El documento propone tres transformaciones clave en la educación: 1) Integrar de forma efectiva la tecnología y la educación, más allá de su uso como moda o mero utilitarismo; 2) Redireccionar la educación para enfocarse en el desarrollo integral y espiritual del estudiante, no como mercancía; 3) Mantener aspectos fundamentales como el respeto, la inclusión, el papel del docente y la enseñanza de principios y valores.