Pinocho y el lobo fueron llamados al castillo de Maléfica. Ella les invitó a una Coca-Cola envenenada que los hizo dormirse. Maléfica los encerró en los calabozos atados. Cuando despertaron, se escaparon tomando las llaves que Maléfica dejó caer. Un caballero los ayudó a regresar a su hogar después de que le contaron cómo Maléfica los engañó.