Dos estadounidenses fueron invitados a enseñar ética y moral basada en principios bíblicos en escuelas y orfanatos en Rusia en 1994. En un gran orfanato con casi 100 niños abandonados, les contaron la historia de la Navidad. Los niños hicieron pesebres con materiales simples. Un niño llamado Misha puso dos bebés en el pesebre e inventó una historia donde Jesús lo invita a quedarse con él para siempre en el pesebre para darle calor, mostrando su deseo de tener una familia.