma de mantenernos saludables y activos. Aún estando preparados para situaciones como las men- cionadas y poniendo nuestro empeño, habrá ocasiones en que sintamos que no es suficiente; entonces requeriremos ayuda para recuperar la salud mental. Si esto ocurre, no debemos du- dar en acudir a los servicios de psicoterapia y de orientación psicológica individual, de pareja, familiar o grupal, etcétera. Los profesionales de la salud mental (psicólogos, psiquiatras, psicoterapeutas, orientadores) pueden ayudar a entender el por qué de los conflictos, miedos, enojos o malestares que podemos experimentar ante las situaciones difíciles, y cómo manejarlos para poder aprender de ellas. No hay que dudar en consultarlos de presentar algún síntoma que afecte nuestra vida cotidiana. Lasaludesresponsabilidaddetodosycadaunodenosotros, y cuidarla nos hace seres comprometidos y productivos, que se ocupan del crecimiento personal y del de la sociedad. La calidad de vida se puede definir como aquella que se funda en el gozo tranquilo y seguro, de la salud, la educación y de una alimentación suficiente.
  • 17. 30 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 31 • Económicos: ingresos individual y familiar, gastos de la fa- milia. ¿Tengo un ingreso económico? ¿Es estable esa fuen- te de ingreso? ¿Es suficiente? • Sociales: familia, amigos, sociedades o asociaciones a las que pertenecemos, compañeros de trabajo. ¿Cómo son mis relaciones con mi familia y con nuestros amigos? ¿Los frecuento? • Medioambientales: entorno doméstico, en la comuni- dad, en la escuela, el trabajo, la ciudad, etcétera. Incluye factores como clima, vegetación, condiciones de seguri- dad y riesgos, entre otros. ¿Tengo una vivienda? ¿En qué condiciones está? ¿Cuánto tiempo más viviré ahí? ¿Es se- guro mi hogar o mi comunidad? • Recursos: instituciones que brindan servicios educativos, de salud o de apoyo social. ¿Cuál es la situación de mi salud y la de mi familia? ¿En cuánto tiempo me jubilaré? ¿Tendré una pensión? ¿Será suficiente? En el caso de las personas mayores, los determinantes que más influyen en su calidad de vida son el nivel de indepen- dencia o dependencia para realizar sus actividades, la depen- dencia económica, la presencia de enfermedades y/o sus com- plicaciones, el aislamiento social, la viudez, el maltrato y la falta de acceso a los servicios médicos. Por eso es importante preguntarse también: ¿Cómo creo que estaré en 10, 15, 20 años? ¿Qué estarán haciendo mis fa- miliares entonces? ¿Y mis amigos?. Hacer un plan de vida implica mirar nuestra situación ac- tual y anticipar cómo nos gustaría que fuera cuando seamos adultos mayores. ¿Me gusta mi vida en este momento? ¿Por qué? ¿Cómo quiero vivir los años que vienen? Y quizá la pre- gunta más importante: ¿Qué estoy haciendo para lograrlo?. Son muchas preguntas y faltan más. Lo importante es refle- xionar sobre ellas y darles respuesta gradualmente. Mientras somos adultos jóvenes, solemos ocuparnos de fac- tores que consideramos importantes o urgentes como procu- rarnos empleo y vivienda, satisfacer las necesidades de nuestra familia y, algunas veces, atender nuestra salud física. Sin em- bargo, conforme avanza la vida, las cosas cambian: nuestro papel de proveedores y tomadores de decisiones va quedando atrás; aunque sigamos aportando económicamente a la fami- lia, algunos dependeremos cada vez más de los familiares cer- canos y las decisiones sobre nuestra salud, nuestro tiempo y nuestras relaciones ya no serán enteramente propias. Para estar en control de estas decisiones –y, por tanto, en control de nuestra salud y nuestra vida en general–, debemos tener una actitud propositiva para mejorar los determinantes de salud mencionados. Es cierto que las fuentes de trabajo actualmente son inestables y mal remuneradas, pero si no po- demos ganar más, sí podemos buscar estrategias para gastar menos. Por otra parte, existen instituciones y programas fe- derales y locales que ofrecen servicios de calidad gratuitos o a un costo muy bajo; podemos buscarlos y hacer uso de ellos. Hacer un plan de vida, solos o en pareja, ofrece felicidad y estabilidad a los adultos mayores. • Resguardar las sustancias tóxicas o peligrosas donde no puedan verterse fácilmente o, si lo hacen, que no causen mayor daño. • Colocar el teléfono en un lugar visible y de fácil acceso, con teclas grandes; anotar los números de emergencia y de familiares a la mano en letra grande. • Si en casa se cuenta con oxígeno, poner una señalización: “Peligro, no fumar”. • Contar con un botiquín de primeros auxilios. También es importante diseñar un plan de contingencia en caso de incendio, sismo o accidente, por mínimo que éste pa- rezca. Dicho plan puede incluir las siguientes medidas: • Mantener la calma y respirar profundamente. • Tratar de incorporarse lentamente; primero hasta quedar sentado de manera recta, respirar profundo y descansar un momento más. Gatear puede ser otra opción. • Si es posible, tratar de levantarse con apoyo de un objeto sólido y fijo. De lo contrario, esperar a recibir ayuda. • Solicitar ayuda. Por sencillo que parezca, es importante nosóloconoceralosvecinosporsunombre,sinotambién tener sus números telefónicos, entablar con ellos buenas relaciones y ponerse de acuerdo sobre señales que les permitan identificar si ocurrió algún accidente y si se re- quiere de apoyo (un silbato, una campana o señales de luces). • Tener a la mano una identificación, su carnet de citas mé- dicasoinformaciónacercadelserviciodesaludque le co- rresponde para que la persona que acuda en su auxilio pueda contar con ellos, en caso necesario. • Cubrirse con una tela o cobija para evitar enfriamientos mientras recibe ayuda. • Aún si no requirió de ayuda al momento, es importante acudir posteriormente a una revisión médica. Por inofen- siva que parezca, una caída no es normal y puede ser el primer aviso de que algo sucede en el cuerpo. Para disfrutar de una vejez con autonomía, comodidad y buena calidad de vida, la seguridad individual y familiar es in- dispensable. La mayoría de los accidentes en el hogar pueden evitarse. Plan de vida Como ya se ha dicho aquí, si bien algunas personas llegan a la vejez en condiciones sociales y de salud desfavorables, lo cier- to es que muchos adultos mayores mantienen vitalidad, salud, amigos y familia. ¿Qué hace la diferencia entre una y otra for- ma de vivir la etapa de adulto mayor? Para dar respuesta a esta interrogante, actualmente se reali- zan numerosas investigaciones sobre el proceso de envejeci- mientodesdediversasdisciplinas:biologíamolecular,medicina, demografía, sociología, psicología y muchas más. En un futuro seguramente podremos aprovechar esos conocimientos en la vida diaria. Sin embargo, lo que sí podemos hacer desde ahora es diseñar un plan de vida. El primer punto de este plan es entender que, afortunada- mente, todos envejeceremos. Envejecer es parte del ciclo de vida; tan natural como nacer, crecer y desarrollarse. El segundo punto es saber que, según la Organización Mun- dial de la Salud, la salud es el bienestar físico, mental y social de las personas.55 Es decir, depende de muchos factores ade- más de la condición física de nuestro cuerpo, tales como el estado de ánimo, las preocupaciones, la situación económica, etcétera. Por ejemplo, no es raro que una enfermedad esté claramen- te relacionada con un periodo de tristeza o de estrés, o que el estado de ánimo tenga una influencia decisiva en la recupe- ración o el desenlace fatal de una paciente con cáncer. O, si la situación económica de una familia es mala y uno de sus miembros enferma y no es derechohabiente de un servicio médico, se verá obligado a gastar en un tratamiento; su salud probablemente mejorará, pero la economía familiar se habrá complicado. O, si el servicio de agua potable y drenaje de una comunidad es deficiente, los casos de diarrea serán numerosos e incluso letales en los niños y ancianos. Es decir, casi todo lo que nos rodea incide en nuestra salud. De ahí que en la construcción de nuestro plan de vida sea muy importante identificar esos factores que influyen en la salud, llamados determinantes56 y que nos hagamos preguntas concretas sobre cada uno, como las siguientes: 55 Consultado en: http://www.who.int/mediacentre/news/releases/2005/pr34/es/ 56 Consutado en: http://www.ops-oms.org.uy/UMS.htm
  • 18. 32 Por una cultura del envejecimiento Por una cultura del envejecimiento 33 instrumentos y métodos médicos para mantener vivo a un enfermo en etapa terminal). También se dan ahí instrucciones y se designan representantes para los cuidados de la salud y para después de la muerte. No es obligatorio tener directrices anticipadas; se trata de una decisión propia. Sin embargo, si éstas no existen, alguien deberá tomar decisiones en su nombre, habitualmente el cón- yuge, los hijos, los hermanos, etcétera, quienes no necesaria- mente conocen sus preferencias de atención médica. Por eso, cuando alguien tenga ya sus directrices, debe informárselo a su médico, familiares, amigos o abogado, así como mantener copias del documento en lugares accesibles. Así, la toma de di- rectrices anticipadas es un aspecto más de la responsable par- ticipación de las personas en su propio estado de salud. Nueva cultura de la salud al envejecer No cabe duda de que nuestros mayores han hecho y man- tienen una contribución significativa a México, a su economía y desarrollo. También es muy claro que ayudarlos a envejecer sanos y activos puede postergar y minimizar la severidad de la enfermedad crónica y la discapacidad al avanzar en edad, reduciendo así los costos asistenciales y las necesidades de cuidados a largo plazo. Además, la evidencia disponible nos impulsa a construir una iniciativa, aprovechando esta oportunidad, para el desarrollo de una serie de intervenciones que sabemos potencialmente efectivas y contribuir de esta manera a mejorar la salud de nuestros mayores. Sin duda, es prioritario impulsar una toma de conciencia co- lectiva relativa al hecho de este es el camino correcto, en vez delderrotismoyelnihilismoimplícitosenlaerróneapercepción de que la enfermedad y la dependencia “necesariamente” acompañan al envejecimiento. Ahora bien, para lograr el cambio cultural y favorecer el en- vejecimiento sano y activo es necesario actuar en distintos niveles (ver figura 1), a través de al menos tres mecanismos: • Desarrollar un entorno adaptado a las necesidades de nuestros mayores, partiendo de la base de la iniciativa de ciudades amigables con el adulto mayor de la Organi- zación Mundial de la Salud. • Propiciar la ayuda mutua y las redes de apoyo social para brindar un soporte tanto físico como emocional, a tra- vés de la comunicación, el desarrollo de experiencias con- juntas y la divulgación de información pertinente. • Promover el autocuidado, entendido como las medidas activas que la persona toma con el objeto de preservar su salud y que sólo pueden darse a través del fomento de una responsabilidad individual (tema abordado en la pri- mera parte de este texto). Estos tres mecanismos han de ser respaldados por la forma- ción de líderes y profesionales de la salud, la recreación, elde- sarrollo urbano y otros sectores que favorecen el envejecer acti- vo; el desarrollo de servicios y actividades en el nivel comuni- Hacer un plan de vida quiere decir también saber a qué voy a dedicarme en el futuro. Jubilarse de un trabajo, no significa jubilarse de la vida. Siempre existe la posibilidad de iniciar otra actividad en la que sigamos desarrollándonos como personas, ya sea aplicando nuestra experiencia o aprendiendo algo nue- vo. Esto cobra especial relevancia si tomamos en cuenta que tras jubilarnos a los 60 años aún nos quedan, en promedio, 15 años más de vida. También debemos contemplar en este plan nuestro capital social, es decir, la pareja, la familia, los amigos. Ellos seguramen- te cambiarán, tendrán proyectos propios y no necesariamente estarán para cuidarnos, aunque probablemente sí para apoyar- nos. Podemos compartir nuestro plan de vida con ellos, pero no podemos centrarnos en depender de ellos. Tengamos pre- sente que, en la medida de lo posible, el cuidado individual le corresponde a cada persona. Por otra parte, siempre está la posibilidad de ampliar nuestra red social. En todo lugar y en todo momento podemos hacer nuevos amigos. Finalmente, hay que cuidar los aspectos físicos: prevenir la diabetes, la hipertensión, el sobrepeso y el cáncer; hacer ejer- cicio, comer bien, asistir a consulta médica regularmente son recomendacionesquehemosescuchadoconmuchafrecuencia. Pero más que pensar en prevenir enfermedades, pensemos en mantener un óptimo estado de salud. Mantenernos en salud nos permitirá una mejor calidad de vida, también nos dará opor- tunidad de ahorrar y así destinar nuestros recursos a otros as- pectos de la vida que consideremos relevantes. La reflexión acerca de nuestro plan de vida es un ejercicio necesario para tomar el mando de nuestras circunstancias y decidir inteligentemente sobre nosotros. Hacerlo es un dere- cho y un poder que ninguna circunstancia externa debe mer- mar. Ahí reside la diferencia entre vivir una vejez saludable y no hacerlo. Decidir sobre mis cuidados médicos La muerte es una parte ineludible del proceso natural de la vi- da: al nacer, lo único seguro es que un día vamos a morir. La medicina moderna ha logrado disminuir los decesos por proble- mas infecciosos, por lo que actualmente son las enfermeda- des crónico-degenerativas y neoplásicas las causas principales de muerte. Durante el transcurso de éstas, el paciente puede hallarse en un estado de gravedad máxima o en una etapa ter- minal que le impedirá estar en condiciones de tomar decisiones con respecto a su propio cuerpo. De ahí la importancia de dic- tar directrices anticipadas. Las directrices anticipadas son documentos escritos o decla- raciones orales ante testigos donde el paciente indica sus pre- ferencias sobre la clase de cuidados o tratamiento médicos que le gustaría tener o no, si en un momento futuro no pudiera to- marsuspropiasdecisionesosinopudieracomunicarlas;también puede nombrar a alguna persona para que decida en relación a su tratamiento. Esto permite a su médico y familiares saber sus deseos para hacerlos respetar y cumplir. Algunas personas prefieren no recibir un tratamiento médi- co agresivo si no existe una posibilidad razonable de recupe- ración. Otras personas no quieren prolongar su sufrimiento o dolor, por ejemplo a través de máquinas como un ventilador. Algunas desean evitar desacuerdos entre su familia. Otras de- sean recibir todo el tratamiento médico disponible y con ello prolongar lo más posible su vida. La orden de no resucitar es un tipo de directriz anticipada; en ella se solicita que no se le dé reanimación cardiopulmonar si deja de respirar o de latir su corazón. Si bien, por su forma- ción, los médicos auxilian a todos los pacientes en esas circuns- cunstancias, si usted firma esta orden no se le realizarán manio- bras para resucitarlo. Las directrices anticipadas pueden cambiarse o cancelarse en cualquier momento si tiene las funciones mentales para ha- cerlo; es decir si es capaz de pensar y comunicar sus deseos de forma clara. En algunos países, las directrices pueden tomar- marse incluso estando en el hospital. De hecho, las personas interesadas pueden abordar el tema con su médico, enferme- ra o trabajadora social. En Estados Unidos se les llama testa- mento de vida, si bien en otros lados se conocen como volun- tades previas, instrucciones previas, directrices anticipadas, directrices previas, voluntades vitales anticipadas o testamen- to vital, en México existe la Ley de Voluntad Anticipada para el Distrito Federal, publicada en el Diario Oficial del Distrito Federal el 7 de enero de 2008, que señala como voluntad anticipada el documento público suscrito ante notario, en el que cualquier persona con capacidad de ejercicio y en pleno uso de sus facultades mentales manifiesta la petición libre, consciente, seria, inequívoca y reiterada de no someterse a me- dios,tratamientosy/oprocedimientosmédicos,quepropicien la obstinación médica (utilización innecesaria de los medios, Auto cuidado Ayuda mutua Entorno amigable Áreas prioritarias • Redes sociales • Actividad física • Alimentación sana • Prevención de caídas • Prevención de adicciones • Abuso y maltrato Para promover el envejecimiento sano y activo es necesaria una sociedad que: • Valore y apoye las contribuciones de las personas mayores • Rechace la discriminación por edad y la desigualdad • Provea espacios apropiados para el envejecimiento sano y activo Principios rectores • Independencia • Participación • Protección socio sanitaria • Auto realización • Dignidad Figura 1 Instituto de Geriatría