Los productos orgánicos certificados se cultivan y procesan de acuerdo con estrictos estándares que limitan el uso de pesticidas, fertilizantes y aditivos artificiales. Para ser certificado como orgánico, los productores deben someterse a inspecciones regulares para garantizar el cumplimiento de las normas. La certificación orgánica ofrece a los consumidores la seguridad de que los alimentos fueron cultivados y procesados de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente.