Vashti se quedó sin ideas para su clase de arte y solo pudo dibujar su nombre. Su profesora enmarcó y colgó su punto, sorprendiendo a Vashti. Un niño pequeño la admiró como una gran artista, pero Vashti le dijo que tampoco sabía dibujar. Le dio papel en blanco al niño para que dibujara, y luego le pidió que firmara su garabato, mostrándole que no se necesita ser un experto para crear arte.
Educar es precisamente inscribir a un niño
en un colectivo sin pedirle que abdique de su individualidad. Es dar a entender la importancia de las normas que son válidas para todos sin prohibir que cada uno por separado se haga oír y encuentre su camino” Philippe Meirieu
Educar es precisamente inscribir a un niño
en un colectivo sin pedirle que abdique de su individualidad. Es dar a entender la importancia de las normas que son válidas para todos sin prohibir que cada uno por separado se haga oír y encuentre su camino” Philippe Meirieu
Lo que más le gustaba al señor lobo era comer, y cierto día quiso hacer un estofado de pollo. Encontró a la gallina perfecta y se dedicó a engordarla para su sabroso estofado, así que todos los días le llevaba deliciosos manjares para que comiera. El día que fue a buscarla tuvo una gran sorpresa, pues la gallina alimentaba a todos sus pollitos con la comida que el lobo le llevaba. En agradecimiento, la gallina le preparó una cena especial. La historia que contiene este libro es especialmente atractiva porque les muestra a los niños que las cosas no siempre son lo que parecen, y que a veces quien menos esperamos puede convertirse en nuestro amigo.
Max es un niño travieso y sensible que se siente incomprendido en casa y un día decide fugarse en una pequeña barca. Max llega a una isla donde se encuentra con misteriosas criaturas, cuyas emociones son tan salvajes e imprevisibles como sus acciones. Los monstruos buscan desesperadamente un líder que les guíe, igual que Max desea un reino que gobernar. Cuando Max es coronado monarca, promete crear un lugar donde todo el mundo sea feliz. Sin embargo, pronto se da cuenta de que gobernar su reino no es una tarea tan fácil y que sus relaciones allí resultan ser más complicadas de lo que pensó al principio.
Lo que más le gustaba al señor lobo era comer, y cierto día quiso hacer un estofado de pollo. Encontró a la gallina perfecta y se dedicó a engordarla para su sabroso estofado, así que todos los días le llevaba deliciosos manjares para que comiera. El día que fue a buscarla tuvo una gran sorpresa, pues la gallina alimentaba a todos sus pollitos con la comida que el lobo le llevaba. En agradecimiento, la gallina le preparó una cena especial. La historia que contiene este libro es especialmente atractiva porque les muestra a los niños que las cosas no siempre son lo que parecen, y que a veces quien menos esperamos puede convertirse en nuestro amigo.
Max es un niño travieso y sensible que se siente incomprendido en casa y un día decide fugarse en una pequeña barca. Max llega a una isla donde se encuentra con misteriosas criaturas, cuyas emociones son tan salvajes e imprevisibles como sus acciones. Los monstruos buscan desesperadamente un líder que les guíe, igual que Max desea un reino que gobernar. Cuando Max es coronado monarca, promete crear un lugar donde todo el mundo sea feliz. Sin embargo, pronto se da cuenta de que gobernar su reino no es una tarea tan fácil y que sus relaciones allí resultan ser más complicadas de lo que pensó al principio.
2. La clase de arte había terminado, pero Vashti se había quedado pegada a su asiento. Su hoja estaba en blanco.
3. La profesora se inclinó sobre la hoja en blanco. “ ¡Ah!, un oso polar bajo una tormenta de nieve”, dijo. “ ¡Muy divertido!” contestó Vashti. “No se me ocurre qué dibujar”
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8. Vashti pensó por un momento “Bueno, quizá no sepa dibujar pero sí SÉ escribir mi nombre”.
9. A la semana siguiente, cuando Vashti entró en la clase de arte, se llevó una sorpresa al ver lo que colgaba por encima de la mesa de su profesora. Era el punto. ¡Había enmarcado SU PUNTO! ¡En un marco dorado!
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17. A Vashti se le acercó un niño pequeño que le dijo con admiración: “eres una gran artista. Como me gustaría pintar como tú”. “ Seguro que sabes”, le contestó Vashti. “ ¿YO? No yo no. No sé trazar ni una línea recta con una regla”.
18. Vashti sonrió. Le acercó al niño una hoja de papel en blanco “a ver…”, le dijo. El lápiz del niño temblaba mientras trazaba su línea.