La música en la Edad Media se desarrolló principalmente en el ámbito religioso y profano. En el ámbito religioso destacó el canto gregoriano monódico y, posteriormente, formas polifónicas como el organum y el motete. En el ámbito profano, surgieron canciones monódicas de trovadores, ministriles y juglares, así como danzas polifónicas. La polifonía fue evolucionando a través de escuelas como la de Notre Dame y la de Ars Nova.