El juego implica múltiples dimensiones del desarrollo infantil como la afectiva, social, cognitiva y sensorial. A través del juego, los niños aprenden a regular sus emociones, a interactuar con otros, a resolver problemas y a explorar el mundo que les rodea usando todos sus sentidos. El juego ofrece numerosas oportunidades para el aprendizaje y el desarrollo integral durante la infancia.