Componentes de la esperanza en situación de terminalidad. estudio de desarrol...Dominique Gross
Objetivo: Analizar qué factores subyacen a la esperanza al final de la vida mediante el desarrollo de una escala de medida.
Método: Estudio de validación. De una población de
aproximadamente 300 asistentes a las Jornadas de Cuidados
Paliativos organizadas por un centro sociosanitario se recogieron 163 cuestionarios válidos, 141 (86,5%) cumplimentados por mujeres y 22 (13,5%) por hombres, con una media de edad de 40,92 años (DT: 14,52). Tras una revisión bibliográfica sobre el concepto de esperanza se elaboró un listado de 78 ítems y se realizó un análisis factorial exploratorio.
Resultados: Se obtuvo una escala de 69 ítems con seis factores: compañía (20 ítems, alfa 0,921), espiritualidad (12 ítems, 0,907), actitud personal (19 ítems, 0,864), negación (3 ítems, 0,674),
sostener (7 ítems, 0,742) y lucha (8 ítems, 0,813). Existen diferencias significativas (p < 0,05) entre las puntuaciones de los grupos que se diferencian en cuanto a sus creencias sobre lo que hay más allá de la muerte. Puntúan más bajo los que no creen que haya nada frente a los que creen que allí están los seres queridos y los que creen que después está Dios (242 frente a 264 y 269).
Conclusiones: Los resultados sugieren que la esperanza en
terminalidad se obtiene a través de tres vías: la relación con otros (o seres queridos), la relación con Dios (o trascendencia) y la relación con uno mismo (o actitud personal). Destacamos que la espiritualidad
añade esperanza al que cree en que hay algo más allá (sean los seres queridos o Dios) ante la situación de terminalidad
1. Revisión del concepto de recuperación en la esquizofrenia.
(Warner, 2004) describe la esquizofrenia como la primera psicosis funcional.
Afirmaba que «es un trastorno mental grave en el que la capacidad de la
persona de reconocer la realidad y sus respuestas emocionales, procesos de
pensamiento, juicio y capacidad de comunicación están tan afectadas que su
funcionamiento está gravemente deteriorado". Las alucinaciones y los delirios
son características comunes de la psicosis. (Warner, 2004) también reconoce
que no está muy claro qué es la esquizofrenia y qué no lo es, y que igualmente
podría ser un grupo de enfermedades o una agrupación de estados
anormales.
Sin embargo, muchos de los conceptos actuales sobre la etiología y
fisiopatología de la esquizofrenia aún se basan en los mecanismos biológicos,
esto ha dado lugar a un mayor interés por la investigación sobre el tratamiento
biológico (Lieberman, 1998). Esto a su vez ha propiciado una visión
reduccionista del abordaje de estos trastornos, basados en un abordaje
farmacológico. Algunos estudios (Campbell, 1996; Rogers, Pilgrim, & Lacey,
1993; Shepherd, Murray, & Muijen, 1995) han mostrado grandes diferencias
entre los objetivos de los usuarios y proveedores de servicios, principalmente
en que los usuarios, en su mayoría, preferiría poder elegir el tipo de
tratamiento, mejorar la accesibilidad a los servicios, la promoción de la salud, la
igualdad de oportunidades, de empleo y los servicio de autoayuda. A pesar de
ello, muchos psiquiatras y enfermeras de salud mental siguen siendo reacios a
aceptar el paradigma de la recuperación, prefiriendo centrarse en un enfoque
tradicional de tratamiento que contempla el apoyo profesional, tratamiento y
seguimiento especializado (Repper, 2000). El enfoque de tratamiento
tradicional suele justificarse por las firmes creencias esbozadas en la primera
de las dos preguntas planteadas por Warner sobre la esquizofrenia. Estas
preguntas son: ¿la esquizofrenia es una enfermedad por sí catastrófica que
sólo puede ser atendida con el tratamiento psiquiátrico moderno?; o ¿es una
enfermedad con un alto grado de recuperación espontánea en la que el
tratamiento tiene poco efecto a largo plazo?. (C. Harding, 2002) considera que
2. la moderna visión pesimista de la esquizofrenia ha sido desarrollada, en parte,
por los psiquiatras y otros profesionales dedicados a los cuidados de las
personas con esquizofrenia que se formaron con libros de texto basado en el
trabajo de Kraepelin y Bleuler. Estos textos, explicitaban la opinión de que la
mejora y la recuperación del trastorno es improbable. A pesar de esto, los
individuos suelen mejorar lentamente y con frecuencia sin mucha ayuda por
parte del sistema de salud mental (C. Harding, 2002). Muchos pacientes se
recuperan por su persistencia en la lucha por conseguir encontrarse mejor,
combinado con el apoyo de otros, como los miembros de la familia, amigos, de
otros pacientes y o los allegados de éstos (Repper & Perkins, 2003). Aunque
algunos pacientes pueden salir de la enfermedad en 2-5 años, otros a mejoran
mucho más lentamente. Incluso hay personas que han logrado recuperarse
transcurridos incluso entre de 30 o 40 años después del diagnóstico de
esquizofrenia (C. M. Harding, Zubin, & Strauss, 1987)(C. Harding, 2002).
La recuperación, sin embargo, no significa necesariamente curación, (Anthony,
1993; McGuire, 2000) sugieren que el tradicional punto de vista del modelo
médico de tratamiento en la esquizofrenia define el mejor resultado del mismo
al cese de los síntomas, sin hospitalizaciones adicionales. Las personas que
participan del paradigma de la recuperación consideran tales criterios como
irrelevantes (Deegan, 1990).
Bibliografía
Anthony, W. A. (1993). Recovery from mental illness: The guiding vision of the
mental health service system in the 1990s. Psychosocial Rehabilitation
Journal, 16, 11-24.
Campbell, P. (1996). What users want from mental health crisis services.
Mental Health Review, 1, 19-21.
Deegan, P. (1990). Spirit breaking: When the helping profession hurts. New
York: Routledge.
3. Harding, C. (2002). Beautiful minds can be recovered. New York Times,
Harding, C. M., Zubin, J., & Strauss, J. S. (1987). Chronicity in schizophrenia:
Fact, partial fact, or artifact? Hospital & Community Psychiatry, 38, 477-486.
Lieberman, J. (1998). Re-integration of the schizophrenic patient. London:
Science Press.
McGuire, P. (2000). New hope for people with schizophrenia. Monitor on
Psychology, 31, 1-11.
Repper, J. (2000). Adjusting the focus of mental health nursing: Incorporating
service users' experiences of recovery. Journal of Mental Health, 9, 575-587.
Repper, J., & Perkins, R. (2003). Social inclusion and recovery: A model for
mental health practice. London: Ballière-Tindall.
Rogers, A., Pilgrim, D., & Lacey, R. (1993). Experiencing psychiatry: Users'
views of services. London: Macmillan.
Shepherd, G., Murray, A., & Muijen, M. (1995). Perspectives on schizophrenia:
A survey of user, family carer and professional views regarding effective
care. Journal of Mental Health, 4, 403-422.
Warner, R. (2004). Recovery from schizophrenia: Psychiatry & political
economy. London: Routledge & Kegan Paul.