En 1810, el poder del virrey del Virreinato del Río de la Plata fue transferido al pueblo debido a que España había sido ocupada por Napoleón y el gobierno hispano había perdido legitimidad. Aunque la mayoría de los instigadores de la revolución perseguían la independencia de España, mantuvieron la ficción de que sólo estaban formando una junta que gobernaba en nombre del rey Fernando VII. Sin embargo, cuando el rey recuperó el poder en 1813, el antiguo virreinato no cumplió con su juramento de fidel