Este documento presenta una reflexión sobre cómo prepararnos para el futuro trabajando juntos de la mano de Jesús. Propone que debemos asumir nuestra responsabilidad como Iglesia de construir un mundo mejor respetando la dignidad de todos. También enfatiza la importancia de mantener la esperanza en el Señor a pesar de las dificultades y promover los valores del Reino. Finalmente, anima a reconocer la presencia de Cristo en nuestras vidas a través de la fe.