Los laboratorios ciudadanos, como los Fablabs y makerspaces, permiten que grupos de personas se reúnan para crear cosas juntas utilizando tecnologías de fabricación digital. Estos espacios fomentan el aprendizaje colaborativo y la innovación abierta mediante el compartir de conocimientos y recursos. Algunas iniciativas buscan extender el acceso a estas herramientas y promover una cultura más participativa y descentralizada de la producción.