Este documento discute el papel del diseño en la transformación social y mejora de la calidad de vida. Propone que el diseño puede diseñar soluciones que modifiquen la realidad al detectar problemas, planificar intervenciones y ejecutar proyectos que transformen sistemas, resultados y conductas a nivel local y global. También destaca la importancia de enfoques como el diseño centrado en el usuario, el diseño participativo y el design thinking para crear soluciones factibles e impactantes que respondan a las necesidades de las personas.