Este documento describe los cuatro principios fundamentales de la doctrina social de la Iglesia: la dignidad de la persona humana, el bien común, la subsidiaridad y la solidaridad. Estos principios surgen de la intersección entre el mensaje evangélico y los desafíos sociales. Tienen un carácter general y fundamental, y deben apreciarse de manera unificada y articulada. Juntos, constituyen la verdad sobre la sociedad que interpela a cada conciencia a interactuar libre y responsablemente con los demás.