4.
El mártir no es un extraño para nosotros.
Sabemos quién es y logramos captar su
personalidad y su significado histórico; sin
embargo, con frecuencia, su imagen
parece evocar en nosotros un mundo que
no es ya el nuestro. Aparece como un
personaje lejano, relegado a épocas y
períodos históricos que pertenecen al
pasado y que tan sólo la memoria litúrgica
nos lo propone de nuevo en el culto
cotidiano.
5.
Desde un aspecto social un martir siempre
seria bien visto primeramente por ser un
digno creyente del señor y luego por
ayudar a los demas de una manera
incondicional un estado de martir es
alcanzar la maxima fe en dios
, encomendarse del todo para si ser limpio
y puro de pecados para ayudar a personas
con mas problemas aun claramente
tenemos entendido que un martir nace
apartir de una doctrina religiosa ellos
mismo lo eligen ser .
6.
Un buen mártir también ve por sus
necesidades tanto económicas como
alimenticias no solo puede vivir de un dios
aunque siempre sea lo que diga su
voluntad para un mártir siempre es: primero
el prójimo y después yo se dice que son
muy generosos y por lo general nunca
ambicionan tanto mas que lo que el señor
les ha dado para vivir. Eso también es
bueno porque ahí nace su gentileza y su
nobleza en especial su humildad ante
todo.
7.
Políticamente el martirio seria mal visto
desde cualquier punto de vista porque esto
implica no ambicionar bienes ajenos ni
añorar mas de lo deseado por lo tanto los
mártires también son mal vistos por la
sociedad hasta incluso se los llega a creer
locos por tener un dios que supuestamente
no existe o no lo pueden ver , ser fiel a una
religión es muy importante y es algo que
ellos tienen el nunca negar que su dios les
va a proteger y tenerlo en el corazón.
8.
En cuanto a cultura un mártir seria bien
visto debido a realizar obras de caridad y
ser un buen ciudadano siempre
culturalmente este seria aceptado aunque
exista veces que su fe sea mas fuerte que
la de los demás y se sienta excluido pero
en si un buen mártir nunca se dejaría llevar
por las ideologías de los demás y siempre
estaría aferrado a su dios pensando en que
el es la salvación para el mundo.
9.
Ser un mártir en la religión es
considerado como el máximo punto de
fe en una persona netamente cristiana
es llegar a tener esa comunicación de
dios es sentir a dios y sobre todo es
confiar en el para cualquier religión
tener un mártir en su iglesia debe de ser
lo mejor es como tener un creyente de
buena fe y de una fe incondicional.
10.
Una lista de los mas actuales
mencionados martires muchos de los
mas importantes ya han sido asesinados
debido a la sociedad que los juzgan por
sus creencias y por ser muy debotos.
11.
Fue el sacerdote de los obreros y del sindicato. Se
batió valientemente, practicando la caridad del
Evangelio, en defender los derechos humanos
contra un régimen despótico, violento y asesino. Sus
homilías encendían los corazones y aún siendo
manso y bueno, asustaba al régimen.
Para hacerlo callar, primero fue amenazado, luego
implicado en un accidente de tráfico del que salió
milagrosamente ileso, mientras que, el 19 de octubre
de 1984, fue secuestrado y asesinado por tres
funcionarios del Ministerio del Interior.
Su cuerpo fue encontrado el 30 de octubre de 1984
en las aguas del Vístula, cerca de Włocławek.
12.
Frukacz: el padre Jerzy
Popiełuszko, asesinado en 1984, fue vicario
en la parroquia de San Estanislao de Kostka
en Varsovia. En los años 80 del siglo XX, fue
pastor de los trabajadores y capellán de
“Solidaridad”. En su vida pero también en
su enseñanza, sobre todo durante las misas
por la patria, representó la fidelidad total al
Evangelio de Cristo, a la enseñanza de la
Iglesia; en modo especial en sus homilías
recordaba los pensamientos e ideas del
siervo de Dios Stefan Wyszyński, “Primado
del Milenio” y maestro de Juan Pablo II.
13.
Fue el cardenal Wyszyński quien organizó
los “Votos de Jasna Góra” en 1956, la
Novena con motivo de los mil años del
Cristianismo en Polonia (1957-1966). Eran
años durísimos, en los que parecía
imposible sobrevivir al dominio soviético. Y
sin embargo Wyszyński logró organizar y
garantizar la actividad religiosa y social de
los fieles en Polonia. Fue el mismo cardenal
Wyszyński quien reforzó y defendió la
llamada “Teología de la Nación” para
reforzar la identidad católica de los
polacos.