El documento critica los análisis políticos y periodísticos luego de la muerte de Néstor Kirchner por carecer de metodología y basarse más en las emociones que en el análisis científico. Señala que es importante considerar los intereses particulares, los beneficiados y perjudicados por cada opinión, así como los valores subyacentes. Concluye que la realidad no depende de casualidades sino del análisis dialéctico y funcional de la situación del país.