El constructivismo surgió en Rusia en 1914 como un movimiento artístico de vanguardia que incorpora conceptos de espacio y tiempo para crear formas dinámicas. Vladimir Tatlin fue el padre fundador del constructivismo ruso, creando esculturas, pinturas y proyectos arquitectónicos a partir de metales y basura tras ser influenciado por el cubismo y el futurismo en París.