1. Lucas otorga un lugar muy especial a esta manifestación de Jesús, porque
enseña lo que será para los creyentes de todos los tiempos cl tcencucntro
con Cristo resucitado.
Estos dos (a no ser que se trate de una pareja) están en la misma situación
en que se encontró el pueblo de Dios varias veces en la historia: tenían la
seguridad de haber encontrado un salvador y todo terminó en un fracaso,
Lucas emplea cuidadosamente una y otra vez los verbos ver y
"reconocer". El Evangelista quiere comunicar que Jesús después de su
resurrección ya no podía ser visto con los ojos del cuerpo. Había pasado de
este mundo al de su Padre. y este mundo nuevo escapa a nuestros sentidos.
Y es con esta nueva mirada, con esta luz de la fe, que lo reconocemos
presente y actuando en nosotros y en nuestro alrededor, Si bien la historia
de la Iglesia está marcada por algunas visiones excepcionales, el pueblo de
los creyentes está invitado a reconocerlo en la fe.
18. Cleofás, el esposo de María, la madre de Santiago y José (ver
Jn 19,25 y Mc 15,40).
26. Se notará que este encuentro es la primera Eucaristía celebrada en la
Iglesia. No hay Eucaristía que no comience con. las Escrituras leídas y
2. comentadas y a continuación viene el pan consagrado y compartido. Y
entonces se cumple el misterio de la fe: sus ojos lo reconocieron.
27, Jesús hace la lectura según la costumbre de las sinagogas: primero
los textos del Pentateuco (los libros de Moisés), y luego los Profetas,
Jesús recordó no sólo los textos que anunciaban su pasión y su
resurrección, como Is 52, 13; Za 12,11; Sal 22; Sal 69, sino también
aquellos textos que mostraban el cumplírniento del plan de Dios a través de
pruebas y humillaciones.
Aún hoy la Iglesia hace con nosotros lo que Jesús hizo
para los dos discípulos: nos enseña la interpretación de las
Escrituras. Lo más importante para comprender la Biblia
no es saber muchos textos de memoria, sino descubrir los
hilos que unen los diversos acontecimientos y comprender
el plan de Dios a lo largo de la historia (1Cor 2,9),
3. Luego viene la consagración. Tomó el pan, lo bendijo, y
después de haberlo partido, se lo dio; estas cuatro
expresiones eran características de la Eucaristía.
32. Sólo entonces los discípulos se dieron cuenta de lo que
habían experimentado. Pero ya antes, cuando les explicaba
las Escrituras, el Espíritu del Señor resucitado les había dado
la certeza de que eso era verdad. VI sacramento de la Palabra
no había Sido menos activo y eficaz que el Pan compartido.
33. Se levantaron para regresar a Jerusalén. Igual que las
mujeres que vuelven del sepulcro a los apóstoles y como los
apóstoles que volverán del monte de los Olivos a Jerusalén:
desde este centroaa Iglesia se irradiará cuando hayan
recibido al Espíritu.