El neoclasicismo surgió en el siglo XVIII como reacción al Barroco y Rococó, inspirándose en las formas clásicas de la Antigüedad griega y romana. La arquitectura neoclásica se caracterizó por la simetría, la elegancia y la sobriedad, mientras que la escultura buscó imitar los ideales estéticos antiguos representando dioses y figuras heroicas. Pintores como Jacques-Louis David llevaron estas ideas al lienzo con composiciones simétricas y figuras de contorn
Renacimiento es el nombre dado a un amplio movimiento cultural que se produjo en Europa Occidental en los siglos XV y XVI. Sus principales exponentes se hallan en el campo de las artes, aunque también se produjo una renovación en las ciencias, tanto naturales como humanas. Italia fue el lugar de nacimiento y desarrollo de este movimiento.
El Renacimiento fue fruto de la difusión de las ideas del humanismo, que determinaron una nueva concepción del hombre y del mundo. El nombre «renacimiento» se utilizó porque este movimiento retomaba ciertos elementos de la cultura clásica. El término se aplicó originariamente como una vuelta a los valores de la cultura grecolatina y a la contemplación libre de la naturaleza tras siglos de predominio de un tipo de mentalidad más rígida y dogmática establecida en la Europa de la Edad Media. Esta nueva etapa planteó una nueva forma de ver el mundo y al ser humano, con nuevos enfoques en los campos de las artes, la política y las ciencias, sustituyendo el teocentrismo medieval por cierto antropocentrismo.
En este sentido, el historiador y artista Giorgio Vasari (1511-1574) formuló una idea determinante: el nuevo nacimiento del arte antiguo (Rinascitá), que presuponía una marcada conciencia histórica individual, fenómeno completamente nuevo en la actitud espiritual del artista. De hecho, el Renacimiento rompió, conscientemente, con la tradición artística medieval, a la que calificó como un estilo de bárbaros, que más tarde recibirá el calificativo de Gótico. Sin embargo, los cambios tanto estéticos como en cuanto a la mentalidad fueron lentos y graduales. Sin embargo el concepto actual de renacimiento será formulado por primera vez en el siglo XIX por el historiador Jules Michelet.
Desde una perspectiva de la evolución artística general de Europa, el Renacimiento significó una «ruptura» con la unidad estilística que hasta ese momento había sido «supranacional». Sobre el significado del concepto de Renacimiento y sobre su cronología se ha discutido mucho; generalmente, con el término «humanismo» se indica el proceso innovador, inspirado en la Antigüedad clásica y en la consolidación de la importancia del hombre en la organización de las realidades histórica y natural que se aplicó en los siglos XV y XVI.
El Renacimiento no fue un fenómeno unitario desde los puntos de vista cronológico y geográfico. Su ámbito se limitó a la cultura europea y a los territorios americanos recién descubiertos, a los que las novedades renacentistas llegaron tardíamente. Su desarrollo coincidió con el inicio de la Edad Moderna, marcada por la consolidación de los Estados europeos, los viajes transoceánicos que pusieron en contacto a Europa y América, la descomposición del feudalismo, el ascenso de la burguesía y la afirmación del capitalismo. Sin embargo, muchos de estos fenómenos rebasan por su magnitud y mayor extensión en el tiempo el ámbito renacentista.
Renacimiento es el nombre dado a un amplio movimiento cultural que se produjo en Europa Occidental en los siglos XV y XVI. Sus principales exponentes se hallan en el campo de las artes, aunque también se produjo una renovación en las ciencias, tanto naturales como humanas. Italia fue el lugar de nacimiento y desarrollo de este movimiento.
El Renacimiento fue fruto de la difusión de las ideas del humanismo, que determinaron una nueva concepción del hombre y del mundo. El nombre «renacimiento» se utilizó porque este movimiento retomaba ciertos elementos de la cultura clásica. El término se aplicó originariamente como una vuelta a los valores de la cultura grecolatina y a la contemplación libre de la naturaleza tras siglos de predominio de un tipo de mentalidad más rígida y dogmática establecida en la Europa de la Edad Media. Esta nueva etapa planteó una nueva forma de ver el mundo y al ser humano, con nuevos enfoques en los campos de las artes, la política y las ciencias, sustituyendo el teocentrismo medieval por cierto antropocentrismo.
En este sentido, el historiador y artista Giorgio Vasari (1511-1574) formuló una idea determinante: el nuevo nacimiento del arte antiguo (Rinascitá), que presuponía una marcada conciencia histórica individual, fenómeno completamente nuevo en la actitud espiritual del artista. De hecho, el Renacimiento rompió, conscientemente, con la tradición artística medieval, a la que calificó como un estilo de bárbaros, que más tarde recibirá el calificativo de Gótico. Sin embargo, los cambios tanto estéticos como en cuanto a la mentalidad fueron lentos y graduales. Sin embargo el concepto actual de renacimiento será formulado por primera vez en el siglo XIX por el historiador Jules Michelet.
Desde una perspectiva de la evolución artística general de Europa, el Renacimiento significó una «ruptura» con la unidad estilística que hasta ese momento había sido «supranacional». Sobre el significado del concepto de Renacimiento y sobre su cronología se ha discutido mucho; generalmente, con el término «humanismo» se indica el proceso innovador, inspirado en la Antigüedad clásica y en la consolidación de la importancia del hombre en la organización de las realidades histórica y natural que se aplicó en los siglos XV y XVI.
El Renacimiento no fue un fenómeno unitario desde los puntos de vista cronológico y geográfico. Su ámbito se limitó a la cultura europea y a los territorios americanos recién descubiertos, a los que las novedades renacentistas llegaron tardíamente. Su desarrollo coincidió con el inicio de la Edad Moderna, marcada por la consolidación de los Estados europeos, los viajes transoceánicos que pusieron en contacto a Europa y América, la descomposición del feudalismo, el ascenso de la burguesía y la afirmación del capitalismo. Sin embargo, muchos de estos fenómenos rebasan por su magnitud y mayor extensión en el tiempo el ámbito renacentista.
Se trata de un crónica de un viaje del autor a la antigua ciudad de Pompeya, en la cual se ilustra el recorrido de un día por los distintos sitios y se complementa con anotaciones históricas, descripciones y poemas
Tema de introducción para Cultura Clásica. Breve recorrido por el desarrollo de la arqueología y sus principales hallazgos. Los descubrimientos de las culturas minoica y micénica.
1. El arte neoclásico (I)
Las ideas de la Ilustración y los descubrimientos arqueológicos, que
hicieron renacer el interés por la Antigüedad grecorromana, fueron la
base de la estética del neoclasicismo, que tenía como objetivo la
recuperación del orden y la razón a través de la adopción de las formas
clásicas, como reacción a la exuberancia del Barroco tardío y el rococó.
Arquitectura neoclásica
Desde el punto de vista arquitectónico, el neoclasicismo constituyó una fase de
transición hacia la arquitectura del siglo XIX, en la que se desarrollarían los
principios de la Revolución Industrial, con el consiguiente auge de la ingeniería.
Los arquitectos más notables del estilo neoclásico fueron:
• William Kent (1685-1748), inglés, autor de la Chiswick House de
Londres.
• Lord Burlington (1649-1753), hacendado mecenas.
• Robert Adam (1728-1792), escocés quien, también en Londres
proyectó el edificio de la Real Sociedad de las Artes. Creador de un
estilo propio, el «estilo Adam».
• K. G. Langhans (1732-1808), alemán, cuya más célebre creación es la
puerta de Brandenburgo de Berlín.
• Jacques-Germain Soufflot (1713-1780), francés, autor de la iglesia de
Santa Genoveva, secularizada durante la Revolución Francesa y
convertida en el Panteón.
• La arquitectura neoclásica en España está representada por:
• Francesco Sabatini (1722-1797), de cuya producción sobresalen la
puerta de Alcalá y los jardines del Palacio Real, de Madrid.
• Juan de Villanueva (1739-1811), autor de proyectos como el Museo
del Prado o el Oratorio de Caballero de Gracia, ambos en Madrid.
• Ventura Rodríguez (1717-1785), entre cuyas obras destacan la
fachada de la catedral de Pamplona y el palacio de Liria, en Madrid.
2. Jacques-Germain Soufflot, iglesia de Santa Genoveva, hoy Panteón, 1757-1790, (París).
Neoclasicismo escultórico
La escultura neoclásica fue posiblemente la rama artística en la que la
aproximación a los ideales de la Antigüedad clásica resultó mayor. Según el
escritor y teórico del arte alemán Gotthold Ephraim Lessing (1729-1781), la
finalidad de la escultura era la «ordenación de los cuerpos y no del tiempo», un
arte intemporal que la Antigüedad clásica había llevado a su culminación y que,
en consecuencia, constituía el modelo a imitar. Ese modelo era seguido en «su
noble sencillez y su serena grandeza, tanto en la actitud como en la
expresión», según definición del historiador del arte y arqueólogo, y gran
inspirador del neoclasicismo, Johann Joachim Winckelmann (1717-1768).
Este carácter imitativo hizo que fueran pocos los escultores de trascendencia
en este periodo:
• Antonio Canova (1757- 1822), el más destacado, cuya obra, muy en
consonancia con el espíritu neoclásico, se centró en la representación
de dioses de la Antigüedad y de figuras heroicas de su tiempo, como
reyes, papas, militares o damas de la más alta sociedad.
3. Antonio Canova, Paulina Bonaparte, 1808 (Galería Borghese, Roma).
• Bertel Thordvaldsen (1770-1844), danés formado en Italia en los
cánones neoclásicos.
• Jean-Antoine Houdon (1741-1828), escultor francés, autor de bustos
de gran naturalidad equiparables en estilo a los del pintor Jacques- Louis
David.
• John Flaxman (1755-1826), británico, autor de obras de una estricta
linealidad, especializado en la escultura de mausoleos. Destacó también
como grabador e ilustrador de obras literarias.
Bertel Thordvaldsen, Estatua de Lord Byron (Villa Borghese, Roma).
«« El arte barroco (III)
El arte neoclásico (II) »»
El redescubrimiento de la Antigüedad
El interés de los neoclásicos por las ruinas arquitectónicas grecorromanas,
impulsado fundamentalmente desde Gran Bretaña, dio lugar a la difusión de los
conocimientos sobre la Antigüedad y a la aparición de aficionados a su estudio,
los «anticuarios», cuyo número aumentó en especial a raíz del descubrimiento
de los restos de las ciudades de Pompeya y Herculano.
La arquitectura de jardines
Una importante aportación del neoclasicismo británico fue la creación de un
nuevo modelo de arquitectura de jardines, radicalmente opuesto al jardín
clasicista francés y centrado en resaltar la espontaneidad de la naturaleza, con
4. zonas que emulasen paisajes naturales, lagos y riachuelos, incluso
simulaciones de ruinas clásicas.
La sensualidad de Canova
La frialdad de la mayor parte de la escultura neoclásica fue contrarrestada por
Canova mediante un prodigioso dominio de la técnica, que aportaba a sus
figuras una especial gracia y un singular erotismo en los desnudos, que
hicieron que su obra destacara notablemente sobre la de los restantes
escultores de la época.
El fin de la estatuaria clasicista
El efímero auge de los ideales clasicistas durante las últimas décadas del siglo
XVIII y las primeras del XIX fue el último periodo de vigencia en la historia del
arte del modelo clásico grecorromano como encarnación de la perfección
escultórica.
Neoclasicismo. Fue un movimiento que se produjo en Europa en el siglo XVIII ante los
cánones ya agotados del clasicismo, al producirse el desgaste de las culturas barrocas, que
aspiraba restaurar el gusto y las normas del clasicismo. En la época neoclásica, el color pasa a
un segundo plano y adquiere mucha importancia el dibujo; es decir, el trazo puro, y el color es
aplicado sólo como complemento.
Este arte trató de imitar los estilos utilizados antiguamente en Grecia y Roma, por la influencia de los descubrimientos
arqueológicos como los de Pompeya y Herculano. En pintura David fue el máximo exponente del neoclasicismo francés,
que contó con pintores como Gross, Gèrard, Prud´hon e Ingres, aunque en algunos de ellos ya apuntaba el germen del
Romanticismo, movimiento estético que habría de suceder al neoclasicismo.
CARACTERÍSTICAS GENERALES. Inspiración en las obras de la época clásica, que se tienen por perfectas y
definitivas. Aspiración a una belleza ideal, nacida de la exacta relación de las partes, según medidas dadas por la razón.
En las artes plásticas: dibujo impecable, contornos cerrados, volúmenes modelados de modo que da la ilusión de
redondez de los cuerpos; colorido suave y composición simétrica y estática.
ARQUITECTURA: Se caracterizó por la simetría, la elegancia y la sobriedad, el empleo de un solo orden (dórico, jónico
o corintio, en lugar de la superposición barroca); además del énfasis sobre los valores lumínicos, la división tripartita de
la fachada con tímpano central, la eliminación del color, el gusto por los arcos de triunfo y las columnas
conmemorativas.
ESCULTURA: Los escultores centran su interés en los ideales estéticos y los procedimientos técnicos de la estatuaria
antigua. El italiano Canova fue el más destacado, seguido del danes Thorvaldsen, educado en Roma; otros
representantes de la época son: Bartolini, Rude, Pradler, Flaxman, entre otros.
PINTURA: Tomó como modelo la estatuaria antigua y el siglo XVI italiano (Rafael). El artista que contribuyó de modo
definitivo a afirmar el nuevo estilo fue David, quien influyó en artistas franceses de la talla de Ingres, Gerard y Prud
´hon. En E.E.U.U. la influencia italiana e inglesa se fundieron. (Articulo enviado por: Lluvia Velandia,
lluviadelv@hotmail.com)