El príncipe fue enviado por su maestro al bosque para aprender a escuchar. Después de un año, el príncipe pudo describir sonidos como el canto de pájaros y el viento. El maestro luego le pidió que escuchara más de cerca, y el príncipe describió sonidos más suaves como las flores abriéndose. El maestro aprobó, diciendo que aprender a escuchar lo inaudible hace que uno se convierta en una mejor persona capaz de comprender a los demás.