El documento argumenta que históricamente se ha usado la desinformación sistemática para dar una visión parcial o cegada del pasado histórico de los pueblos. Propone que es necesario despejar la "memoria colonizada" para construir una historia más reveladora e integradora que incluya todas las voces. Actualmente existe una oportunidad única en Latinoamérica para encontrar nuevas formas de entender el pasado, presente y futuro de la región de manera solidaria.