La música clásica, especialmente la de Mozart, tiene efectos positivos en los niños como mejorar la memoria, atención, concentración, habilidades matemáticas y de resolución de problemas. Los estudios muestran que las clases de música estimulan la creatividad, imaginación y desarrollo integral de los niños, y que el coeficiente intelectual aumenta más con clases de música que con otras materias. La música también estimula la creatividad y entrena el cerebro hacia un pensamiento positivo.