Adriana Macías nació en 1978 en México sin brazos. A pesar de enfrentar dificultades como su discapacidad y el rechazo de un novio, se ha convertido en una inspiración para otros al compartir sus experiencias. Actualmente está casada y motiva a niños, jóvenes y adultos a descubrir sus capacidades y enfrentar adversidades.
LOS NIÑOS DEBEN DISFRUTAR SU INFANCIA, SER FELICES. ¿PORQUE SE LES NIEGA LA COMIDA, SE LES APUNTA CON UN ARMA, Y/O SE LES MALTRATA? DIOS REPRENDA A LOS QUE ABUSAN DE LOS NIÑOS. AMEN.
LOS NIÑOS DEBEN DISFRUTAR SU INFANCIA, SER FELICES. ¿PORQUE SE LES NIEGA LA COMIDA, SE LES APUNTA CON UN ARMA, Y/O SE LES MALTRATA? DIOS REPRENDA A LOS QUE ABUSAN DE LOS NIÑOS. AMEN.
1. EJEMPLO DE VIDA
ADRIANA MACIAS
Presentado por:
Karen Archila Rondón
Escuela Normal Superior Piedecuesta
P.F.C I Semestre
2014
2. ADRIANA MACIAS
La licenciada en Derecho
Adriana Irene Macías
Hernández ha motivado a
niños, jóvenes y adultos
compartiendo sus
experiencias para que
cada quien redescubra
todas sus capacidades y
así hacerle frente a las
distintas adversidades.
3. Los Primeros Años
• Guadalajara, México. Nació un 25 de abril de 1978, en medio de una
familia modesta.
• Al nacer Adriana en aquella primavera de abril, Sus padres don José
Manuel Macías y doña Guadalupe Hernández tuvieron que enfrentar un
momento muy duro al enterarse de que su segunda hija había nacido sin
brazos.
4. Enfrentar La Dura Realidad
• Pero lo peor fue en la adolescencia, cuando tuvo que
enfrentarse al espejo y a la realidad de que ese sueño de
poder tener unos brazos como cualquier persona normal,
era sólo una fantasía.
5. La Decepción Inesperada
• En el 2001 estuvo a punto de casarse, pero el chico con el que
se iba a casar de repente le dice ¿Sabes qué? La pensé muy
bien y no me quiero casar con una persona con discapacidad
¿Qué tal si mis hijos nacen como tú?”.
6. Una Nueva Oportunidad: La
Esperanza Del Guerrero
• las puertas de la felicidad se asomaría de nuevo en la vida de Adriana, al
conocer al que sería su actual esposo Juan Medina , quien trabajaba en
ese momento en un albergue para niños discapacitados: “Obviamente
pasé días muy tristes, lloraba y mucho, pero un día se acabó el llanto y
pude darme cuenta que debía levantarme y buscar de nuevo el amor en
mi vida: Juan Medina, es ese regalo hermoso”.