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    6 • El Renacimiento
        El Ideal del Nuevo Hombre

1> El Significado del Renacimiento                 mento de la historia parecía coincidir con dos
                                                   períodos, haciendo más difícil el decidir
       En la segunda mitad del siglo dieci-        dónde debía reconocerse la división entre las
nueve, el estudio del pasado pasó por una          eras. A las demarcaciones anteriores, a
considerable modificación con la introduc-         menudo se afirmaba, les faltaba claridad y
ción de la así llamada historia científica, con    exactitud científicas.
el resultado que el mundo de la educación
fue testigo de una vasta efusión de investiga-            Por supuesto que aquellos que
ciones e interpretaciones basadas, se supo-        habían vivido la historia no habían estado tan
nía, en más análisis objetivos y racionalmente     conscientes de las discontinuidades como lo
confiables del pasado de lo que hasta enton-       estamos nosotros quienes debemos darnos a
ces había sido posible. Este desarrollo tuvo       la tarea de proveer un informe de los eventos
importantes implicaciones para la historia         pasados. El pasado no poseería significado
Occidental en particular, pues en conjunción       para nosotros como historia si no hubiese
con esta aproximación más rigurosa al estu-        cambios que observar, o transformaciones
dio del pasado, la historia de la civilización     que evaluar, ni desarrollos que registrar. Esta-
Occidental fue sujeta más y más a agudas           mos conscientes, por ejemplo, que grandes
reevaluaciones de los periodos en los que          diferencias intelectuales, sociales y materiales
había sido dividida. Las amplias categorías        separan al mundo moderno del mundo
habituales – antigua, medieval, moderna –          medieval. A pesar de eso hay grandes distin-
todavía podían aplicarse, pero a medida que        ciones también entre los períodos antiguo y
los eruditos examinaban el pasado con más          medieval. Cada período contiene característi-
detalle, estas divisiones les parecían pintores-   cas que lo hacen único, a pesar de la existen-
cas y convencionales. En consecuencia, junto       cia de rasgos que pudiesen parecer
con una proliferación de nuevas perspectivas       desviaciones notables del temperamento glo-
y reinterpretaciones supuestamente basadas         bal de los tiempos.
en estándares y procedimientos racionales,
muchas subdivisiones dentro de estas clasifi-              Sin embargo, puede ser causa de gran
caciones más amplias comenzaron a parecer          controversia cuando una porción de la histo-
que requerían un nuevo entendimiento de            ria parece, aparentemente, desafiar la clasifi-
cada época histórica. Algunas veces un seg-        cación en períodos. El Renacimiento ha
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llegado a ser visto de esta forma. Un estu-     debería ser tratado como parte de una era
diante interesado del período es golpeado       histórica definida, la moderna, porque el
por los fieros debates que se han vuelto una    Renacimiento es primariamente humanismo
característica de los estudios del Renaci-      secular moderno en sus ideales medulares. El
miento acerca de la definición de su con-       término moderno reconoce una mayor redefi-
cepto de período. Raramente aparece algún       nición del hombre distinta de la definición
trabajo en imprenta sin que su autor presente   dominante Cristiana medieval y de la cosmo-
con presión su opinión. ¿Representa el Rena-    visión Agustiniana e inclinada hacia una
cimiento en sus manifestaciones culturales      nueva perspectiva, más pagana, anti-Cris-
primariamente una perspectiva Cristiana         tiana, con una nueva idea de cultura y de
medieval, o es más apropiadamente parte de      civilización. Aunque mucho de la superficie
la era moderna, en el que el ascetismo pia-     permanece siendo medieval, la apariencia no
doso y la visión de otro mundo se han vuelto    debiese oscurecer el verdadero cambio moral
menos atractivos y el hombre, brillando con     y religioso en el hombre Renacentista.
una nueva auto-confianza al estilo de Prome-
teo, irradia entusiasmo por la vida de aquí y          El Renacimiento incluye principal-
ahora? Tales cuestiones surgen repetida-        mente de los siglos catorce al dieciséis.
mente.                                          Durante los primeros dos, los 1300’s y los
                                                1400’s, fue en Italia donde los ideales esen-
      Algunos buscan un terreno interme-        ciales del Renacimiento emergieron y halla-
dio y están atentos a que ciertos tiempos       ron expresión cultural. Para el siglo dieciséis
ambiguamente se componen de períodos de         el ideal del Renacimiento ya no se encon-
transición y exhiben características de dos     traba exclusivamente en Italia, ni era prima-
eras, reteniendo mucho de la antigua mien-      riamente Italiano, sino que se había vuelto un
tras muestran una inclinación hacia lo nuevo.   fenómeno que cubría toda Europa. Su centro
Para muchos, esta caracterización del Renaci-   había cambiado del sur al norte, especial-
miento parece la más satisfactoria. Así pues,   mente a los Países Bajos, Francia e Inglaterra.
como período de transición, es una síntesis o   En este período, llamado el alto Renaci-
mixtura, entendiéndolo como un flujo y mos-     miento, los últimos vestigios del pasado
trando una tendencia hacia la realineación.     medieval dieron lugar al primer pleno floreci-
Los períodos de transición, como este, care-    miento de un mundo que iba a continuar
cen de fronteras firmes y de sólidos paráme-    hasta el presente.
tros.
                                                       Nuestro interés primario en este capí-
         A pesar de su supuesta naturaleza de   tulo no es con el Renacimiento en sus movi-
transición, creemos que el Renacimiento         mientos y fases históricas, ni con su residuo
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cultural el cual es notablemente visible hoy.    ese ethos. Su legado perdurable para la cul-
La mayoría de la gente piensa en el Renaci-      tura moderna fue forjado en una transforma-
miento principalmente en términos de gran-       ción moral y religiosa que, como veremos,
des obras de arte. Pintores, escultores,         traía consigo un nuevo ideal de poder.
arquitectos, poetas y dramaturgos han dejado
una abundancia de ejemplos de su ingenio.                Podemos dividir el Renacimiento Ita-
Se nos ha enseñado a ver sus elevadas crea-      liano en dos fases: la primera desde los pri-
ciones como representativas de un tiempo         meros pioneros a principios del siglo catorce
cuando el espíritu humano, liberado después      hasta el 1450’s; la segunda, desde alrededor
de siglos de ascetismo estéril y de pensa-       del 1450 hasta el fin del siglo cuando Italia se
mientos del más allá, emergió para enfatizar     convirtió en el campo de batalla de los mayo-
una nueva auto-confianza. Se dice que los        res poderes Europeos. Temprano en la pri-
artistas Renacentistas mostraron una nueva       mera fase una ciudad, Florencia, se convirtió
apreciación por la naturaleza en toda su         en el lugar de nacimiento y centro principal
variedad,   especialmente    la   naturaleza     del Renacimiento. De Florencia emergieron
humana en su singularidad y multiforme           tres figuras para dirigir el camino, Dante,
complejidad. Se nos dice que sus obras cele-     Petrarca y Boccaccio. Petrarca dejaría la
bran la vida al proclamar una nueva libertad     impresión más profunda. Para el fin del siglo
para explorar ideas nuevas, para desafiar los    catorce, Florencia y las ideas Florentinas esta-
antiguos dogmas, para tomar control del des-     ban en el centro de lo que ha sido llamado la
tino de uno, para gloriarse en la humanidad y    fase de humanismo cívico del Renacimiento,
en la superioridad del hombre sobre la natu-     y del republicanismo y la libertad civil, que
raleza y lo que lo circunda. Ellas testifican    se distinguía por la apreciación de los mode-
elocuentemente de la llegada de la edad del      los de la antigua Atenas y de la República
hombre.                                          Romana. Con el tiempo, Florencia y sus ideas
                                                 serían desafiadas por el siniestro poder de los
       Sin embargo, en lugar de crear una        Visconti de Milán quienes representaban un
nueva cultura, estos artistas justamente cele-   tipo diferente de hombres del Renacimiento.
brados sólo buscaron dar expresión estética      Para los hombres de este tipo el ideal del
al nuevo temperamento cultural y religioso.      Renacimiento había de encontrarse en los
Mucho más importantes eran los pensadores,       grandes hombres de poder como los Césares,
escritores y hombres de estado quienes for-      quienes sabían cómo imponer su voluntad
mularon principalmente el ethos que era cen-     por la fuerza y resolver todas las disputas y
tral al Renacimiento, y fue durante la frase     conflictos, obteniendo así una sociedad bien
Italiana del Renacimiento que podemos ver        ordenada lo mismo que riquezas y gloria
el florecimiento de la forma más articulada de   para sí mismos. Este tipo de hombre del
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Renacimiento triunfaría sobre el primer tipo a    lidad del resurgimiento yace en recobrar ese
mediados del siglo quince. Aún Florencia se       antiguo legado luminoso y colocarlo a la van-
doblegaría al poder de los Médici. De esta        guardia de la educación. El Renacimiento,
manera comenzó la segunda fase del Renaci-        como todas las revoluciones culturales, ape-
miento Italiano, cuando los filósofos como        nas hubiera triunfado sin el control de la
Marsilio Ficino y Pico della Mirándola, con la    agenda educacional. El nuevo programa de
ayuda de una nueva variante de paganismo          aprendizaje, la Studia Humanitatis, se con-
antiguo, el Hermeticismo Egipcio, propaga-        vertiría en el medio principal para inculcar
ron el concepto del hombre como un magus,         una nueva idea del hombre y la sociedad ins-
uno que reclama la habilidad de aprovechar        pirada en el período clásico. Por medio de
el poder del universo para alcanzar cualquier     esta recuperación el hombre estaría en posi-
ambición humana.                                  ción de controlar su vida y circunstancias,
                                                  para crearse a sí mismo la buena vida. Así,
       El término Renacimiento significa vol-     aunque el Renacimiento extrajo del pasado,
ver a nacer, resurgir, renacer. ¿Renacer de       su orientación estaba hacia sí mismo y su
qué? Para los principales pensadores el rena-     visión del conocimiento como el medio para
cer significa un resurgimiento después de un      forjar nuevas y mejores condiciones para el
tiempo de esterilidad. La nueva edad era un       hombre y la sociedad. Stephen McKnight
nuevo esclarecimiento, un surgir de la oscuri-    escribe:
dad y la ignorancia. Aquello que fue renacido
fue aquello que había sido perdido o sofo-                      La característica más distintiva de
cado por la era precedente. Los hombres del                  la modernidad es la convicción sub-
Renacimiento se vieron a sí mismos como                      yacente que un rompimiento de
redescubridores del conocimiento que se                      época le separa de la ‘edad oscura’
“necesitaba para vencer la condición alienada                precedente. Parte integral de esta
[del hombre] y crear una sociedad perfecta.” 1               conciencia de época es una nueva
La era del oscurantismo, un concepto inven-                  confianza en la capacidad del hombre
tado por Petrarca (1304 – 1374), a quien                     para la auto-determinación, y esto a
retornaremos después, se refería a la Edad                   su vez se deriva de la convicción de
Media, una edad de credulidad y superstición                 que un avance epistemológico le pro-
que había sido precedida por una edad clá-                   vee al hombre de la capacidad para
sica de sabiduría y entendimiento. La posibi-                cambiar las condiciones de su exis-
                                                             tencia.2
   1. Stephen A. McKnight, Sacralizando lo
      Secular: Los Orígenes Renacentistas de
      la Modernidad, (Baton Rouge: Louisiana          2. McKnight, Sacralizando lo Secular, p. 9.
      State University Press, 1989), p. 1.               (énfasis mío)
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        Tal comentario aclara porqué el Rena-     mente Agustinianas, en tanto que el hombre
cimiento pertenece más a la era moderna que       del Renacimiento quería reemplazar la visión
a la Edad Media.                                  Agustiniana medieval con una fe totalmente
                                                  diferente, una basada exclusivamente en los
        ¿Cómo es que esta perspectiva Rena-       antiguos paganos. Es más, las características
centista difiere de la visión de la Edad Media,   metafísicas de la visión Agustiniana y medie-
si la era más temprana de las dos basó su         val, ideas de una jerarquía impuesta por Dios
currículum educacional, como lo indicamos         y un sistema de ley y orden estructurado
antes, mayormente sobre los antiguos autores      imperialmente, fueron descartados a favor de
clásicos? ¿No eran los hombres medievales         un concepto, hecho por el hombre, de la
conocedores de la antigüedad? ¿No conocían        sociedad civil como producto de la virtud
o apreciaban lo que los pensadores paganos        cívica y la ingeniería social. En la nueva cos-
pre-Cristianos enseñaban acerca del hombre        mología del Renacimiento, no es Dios quien
y la naturaleza de su experiencia? La res-        permanece en el centro, sino el universo,
puesta, claro está, es que ellos sí conocían, y   infinito, misterioso, una vasta área de recreo
aceptaban, mucho de los antiguos autores          para la voluntad y el auto-propósito humano.
paganos. Esto fue verdad a lo largo de toda
la Edad Media, pero especialmente en la Alta             En muchas maneras las perspectivas
Edad Media después del descubrimiento y           de la Edad Media y del Renacimiento parecen
estudio de nuevos materiales sobre Aristóte-      similares, pero sólo si las comparaciones son
les venidos del mundo Musulmán. En verdad,        superficiales. Un gran abismo separa a la
los hombres en la Edad Media Cristiana esta-      visión Agustiniana medieval del hombre y
ban ávidos de aprender mucho a partir de las      cómo confronta él el mundo y la realidad
fuentes clásicas y de sintetizar ese aprendi-     última de Dios de la visión Renacentista que
zaje con la herencia de los padres de la igle-    mira al hombre únicamente en su relación
sia y las doctrinas de la fe.                     para con el universo. Frances Yates narra de
                                                  forma resumida las diferencias en un comen-
       He aquí la razón porqué la explota-        tario que, aunque concierne a su diagnosis
ción Renacentista del pasado clásico difería      de la segunda fase del Renacimiento Italiano,
fundamentalmente de aquel del período             de hecho podría aplicarse a todo el período:
medieval: El hombre del Renacimiento no           “Lo que ha cambiado es el Hombre, no
estaba más interesado en sintetizar las ideas     siendo más solamente el piadoso espectador
del hombre clásico con la tradición intelec-      de las maravillas de Dios en la creación, y el
tual de los padres y de la fe. Para el hombre     adorador de Dios mismo por encima de la
medieval la herencia clásica era útil en tanto    creación, sino el Hombre el artífice, el Hom-
que ésta apoye una fe y teología esencial-        bre que busca derivar poder del orden divino
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y natural.”3 En la visión Renacentista, lo         ellos. A diferencia de los hombres medieva-
divino y lo natural se entremezclan imper-         les, quienes aceptaban las condiciones de
ceptiblemente el uno en lo otro, y el hombre       vida como preordenadas en el trascendente
se ve a sí mismo como confrontando esta            consejo de Dios, y por lo tanto no para ser
realidad solamente para extraer su poder y         cuestionadas o dudar acerca de ellas, el hom-
aprovechar sus recursos, haciendo avanzar          bre del Renacimiento miraba a la vida y la
así la propia causa del hombre y su auto-pro-      sociedad como la arena para la realización
pósito.                                            del potencial innato del hombre. El floreci-
                                                   miento del arte y el logro artístico durante
         Jacob Burckhardt puso como caracte-       este período es una reflexión de esta actitud,
rística central de su interpretación del Renaci-   y sirvió para promover el ideal de la fama
miento una nueva actitud acerca del humano         individual, tanto para los artistas mismos y la
individual.4 Hay una nueva y vasta aspiración      de sus patrones. De allí que, como escribe
por parte del individuo de buscar la fama          Mebane: “El concepto del ser como una obra
terrenal. El hombre deja de sentir la necesi-      de arte, una idea que se volvió central a la
dad de mantener en vigilancia su ambición          cultura del Renacimiento, expresa la tenden-
como una afrenta a Dios y una amenaza para         cia del período para permitir el ‘arte’, en el
la salvación eterna. En lugar de eso, busca        amplio sentido de ‘actividad humana crea-
alcanzar gloria y distinción como las metas        tiva,’ para competir con la divina gracia como
loables aquí y ahora, y de ser reconocido por      la fuerza formativa en la vida y el destino
sus logros y su valor intrínseco mientras vive.    humano.” 5
El hombre rehúsa ver toda actividad aquí
como mera preparación para la otra vida,                  En el Renacimiento el hombre se ve a
sino que la acepta como teniendo valor inhe-       sí mismo como teniendo un poder igual a
rente y un beneficio inmediato para sí             Dios para recrear un mundo que se conforme
mismo. Esta nueva visión del hombre ya no          a sus propios deseos. A lo menos, siendo
le ve como pasivo y receptivo, sino como           similar a Dios Mismo, el hombre es llamado a
supremamente activo y creativo. El hombre y        auxiliar a Dios en Su obra de perfeccionar al
el mundo son lo que el hombre hace de              mundo y al hombre. El hombre no se sienta
                                                   por allí ociosamente, ni tampoco pasa a tra-
   3. Frances A. Yates, Giordano Bruno y la
      Tradición Hermética, (Chicago: The Uni-
      versity of Chicago Press, 1979), p. 144.        5. John S. Mebane, Magia del
      (énfasis mío)                                      Renacimiento y el Retorno de la Era de
   4. Jacob Burckhardt, La Civilización del              Oro: La Tradición de lo Oculto y Mar-
      Renacimiento en Italia, Vol. I, (New               lowe, Jonson y Shakespeare, (Lincoln:
      York: Harper & Row, Publishers, 1958)              University of Nebraska Press, 1989), p.
      pp. 143-174.                                       11.
EL IMPULSO DEL PODER                                    7


vés de la vida como un peregrino destinado        con la antigüedad no era meramente una
para otro mundo, sino que se establece a sí       curiosidad por descubrir nuevas ideas, sino
mismo para imitar y apoyar a Dios en Su           que era también una forma de afirmar que
meta de traer todas las cosas a su culmina-       nada que algún hombre hubiese alguna vez
ción. Eso significa que, “para realizar nuestro   dicho o hecho en cualquier tiempo o lugar
potencial divino debemos, al igual que Dios,      debiera ser considerado como conocimiento
ejercitar nuestros poderes en actos creativos a   poco fiable para el hombre. Cualquier cosa
través de los cuales reproduzcamos en el          que los hombres hayan pensado o aseve-
mundo exterior la perfección que hemos lle-       rado, porque es innatamente humano, es una
gado a ver dentro de nuestras propias men-        posible fuente de sabiduría y verdad, y ha de
tes.”6 El estándar de la actividad del hombre     ser aceptado sin pararse en mientes. Fue la
es su propia naturaleza interior la cual es       manera del hombre del Renacimiento de afir-
esencialmente divina, pero que espera que el      mar que la Edad Media Cristiana no tenía el
hombre la traiga a su pleno cumplimiento.         monopolio sobre la verdad; de hecho, aque-
                                                  lla era solamente había promovido la igno-
        Esto implica, a su vez, que a diferen-    rancia. Una real perspicacia en asuntos
cia del hombre medieval, los hombres en el        humanos había de encontrarse al consultar a
Renacimiento no desean ser confrontados           los autores del pasado clásico, cuyas ideas, a
con ninguna pre-concepción, convencionalis-       menudo se afirmaba, eran más Cristianas que
mos o tradiciones que predestinen sus accio-      aquellas de los pensadores medievales.
nes o conducta. No quieren que ninguna
autoridad externa les imponga límites a su               El Renacimiento adoptó los clásicos
actividad lo que sería percibido como un          de la antigüedad en sus propios términos y
impedimento a la realización de su potencial.     por sus propios méritos intrínsecos, y no
El hombre debe ser visto en libertad primi-       como requiriendo algún reajuste para un
tiva, negando cualesquiera y todas las barre-     marco Cristiano. Miraban la civilización
ras a la estructuración de su destino divino.     Greco-Romana como una era dorada de
El mundo se encuentra abierto ante él como        genio creativo y grandes logros solo por y
un objeto que ha de ser puesto bajo su con-       para el hombre. Buscaban revivir esa cultura
trol. Nada debe estar en su camino o pre-         antigua con el propósito de transformar su
definir su agenda. El hombre debe ser libre       propia cosmovisión en una en la cual el per-
para tomar la senda que le convenga y para        feccionamiento del hombre se volviera la
descubrir su potencial en cualquier área que      preocupación principal. A su vez, miraron
desee investigar. La fascinación Renacentista     este renacer como haciendo una época por
                                                  su significado, tan profundo en su renova-
   6. Mebane, Magia del Renacimiento, p. 11.      ción de la confianza del hombre en sí mismo
EL IMPULSO DEL PODER                                     8


y en su capacidad de encontrar su propio sig-      social y soluciones al desorden que seguía a
nificado y fomentar su propio propósito,           sus colisiones. Es un legado del Monasti-
que, colocado junto a las edades oscuras del       cismo Cristiano y del jerarquismo – de su
Cristianismo, como McKnight comenta, “El           falsa institucionalidad y de sus ideas cultura-
único lenguaje conveniente para describir los      les – el que, cuando los hombres estuvieron
avances que marcan épocas es aquel de con-         listos para romper definitivamente con sus
versión y salvación.”7                             moldes, ninguna alternativa Bíblica Cristiana
                                                   real se encontraba disponible para dirigir a la
       Si alguna cosa marca el carácter de la      civilización Occidental hacia sendas más
era moderna, comenzando con el Renaci-             genuinamente Cristianas. Este vacío permitió
miento, es su anti-Cristianismo. Sin embargo,      a los hombres volverse entusiastamente a las
es dependiente de conceptos esenciales al          ideas paganas de las antiguas Grecia y Roma,
Cristianismo, pero estos son investidos pro-       casi vaciando el desarrollo cultural de cual-
fundamente con nuevos significados. Pues la        quier cosa discerniblemente Cristiana. Quizás
conversión implicada por el Renacimiento           sea demasiado generoso pensar que mucho
significaba un volverse de la herencia Cris-       Cristianismo real había prevalecido aún en el
tiana, y la salvación mirada por el hombre         período previo.
del Renacimiento era una nueva realidad
espiritual en la cual el hombre era liberado               La vida en el norte de la península
de cualquier Dios que no fuera su propia sin       Italiana nunca se conformó del todo al
par y potencial divinidad.                         esquema medieval de gobierno. Desde tiem-
                                                   pos Romanos esta región había tenido nume-
2> El Mundo del Conflicto Urbano y el Huma-        rosas ciudades florecientes. A pesar de la
nismo Cívico                                       invasión de los Godos en la última parte del
                                                   siglo cuarto, la forma Romana de vida no fue
       Aunque el Renacimiento señala una           totalmente alterada. No hasta que los más
aguda ruptura con la cosmovisión medieval          bárbaros Lombardos (Langobardi) llegaran en
Agustiniana, sin embargo fue producido en la       el siglo sexto, que fue cuando esta área pasó
Edad Media tardía en el norte de Italia y for-     por una agitación social y política. Aún así,
jado en medio de la batalla entre el Sacerdo-      una medida de orden fue pronto restaurada
tium y el Imperium, cuyo conflicto no              cuando el control les fue arrebatado a los
resuelto parecía obligar a los hombres a bus-      Lombardos por los invasores Francos Carolin-
car en cualquier otro lugar una idea de orden      gios. Una vez más las ciudades, aunque en
                                                   una escala menor, resurgieron como la prin-
                                                   cipal característica social de la región.
   7. McKnight, Sacralizando lo Secular, p.
      15.
EL IMPULSO DEL PODER                                          9


       Italia era parte del nuevo imperio          tierras imperiales del lado este, incluyendo el
Occidental, y en teoría la voluntad del empe-      norte de Italia, aunque el ejercicio del poder
rador era la ley de la tierra. Bajo los Carolin-   era más problemático.8 Para reobtener una
gios el área fue gobernada por condes y            medida de control los emperadores Otoma-
vizcondes instalados por el Rey, pero la dis-      nos intentaron usar a los obispos como
tancia del centro de poder imperial permitió       medio para gobernar la región. Su autoridad
a estos regidores locales considerable libertad    a menudo era examinada por fuertes intere-
de acción. Rápidamente se afianzaron a sí          ses locales y por las ciudades mismas, que
mismos como los seigneurs – aristócratas           estaban poco inclinadas a someterse a pode-
terratenientes – y se comportaban como mez-        res externos. Los señores seculares unieron
quinos barones feudales, aunque mantuvie-          sus intereses más y más con la aumentada
ron enlaces con las ciudades y sus crecientes      vida económica de las ciudades, y encontra-
intereses comerciales e industriales. La igle-     ron que estaban obligados a compartir el
sia, por supuesto, también estaba presente,        poder político con los nuevos hombres de la
pero en el norte de Italia era menos poderosa      riqueza. Esta combinación promovió intere-
en términos feudales que en cualquier otra         ses locales cívicos por encima de los intere-
parte de Europa. Cuando el mundo Carolin-          ses imperiales. En algunos lugares los
gio se desintegró en el siglo noveno la región     obispos fueron absorbidos en este reaco-
entera fue dejada como un conjunto de              modo social. Fue, por ejemplo, un obispo
poderes independientes sin una subordina-          Visconti quien estableció el poder de los Vis-
ción clara ni a la autoridad secular ni a la       conti en Milán.
sagrada. Esta fragmentación del poder fue
una dicha para las ciudades que descubrie-                La floreciente riqueza de las ciudades-
ron que, por la mayor parte, fueron dejadas        estado Italianas levantó las ambiciones codi-
solas para desarrollarse comercialmente y          ciosas de aspirantes imperiales. Comen-
para gobernarse ellas mismas, libres de la         zando con Frederick Barbarossa a mediados
interferencia exterior o del sistema de            del siglo doce, se hicieron repetidos intentos
impuestos, hecho que la historia registra          infructuosos para obligar a la sumisión de la
como la razón para el crecimiento y el poder       región a la fuerza armada. Con gran energía
de las grandes ciudades-estados Italianas.         las ciudades de Lombardía y Toscana resistie-
                                                   ron todo esfuerzo por parte de ejércitos
      Pero en la parte final del siglo
décimo, durante el reinado de los Otomanos,           8. Una discusión condensada de esta histo-
el imperio Germano se había recobrado lo                 ria puede encontrarse en Malcolm Barber,
suficiente como para volver a hacer valer sus            Las Dos Ciudades: La Europa Medieval,
                                                         1050 – 1320, (London: Routledge, 1992),
reclamos de autoridad en la mayoría de sus               p. 251ff.
EL IMPULSO DEL PODER                                            10


imperiales de imponer gobernantes asigna-          con grandes extensiones de tierras arables. El
dos por la corona sobre ellos. Sin embargo,        constante movimiento a las ciudades incre-
debido a celos y fieras rivalidades entre las      mentó las poblaciones urbanas. El valor de
mismas ciudades, las ambiciones imperiales         las tierras más importantes se disparó a las
fueron capaces de abrirse camino con algu-         alturas. Sin embargo, también se elevó rápi-
nas facciones. Los proponentes del partido         damente la productividad de la agricultura, y
imperial fueron conocidos como los Gibeli-         el comercio y la manufactura crecieron con
nos. Durante el mismo período, la batalla          rapidez, absorbiendo la afluencia de pobla-
papal por el control de la investidura ecle-       ción de la tierra a la creciente industria del
siástica de los obispos y la eliminación de la     trabajo manual y el comercio. Este cambio
simonía (la compra de oficios eclesiales) en       incrementó la influencia de las ciudades en la
los nombramientos eclesiásticos, reforma           política de la región, e hizo variar el balance
comenzada alrededor de un siglo antes, pero        de poder de la tierra a los centros comercia-
por casi razones enteramente políticas, daría      les.
lugar a una facción opositora llamada los
Guelphs. En Italia “el partido Ghelph des-                 El efecto de este cambio social fue ele-
trozó... los últimos soportes de la Germania       var la demanda por parte de las ciudades de
feudal y del dominio imperial.”9 A medida          auto-gobierno, surgiendo un sistema de comu-
que el poder real se volvió enteramente local,     nas, gobierno formado por nobles y ciudada-
el norte de Italia se convirtió en un caos polí-   nos respetados localmente escogidos. Sin
tico en el que las ciudades-estado guerreaban      embargo, la naturaleza local del gobierno
unas contra otras en una batalla implacable        fomentó actitudes intensas de auto-interés, y
por el control regional.                           las ciudades se volvieron amargas rivales por
                                                   el control de la ventaja local. Los conflictos
       Entre la turbulencia de los siglos          implacables sobre peajes, aduanas, navega-
undécimo y doceavo estaban tomando lugar           ción por ríos, por mares y el tráfico del comer-
importantes cambios sociales. Hubo un              cio y los oficios se volvieron endémicos. 10
rápido crecimiento en la taza de nacimientos,      Cada ciudad miraba a sus vecinos con celosa
y la repentina oleada de población hicieron        sospecha. Cada comuna reclamaba el mono-
que la escasa tierra para el pequeño y             polio sobre ciertos artículos de manufactura y
mediano campesino se volviera aún más              resentía profundamente la competencia de
escasa. Vivir de la tierra se volvió más y más     otras comunas. En lugar de desarrollar víncu-
difícil, puesto que Italia no era una región
                                                       10. Lauro Martines, Poder e Imaginación:
    9. Garrett Mattingly, Diplomacia Renacen-             Las Ciudades-   Estado en la Italia Rena-
       tista, (New York: Dover Publications,              centista, (Baltimore: The Johns Hopkins
       Inc., 1988), p. 48.                                University Press, 1988), p. 22.
EL IMPULSO DEL PODER                                        11


los comerciales peleaban fieramente unas con-     ocupación sin unirse a una de estas organiza-
tra otras por el control de territorios y de      ciones. Los privilegios económicos y el éxito
derechos exclusivos sobre los recursos econó-     dependían del poder político. En las palabras
micos.                                            del profesor Martines: “Los gremios no eran
                                                  solamente    organizaciones      ocupacionales
         Aún más amenazantes para el orden        casuales y amistosas... Surgieron en la escena
social que los feudos que las ciudades reali-     para satisfacer urgentes necesidades. Muchos
zaron con sus vecinos fueron los disturbios       se convirtieron en grupos armados. Buscaron
sufridos cuando facciones rivales dentro de la    el control de su labor y de su producto, pero
ciudad peleaban por el control de los asuntos     la ruta a menudo les llevó a través de la polí-
comunales. Los intereses mercantiles crecie-      tica y a alguna forma de violencia.”11
ron alrededor de familias prominentes que
disputaban unas contra otras por la dirección             El resultado de este experimento en
de la política, especialmente cuando la polí-     auto-gobierno siguió el habitual patrón histó-
tica concernía principalmente a la necesidad      rico. El desmoronamiento del orden parecía
de elevar constantemente los impuestos con        demandar más poder centralizado. Para con-
el propósito de financiar la necesaria con-       trolar las rivalidades rebeldes, el gobierno
frontación con la comunidad vecina. Estas         comunal en el siglo trece dio camino al
familias y los muchos que dependían de            gobierno centralizado – la podesta – un con-
ellas a menudo obtenían el control de un dis-     cilio con un fuerte ejecutivo. Este cambio
trito donde ejercían un monopolio de poder.       ocurrió en la típica manera histórica, como
Los líderes formaban consorcios e iban por        una demanda urgente por parte del pueblo.
las calles con sirvientes armados para su pro-    Obreros, artesanos, pequeños manufacture-
pia protección y para intimidar a las familias    ros se combinaron con la nimia nobleza y las
rivales. Las calles se convirtieron en campos     elites gobernantes para poner fin a las divi-
de batalla. Cada familia, para asegurarse un      siones vecinales. Algunas familias prominen-
mayor control de su vecindario, erigía torres     tes, a causa de un sentido de rango,
desde las cuales vigilar a los enemigos, o        privilegio, y auto-estima trataron en vano de
para ganar ventaja en el ataque o para prote-     resistir la inclusión del populo en los conci-
gerse en contra de uno.                           lios del gobierno. Sin embargo, el pueblo,
                                                  para lograr una posición, tuvo que confiar en
       Contra este trasfondo de agitación civil   los servicios pagados de algún hombre pode-
los mercaderes y los artesanos se conformaron     roso o grupo de hombres. El efecto casi en
en gremios para protegerse a sí mismos en el      todas partes fue la derrota del gobierno
ambiente de comunas malhumoradas. Se vol-
vió imposible llevar adelante algún negocio u        11. Martines, Poder e Imaginación, p. 40.
EL IMPULSO DEL PODER                                    12


popular y la creación del gobierno por parte        obediencia a la iglesia. La existencia del hom-
del hombre fuerte, precursor del condottiere.       bre no era predeterminada según alguna jerar-
Esta era la signoria, el gobierno por parte de      quía social divinamente ordenada lo cual se
un poderoso noble con el apoyo de ricos             decía era por causa del pecado y necesario
mercaderes, banqueros y hombres de dinero.          para la salvación. En lugar de ellos, el hecho
En algunos casos – siendo Florencia el más          básico de la vida urbana era que los hombres
notable – el gobierno permaneció en las             vivían en un contexto social que era fomen-
manos de una fuerte asamblea burguesa con           tado y mantenido por un compromiso moral
un poder ejecutivo limitado. Lo mismo podría        con los intereses públicos que se derivaban
decirse de Venecia a pesar de su carácter oli-      enteramente de las exigencias de la necesidad
gárquico. Por todas partes el poder cayó en         pública: la necesidad de seguridad; la necesi-
manos de fuertes individuos. Esto fue espe-         dad de comprender que el bienestar personal
cialmente cierto en Lombardía donde el              estaba fundada sobre el incremento y la pro-
poder incrementado de los Visconti de Milán         moción del bienestar público. Este sentido de
eventualmente llevó al dominio Milanés de la        conciencia pública no tenía conexión con la
región.                                             salvación religiosa y no surgía de alguna obli-
                                                    gación superior que contuviera pecado y mal-
          Durante estos siglos, en este contexto    dad, sino que se decía que derivaba
de intensas rivalidades entre ciudades, gra-        completamente del impulso innato del hom-
dualmente ocurrió una transformación moral.         bre de obtener reconocimiento público y
La ciudad se había convertido en el hecho           honor por sus logros, la satisfacción que viene
social fundamental para los Italianos del Rena-     de la aprobación de sus conciudadanos. Fue
cimiento. También se volvió el principal            de este sentido de conciencia pública, con su
hecho moral. Los hombres estaban orgullosos         creencia que la ciudad era el entorno en el
de sus ciudades y se consideraban a sí mismos       que era formada la naturaleza humana y hacia
especialmente afortunados de haber nacido o         el cual los esfuerzos del hombre debiesen ser
haber sido criados en una.12 La lealtad y la        mayormente dirigidos, que surgiría el ethos
devoción a la ciudad de uno se daban por            que ha llegado a ser conocido como huma-
sentado como el primordial ideal moral, pro-        nismo Renacentista.
moviendo una definición secular de la natura-
leza humana y de la sociedad. La experiencia                Los humanistas, como los antiguos
social dominante del hombre ya no iba a ser         Sofistas, hablaban a los hombres de las nue-
vista en términos medievales como contenida         vas sociedades urbanas y ofrecían un currícu-
dentro de los tres órdenes y moldeada por la        lum educacional que les capacitaría para
                                                    darle forma a sus ideales como hombres
   12. Martines, Poder e Imaginación, p. 72.        cuyos intereses primarios eran los asuntos
EL IMPULSO DEL PODER                                          13


públicos, principalmente, su administración.        era enfáticamente selectiva, elitista, auto-con-
Por lo tanto, el humanismo no era para las          gratulatoria, y acomodada a un criterio de
masas, sino para las elites gobernantes y los       éxito mundano.” Demasiado a menudo hemos
hombres de grandes habilidades. La agenda           sido dirigidos a creer que el humanista del
humanista estaba dirigida a cualquiera que          Renacimiento era meramente un estudio des-
fuera responsable por el negocio de la ciu-         interesado de todos los aspectos de la expe-
dad – a los hombres nobles, la rica burgue-         riencia humana con el propósito de
sía, príncipes, prelados, oligarcas – para          enriquecer nuestro entendimiento y expandir
proveer instrucción a los hombres que gober-        nuestras ideas de lo que significa ser verdade-
naban, para fomentar un curso de instrucción        ramente educado. Pero los humanistas del
que produjera al mejor gobernante. Cuando           período no iban tras algún estudio desintere-
miraban a los antiguos poetas de Grecia y           sado del pensamiento clásico simplemente
Roma los humanistas no lo hacían simple-            para abrir la mente a una perspectiva valiosa
mente por causa del placer literario o del          de las cosas para la experiencia humana en
consejo moral personal, sino para encontrar         general. Tenían como objetivo encontrar las
ejemplos morales que sirvieran como guías           bases para la nueva creencia en la política
para el liderazgo público apropiado de los          como la forma superior de actividad humana y
hombres de sus propios días. Su estudio de          el gobernante exitoso como el tipo ideal de
la historia tenía un interés estrictamente utili-   hombre. Los humanistas “vieron primero y
tarista, enseñar a los grandes hombres el           miraron más profundo en los fundamentos de
camino de la grandeza y a los hombres pode-         la alabanza para la ciudad terrenal: alabanza
rosos cómo ejercer poder. El ideal educacio-        para la política, para los hombres en la socie-
nal humanista enfatizaba la excelencia en el        dad civil, para la historia secular, las riquezas,
lenguaje como una herramienta a ser utili-          los logros, y la búsqueda de gloria.”13 El bien
zada por los hombres de poder. La retórica –        terrenal más alto había de encontrarse en la
la elocuencia refinada – era necesaria para         actividad política destacada, lo que significaba
persuadir a los ciudadanos a actuar por el          que todos los otros bienes eran secundarios a
interés público, para guiar las pasiones del        y derivados de la política. El programa del
pueblo e inspirarlos a hacer sacrificios por la     humanismo era en mucho un fenómeno de la
gloria de su ciudad. El programa del huma-          clase superior, pues solamente hombres pro-
nismo tenía la política como su meta prima-         minentes se beneficiarían de la educación
ria.                                                humanista. Los humanistas sentían desdén por
                                                    cualquiera excepto por las elites gobernantes
        En un expresivo comentario sobre los
humanistas del período el profesor Martines
                                                        13. Martines, Poder e Imaginación, pp. 198
escribe: “La actitud humanista hacia la historia           & 206.
EL IMPULSO DEL PODER                                      14


y los grandes hombres. Despreciaban a la           y canalizarlas para fines benéficos sociales y
multitud y “sufrían desdén por todos los ofi-      constructivos. Encontraron la base para este
cios ‘mercenarios’, desde el insignificante        optimismo en las obras de los autores clási-
papel de atender un comercio hasta la medi-        cos, particularmente aquellos que aceptaban
cina y aún la práctica de la ley.”14               y enseñaban la doctrina Estoica de la natura-
                                                   lidad de la organización social y política.
         Sería natural esperar que los huma-
nistas tuvieran un firme interés en redefinir la         En el Estoicismo se enseñaba que el
base moral de la conducta humana. No esta-         hombre era virtuoso por naturaleza pero
rían contentos con adherirse a la visión           inmaduro. Si viviera de acuerdo con la virtud,
medieval Agustiniana que dice que el hom-          cultivaría su mente, controlaría sus pasiones y
bre necesita gobierno con el propósito de          actuaría para el bien de la humanidad. Al
controlar su impulso hacia el mal, y harían        menos en el período de la república Romana
poco uso de un concepto de orden social            esta doctrina había sido usada para promover
como meramente necesario para prevenir             la idea de Roma y del ciudadano que se sacri-
que los hombres infrinjan el orden estable-        fica a sí mismo en el altar del beneficio
cido por Dios. El criterio de que el gobierno      público. Roma era considerada como la fuente
era necesario debido a que los hombres eran        del bien y sus costumbres morales como supe-
pecaminosos y necesitaban temer a un poder         riores a otras. Su pasado era una rica lección
que actuaría con retribución justa contra su       en grandes hombres quienes habían hecho a
inicua conducta fue uno que los hombres del        un lado los intereses mundanos para poder
Renacimiento en su mayor parte llegaron a          servir mejor al mayor bien de Roma.15 Ellos
despreciar. El orden social y el poder tempo-      eran ejemplos para ser imitados. Los Estoicos
ral, en lugar de ser necesarios por algún          creían que el mejor estilo de vida era la vivida
beneficio extra-terrenal, eran los medios para     por los hombres virtuosos en una comunidad
realizar legítimas aspiraciones humanas en         bien ordenada y armoniosa. La doctrina
pro de la felicidad social y cívica. El hombre     Estoica impulsaba la idea de que el gobierno,
desea vivir la mejor vida posible, y en lugar      lejos de ser un mero bastión en contra de los
de ser esencialmente pecaminoso, posee una         transgresores, era un agente positivo para el
reserva natural de virtud. Teniendo como           bien.16 No era solamente bueno en sí mismo
trasfondo las guerras de las ciudades-estado y     sino que capacitaba a los hombres a volverse
los conflictos internos urbanos, los humanis-      buenos por medio del servicio al bienestar
tas se dieron a la tarea de promover la idea       social.
que el hombre podía controlar sus pasiones,
                                                          De igual forma los pensadores del
    14. Martines, p. 207.                          Renacimiento llegaron a creer en la ciudad
EL IMPULSO DEL PODER                                     15


secular como un organismo natural, auto-               talentos y energías en la generación de nue-
suficiente, no requiriendo otra justificación          vas políticas que aumentarían el bienestar
que las ventajas que proveía para sus ciuda-           cívico y redundarían en su propia gloria y
danos. No aceptaban ninguna justificación              reputación. En este contexto no habría reglas
teológica para la idea del estado, porque la           de conducta a priori, ningún orden preorde-
teología Cristiana contradecía su creencia             nado. Los hombres deben ser libres para
fundamental en la virtuosidad natural de los           actuar como miren adecuado con el propó-
hombres para impulsar su propia felicidad, y           sito de moldear una sociedad que concuerde
porque restringía las acciones de los hombres          con su sabiduría y previsión. Los humanistas
a un arreglo social que no era de su propia            tenían gran confianza en que podían educar
confección. La política era, para los hombres          a los gobernantes y a otras elites en las virtu-
del Renacimiento, no simplemente un estado             des apropiadas usando grandes ejemplos del
dado de asuntos bajados del cielo a los cua-           pasado. Los hombres así educados goberna-
les el hombre era requerido subordinarse lo            rían siempre por los mejores intereses de la
mejor que pudiera, sino que era un proceso             mancomunidad.
en marcha en el que los desequilibrios resul-
tantes se convertían en oportunidades para                    La transición de los siglos catorce a
que los hombres virtuosos emplearan sus                quince fue un momento decisivo en la Italia
                                                       del Renacimiento, que miró una gran batalla
   15. Livio, el famoso historiador Romano del         entre los tiranos Visconti de Milán y la repú-
      primer siglo AC, escribió en el primer
      libro de su monumental Historia de               blica de Florencia que se extendió por cua-
      Roma: “El estudio de la historia es la           renta años en el siglo. Para el fin del siglo
      mejor medicina para una mente enferma;           catorce la mayoría de las ciudades indepen-
      pues en la historia tienes un registro de la
      infinita variedad de la experiencia              dientes habían sido absorbidas por un poder
      humana extendida de manera sencilla              regional o por otro poder. Una política de
      para que todos puedan verla; y en ese reg-       dominación agresiva había sido activamente
      istro puedes encontrar para ti mismo y
      para tu país tanto ejemplos como adver-          seguida por los Visconti, quienes gobernaban
      tencias... pues creo honestamente que            en Milán con poder absoluto. Al mismo
      ningún país jamás ha sido tan grande o           tiempo, todas las ciudades libres de Toscana
      más puro que el nuestro, o más rico en
      buenos ciudadanos y en acciones                  habían sido traídas bajo la soberanía de la
      nobles...” La Historia Temprana de               ciudad de Florencia. Sin embargo Florencia,
      Roma, Libros I-V, traducido por Aubrey           en apariencia una república, se había embar-
      De Selincourt, (Penguin Books, 1986), p.
      34.                                              cado en una política expansionista propia
   16. Para este punto y lo que sigue véase            para que prevenir a ciudades tales como Pisa,
      George Holmes, La Ilustración Floren-            Lucca y Siena buscaran desarrollar políticas
      tina, 1400 – 1450, (Oxford: The Claren-
      don Press, 1992), pp. 150 – 167.                 contrarias a sus intereses. Por todas partes el
EL IMPULSO DEL PODER                                              16


poder se consolidaba alrededor de un centro        entre Milán y Florencia como un conflicto
fuerte. Para finales del siglo catorce había       irreconciliable y buscó promover una visión
cinco poderes regionales en Italia: Lombar-        de un orden público, forjado en la batalla
día, gobernada por Milán; Toscana, bajo con-       entre la luz y las tinieblas, que con la guianza
trol Florentino; Venecia, la cual estaba           de los humanistas daría nacimiento a una
territorialmente confinada principalmente a        nueva sociedad de hombres libres. Florencia,
su laguna; la Romagna, por muchos siglos el        la Atenas del Arno, se convertiría en el hogar
patrimonio de San Pedro; y el reino de Sicilia     del republicanismo, y el centro del cual ema-
en el sur. A cada una le hubiera gustado           naría una creciente oposición a la monarquía,
haber tenido el control total en Italia, pero      la más medieval de las instituciones.
ninguna tenía los medios para lograr esa
meta. A pesar de las limitaciones los Visconti             Los Florentinos se miraban a sí mis-
impulsaron una agresiva política de expan-         mos como emprendiendo una campaña no
sión dirigida al sur hacia Toscana. Florencia,     meramente contra el peligro inmediato sino
para sobrevivir como una ciudad-estado libre       contra siglos de ignorancia e inhumanidad.
e independiente, tendría que contender con-        Buscaron levantar el asunto más allá de la
tra un enemigo que codiciaba su riqueza y          necesidad de auto-protección a un punto que
aborrecía sus instituciones.                       incluía una nueva visión del hombre y la
                                                   sociedad, una visión de los hombres quienes
      Florencia había sido el hogar de ideas       libre y auto-conscientemente moldean su
humanistas antes de esta época, pero la nece-      sociedad para alcanzar la mejor vida posible
sidad de levantar a la ciudadanía al fervor        aquí y ahora. Para encontrar la agenda para
patriótico para resistir la agresión requirió la   edificar tal sociedad del futuro investigaron
evocación de un ideal moral que moviera al         antiguos restos literarios de Grecia y, especial-
pueblo a defender su ciudad. Debía hacérse-        mente, de Roma, con algo de una “militante
les entender que el asunto no era simple-          dedicación a la antigüedad,” para descubrir los
mente uno de vida y propiedades, sino una          ideales del republicanismo y la noción que los
escogencia entre la libertad o la esclavitud,      hombres son más virtuosos bajo regímenes
entre una vida en la cual se le permitiera al      republicanos y más llenos de vicios y corrup-
pleno potencial humano realizarse a sí             ción bajo el régimen de un solo hombre.17 Los
mismo o una en la cual todo esfuerzo               Visconti representaban la odiosa alternativa, y
humano estuviese subordinado a los dictados
del poder absoluto, toda capacidad humana              17. Hans Baron, La Crisis de la Italia de Ini-
para el bien sujeta a la voluntad de un hom-              cios del Renacimiento: Humanismo
bre. El período vio el florecimiento del                  Cívico y Libertad Republicana en una
                                                          Era de Clasicismo y Tiranía, (Princeton:
humanismo cívico, que miraba la contienda                 Princeton University Press, 1966), p. 4.
EL IMPULSO DEL PODER                                          17


los hicieron simbolizar todo lo que era malo       para mejorar y enriquecer la mancomunidad y
en la monarquía. Florencia se volvería el cen-     para cambiar a los hombres para bien. En su
tro de un tipo de humanismo cívico Renacen-        introducción a Aristóteles, Bruni aseguró que
tista que buscaba no meramente resistir las        “entre las doctrinas morales por medio de las
presiones de la tiranía sino fomentar una          cuales la vida humana es moldeada, aquellas
nueva visión que haría posible la constitución     que se refieren a los estados y sus gobiernos
de una sociedad que venciera la tendencia del      ocupan la posición más alta. Pues es el propó-
hombre hacia esta forma de abuso, la más           sito de aquellas doctrinas hacer posible una
virulenta de los vicios políticos. En anticipa-    vida feliz para todos los hombres...”18 Pero
ción del moderno liberalismo democrático, los      política significaba política republicana, polí-
pensadores de la Florencia del Renacimiento        tica ejercida por hombres que se yerguen
confiadamente vieron en la edificación del         libres de todo poder excepto el poder de la
estado un programa para hacer a los hombres        moral y la persuasión intelectual y tienen la
buenos y a sus sociedades felices y contentas.     libertad de la voluntad para dar forma a sus
                                                   propios destinos y de triunfar por medio de
        Entre las muchas figuras de la época,      sus propias virtudes y grandeza.
quizás ninguno representaba mejor la nueva
corriente de pensamiento más que Leonardo                  Cuando Bruni pensaba en la política
Bruni (1374 – 1444), cuyos escritos proclama-      republicana él no estaba pensando tanto en
ban la vida política activa como la actividad      disposiciones institucionales sino en cuánto
más alta y más virtuosa que los hombres pue-       contemplaba grandes visiones morales.
dan llevar. Había sido entrenado por Coluccio      Nunca se imaginaba el gobierno como
Salutati (1331 – 1406), una figura dominante       siendo un opresor de su pueblo excepto en
de su día en los consejos de gobierno lo           su forma monárquica . El gobierno republi-
mismo que el fundador del círculo de eruditos      cano era, casi por definición, libre de la posi-
humanistas de Florencia quienes iban a repre-      bilidad de corrupción y de tiranizar a su
sentar la nueva generación de líderes cívicos      pueblo, porque los gobiernos republicanos
educados. Para Bruni, la política no era una       están formados solamente por hombres vir-
mera necesidad impuesta sobre los hombres          tuosos. Por lo tanto, requiere la clase correcta
de manera que sus vidas y relaciones pudieran      de hombres para que las repúblicas prospe-
ser menos sujetas de actos de injusticia, deján-   ren o sobrevivan. ¿Cómo se encuentran tales
dolos, de esta manera, libres para ocupaciones
más altas. Más bien, para él, la política era la       18. Citado en Eugenio Garin, Humanismo
más alta autoridad, el arte que hacía posible a           Italiano: Filosofía y Vida Cívica en el
todos los otros, el medio para vencer el poder            Renacimiento, trad. por Peter Muñiz,
                                                          (New York: Harper and Row, Publishers,
de la fortuna en las circunstancias de la vida,           1965), p. 41.
EL IMPULSO DEL PODER                                    18


hombres? Aquí Bruni dejó entrever los                  podía decir nada a ellos. Desdeñaban cual-
medios de su educación humanista. Tales                quier orden intelectual pre-establecido que
hombres no son tanto encontrados, sino                 impusiera la autoridad sobre la mente del
enseñados. Ellos son hombres que han estu-             hombre y restringiera su habilidad para estu-
diado cómo ser virtuosos. Son hombres que              diar la naturaleza humana como un proceso
tienen el conocimiento de los hechos virtuo-           creativo en curso. Este ataque sobre el esco-
sos mental y espiritualmente delante de ellos.         lasticismo también implicaba a la revelación
¿Dónde es que tales hombres encuentran tal             Divina, la cual presentaba una interpretación
conocimiento? La respuesta vino de Petrarca,           definida del hombre, explicando al hombre
quien creía que venía de los ejemplos de los           totalmente en términos de su relación para
grandes hombres del pasado clásico.                    con Dios. Esta interpretación teológica del
                                                       hombre no tomaba suficientemente en
        Petrarca había sido aclamado como el           cuenta, así sentían ellos, la verdadera expe-
padre del nuevo humanismo, el primero en               riencia humana. Es más, devaluaba la expe-
afirmar inequívocamente la creencia en que el          riencia humana al verla siempre a través del
hombre educado era posible solamente a tra-            prisma del pecado y la salvación. Y lo peor
vés del diálogo con los grandes maestros del           de todo, mantenía a los hombres en sujeción
pasado antiguo. “Sólo estos maestros habían            a la tiranía política y a la subordinación.
entendido la plena importancia del alma...”19
Es decir, ellos entendían la naturaleza                       Petrarca fue el primero en mirar a los
humana, lo que la hace buena y lo que la               logros humanos en el pasado y el presente
hace mala. Poseían un conocimiento extraor-            primariamente como ejemplos del empeño y
dinario de lo que se necesitaba para curar lo          la experiencia humana las cuales eran valio-
malo y producir lo bueno. Eran no meros                sas por causa propia aparte de cualquier
maestros de abstracciones muertas, como los            orden mental teológico preconcebido. Creía
odiados escolásticos, sino que supuestamente           que las acciones del hombre podían ser
habían realizado una verdadera penetración             explicadas en un nivel puramente humano,
en la experiencia humana.                              como el producto de sus pasiones, ambicio-
                                                       nes, metas, batallas y logros, sin referencia a
       Los humanistas como Petrarca se vol-            alguna cosa más allá del hombre mismo. Al
vían a la antigüedad porque querían conocer            estudiar las experiencias de los hombres del
acerca del hombre y creían que la metodolo-            pasado uno podía aprender a conocerse uno
gía escolástica con su lógica y solemnes dis-          mismo y descubrir los medios para vencer las
cursos acerca de Dios y el intelecto no les            vicisitudes de la fortuna en las vidas de los
                                                       hombres y de las sociedades. Petrarca llegó a
   19. Garin, Humanismo Italiano, p. 19.               representar una nueva rama de la educación,
EL IMPULSO DEL PODER                                    19


aquella adquirida por el estudio de la expe-          sobre el vicio y así posibilitaría al hombre a
riencia humana y de las explicaciones de              realizar la sociedad buena, si no fuese nece-
otros hombres sobre esa experiencia. Los              sario tomar en consideración el pensamiento
humanistas, siguiendo a Petarca, armados              de uno de los últimos humanistas cívicos –
con las lecciones morales de esta educación,          Lorenzo Valla (1407 – 1457.) Valla introdujo
creían posible alcanzar la mejor civilización         un importante rasgo del humanismo, uno
para el hombre.                                       que, a pesar de su creencia en lo contrario,
                                                      simplemente minaría los fundamentos sobre
        Bruni, y otros después de Petrarca,           los cuales los humanistas de la época inge-
expresaban una audaz confianza en la volun-           nuamente habían afirmado su posición.
tad del hombre para llevar a cabo grandes
cosas a favor del hombre. El poder real se                   Se ha dicho que Valla simplemente
encontraba disponible para el hombre a través         representaba la creencia en el valor de esta
de su disposición de echar mano de él. El             vida y de todo lo que le concierne. Más espe-
hombre puede cambiar sus circunstancias; él           cialmente, afirmó la visión que la naturaleza
puede elevar la virtud por encima del vicio y         era normal, y el corolario que el cuerpo era un
vencer por lo tanto cualquier cosa que la for-        medio legítimo para el placer el cual debía ser
tuna le ponga en su camino. Los grandes               aceptado y no suprimido. De hecho, llegó tan
hombres pueden triunfar frente a la amenaza           lejos como para aseverar que el placer y los
de la tiranía. Lo que es más, pueden realizar         sentidos debían ser valorados como “la meta y
un tipo de sociedad en la que los hombres             premio de la acción.”21 El hombre debiese
son libres de este flagelo. El medio era la emu-      buscar lo que es agradable por causa propia y
lación moral de los antiguos, pues como               no debiese considerar algo que sea conside-
Petrarca en el prefacio de su De viris illustri-      rado placentero como anormal o vergonzoso;
bus tan confiadamente proclamó: “...a través          ni tampoco debiera lo placentero ser confi-
de la remembranza de la virtud censuramos el          nado a las cosas no corpóreas (i.e., espiritua-
vicio.”20                                             les.) Aún más importante, Valla negó que el
                                                      placer de cualquier tipo debiese ser visto
       Sería posible completar nuestra discu-         como el producto de la buena conducta o el
sión de la fase del humanismo cívico de la            fruto de los principios morales correctamente
Italia del Renacimiento con su confiada               aplicados, sino que se debiese ir tras él y ser
creencia en que la virtud triunfaría siempre          aceptado simplemente porque da placer.


    20. Citado en Donald R. Kelley, ed., Ver-
       siones de la Historia desde la Antigüedad
       a la Ilustración, (New Haven: Yale Uni-
       versity Press, 1991), p. 227.                     21. Garin, Humanismo Italiano, p. 51.
EL IMPULSO DEL PODER                                      20


        Por supuesto, Valla odiaba el monas-      satisfacer los sentidos, pronto entrarán en
ticismo y la abstención de la carne que sub-      conflicto los unos con los otros. Cada vez
yacía en su perspectiva. Para él no había         que esto ocurre, el orden social debe ser
distinción u oposición entre la carne o el        impuesto por aquellos suficientemente fuer-
espíritu en el sentido dualista medieval.         tes como para hacer valer sus voluntades
Había solamente una naturaleza, y nada que        sobre los demás. De hecho, para mediados
fuese natural era antitético consigo mismo        del siglo quince muy poco quedaba del pri-
de ninguna manera. Los hombres no debie-          mer ideal del humanismo cívico, pues hom-
sen intentar vivir de manera contraria a la       bres poderosos gobernaban absolutamente.
naturaleza, sino en conformidad con ella. Los     Un tipo diferente de humanismo emergería.
placeres de esta vida en cada sentido corpo-
ral son enteramente apropiados y naturales.       > El Mundo de los Valores Elitistas y las
No hay virtud en la denegación del cuerpo,        Supersticiones Renacentistas
ni tampoco algún código moral preexiste
para demandar que el cuerpo sea usado o                   Cerca del punto medio de los 1400’s
disfrutado en concordancia con sus dictados.      la idea de humanitas pasó por una conside-
Valla creía que hombres y mujeres podían,         rable transformación, impulsada principal-
sin culpa de ningún tipo, perseguir la meta       mente por la derrota del humanismo cívico y
del placer según una sola regla, la regla de la   la finalización del período republicano. La
naturaleza original.                              guerra entre Florencia y Milán trajo el fin del
                                                  experimento Florentino con las instituciones
        Un programa de tal acción no perma-       políticas republicanas, aunque no por causa
necería por mucho tiempo compatible con el        de derrota militar. Aunque Florencia fue
triunfo de la virtud sobre el vicio como los      duramente      presionada,    especialmente
humanistas cívicos tan ardientemente creían.      cuando las ciudades circunvecinas con sus
Sin ningún código moral sino la naturaleza        propios intereses especiales se aliaron con
original, ¿quién ha de decir qué es virtud o      los Visconti en ataque concertado, los ejérci-
vicio? Más importante aún, un conocimiento        tos Florentinos frecuentemente mostraban
real de la naturaleza humana, el que Agustín      superioridad sobre las fuerzas enemigas. Sin
entendía mejor a partir de la Escritura, mues-    embargo, la necesidad de proveer para las
tra claramente que la búsqueda del placer en      fuerzas militares, su mantenimiento y desplie-
cualquier forma que aparezca remueve cual-        gue, fue causa principal de tensión sobre la
quier restricción sobre la conducta humana y      economía, la estructura social y la política del
destruye finalmente todo orden social. Si los     estado que llevó al fin funcional del sistema
hombres no son restringidos por algún             republicano.
código moral sino que siguen el deseo de
EL IMPULSO DEL PODER                                    21


       Con el propósito de resistir exitosa-      alcanzar tal objetivo. Se debe hacer que la
mente la agresión de Milán los Florentinos        gente confíe en hombres y mentes superio-
vieron necesario confiar más y más en pode-       res. Los Médici llegaron a creer en una espe-
rosos generales quienes estuvieran dispues-       cie de despotismo iluminado como la única
tos, por el apropiado incentivo material, a       solución para el desorden social y político.
dirigir sus ejércitos en el campo de batalla y,
cuando fuera conveniente, acordar treguas y              Los comerciantes Florentinos, origi-
tratados negociados con el enemigo. Tales         nalmente entusiasmados con la guerra, la
comandantes militares demandarían gran            cual esperaban que garantizaría sus monopo-
libertad en la toma de decisiones y en las        lios de manufactura y comercio, se cansaron
acciones. La independencia requerida para         del conflicto y simplemente deseaban que
tomar la iniciativa en el campo de batalla        terminara. Sus intereses en los ideales del
estaba destinada a alterar la siempre frágil      republicanismo y la virtud social decayeron.
naturaleza de las instituciones y prácticas       Los sacrificios y los costos estaban comen-
republicanas, especialmente si el generalí-       zando a comprobar que eran demasiados
simo demostraba ser exitoso. En tales ocasio-     para ser cargados, solamente querían quedar
nes el pueblo le apoyaría aún si esto             libres para ir en pos de sus actividades
significaba una disminución de sus libertades.    comerciales e industriales y estaban listos
Para los 1430’s una familia, los Médici, cuya     para ceder el poder y el control a los Médici.
importancia provenía originalmente del            Florencia, el bastión del humanismo cívico,
campo bancario, había comenzado a jugar un        sufrió de agotamiento moral, y cayó en las
rol dominante en los asuntos de la ciudad.        manos de individuos dominantes quienes,
Los Médici no eran amantes del gobierno           para proveer un argumento a favor de la legi-
popular o de las asambleas municipales de         timidad de sus gobiernos, apoyaron la causa
cualquier tipo. Al contrario, admiraban a los     de un tipo diferente de humanismo.
hombres fuertes, especialmente a los Visconti
(los que estaban pronto a ser reemplazados               No fue accidente que a medida que el
por los Sforza), y creían firmemente en el        humanismo cívico perdía terreno el ejemplo
orden social regido por un solo individuo         moral de los grandes hombres pasó de moda
poderoso. Pero ellos no creían en el mero         como el principal ideal humanista educacio-
poder; por lo menos, no querían aparecer          nal. En la primera fase del humanismo se
como creyendo esto. En lugar de eso, creían       mostró gran interés en los poetas y escritores
que uno debería gobernar, o parecer gober-        de la antigua Roma cuyas obras proveían las
nar, a partir de un conocimiento penetrante       lecciones de virtud que debían imitarse. En
de la naturaleza total de la realidad y del       este programa, inicialmente se le puso poca
hombre. Pocos podían posiblemente esperar         atención a los Griegos con la excepción,
EL IMPULSO DEL PODER                                     22


claro está, de Aristóteles. Pero esto iba a cam-   por reemplazar la cosmovisión Agustiniana
biar. Alrededor del principio del siglo quince     medieval, pero habían sido incapaces de
la literatura Griega comenzó a atraer la aten-     encontrar el fundamento conceptual para
ción de muchos humanistas quienes ya no            hacerlo. Habían tenido éxito en gran medida
estaban contentos de estudiar solamente lo         con una redefinición moral de la naturaleza
que se conocía del pasado clásico a partir de      humana. Sin embargo, se volvieron más y
fuentes Latinas. Había un interés creciente de     más conscientes que para suplantar total-
leer más de los antiguos filósofos Griegos,        mente la perspectiva medieval Cristiana nece-
especialmente de Platón. Pero el conoci-           sitarían más que una nueva visión moral;
miento del idioma Griego no era ni riguroso        necesitaban una nueva explicación de la
ni estaba ampliamente diseminado. Además,          existencia y naturaleza de la realidad, una
la instrucción en este idioma no estaba fácil-     que colocara al hombre en el centro de todas
mente disponible. Eso también iba a cambiar        las cosas y que le diera la estatura y el poder
pronto. Excelentes profesores estuvieron dis-      que necesitaba para moldear aquella realidad
ponibles cuando eruditos Griegos de Bizan-         para complacerse a sí mismo y para hacer
cio, huyendo del riesgo Turco, se ubicaron         avanzar las metas de las nuevas ideas huma-
en Italia. Entre los más famosos se encontra-      nistas de orden. Necesitarían una filosofía.
ban Manual Chrysolaras y Cardenal Bessa-
rion. También trajeron con ellos diálogos                  A medida que este interés creciente
anteriormente no disponibles de Platón, lo         en las cosas Griegas abría nuevas puertas al
mismo que obras de Plotino, Jenofante e Isó-       antiguo pensamiento Griego, allí apareció
crates. Mucho de lo que era previamente des-       Platón, como indicamos, para mostrar el
conocido acerca de las ideas Griegas               camino que el humanismo debía tomar.
repentinamente emergió para inspirar un            Hasta el fin del Renacimiento sus ideas filosó-
gran avivamiento de interés en la antigua cul-     ficas controlarían el pensamiento y la discu-
tura Helénica. Para mediados del siglo domi-       sión de todos los temas substantivos. Pero
naba el programa educacional humanista.            aunque se aprovechó a Platón a dar nueva
                                                   dirección, no estaría solo; sería acompañado
        ¡Por sobre todo, los Griegos signifi-      por las fuentes religiosas esotéricas recién
caba filosofía! ¡O, podríamos decir, metafí-       descubiertas conocidas como el Hermeti-
sica! Anteriormente, debido a su disgusto con      cismo. Fue por medio de esta combinación
los rigores de los sofismas del Escolasticismo     de Platonismo y Hermeticismo que los huma-
y su asociación con Aristóteles, los promoto-      nistas del Renacimiento descubrirían al fin la
res del humanismo no habían mostrado               filosofía que ayudaría al hombre a reclamar
paciencia para la filosofía o las cuestiones       su divinidad potencial y le capacitaría por
metafísicas especulativas. Estaban ansiosos
EL IMPULSO DEL PODER                                      23


tanto a obtener una nueva conciencia de su       comprensión total de todas las cosas, uno
lugar exaltado en el esquema de las cosas.       que capacitaría así al hombre a tener total
                                                 control de su entorno.
       El hombre que surgió para dirigir este
nuevo asalto humanista fue Marsilio Ficinio             Este tipo de pensamiento alcanzó
(1433 – 1499), el más grande filósofo que        gran mérito entre los gobernantes del Renaci-
emergería en el Renacimiento. Ficino, nacido     miento. Cosimo de Médici, en particular,
cerca de Florencia, fue el hijo de un médico     encontró en el nuevo Platonismo un pro-
quien regularmente trataba a los Médici. Era     grama para edificar una sociedad humanista
extremadamente dotado y su padre esperaba        que sería dirigida por gente de la elite, como
que estudiara medicina. Pero en el curso de      él mismo. Sólo la gente de este tipo conoce-
sus estudios en la Universidad de Florencia,     ría cómo dirigir la realidad para provecho de
Ficino descubrió una pasión por la filosofía     ellos. En consecuencia, era necesario para
que le dirigiría por una senda diferente. A la   ellos estar absolutamente a cargo, pues el
edad de 23 años comenzó el estudio del           pueblo como un todo no tendría ni el tiempo
Griego y demostró una habilidad extraordina-     ni la inclinación para captar la naturaleza de
ria para dominar el idioma. Su gran deseo era    la realidad, y serían, de cualquier forma, inca-
usar esta habilidad para estudiar a los pensa-   paces de hacerlo. Necesitarían confiar en que
dores Griegos. Fue profundamente atraído a       otros guiaran y ordenaran su mundo para
la vida de contemplación, pero no como era       ellos. Los gobernantes del Renacimiento
entendida por el monasticismo que la miraba      miraron hacia la nueva filosofía para producir
como un medio para mortificar la carne.          la justificación para el tipo de gobierno que
Ficino creía en la mente y en la purificación    Platón mismo había enseñado – los reyes filó-
del alma como los medios principales por los     sofos. La buena sociedad solamente podría
cuales llegar a aquel estado donde el filósofo   ser producida cuando las mentes selectas,
está capacitado para ver hacia adentro, a la     quienes poseyeran los más grandes recursos
unidad y verdad de todas las cosas. Estaba       mentales lo mismo que un mejor conoci-
especialmente atraído a Platón, pues Platón      miento del bien para la comunidad toda, fue-
no pensaba en términos de abstracciones y        ran puestos a cargo. Ficino escribió bajo la
categorías lógicas como lo hacía Aristóteles,    creciente importancia de los Médici quienes
sino en términos de imponentes visiones          querían que su prominencia estuviese basada
metafísicas de la realidad, en las que eran      en la posesión de un mayor conocimiento de
revelados los nexos entre todos los aspectos     los misterios de la realidad y, por lo tanto, de
de la existencia, especialmente aquel entre el   un mejor entendimiento de cómo la sociedad
hombre y Dios. Ficino enseñó un nuevo ideal      debía ser regida para su propio bien. Esta es
de conocimiento, uno que involucraba una         la principal razón por la cual Cosimo comi-
EL IMPULSO DEL PODER                                         24


sionó a Ficino para traducir todo el cuerpo         para ver la Forma de todas las cosas. Aunque
de enseñanza Platónica y Neoplatónica. Él no        la verdad habita en el todo de la Naturaleza,
estaba simplemente interesado en hacer              solamente se puede volver en verdad para los
avanzar la causa del aprendizaje; quería ser        hombres cuando ellos la conjuran de su apa-
visto como aquel que hacía accesible la pala-       riencia externa. El hombre puede revelar la
bra de verdad por la cual viven los hombres         Razón del mundo porque él es esencialmente
superiores y con la cual establecen y mantie-       un participante, por medio de su mente, en el
nen el orden.                                       Logos Divino. “La humanidad es el centro del
                                                    cosmos y el mediador entre los mundos eter-
        Lo que hacía a Platón atractivo para        nal y temporal...”23 El hombre es un microcos-
Ficino era su noción de que la realidad en su       mos del Macrocosmos, y como tal no
esencia es Intelectual, un producto de la           solamente es capaz de conocer el plan racio-
Razón o la Mente. El concepto de Platón que         nal del mundo, sino de en realidad tomar
las Formas trascendentes subyacen todos los         parte en su creatividad dadora de vida. Como
aspectos de la Naturaleza supuestamente ase-        Ficino declaró en Cinco Cuestiones Concer-
guraba la unidad de todas las cosas y determi-      nientes a la Mente: “Por medio de la mente
naba todo según un único plan racional. Sin         tendremos nosotros mismo el poder de crear la
embargo, Ficino fue influenciado en su enten-       mente...”24 En otras palabras, el hombre no
dimiento de Platón por el pensamiento de Plo-       solamente observa el orden del cosmos, en
tino quien concebía el cosmos como un Logos         realidad él coopera en crearlo y perfeccio-
o Alma cuya verdadera realidad espiritual-          narlo. El hombre es un pequeño dios quien, a
racional yace oculta detrás de las apariencias      través del conocimiento y la acción humanas,
de la naturaleza externa. Las Formas o Ideas        comparte con el gran Dios el poder de formar
Platónicas, siendo Divinas por naturaleza,          y redimir el mundo.
actúan como las “fuerzas vivificadoras que se
unen con su opuesto, la materia, por medio                  El pensamiento Platónico no fue la
de la mediación del alma racional.”22 En este       única fuente de inspiración para Ficino en la
ejemplo la mente racional quería decir el filó-     construcción de su filosofía Renacentista del
sofo, quien había cultivado la parte más ele-       hombre y del mundo. En 1462, después que
vada de su alma (el intelecto) con el propósito     Ficino ya había comenzado la obra de traduc-
de poder captar la razón de las cosas en su         ción de su primer manuscrito Platónico de
verdad eternal. Para Ficino la realidad era pri-
mariamente Racional, pero sólo para una                23. Mebane, p. 22.
mente que se hubiera despertado a sí misma             24. Citado en La Filosofía Renacentista del
                                                          Hombre, ed. Por Ernst Cassirer, et. al.,
                                                          (Chicago: The University of Chicago
    22. Mebane, Magia del Renacimiento, p. 22.            Press, 1948), p. 194. (énfasis mío)
EL IMPULSO DEL PODER                                         25


Cosimo, fue interrumpido por algo que jugaría       bido    grandes   poderes    creativos   y
un rol aún más grande en su pensamiento.            conocimiento de todo el cosmos por el cual
Cosimo, parece, había llegado a tener pose-         era entonces capaz de construir un orden
sión de un texto Griego que contenía los dis-       social microcósmico. “El hombre era original-
cursos de lo que llegaría a ser conocido como       mente una especie de dios terrestre capaz de
el Corpus Hermeticum . Supuestamente regis-         crear un paraíso terrenal.” 26 Sin embargo, la
traba el pensamiento de un Hermes Trismegis-        humanidad experimentó un descenso de este
tus quien era considerado en esa época como         status exaltado y sufrió una corrupción hacia
la más antigua fuente de conocimiento divino        la materia y perdió la conexión con sus inicios
pagano. Se decía que sus ideas se compara-          divinos. El propósito de estos materiales Her-
ban muy de cerca con el pensamiento de Moi-         méticos era ofrecer instrucción para unos
sés y posteriormente el de Platón. Pero sus         pocos selectos que buscaran el camino de la
ideas eran más viejas, más antiguas, que las de     regeneración, que significaba el reobtener el
ellos, y puesto que había paralelos entre él y      poder y el conocimiento perdidos similares al
tanto Moisés como Platón, entonces los últi-        de una deidad. Por medio de una auto-trans-
mos dos debían haber tomado prestadas               formación radical el hombre podía recobrar su
nociones de Hermes. Aquí estaba una antigua         estado perdido y una vez más convertirse en
sabiduría más venerable que cualquier cosa          el “Hijo de Dios” con poder y conocimiento
que cualquiera entonces haya poseído, más           para rehacer la realidad en un nuevo paraíso.
cerca de la verdad porque se encontraba más         En el Corpus Hermeticum XI Hermes declara:
cerca al principio de todas las cosas. ¡Ficino      “a menos que te hagas a ti mismo igual a Dios,
debía detener su trabajo en Platón y traducir       no puedes entender a Dios... de un salto libé-
esta nueva obra!                                    rate a ti mismo del cuerpo; elévate por encima
                                                    del tiempo, transfórmate en Eternidad; enton-
       Estos escritos Herméticos ayudaron a         ces entenderás a Dios. Cree que nada es
Ficino en la formulación de una nueva con-          imposible para ti, piensa de ti mismo como
cepción radical de la humanidad, pues uno de        inmortal y capaz de entenderlo todo, todas las
los pensamientos centrales en estos documen-        artes, todas las ciencias, la naturaleza de todo
tos sostenían que antes de la Caída “la huma-       ser viviente.” 27 Tales sentimientos influencia-
nidad poseía poderes creativos similares a los      ron profundamente la mente de Ficino, y a tra-
de una deidad y era muy parecido al Hijo de         vés de él y de otros penetraron hasta la
Dios, el Logos que creó el mundo visible.”25        médula los ideales Renacentistas.
El hombre original compartía, en otras pala-
bras, la naturaleza de la divinidad y había reci-

                                                        26. McKnight, Sacralizando lo Secular, pp.
    25. Mebane, Magia del Renacimiento, p. 18.             41-43.
EL IMPULSO DEL PODER                                           26


       Esta visión del hombre recobrando sus                  Para Ficino esta combinación de Pla-
poderes creativos perdidos daría a luz la              tonismo y Hermeticismo proveyó el funda-
noción que en la naturaleza humana yacen               mento de una nueva religión, una nueva fe.
incrustadas cualidades del orden de lo mágico.         Creía fervientemente que la realidad es
El hombre era un magus que podía penetrar              Razón y la Razón es realidad, y que la mente
con su conocimiento el núcleo espiritual de            del hombre es de una pieza con esta realidad
toda la realidad y allí descubrir los medios           y por lo tanto se inclina hacia ella con una
para hacer que esa misma realidad se doble-            afinidad natural. Podemos ser agobiados por
gara a su indomable voluntad. La humanidad             la materia y el cuerpo, pero al intelecto le ha
no necesita vivir en dependencia pasiva del            sido colocado en su interior el poder de
orden del cosmos. Más bien, su naturaleza              moverse hacia el infinito como hacia un
espiritual que participa de la Naturaleza Espiri-      objeto familiar. La realidad es transparente
tual del mundo le da la ventaja de conocer, o          para la mirada investigativa del intelecto en
de ser capaz de conocer, los secretos de la            su empeño por la verdad y de la voluntad en
existencia. Armado con tal conocimiento pers-          su empeño por el bien. Aunque la verdad y
picaz estaría entonces en posición de transfor-        la bondad puedan parecer ocultas a la masa
mar la Naturaleza para ajustarla a sus propios         del pueblo cargado con la materia y los senti-
intereses. De hecho, tener este conocimiento y         dos, y satisfecha con objetos particulares
no usarlo para transformar y recrear la utopía         transitorios, la mente del filósofo, debido a
social sería casi una negligencia. El hombre           que ve claramente, conversa solamente con
debe extender sus poderes y aplicar su cono-           lo universal y con la razón imperecedera de
cimiento, de otra forma vive a merced de sus           las cosas. Solamente él asciende las empina-
circunstancias y no controla su destino. Sería         das cuestas hacia el ámbito de Dios y retorna
indigno de un ser tan divino como el hombre            con los pensamientos de Dios como sus
no estar “satisfecho hasta que sea el maestro          herramientas    para    la   transformación        del
completo de su destino sin dependencia de              mundo.
ningún otro ser.” 28
                                                              A esta altura la agenda humanista se
                                                       asemeja mucho a alguna experiencia mística.
                                                       Y el conocimiento parecía ser similar a la
    27. Hermética: Los Antiguos Escritos Griegos
       y Latinos que Contienen Enseñanzas Reli-
       giosas o Filosóficas Atribuidas a Hermes           28. McKnight, Sacralizando lo Secular, p. 56.
       Trismegistus, Trad. & Ed. Walter Scott,               “... la perfección del conocimiento propio
       (Boston: Shambhala, 1993), p. 221. Sin                trajo consigo el poder, lo mismo que la
       embargo, he usado la traducción provista en           responsabilidad, para transformar el mundo
       Frances Yates, Giordano Bruno y la                    exterior.” Mebane, Magia del
       Tradición Hermética, p. 32.                           Renacimiento, p. 29.
EL IMPULSO DEL PODER                                    27


magia, pues le faltaban los posteriores ele-        los filósofos del Renacimiento le habían atri-
mentos científicos y la rigurosa tecnología que     buido. La frase la dignidad del hombre quizás
le darían a la nueva religión humanista un          ha llegado a describir el programa del Rena-
carácter más racionalmente mundano. Pero un         cimiento más que cualquier otra. Aunque la
giro decisivo había ocurrido. Ficino había          frase fue usada primero en el siglo catorce
introducido una nueva visión del hombre             por Giannozzo Manetti, fue Pico quién la
como un nuevo dios capaz de crear un                hizo famosa como epitafio del Renacimiento
mundo por medio de un poder intelectual             por el título de su obra más famosa, Discurso
regenerado. El mundo no es más meramente            sobre la Dignidad del Hombre. Lo que Pico
un hecho dado, ahora es producto de la              deseaba transmitir en ese libro era que, si el
acción creativa humana. “En las matemáticas,        hombre era verdaderamente como Dios,
la música y la arquitectura, al explorar las fun-   entonces él es la causa de su propia natura-
ciones internas de la naturaleza, y en la poesía    leza y es libre para obrar su propia voluntad.
y la oratoria revelamos nuestra participación       No solamente crea las condiciones externas
en la Deidad.” 29 Aún más importante, el hom-       de su existencia, sino que crea su propio ser
bre tiene la habilidad de imitar el ámbito          en el mismo acto. El hombre no es una natu-
celestial en su creación de orden social y de       raleza dada, predeterminada; no recibe su
gobierno humano. Sorprende poco que esta            naturaleza de una fuente externa, sino que él
marca del humanismo apelara a los gobernan-         solo produce lo que es, y es libre para reha-
tes y a las élites. Esta no era una visión medie-   cerse a sí mismo sin restricción o limitación.
val; estamos en el umbral de la era moderna.        En el relato ficticio de Pico del origen del
                                                    hombre leemos estas a menudo repetidas
      Cercano a Ficino está Pico della              palabras:
Mirandola para dar apoyo adicional a esta
nueva perspectiva humanista. También Pico                      No te hemos dado, Adán, ni una
estaba fascinado con la noción de que el                   morada fija ni una forma que sea
hombre era similar a Dios en naturaleza y                  solamente tuya ni alguna función
capaz de aprender los secretos totales de la               peculiar a ti mismo, con el fin de que
naturaleza con el propósito de usar ese cono-              acorde con tu anhelo y acorde con tu
cimiento para construir la sociedad humana.                juicio puedas tener y poseer la habita-
Pico estaba, quizás, menos interesado en la                ción, la forma, y la función que tú
naturaleza de la realidad de lo que estaba en              mismo puedas desear... Tú, sin res-
redefinir la naturaleza humana mantenién-                  tricciones de límites, y de acuerdo
dose al nivel del nuevo status exaltado que                con tu propia libre voluntad, en cuyas
                                                           manos te hemos colocado, ordenarás
    29. Mebane, p. 25.
EL IMPULSO DEL PODER                                     28


       para ti mismo los límites de tu natura-        brillante de la razón están entonces prepara-
       leza.30                                        dos para “ordenar” por sí mismos los límites
                                                      de su propia naturaleza. Aquellos otros que
      En otra parte Pico presentó su punto            permanecieran empapados de la oscuridad y
aún más claramente:                                   del ámbito de los sentidos son adecuados
                                                      solamente para ser dirigidos por la sabiduría
           Solo el hombre no tiene una natu-          del filósofo. Aquel que ha sido iniciado en el
       raleza que le determine y no tiene             orden Paladino de la mente y bien enseñado
       una esencia que determine su con-              en ello está mejor equipado para descender a
       ducta. El hombre se crea a sí mismo            la tierra, para edificar así cualquier mundo
       por sus propias acciones y por tanto           que escoja para que nosotros vivamos allí.
       es padre de sí mismo. La única condi-
       ción a la que está sujeto es a la condi-             Se ha dicho que Pico, igual que los
       ción que no hay condición, i.e., a la          hombres del Renacimiento en general, sim-
       libertad. La compulsión a la que está          plemente deseaba la liberación del hombre
       sujeto es a la compulsión de ser libre         de cualquier concepto de compulsión, autori-
       y a la compulsión de escoger su pro-           dad o limitación externa. No quería nada
       pio destino, a edificar el altar de su         excepto una libertad radical para el hombre.
       propia fama con sus propias manos o            No quería un orden pre-definido tal como el
       a forjar sus propias cadenas y conde-          que había sido prescrito en la visión Agusti-
       narse a sí mismo.31                            niana medieval. En este sentido, miraba al
                                                      hombre como Caído solamente si falla en
       Por supuesto, al igual que Ficino,             vivir de acuerdo con su propio llamamiento
Pico jamás imaginó que simplemente cual-              original de ordenar sus propias limitaciones o
quier hombre estaba tan libremente a cargo            escoger su propio destino. Al mismo tiempo
de su propio destino. También él creía que            era posible para el hombre reobtener su sta-
solamente los hombres que hayan aprendido             tus divino original por medio de la auto-
los secretos de la filosofía, quienes hayan           voluntad, al escoger tomar el sendero supe-
limpiado sus almas de ignorancia y vicios, y          rior de la filosofía. La filosofía era la verdad
quienes se han vuelto iluminados por la luz           dondequiera que ésta se encontrara – en Pla-
                                                      tón, en Moisés, en Jesús, en Hermes Trisme-
                                                      gistus, en la Cábala Judía. Al fin, era asunto
   30. Pico, Sobre la Dignidad del Hombre, cit-
      ado en La Filosofía Renacentista del            totalmente del hombre, pero Pico no tenía
      Hombre, ed. Por Ernst Cassirer, et. al., pp.    duda que el hombre escogería seguir la santa
      224 & 225.                                      filosofía siempre y cuando las grandes men-
   31. Sobre la Dignidad del Hombre, citado en
      Garin, Humanismo Italiano, p. 105.
EL IMPULSO DEL PODER   29


tes, como la de él mismo, mostraran el
camino y prometieran las recompensas.


      El Renacimiento fue, claramente, un
momento decisivo en la cultura y la civiliza-
ción Occidentales. Representó una nueva
confianza en el hombre y la creencia que el
hombre era libre para determinar su lugar en
el universo y que poseía un poder incompa-
rable para la auto-transformación. El hombre
no era mera criatura, sino que era similar a
Dios; y siendo similar a Dios no iba a través
de la vida pasivo y resignado a sus circuns-
tancias. Se levantaba y las confrontaba; cap-
taba las verdades de la realidad y de ese
modo cambiaba sus circunstancias para llenar
su satisfacción. La meta de la vida del hom-
bre no era algún plano espiritual más alto,
alguna existencia angélica incorpórea, sino
que era crear un paraíso aquí y ahora. El
hombre como un copartícipe de la Natura-
leza Divina no podía elevarse más alto de lo
que ya estaba. Aunque esta perspectiva per-
maneció borrosa y misteriosa durante el
tiempo del principio hasta mediados del
Renacimiento, para la parte final del Renaci-
miento la creciente fascinación del hombre
con las matemáticas y la ciencia eventual-
mente le proveería de los medios para hacer
a un lado lo que le quedaba de su herencia
medieval y Agustiniana.

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El renacimiento el ideal del nuevo hombre

  • 1. EL IMPULSO DEL PODER 1 6 • El Renacimiento El Ideal del Nuevo Hombre 1> El Significado del Renacimiento mento de la historia parecía coincidir con dos períodos, haciendo más difícil el decidir En la segunda mitad del siglo dieci- dónde debía reconocerse la división entre las nueve, el estudio del pasado pasó por una eras. A las demarcaciones anteriores, a considerable modificación con la introduc- menudo se afirmaba, les faltaba claridad y ción de la así llamada historia científica, con exactitud científicas. el resultado que el mundo de la educación fue testigo de una vasta efusión de investiga- Por supuesto que aquellos que ciones e interpretaciones basadas, se supo- habían vivido la historia no habían estado tan nía, en más análisis objetivos y racionalmente conscientes de las discontinuidades como lo confiables del pasado de lo que hasta enton- estamos nosotros quienes debemos darnos a ces había sido posible. Este desarrollo tuvo la tarea de proveer un informe de los eventos importantes implicaciones para la historia pasados. El pasado no poseería significado Occidental en particular, pues en conjunción para nosotros como historia si no hubiese con esta aproximación más rigurosa al estu- cambios que observar, o transformaciones dio del pasado, la historia de la civilización que evaluar, ni desarrollos que registrar. Esta- Occidental fue sujeta más y más a agudas mos conscientes, por ejemplo, que grandes reevaluaciones de los periodos en los que diferencias intelectuales, sociales y materiales había sido dividida. Las amplias categorías separan al mundo moderno del mundo habituales – antigua, medieval, moderna – medieval. A pesar de eso hay grandes distin- todavía podían aplicarse, pero a medida que ciones también entre los períodos antiguo y los eruditos examinaban el pasado con más medieval. Cada período contiene característi- detalle, estas divisiones les parecían pintores- cas que lo hacen único, a pesar de la existen- cas y convencionales. En consecuencia, junto cia de rasgos que pudiesen parecer con una proliferación de nuevas perspectivas desviaciones notables del temperamento glo- y reinterpretaciones supuestamente basadas bal de los tiempos. en estándares y procedimientos racionales, muchas subdivisiones dentro de estas clasifi- Sin embargo, puede ser causa de gran caciones más amplias comenzaron a parecer controversia cuando una porción de la histo- que requerían un nuevo entendimiento de ria parece, aparentemente, desafiar la clasifi- cada época histórica. Algunas veces un seg- cación en períodos. El Renacimiento ha
  • 2. EL IMPULSO DEL PODER 2 llegado a ser visto de esta forma. Un estu- debería ser tratado como parte de una era diante interesado del período es golpeado histórica definida, la moderna, porque el por los fieros debates que se han vuelto una Renacimiento es primariamente humanismo característica de los estudios del Renaci- secular moderno en sus ideales medulares. El miento acerca de la definición de su con- término moderno reconoce una mayor redefi- cepto de período. Raramente aparece algún nición del hombre distinta de la definición trabajo en imprenta sin que su autor presente dominante Cristiana medieval y de la cosmo- con presión su opinión. ¿Representa el Rena- visión Agustiniana e inclinada hacia una cimiento en sus manifestaciones culturales nueva perspectiva, más pagana, anti-Cris- primariamente una perspectiva Cristiana tiana, con una nueva idea de cultura y de medieval, o es más apropiadamente parte de civilización. Aunque mucho de la superficie la era moderna, en el que el ascetismo pia- permanece siendo medieval, la apariencia no doso y la visión de otro mundo se han vuelto debiese oscurecer el verdadero cambio moral menos atractivos y el hombre, brillando con y religioso en el hombre Renacentista. una nueva auto-confianza al estilo de Prome- teo, irradia entusiasmo por la vida de aquí y El Renacimiento incluye principal- ahora? Tales cuestiones surgen repetida- mente de los siglos catorce al dieciséis. mente. Durante los primeros dos, los 1300’s y los 1400’s, fue en Italia donde los ideales esen- Algunos buscan un terreno interme- ciales del Renacimiento emergieron y halla- dio y están atentos a que ciertos tiempos ron expresión cultural. Para el siglo dieciséis ambiguamente se componen de períodos de el ideal del Renacimiento ya no se encon- transición y exhiben características de dos traba exclusivamente en Italia, ni era prima- eras, reteniendo mucho de la antigua mien- riamente Italiano, sino que se había vuelto un tras muestran una inclinación hacia lo nuevo. fenómeno que cubría toda Europa. Su centro Para muchos, esta caracterización del Renaci- había cambiado del sur al norte, especial- miento parece la más satisfactoria. Así pues, mente a los Países Bajos, Francia e Inglaterra. como período de transición, es una síntesis o En este período, llamado el alto Renaci- mixtura, entendiéndolo como un flujo y mos- miento, los últimos vestigios del pasado trando una tendencia hacia la realineación. medieval dieron lugar al primer pleno floreci- Los períodos de transición, como este, care- miento de un mundo que iba a continuar cen de fronteras firmes y de sólidos paráme- hasta el presente. tros. Nuestro interés primario en este capí- A pesar de su supuesta naturaleza de tulo no es con el Renacimiento en sus movi- transición, creemos que el Renacimiento mientos y fases históricas, ni con su residuo
  • 3. EL IMPULSO DEL PODER 3 cultural el cual es notablemente visible hoy. ese ethos. Su legado perdurable para la cul- La mayoría de la gente piensa en el Renaci- tura moderna fue forjado en una transforma- miento principalmente en términos de gran- ción moral y religiosa que, como veremos, des obras de arte. Pintores, escultores, traía consigo un nuevo ideal de poder. arquitectos, poetas y dramaturgos han dejado una abundancia de ejemplos de su ingenio. Podemos dividir el Renacimiento Ita- Se nos ha enseñado a ver sus elevadas crea- liano en dos fases: la primera desde los pri- ciones como representativas de un tiempo meros pioneros a principios del siglo catorce cuando el espíritu humano, liberado después hasta el 1450’s; la segunda, desde alrededor de siglos de ascetismo estéril y de pensa- del 1450 hasta el fin del siglo cuando Italia se mientos del más allá, emergió para enfatizar convirtió en el campo de batalla de los mayo- una nueva auto-confianza. Se dice que los res poderes Europeos. Temprano en la pri- artistas Renacentistas mostraron una nueva mera fase una ciudad, Florencia, se convirtió apreciación por la naturaleza en toda su en el lugar de nacimiento y centro principal variedad, especialmente la naturaleza del Renacimiento. De Florencia emergieron humana en su singularidad y multiforme tres figuras para dirigir el camino, Dante, complejidad. Se nos dice que sus obras cele- Petrarca y Boccaccio. Petrarca dejaría la bran la vida al proclamar una nueva libertad impresión más profunda. Para el fin del siglo para explorar ideas nuevas, para desafiar los catorce, Florencia y las ideas Florentinas esta- antiguos dogmas, para tomar control del des- ban en el centro de lo que ha sido llamado la tino de uno, para gloriarse en la humanidad y fase de humanismo cívico del Renacimiento, en la superioridad del hombre sobre la natu- y del republicanismo y la libertad civil, que raleza y lo que lo circunda. Ellas testifican se distinguía por la apreciación de los mode- elocuentemente de la llegada de la edad del los de la antigua Atenas y de la República hombre. Romana. Con el tiempo, Florencia y sus ideas serían desafiadas por el siniestro poder de los Sin embargo, en lugar de crear una Visconti de Milán quienes representaban un nueva cultura, estos artistas justamente cele- tipo diferente de hombres del Renacimiento. brados sólo buscaron dar expresión estética Para los hombres de este tipo el ideal del al nuevo temperamento cultural y religioso. Renacimiento había de encontrarse en los Mucho más importantes eran los pensadores, grandes hombres de poder como los Césares, escritores y hombres de estado quienes for- quienes sabían cómo imponer su voluntad mularon principalmente el ethos que era cen- por la fuerza y resolver todas las disputas y tral al Renacimiento, y fue durante la frase conflictos, obteniendo así una sociedad bien Italiana del Renacimiento que podemos ver ordenada lo mismo que riquezas y gloria el florecimiento de la forma más articulada de para sí mismos. Este tipo de hombre del
  • 4. EL IMPULSO DEL PODER 4 Renacimiento triunfaría sobre el primer tipo a lidad del resurgimiento yace en recobrar ese mediados del siglo quince. Aún Florencia se antiguo legado luminoso y colocarlo a la van- doblegaría al poder de los Médici. De esta guardia de la educación. El Renacimiento, manera comenzó la segunda fase del Renaci- como todas las revoluciones culturales, ape- miento Italiano, cuando los filósofos como nas hubiera triunfado sin el control de la Marsilio Ficino y Pico della Mirándola, con la agenda educacional. El nuevo programa de ayuda de una nueva variante de paganismo aprendizaje, la Studia Humanitatis, se con- antiguo, el Hermeticismo Egipcio, propaga- vertiría en el medio principal para inculcar ron el concepto del hombre como un magus, una nueva idea del hombre y la sociedad ins- uno que reclama la habilidad de aprovechar pirada en el período clásico. Por medio de el poder del universo para alcanzar cualquier esta recuperación el hombre estaría en posi- ambición humana. ción de controlar su vida y circunstancias, para crearse a sí mismo la buena vida. Así, El término Renacimiento significa vol- aunque el Renacimiento extrajo del pasado, ver a nacer, resurgir, renacer. ¿Renacer de su orientación estaba hacia sí mismo y su qué? Para los principales pensadores el rena- visión del conocimiento como el medio para cer significa un resurgimiento después de un forjar nuevas y mejores condiciones para el tiempo de esterilidad. La nueva edad era un hombre y la sociedad. Stephen McKnight nuevo esclarecimiento, un surgir de la oscuri- escribe: dad y la ignorancia. Aquello que fue renacido fue aquello que había sido perdido o sofo- La característica más distintiva de cado por la era precedente. Los hombres del la modernidad es la convicción sub- Renacimiento se vieron a sí mismos como yacente que un rompimiento de redescubridores del conocimiento que se época le separa de la ‘edad oscura’ “necesitaba para vencer la condición alienada precedente. Parte integral de esta [del hombre] y crear una sociedad perfecta.” 1 conciencia de época es una nueva La era del oscurantismo, un concepto inven- confianza en la capacidad del hombre tado por Petrarca (1304 – 1374), a quien para la auto-determinación, y esto a retornaremos después, se refería a la Edad su vez se deriva de la convicción de Media, una edad de credulidad y superstición que un avance epistemológico le pro- que había sido precedida por una edad clá- vee al hombre de la capacidad para sica de sabiduría y entendimiento. La posibi- cambiar las condiciones de su exis- tencia.2 1. Stephen A. McKnight, Sacralizando lo Secular: Los Orígenes Renacentistas de la Modernidad, (Baton Rouge: Louisiana 2. McKnight, Sacralizando lo Secular, p. 9. State University Press, 1989), p. 1. (énfasis mío)
  • 5. EL IMPULSO DEL PODER 5 Tal comentario aclara porqué el Rena- mente Agustinianas, en tanto que el hombre cimiento pertenece más a la era moderna que del Renacimiento quería reemplazar la visión a la Edad Media. Agustiniana medieval con una fe totalmente diferente, una basada exclusivamente en los ¿Cómo es que esta perspectiva Rena- antiguos paganos. Es más, las características centista difiere de la visión de la Edad Media, metafísicas de la visión Agustiniana y medie- si la era más temprana de las dos basó su val, ideas de una jerarquía impuesta por Dios currículum educacional, como lo indicamos y un sistema de ley y orden estructurado antes, mayormente sobre los antiguos autores imperialmente, fueron descartados a favor de clásicos? ¿No eran los hombres medievales un concepto, hecho por el hombre, de la conocedores de la antigüedad? ¿No conocían sociedad civil como producto de la virtud o apreciaban lo que los pensadores paganos cívica y la ingeniería social. En la nueva cos- pre-Cristianos enseñaban acerca del hombre mología del Renacimiento, no es Dios quien y la naturaleza de su experiencia? La res- permanece en el centro, sino el universo, puesta, claro está, es que ellos sí conocían, y infinito, misterioso, una vasta área de recreo aceptaban, mucho de los antiguos autores para la voluntad y el auto-propósito humano. paganos. Esto fue verdad a lo largo de toda la Edad Media, pero especialmente en la Alta En muchas maneras las perspectivas Edad Media después del descubrimiento y de la Edad Media y del Renacimiento parecen estudio de nuevos materiales sobre Aristóte- similares, pero sólo si las comparaciones son les venidos del mundo Musulmán. En verdad, superficiales. Un gran abismo separa a la los hombres en la Edad Media Cristiana esta- visión Agustiniana medieval del hombre y ban ávidos de aprender mucho a partir de las cómo confronta él el mundo y la realidad fuentes clásicas y de sintetizar ese aprendi- última de Dios de la visión Renacentista que zaje con la herencia de los padres de la igle- mira al hombre únicamente en su relación sia y las doctrinas de la fe. para con el universo. Frances Yates narra de forma resumida las diferencias en un comen- He aquí la razón porqué la explota- tario que, aunque concierne a su diagnosis ción Renacentista del pasado clásico difería de la segunda fase del Renacimiento Italiano, fundamentalmente de aquel del período de hecho podría aplicarse a todo el período: medieval: El hombre del Renacimiento no “Lo que ha cambiado es el Hombre, no estaba más interesado en sintetizar las ideas siendo más solamente el piadoso espectador del hombre clásico con la tradición intelec- de las maravillas de Dios en la creación, y el tual de los padres y de la fe. Para el hombre adorador de Dios mismo por encima de la medieval la herencia clásica era útil en tanto creación, sino el Hombre el artífice, el Hom- que ésta apoye una fe y teología esencial- bre que busca derivar poder del orden divino
  • 6. EL IMPULSO DEL PODER 6 y natural.”3 En la visión Renacentista, lo ellos. A diferencia de los hombres medieva- divino y lo natural se entremezclan imper- les, quienes aceptaban las condiciones de ceptiblemente el uno en lo otro, y el hombre vida como preordenadas en el trascendente se ve a sí mismo como confrontando esta consejo de Dios, y por lo tanto no para ser realidad solamente para extraer su poder y cuestionadas o dudar acerca de ellas, el hom- aprovechar sus recursos, haciendo avanzar bre del Renacimiento miraba a la vida y la así la propia causa del hombre y su auto-pro- sociedad como la arena para la realización pósito. del potencial innato del hombre. El floreci- miento del arte y el logro artístico durante Jacob Burckhardt puso como caracte- este período es una reflexión de esta actitud, rística central de su interpretación del Renaci- y sirvió para promover el ideal de la fama miento una nueva actitud acerca del humano individual, tanto para los artistas mismos y la individual.4 Hay una nueva y vasta aspiración de sus patrones. De allí que, como escribe por parte del individuo de buscar la fama Mebane: “El concepto del ser como una obra terrenal. El hombre deja de sentir la necesi- de arte, una idea que se volvió central a la dad de mantener en vigilancia su ambición cultura del Renacimiento, expresa la tenden- como una afrenta a Dios y una amenaza para cia del período para permitir el ‘arte’, en el la salvación eterna. En lugar de eso, busca amplio sentido de ‘actividad humana crea- alcanzar gloria y distinción como las metas tiva,’ para competir con la divina gracia como loables aquí y ahora, y de ser reconocido por la fuerza formativa en la vida y el destino sus logros y su valor intrínseco mientras vive. humano.” 5 El hombre rehúsa ver toda actividad aquí como mera preparación para la otra vida, En el Renacimiento el hombre se ve a sino que la acepta como teniendo valor inhe- sí mismo como teniendo un poder igual a rente y un beneficio inmediato para sí Dios para recrear un mundo que se conforme mismo. Esta nueva visión del hombre ya no a sus propios deseos. A lo menos, siendo le ve como pasivo y receptivo, sino como similar a Dios Mismo, el hombre es llamado a supremamente activo y creativo. El hombre y auxiliar a Dios en Su obra de perfeccionar al el mundo son lo que el hombre hace de mundo y al hombre. El hombre no se sienta por allí ociosamente, ni tampoco pasa a tra- 3. Frances A. Yates, Giordano Bruno y la Tradición Hermética, (Chicago: The Uni- versity of Chicago Press, 1979), p. 144. 5. John S. Mebane, Magia del (énfasis mío) Renacimiento y el Retorno de la Era de 4. Jacob Burckhardt, La Civilización del Oro: La Tradición de lo Oculto y Mar- Renacimiento en Italia, Vol. I, (New lowe, Jonson y Shakespeare, (Lincoln: York: Harper & Row, Publishers, 1958) University of Nebraska Press, 1989), p. pp. 143-174. 11.
  • 7. EL IMPULSO DEL PODER 7 vés de la vida como un peregrino destinado con la antigüedad no era meramente una para otro mundo, sino que se establece a sí curiosidad por descubrir nuevas ideas, sino mismo para imitar y apoyar a Dios en Su que era también una forma de afirmar que meta de traer todas las cosas a su culmina- nada que algún hombre hubiese alguna vez ción. Eso significa que, “para realizar nuestro dicho o hecho en cualquier tiempo o lugar potencial divino debemos, al igual que Dios, debiera ser considerado como conocimiento ejercitar nuestros poderes en actos creativos a poco fiable para el hombre. Cualquier cosa través de los cuales reproduzcamos en el que los hombres hayan pensado o aseve- mundo exterior la perfección que hemos lle- rado, porque es innatamente humano, es una gado a ver dentro de nuestras propias men- posible fuente de sabiduría y verdad, y ha de tes.”6 El estándar de la actividad del hombre ser aceptado sin pararse en mientes. Fue la es su propia naturaleza interior la cual es manera del hombre del Renacimiento de afir- esencialmente divina, pero que espera que el mar que la Edad Media Cristiana no tenía el hombre la traiga a su pleno cumplimiento. monopolio sobre la verdad; de hecho, aque- lla era solamente había promovido la igno- Esto implica, a su vez, que a diferen- rancia. Una real perspicacia en asuntos cia del hombre medieval, los hombres en el humanos había de encontrarse al consultar a Renacimiento no desean ser confrontados los autores del pasado clásico, cuyas ideas, a con ninguna pre-concepción, convencionalis- menudo se afirmaba, eran más Cristianas que mos o tradiciones que predestinen sus accio- aquellas de los pensadores medievales. nes o conducta. No quieren que ninguna autoridad externa les imponga límites a su El Renacimiento adoptó los clásicos actividad lo que sería percibido como un de la antigüedad en sus propios términos y impedimento a la realización de su potencial. por sus propios méritos intrínsecos, y no El hombre debe ser visto en libertad primi- como requiriendo algún reajuste para un tiva, negando cualesquiera y todas las barre- marco Cristiano. Miraban la civilización ras a la estructuración de su destino divino. Greco-Romana como una era dorada de El mundo se encuentra abierto ante él como genio creativo y grandes logros solo por y un objeto que ha de ser puesto bajo su con- para el hombre. Buscaban revivir esa cultura trol. Nada debe estar en su camino o pre- antigua con el propósito de transformar su definir su agenda. El hombre debe ser libre propia cosmovisión en una en la cual el per- para tomar la senda que le convenga y para feccionamiento del hombre se volviera la descubrir su potencial en cualquier área que preocupación principal. A su vez, miraron desee investigar. La fascinación Renacentista este renacer como haciendo una época por su significado, tan profundo en su renova- 6. Mebane, Magia del Renacimiento, p. 11. ción de la confianza del hombre en sí mismo
  • 8. EL IMPULSO DEL PODER 8 y en su capacidad de encontrar su propio sig- social y soluciones al desorden que seguía a nificado y fomentar su propio propósito, sus colisiones. Es un legado del Monasti- que, colocado junto a las edades oscuras del cismo Cristiano y del jerarquismo – de su Cristianismo, como McKnight comenta, “El falsa institucionalidad y de sus ideas cultura- único lenguaje conveniente para describir los les – el que, cuando los hombres estuvieron avances que marcan épocas es aquel de con- listos para romper definitivamente con sus versión y salvación.”7 moldes, ninguna alternativa Bíblica Cristiana real se encontraba disponible para dirigir a la Si alguna cosa marca el carácter de la civilización Occidental hacia sendas más era moderna, comenzando con el Renaci- genuinamente Cristianas. Este vacío permitió miento, es su anti-Cristianismo. Sin embargo, a los hombres volverse entusiastamente a las es dependiente de conceptos esenciales al ideas paganas de las antiguas Grecia y Roma, Cristianismo, pero estos son investidos pro- casi vaciando el desarrollo cultural de cual- fundamente con nuevos significados. Pues la quier cosa discerniblemente Cristiana. Quizás conversión implicada por el Renacimiento sea demasiado generoso pensar que mucho significaba un volverse de la herencia Cris- Cristianismo real había prevalecido aún en el tiana, y la salvación mirada por el hombre período previo. del Renacimiento era una nueva realidad espiritual en la cual el hombre era liberado La vida en el norte de la península de cualquier Dios que no fuera su propia sin Italiana nunca se conformó del todo al par y potencial divinidad. esquema medieval de gobierno. Desde tiem- pos Romanos esta región había tenido nume- 2> El Mundo del Conflicto Urbano y el Huma- rosas ciudades florecientes. A pesar de la nismo Cívico invasión de los Godos en la última parte del siglo cuarto, la forma Romana de vida no fue Aunque el Renacimiento señala una totalmente alterada. No hasta que los más aguda ruptura con la cosmovisión medieval bárbaros Lombardos (Langobardi) llegaran en Agustiniana, sin embargo fue producido en la el siglo sexto, que fue cuando esta área pasó Edad Media tardía en el norte de Italia y for- por una agitación social y política. Aún así, jado en medio de la batalla entre el Sacerdo- una medida de orden fue pronto restaurada tium y el Imperium, cuyo conflicto no cuando el control les fue arrebatado a los resuelto parecía obligar a los hombres a bus- Lombardos por los invasores Francos Carolin- car en cualquier otro lugar una idea de orden gios. Una vez más las ciudades, aunque en una escala menor, resurgieron como la prin- cipal característica social de la región. 7. McKnight, Sacralizando lo Secular, p. 15.
  • 9. EL IMPULSO DEL PODER 9 Italia era parte del nuevo imperio tierras imperiales del lado este, incluyendo el Occidental, y en teoría la voluntad del empe- norte de Italia, aunque el ejercicio del poder rador era la ley de la tierra. Bajo los Carolin- era más problemático.8 Para reobtener una gios el área fue gobernada por condes y medida de control los emperadores Otoma- vizcondes instalados por el Rey, pero la dis- nos intentaron usar a los obispos como tancia del centro de poder imperial permitió medio para gobernar la región. Su autoridad a estos regidores locales considerable libertad a menudo era examinada por fuertes intere- de acción. Rápidamente se afianzaron a sí ses locales y por las ciudades mismas, que mismos como los seigneurs – aristócratas estaban poco inclinadas a someterse a pode- terratenientes – y se comportaban como mez- res externos. Los señores seculares unieron quinos barones feudales, aunque mantuvie- sus intereses más y más con la aumentada ron enlaces con las ciudades y sus crecientes vida económica de las ciudades, y encontra- intereses comerciales e industriales. La igle- ron que estaban obligados a compartir el sia, por supuesto, también estaba presente, poder político con los nuevos hombres de la pero en el norte de Italia era menos poderosa riqueza. Esta combinación promovió intere- en términos feudales que en cualquier otra ses locales cívicos por encima de los intere- parte de Europa. Cuando el mundo Carolin- ses imperiales. En algunos lugares los gio se desintegró en el siglo noveno la región obispos fueron absorbidos en este reaco- entera fue dejada como un conjunto de modo social. Fue, por ejemplo, un obispo poderes independientes sin una subordina- Visconti quien estableció el poder de los Vis- ción clara ni a la autoridad secular ni a la conti en Milán. sagrada. Esta fragmentación del poder fue una dicha para las ciudades que descubrie- La floreciente riqueza de las ciudades- ron que, por la mayor parte, fueron dejadas estado Italianas levantó las ambiciones codi- solas para desarrollarse comercialmente y ciosas de aspirantes imperiales. Comen- para gobernarse ellas mismas, libres de la zando con Frederick Barbarossa a mediados interferencia exterior o del sistema de del siglo doce, se hicieron repetidos intentos impuestos, hecho que la historia registra infructuosos para obligar a la sumisión de la como la razón para el crecimiento y el poder región a la fuerza armada. Con gran energía de las grandes ciudades-estados Italianas. las ciudades de Lombardía y Toscana resistie- ron todo esfuerzo por parte de ejércitos Pero en la parte final del siglo décimo, durante el reinado de los Otomanos, 8. Una discusión condensada de esta histo- el imperio Germano se había recobrado lo ria puede encontrarse en Malcolm Barber, suficiente como para volver a hacer valer sus Las Dos Ciudades: La Europa Medieval, 1050 – 1320, (London: Routledge, 1992), reclamos de autoridad en la mayoría de sus p. 251ff.
  • 10. EL IMPULSO DEL PODER 10 imperiales de imponer gobernantes asigna- con grandes extensiones de tierras arables. El dos por la corona sobre ellos. Sin embargo, constante movimiento a las ciudades incre- debido a celos y fieras rivalidades entre las mentó las poblaciones urbanas. El valor de mismas ciudades, las ambiciones imperiales las tierras más importantes se disparó a las fueron capaces de abrirse camino con algu- alturas. Sin embargo, también se elevó rápi- nas facciones. Los proponentes del partido damente la productividad de la agricultura, y imperial fueron conocidos como los Gibeli- el comercio y la manufactura crecieron con nos. Durante el mismo período, la batalla rapidez, absorbiendo la afluencia de pobla- papal por el control de la investidura ecle- ción de la tierra a la creciente industria del siástica de los obispos y la eliminación de la trabajo manual y el comercio. Este cambio simonía (la compra de oficios eclesiales) en incrementó la influencia de las ciudades en la los nombramientos eclesiásticos, reforma política de la región, e hizo variar el balance comenzada alrededor de un siglo antes, pero de poder de la tierra a los centros comercia- por casi razones enteramente políticas, daría les. lugar a una facción opositora llamada los Guelphs. En Italia “el partido Ghelph des- El efecto de este cambio social fue ele- trozó... los últimos soportes de la Germania var la demanda por parte de las ciudades de feudal y del dominio imperial.”9 A medida auto-gobierno, surgiendo un sistema de comu- que el poder real se volvió enteramente local, nas, gobierno formado por nobles y ciudada- el norte de Italia se convirtió en un caos polí- nos respetados localmente escogidos. Sin tico en el que las ciudades-estado guerreaban embargo, la naturaleza local del gobierno unas contra otras en una batalla implacable fomentó actitudes intensas de auto-interés, y por el control regional. las ciudades se volvieron amargas rivales por el control de la ventaja local. Los conflictos Entre la turbulencia de los siglos implacables sobre peajes, aduanas, navega- undécimo y doceavo estaban tomando lugar ción por ríos, por mares y el tráfico del comer- importantes cambios sociales. Hubo un cio y los oficios se volvieron endémicos. 10 rápido crecimiento en la taza de nacimientos, Cada ciudad miraba a sus vecinos con celosa y la repentina oleada de población hicieron sospecha. Cada comuna reclamaba el mono- que la escasa tierra para el pequeño y polio sobre ciertos artículos de manufactura y mediano campesino se volviera aún más resentía profundamente la competencia de escasa. Vivir de la tierra se volvió más y más otras comunas. En lugar de desarrollar víncu- difícil, puesto que Italia no era una región 10. Lauro Martines, Poder e Imaginación: 9. Garrett Mattingly, Diplomacia Renacen- Las Ciudades- Estado en la Italia Rena- tista, (New York: Dover Publications, centista, (Baltimore: The Johns Hopkins Inc., 1988), p. 48. University Press, 1988), p. 22.
  • 11. EL IMPULSO DEL PODER 11 los comerciales peleaban fieramente unas con- ocupación sin unirse a una de estas organiza- tra otras por el control de territorios y de ciones. Los privilegios económicos y el éxito derechos exclusivos sobre los recursos econó- dependían del poder político. En las palabras micos. del profesor Martines: “Los gremios no eran solamente organizaciones ocupacionales Aún más amenazantes para el orden casuales y amistosas... Surgieron en la escena social que los feudos que las ciudades reali- para satisfacer urgentes necesidades. Muchos zaron con sus vecinos fueron los disturbios se convirtieron en grupos armados. Buscaron sufridos cuando facciones rivales dentro de la el control de su labor y de su producto, pero ciudad peleaban por el control de los asuntos la ruta a menudo les llevó a través de la polí- comunales. Los intereses mercantiles crecie- tica y a alguna forma de violencia.”11 ron alrededor de familias prominentes que disputaban unas contra otras por la dirección El resultado de este experimento en de la política, especialmente cuando la polí- auto-gobierno siguió el habitual patrón histó- tica concernía principalmente a la necesidad rico. El desmoronamiento del orden parecía de elevar constantemente los impuestos con demandar más poder centralizado. Para con- el propósito de financiar la necesaria con- trolar las rivalidades rebeldes, el gobierno frontación con la comunidad vecina. Estas comunal en el siglo trece dio camino al familias y los muchos que dependían de gobierno centralizado – la podesta – un con- ellas a menudo obtenían el control de un dis- cilio con un fuerte ejecutivo. Este cambio trito donde ejercían un monopolio de poder. ocurrió en la típica manera histórica, como Los líderes formaban consorcios e iban por una demanda urgente por parte del pueblo. las calles con sirvientes armados para su pro- Obreros, artesanos, pequeños manufacture- pia protección y para intimidar a las familias ros se combinaron con la nimia nobleza y las rivales. Las calles se convirtieron en campos elites gobernantes para poner fin a las divi- de batalla. Cada familia, para asegurarse un siones vecinales. Algunas familias prominen- mayor control de su vecindario, erigía torres tes, a causa de un sentido de rango, desde las cuales vigilar a los enemigos, o privilegio, y auto-estima trataron en vano de para ganar ventaja en el ataque o para prote- resistir la inclusión del populo en los conci- gerse en contra de uno. lios del gobierno. Sin embargo, el pueblo, para lograr una posición, tuvo que confiar en Contra este trasfondo de agitación civil los servicios pagados de algún hombre pode- los mercaderes y los artesanos se conformaron roso o grupo de hombres. El efecto casi en en gremios para protegerse a sí mismos en el todas partes fue la derrota del gobierno ambiente de comunas malhumoradas. Se vol- vió imposible llevar adelante algún negocio u 11. Martines, Poder e Imaginación, p. 40.
  • 12. EL IMPULSO DEL PODER 12 popular y la creación del gobierno por parte obediencia a la iglesia. La existencia del hom- del hombre fuerte, precursor del condottiere. bre no era predeterminada según alguna jerar- Esta era la signoria, el gobierno por parte de quía social divinamente ordenada lo cual se un poderoso noble con el apoyo de ricos decía era por causa del pecado y necesario mercaderes, banqueros y hombres de dinero. para la salvación. En lugar de ellos, el hecho En algunos casos – siendo Florencia el más básico de la vida urbana era que los hombres notable – el gobierno permaneció en las vivían en un contexto social que era fomen- manos de una fuerte asamblea burguesa con tado y mantenido por un compromiso moral un poder ejecutivo limitado. Lo mismo podría con los intereses públicos que se derivaban decirse de Venecia a pesar de su carácter oli- enteramente de las exigencias de la necesidad gárquico. Por todas partes el poder cayó en pública: la necesidad de seguridad; la necesi- manos de fuertes individuos. Esto fue espe- dad de comprender que el bienestar personal cialmente cierto en Lombardía donde el estaba fundada sobre el incremento y la pro- poder incrementado de los Visconti de Milán moción del bienestar público. Este sentido de eventualmente llevó al dominio Milanés de la conciencia pública no tenía conexión con la región. salvación religiosa y no surgía de alguna obli- gación superior que contuviera pecado y mal- Durante estos siglos, en este contexto dad, sino que se decía que derivaba de intensas rivalidades entre ciudades, gra- completamente del impulso innato del hom- dualmente ocurrió una transformación moral. bre de obtener reconocimiento público y La ciudad se había convertido en el hecho honor por sus logros, la satisfacción que viene social fundamental para los Italianos del Rena- de la aprobación de sus conciudadanos. Fue cimiento. También se volvió el principal de este sentido de conciencia pública, con su hecho moral. Los hombres estaban orgullosos creencia que la ciudad era el entorno en el de sus ciudades y se consideraban a sí mismos que era formada la naturaleza humana y hacia especialmente afortunados de haber nacido o el cual los esfuerzos del hombre debiesen ser haber sido criados en una.12 La lealtad y la mayormente dirigidos, que surgiría el ethos devoción a la ciudad de uno se daban por que ha llegado a ser conocido como huma- sentado como el primordial ideal moral, pro- nismo Renacentista. moviendo una definición secular de la natura- leza humana y de la sociedad. La experiencia Los humanistas, como los antiguos social dominante del hombre ya no iba a ser Sofistas, hablaban a los hombres de las nue- vista en términos medievales como contenida vas sociedades urbanas y ofrecían un currícu- dentro de los tres órdenes y moldeada por la lum educacional que les capacitaría para darle forma a sus ideales como hombres 12. Martines, Poder e Imaginación, p. 72. cuyos intereses primarios eran los asuntos
  • 13. EL IMPULSO DEL PODER 13 públicos, principalmente, su administración. era enfáticamente selectiva, elitista, auto-con- Por lo tanto, el humanismo no era para las gratulatoria, y acomodada a un criterio de masas, sino para las elites gobernantes y los éxito mundano.” Demasiado a menudo hemos hombres de grandes habilidades. La agenda sido dirigidos a creer que el humanista del humanista estaba dirigida a cualquiera que Renacimiento era meramente un estudio des- fuera responsable por el negocio de la ciu- interesado de todos los aspectos de la expe- dad – a los hombres nobles, la rica burgue- riencia humana con el propósito de sía, príncipes, prelados, oligarcas – para enriquecer nuestro entendimiento y expandir proveer instrucción a los hombres que gober- nuestras ideas de lo que significa ser verdade- naban, para fomentar un curso de instrucción ramente educado. Pero los humanistas del que produjera al mejor gobernante. Cuando período no iban tras algún estudio desintere- miraban a los antiguos poetas de Grecia y sado del pensamiento clásico simplemente Roma los humanistas no lo hacían simple- para abrir la mente a una perspectiva valiosa mente por causa del placer literario o del de las cosas para la experiencia humana en consejo moral personal, sino para encontrar general. Tenían como objetivo encontrar las ejemplos morales que sirvieran como guías bases para la nueva creencia en la política para el liderazgo público apropiado de los como la forma superior de actividad humana y hombres de sus propios días. Su estudio de el gobernante exitoso como el tipo ideal de la historia tenía un interés estrictamente utili- hombre. Los humanistas “vieron primero y tarista, enseñar a los grandes hombres el miraron más profundo en los fundamentos de camino de la grandeza y a los hombres pode- la alabanza para la ciudad terrenal: alabanza rosos cómo ejercer poder. El ideal educacio- para la política, para los hombres en la socie- nal humanista enfatizaba la excelencia en el dad civil, para la historia secular, las riquezas, lenguaje como una herramienta a ser utili- los logros, y la búsqueda de gloria.”13 El bien zada por los hombres de poder. La retórica – terrenal más alto había de encontrarse en la la elocuencia refinada – era necesaria para actividad política destacada, lo que significaba persuadir a los ciudadanos a actuar por el que todos los otros bienes eran secundarios a interés público, para guiar las pasiones del y derivados de la política. El programa del pueblo e inspirarlos a hacer sacrificios por la humanismo era en mucho un fenómeno de la gloria de su ciudad. El programa del huma- clase superior, pues solamente hombres pro- nismo tenía la política como su meta prima- minentes se beneficiarían de la educación ria. humanista. Los humanistas sentían desdén por cualquiera excepto por las elites gobernantes En un expresivo comentario sobre los humanistas del período el profesor Martines 13. Martines, Poder e Imaginación, pp. 198 escribe: “La actitud humanista hacia la historia & 206.
  • 14. EL IMPULSO DEL PODER 14 y los grandes hombres. Despreciaban a la y canalizarlas para fines benéficos sociales y multitud y “sufrían desdén por todos los ofi- constructivos. Encontraron la base para este cios ‘mercenarios’, desde el insignificante optimismo en las obras de los autores clási- papel de atender un comercio hasta la medi- cos, particularmente aquellos que aceptaban cina y aún la práctica de la ley.”14 y enseñaban la doctrina Estoica de la natura- lidad de la organización social y política. Sería natural esperar que los huma- nistas tuvieran un firme interés en redefinir la En el Estoicismo se enseñaba que el base moral de la conducta humana. No esta- hombre era virtuoso por naturaleza pero rían contentos con adherirse a la visión inmaduro. Si viviera de acuerdo con la virtud, medieval Agustiniana que dice que el hom- cultivaría su mente, controlaría sus pasiones y bre necesita gobierno con el propósito de actuaría para el bien de la humanidad. Al controlar su impulso hacia el mal, y harían menos en el período de la república Romana poco uso de un concepto de orden social esta doctrina había sido usada para promover como meramente necesario para prevenir la idea de Roma y del ciudadano que se sacri- que los hombres infrinjan el orden estable- fica a sí mismo en el altar del beneficio cido por Dios. El criterio de que el gobierno público. Roma era considerada como la fuente era necesario debido a que los hombres eran del bien y sus costumbres morales como supe- pecaminosos y necesitaban temer a un poder riores a otras. Su pasado era una rica lección que actuaría con retribución justa contra su en grandes hombres quienes habían hecho a inicua conducta fue uno que los hombres del un lado los intereses mundanos para poder Renacimiento en su mayor parte llegaron a servir mejor al mayor bien de Roma.15 Ellos despreciar. El orden social y el poder tempo- eran ejemplos para ser imitados. Los Estoicos ral, en lugar de ser necesarios por algún creían que el mejor estilo de vida era la vivida beneficio extra-terrenal, eran los medios para por los hombres virtuosos en una comunidad realizar legítimas aspiraciones humanas en bien ordenada y armoniosa. La doctrina pro de la felicidad social y cívica. El hombre Estoica impulsaba la idea de que el gobierno, desea vivir la mejor vida posible, y en lugar lejos de ser un mero bastión en contra de los de ser esencialmente pecaminoso, posee una transgresores, era un agente positivo para el reserva natural de virtud. Teniendo como bien.16 No era solamente bueno en sí mismo trasfondo las guerras de las ciudades-estado y sino que capacitaba a los hombres a volverse los conflictos internos urbanos, los humanis- buenos por medio del servicio al bienestar tas se dieron a la tarea de promover la idea social. que el hombre podía controlar sus pasiones, De igual forma los pensadores del 14. Martines, p. 207. Renacimiento llegaron a creer en la ciudad
  • 15. EL IMPULSO DEL PODER 15 secular como un organismo natural, auto- talentos y energías en la generación de nue- suficiente, no requiriendo otra justificación vas políticas que aumentarían el bienestar que las ventajas que proveía para sus ciuda- cívico y redundarían en su propia gloria y danos. No aceptaban ninguna justificación reputación. En este contexto no habría reglas teológica para la idea del estado, porque la de conducta a priori, ningún orden preorde- teología Cristiana contradecía su creencia nado. Los hombres deben ser libres para fundamental en la virtuosidad natural de los actuar como miren adecuado con el propó- hombres para impulsar su propia felicidad, y sito de moldear una sociedad que concuerde porque restringía las acciones de los hombres con su sabiduría y previsión. Los humanistas a un arreglo social que no era de su propia tenían gran confianza en que podían educar confección. La política era, para los hombres a los gobernantes y a otras elites en las virtu- del Renacimiento, no simplemente un estado des apropiadas usando grandes ejemplos del dado de asuntos bajados del cielo a los cua- pasado. Los hombres así educados goberna- les el hombre era requerido subordinarse lo rían siempre por los mejores intereses de la mejor que pudiera, sino que era un proceso mancomunidad. en marcha en el que los desequilibrios resul- tantes se convertían en oportunidades para La transición de los siglos catorce a que los hombres virtuosos emplearan sus quince fue un momento decisivo en la Italia del Renacimiento, que miró una gran batalla 15. Livio, el famoso historiador Romano del entre los tiranos Visconti de Milán y la repú- primer siglo AC, escribió en el primer libro de su monumental Historia de blica de Florencia que se extendió por cua- Roma: “El estudio de la historia es la renta años en el siglo. Para el fin del siglo mejor medicina para una mente enferma; catorce la mayoría de las ciudades indepen- pues en la historia tienes un registro de la infinita variedad de la experiencia dientes habían sido absorbidas por un poder humana extendida de manera sencilla regional o por otro poder. Una política de para que todos puedan verla; y en ese reg- dominación agresiva había sido activamente istro puedes encontrar para ti mismo y para tu país tanto ejemplos como adver- seguida por los Visconti, quienes gobernaban tencias... pues creo honestamente que en Milán con poder absoluto. Al mismo ningún país jamás ha sido tan grande o tiempo, todas las ciudades libres de Toscana más puro que el nuestro, o más rico en buenos ciudadanos y en acciones habían sido traídas bajo la soberanía de la nobles...” La Historia Temprana de ciudad de Florencia. Sin embargo Florencia, Roma, Libros I-V, traducido por Aubrey en apariencia una república, se había embar- De Selincourt, (Penguin Books, 1986), p. 34. cado en una política expansionista propia 16. Para este punto y lo que sigue véase para que prevenir a ciudades tales como Pisa, George Holmes, La Ilustración Floren- Lucca y Siena buscaran desarrollar políticas tina, 1400 – 1450, (Oxford: The Claren- don Press, 1992), pp. 150 – 167. contrarias a sus intereses. Por todas partes el
  • 16. EL IMPULSO DEL PODER 16 poder se consolidaba alrededor de un centro entre Milán y Florencia como un conflicto fuerte. Para finales del siglo catorce había irreconciliable y buscó promover una visión cinco poderes regionales en Italia: Lombar- de un orden público, forjado en la batalla día, gobernada por Milán; Toscana, bajo con- entre la luz y las tinieblas, que con la guianza trol Florentino; Venecia, la cual estaba de los humanistas daría nacimiento a una territorialmente confinada principalmente a nueva sociedad de hombres libres. Florencia, su laguna; la Romagna, por muchos siglos el la Atenas del Arno, se convertiría en el hogar patrimonio de San Pedro; y el reino de Sicilia del republicanismo, y el centro del cual ema- en el sur. A cada una le hubiera gustado naría una creciente oposición a la monarquía, haber tenido el control total en Italia, pero la más medieval de las instituciones. ninguna tenía los medios para lograr esa meta. A pesar de las limitaciones los Visconti Los Florentinos se miraban a sí mis- impulsaron una agresiva política de expan- mos como emprendiendo una campaña no sión dirigida al sur hacia Toscana. Florencia, meramente contra el peligro inmediato sino para sobrevivir como una ciudad-estado libre contra siglos de ignorancia e inhumanidad. e independiente, tendría que contender con- Buscaron levantar el asunto más allá de la tra un enemigo que codiciaba su riqueza y necesidad de auto-protección a un punto que aborrecía sus instituciones. incluía una nueva visión del hombre y la sociedad, una visión de los hombres quienes Florencia había sido el hogar de ideas libre y auto-conscientemente moldean su humanistas antes de esta época, pero la nece- sociedad para alcanzar la mejor vida posible sidad de levantar a la ciudadanía al fervor aquí y ahora. Para encontrar la agenda para patriótico para resistir la agresión requirió la edificar tal sociedad del futuro investigaron evocación de un ideal moral que moviera al antiguos restos literarios de Grecia y, especial- pueblo a defender su ciudad. Debía hacérse- mente, de Roma, con algo de una “militante les entender que el asunto no era simple- dedicación a la antigüedad,” para descubrir los mente uno de vida y propiedades, sino una ideales del republicanismo y la noción que los escogencia entre la libertad o la esclavitud, hombres son más virtuosos bajo regímenes entre una vida en la cual se le permitiera al republicanos y más llenos de vicios y corrup- pleno potencial humano realizarse a sí ción bajo el régimen de un solo hombre.17 Los mismo o una en la cual todo esfuerzo Visconti representaban la odiosa alternativa, y humano estuviese subordinado a los dictados del poder absoluto, toda capacidad humana 17. Hans Baron, La Crisis de la Italia de Ini- para el bien sujeta a la voluntad de un hom- cios del Renacimiento: Humanismo bre. El período vio el florecimiento del Cívico y Libertad Republicana en una Era de Clasicismo y Tiranía, (Princeton: humanismo cívico, que miraba la contienda Princeton University Press, 1966), p. 4.
  • 17. EL IMPULSO DEL PODER 17 los hicieron simbolizar todo lo que era malo para mejorar y enriquecer la mancomunidad y en la monarquía. Florencia se volvería el cen- para cambiar a los hombres para bien. En su tro de un tipo de humanismo cívico Renacen- introducción a Aristóteles, Bruni aseguró que tista que buscaba no meramente resistir las “entre las doctrinas morales por medio de las presiones de la tiranía sino fomentar una cuales la vida humana es moldeada, aquellas nueva visión que haría posible la constitución que se refieren a los estados y sus gobiernos de una sociedad que venciera la tendencia del ocupan la posición más alta. Pues es el propó- hombre hacia esta forma de abuso, la más sito de aquellas doctrinas hacer posible una virulenta de los vicios políticos. En anticipa- vida feliz para todos los hombres...”18 Pero ción del moderno liberalismo democrático, los política significaba política republicana, polí- pensadores de la Florencia del Renacimiento tica ejercida por hombres que se yerguen confiadamente vieron en la edificación del libres de todo poder excepto el poder de la estado un programa para hacer a los hombres moral y la persuasión intelectual y tienen la buenos y a sus sociedades felices y contentas. libertad de la voluntad para dar forma a sus propios destinos y de triunfar por medio de Entre las muchas figuras de la época, sus propias virtudes y grandeza. quizás ninguno representaba mejor la nueva corriente de pensamiento más que Leonardo Cuando Bruni pensaba en la política Bruni (1374 – 1444), cuyos escritos proclama- republicana él no estaba pensando tanto en ban la vida política activa como la actividad disposiciones institucionales sino en cuánto más alta y más virtuosa que los hombres pue- contemplaba grandes visiones morales. dan llevar. Había sido entrenado por Coluccio Nunca se imaginaba el gobierno como Salutati (1331 – 1406), una figura dominante siendo un opresor de su pueblo excepto en de su día en los consejos de gobierno lo su forma monárquica . El gobierno republi- mismo que el fundador del círculo de eruditos cano era, casi por definición, libre de la posi- humanistas de Florencia quienes iban a repre- bilidad de corrupción y de tiranizar a su sentar la nueva generación de líderes cívicos pueblo, porque los gobiernos republicanos educados. Para Bruni, la política no era una están formados solamente por hombres vir- mera necesidad impuesta sobre los hombres tuosos. Por lo tanto, requiere la clase correcta de manera que sus vidas y relaciones pudieran de hombres para que las repúblicas prospe- ser menos sujetas de actos de injusticia, deján- ren o sobrevivan. ¿Cómo se encuentran tales dolos, de esta manera, libres para ocupaciones más altas. Más bien, para él, la política era la 18. Citado en Eugenio Garin, Humanismo más alta autoridad, el arte que hacía posible a Italiano: Filosofía y Vida Cívica en el todos los otros, el medio para vencer el poder Renacimiento, trad. por Peter Muñiz, (New York: Harper and Row, Publishers, de la fortuna en las circunstancias de la vida, 1965), p. 41.
  • 18. EL IMPULSO DEL PODER 18 hombres? Aquí Bruni dejó entrever los podía decir nada a ellos. Desdeñaban cual- medios de su educación humanista. Tales quier orden intelectual pre-establecido que hombres no son tanto encontrados, sino impusiera la autoridad sobre la mente del enseñados. Ellos son hombres que han estu- hombre y restringiera su habilidad para estu- diado cómo ser virtuosos. Son hombres que diar la naturaleza humana como un proceso tienen el conocimiento de los hechos virtuo- creativo en curso. Este ataque sobre el esco- sos mental y espiritualmente delante de ellos. lasticismo también implicaba a la revelación ¿Dónde es que tales hombres encuentran tal Divina, la cual presentaba una interpretación conocimiento? La respuesta vino de Petrarca, definida del hombre, explicando al hombre quien creía que venía de los ejemplos de los totalmente en términos de su relación para grandes hombres del pasado clásico. con Dios. Esta interpretación teológica del hombre no tomaba suficientemente en Petrarca había sido aclamado como el cuenta, así sentían ellos, la verdadera expe- padre del nuevo humanismo, el primero en riencia humana. Es más, devaluaba la expe- afirmar inequívocamente la creencia en que el riencia humana al verla siempre a través del hombre educado era posible solamente a tra- prisma del pecado y la salvación. Y lo peor vés del diálogo con los grandes maestros del de todo, mantenía a los hombres en sujeción pasado antiguo. “Sólo estos maestros habían a la tiranía política y a la subordinación. entendido la plena importancia del alma...”19 Es decir, ellos entendían la naturaleza Petrarca fue el primero en mirar a los humana, lo que la hace buena y lo que la logros humanos en el pasado y el presente hace mala. Poseían un conocimiento extraor- primariamente como ejemplos del empeño y dinario de lo que se necesitaba para curar lo la experiencia humana las cuales eran valio- malo y producir lo bueno. Eran no meros sas por causa propia aparte de cualquier maestros de abstracciones muertas, como los orden mental teológico preconcebido. Creía odiados escolásticos, sino que supuestamente que las acciones del hombre podían ser habían realizado una verdadera penetración explicadas en un nivel puramente humano, en la experiencia humana. como el producto de sus pasiones, ambicio- nes, metas, batallas y logros, sin referencia a Los humanistas como Petrarca se vol- alguna cosa más allá del hombre mismo. Al vían a la antigüedad porque querían conocer estudiar las experiencias de los hombres del acerca del hombre y creían que la metodolo- pasado uno podía aprender a conocerse uno gía escolástica con su lógica y solemnes dis- mismo y descubrir los medios para vencer las cursos acerca de Dios y el intelecto no les vicisitudes de la fortuna en las vidas de los hombres y de las sociedades. Petrarca llegó a 19. Garin, Humanismo Italiano, p. 19. representar una nueva rama de la educación,
  • 19. EL IMPULSO DEL PODER 19 aquella adquirida por el estudio de la expe- sobre el vicio y así posibilitaría al hombre a riencia humana y de las explicaciones de realizar la sociedad buena, si no fuese nece- otros hombres sobre esa experiencia. Los sario tomar en consideración el pensamiento humanistas, siguiendo a Petarca, armados de uno de los últimos humanistas cívicos – con las lecciones morales de esta educación, Lorenzo Valla (1407 – 1457.) Valla introdujo creían posible alcanzar la mejor civilización un importante rasgo del humanismo, uno para el hombre. que, a pesar de su creencia en lo contrario, simplemente minaría los fundamentos sobre Bruni, y otros después de Petrarca, los cuales los humanistas de la época inge- expresaban una audaz confianza en la volun- nuamente habían afirmado su posición. tad del hombre para llevar a cabo grandes cosas a favor del hombre. El poder real se Se ha dicho que Valla simplemente encontraba disponible para el hombre a través representaba la creencia en el valor de esta de su disposición de echar mano de él. El vida y de todo lo que le concierne. Más espe- hombre puede cambiar sus circunstancias; él cialmente, afirmó la visión que la naturaleza puede elevar la virtud por encima del vicio y era normal, y el corolario que el cuerpo era un vencer por lo tanto cualquier cosa que la for- medio legítimo para el placer el cual debía ser tuna le ponga en su camino. Los grandes aceptado y no suprimido. De hecho, llegó tan hombres pueden triunfar frente a la amenaza lejos como para aseverar que el placer y los de la tiranía. Lo que es más, pueden realizar sentidos debían ser valorados como “la meta y un tipo de sociedad en la que los hombres premio de la acción.”21 El hombre debiese son libres de este flagelo. El medio era la emu- buscar lo que es agradable por causa propia y lación moral de los antiguos, pues como no debiese considerar algo que sea conside- Petrarca en el prefacio de su De viris illustri- rado placentero como anormal o vergonzoso; bus tan confiadamente proclamó: “...a través ni tampoco debiera lo placentero ser confi- de la remembranza de la virtud censuramos el nado a las cosas no corpóreas (i.e., espiritua- vicio.”20 les.) Aún más importante, Valla negó que el placer de cualquier tipo debiese ser visto Sería posible completar nuestra discu- como el producto de la buena conducta o el sión de la fase del humanismo cívico de la fruto de los principios morales correctamente Italia del Renacimiento con su confiada aplicados, sino que se debiese ir tras él y ser creencia en que la virtud triunfaría siempre aceptado simplemente porque da placer. 20. Citado en Donald R. Kelley, ed., Ver- siones de la Historia desde la Antigüedad a la Ilustración, (New Haven: Yale Uni- versity Press, 1991), p. 227. 21. Garin, Humanismo Italiano, p. 51.
  • 20. EL IMPULSO DEL PODER 20 Por supuesto, Valla odiaba el monas- satisfacer los sentidos, pronto entrarán en ticismo y la abstención de la carne que sub- conflicto los unos con los otros. Cada vez yacía en su perspectiva. Para él no había que esto ocurre, el orden social debe ser distinción u oposición entre la carne o el impuesto por aquellos suficientemente fuer- espíritu en el sentido dualista medieval. tes como para hacer valer sus voluntades Había solamente una naturaleza, y nada que sobre los demás. De hecho, para mediados fuese natural era antitético consigo mismo del siglo quince muy poco quedaba del pri- de ninguna manera. Los hombres no debie- mer ideal del humanismo cívico, pues hom- sen intentar vivir de manera contraria a la bres poderosos gobernaban absolutamente. naturaleza, sino en conformidad con ella. Los Un tipo diferente de humanismo emergería. placeres de esta vida en cada sentido corpo- ral son enteramente apropiados y naturales. > El Mundo de los Valores Elitistas y las No hay virtud en la denegación del cuerpo, Supersticiones Renacentistas ni tampoco algún código moral preexiste para demandar que el cuerpo sea usado o Cerca del punto medio de los 1400’s disfrutado en concordancia con sus dictados. la idea de humanitas pasó por una conside- Valla creía que hombres y mujeres podían, rable transformación, impulsada principal- sin culpa de ningún tipo, perseguir la meta mente por la derrota del humanismo cívico y del placer según una sola regla, la regla de la la finalización del período republicano. La naturaleza original. guerra entre Florencia y Milán trajo el fin del experimento Florentino con las instituciones Un programa de tal acción no perma- políticas republicanas, aunque no por causa necería por mucho tiempo compatible con el de derrota militar. Aunque Florencia fue triunfo de la virtud sobre el vicio como los duramente presionada, especialmente humanistas cívicos tan ardientemente creían. cuando las ciudades circunvecinas con sus Sin ningún código moral sino la naturaleza propios intereses especiales se aliaron con original, ¿quién ha de decir qué es virtud o los Visconti en ataque concertado, los ejérci- vicio? Más importante aún, un conocimiento tos Florentinos frecuentemente mostraban real de la naturaleza humana, el que Agustín superioridad sobre las fuerzas enemigas. Sin entendía mejor a partir de la Escritura, mues- embargo, la necesidad de proveer para las tra claramente que la búsqueda del placer en fuerzas militares, su mantenimiento y desplie- cualquier forma que aparezca remueve cual- gue, fue causa principal de tensión sobre la quier restricción sobre la conducta humana y economía, la estructura social y la política del destruye finalmente todo orden social. Si los estado que llevó al fin funcional del sistema hombres no son restringidos por algún republicano. código moral sino que siguen el deseo de
  • 21. EL IMPULSO DEL PODER 21 Con el propósito de resistir exitosa- alcanzar tal objetivo. Se debe hacer que la mente la agresión de Milán los Florentinos gente confíe en hombres y mentes superio- vieron necesario confiar más y más en pode- res. Los Médici llegaron a creer en una espe- rosos generales quienes estuvieran dispues- cie de despotismo iluminado como la única tos, por el apropiado incentivo material, a solución para el desorden social y político. dirigir sus ejércitos en el campo de batalla y, cuando fuera conveniente, acordar treguas y Los comerciantes Florentinos, origi- tratados negociados con el enemigo. Tales nalmente entusiasmados con la guerra, la comandantes militares demandarían gran cual esperaban que garantizaría sus monopo- libertad en la toma de decisiones y en las lios de manufactura y comercio, se cansaron acciones. La independencia requerida para del conflicto y simplemente deseaban que tomar la iniciativa en el campo de batalla terminara. Sus intereses en los ideales del estaba destinada a alterar la siempre frágil republicanismo y la virtud social decayeron. naturaleza de las instituciones y prácticas Los sacrificios y los costos estaban comen- republicanas, especialmente si el generalí- zando a comprobar que eran demasiados simo demostraba ser exitoso. En tales ocasio- para ser cargados, solamente querían quedar nes el pueblo le apoyaría aún si esto libres para ir en pos de sus actividades significaba una disminución de sus libertades. comerciales e industriales y estaban listos Para los 1430’s una familia, los Médici, cuya para ceder el poder y el control a los Médici. importancia provenía originalmente del Florencia, el bastión del humanismo cívico, campo bancario, había comenzado a jugar un sufrió de agotamiento moral, y cayó en las rol dominante en los asuntos de la ciudad. manos de individuos dominantes quienes, Los Médici no eran amantes del gobierno para proveer un argumento a favor de la legi- popular o de las asambleas municipales de timidad de sus gobiernos, apoyaron la causa cualquier tipo. Al contrario, admiraban a los de un tipo diferente de humanismo. hombres fuertes, especialmente a los Visconti (los que estaban pronto a ser reemplazados No fue accidente que a medida que el por los Sforza), y creían firmemente en el humanismo cívico perdía terreno el ejemplo orden social regido por un solo individuo moral de los grandes hombres pasó de moda poderoso. Pero ellos no creían en el mero como el principal ideal humanista educacio- poder; por lo menos, no querían aparecer nal. En la primera fase del humanismo se como creyendo esto. En lugar de eso, creían mostró gran interés en los poetas y escritores que uno debería gobernar, o parecer gober- de la antigua Roma cuyas obras proveían las nar, a partir de un conocimiento penetrante lecciones de virtud que debían imitarse. En de la naturaleza total de la realidad y del este programa, inicialmente se le puso poca hombre. Pocos podían posiblemente esperar atención a los Griegos con la excepción,
  • 22. EL IMPULSO DEL PODER 22 claro está, de Aristóteles. Pero esto iba a cam- por reemplazar la cosmovisión Agustiniana biar. Alrededor del principio del siglo quince medieval, pero habían sido incapaces de la literatura Griega comenzó a atraer la aten- encontrar el fundamento conceptual para ción de muchos humanistas quienes ya no hacerlo. Habían tenido éxito en gran medida estaban contentos de estudiar solamente lo con una redefinición moral de la naturaleza que se conocía del pasado clásico a partir de humana. Sin embargo, se volvieron más y fuentes Latinas. Había un interés creciente de más conscientes que para suplantar total- leer más de los antiguos filósofos Griegos, mente la perspectiva medieval Cristiana nece- especialmente de Platón. Pero el conoci- sitarían más que una nueva visión moral; miento del idioma Griego no era ni riguroso necesitaban una nueva explicación de la ni estaba ampliamente diseminado. Además, existencia y naturaleza de la realidad, una la instrucción en este idioma no estaba fácil- que colocara al hombre en el centro de todas mente disponible. Eso también iba a cambiar las cosas y que le diera la estatura y el poder pronto. Excelentes profesores estuvieron dis- que necesitaba para moldear aquella realidad ponibles cuando eruditos Griegos de Bizan- para complacerse a sí mismo y para hacer cio, huyendo del riesgo Turco, se ubicaron avanzar las metas de las nuevas ideas huma- en Italia. Entre los más famosos se encontra- nistas de orden. Necesitarían una filosofía. ban Manual Chrysolaras y Cardenal Bessa- rion. También trajeron con ellos diálogos A medida que este interés creciente anteriormente no disponibles de Platón, lo en las cosas Griegas abría nuevas puertas al mismo que obras de Plotino, Jenofante e Isó- antiguo pensamiento Griego, allí apareció crates. Mucho de lo que era previamente des- Platón, como indicamos, para mostrar el conocido acerca de las ideas Griegas camino que el humanismo debía tomar. repentinamente emergió para inspirar un Hasta el fin del Renacimiento sus ideas filosó- gran avivamiento de interés en la antigua cul- ficas controlarían el pensamiento y la discu- tura Helénica. Para mediados del siglo domi- sión de todos los temas substantivos. Pero naba el programa educacional humanista. aunque se aprovechó a Platón a dar nueva dirección, no estaría solo; sería acompañado ¡Por sobre todo, los Griegos signifi- por las fuentes religiosas esotéricas recién caba filosofía! ¡O, podríamos decir, metafí- descubiertas conocidas como el Hermeti- sica! Anteriormente, debido a su disgusto con cismo. Fue por medio de esta combinación los rigores de los sofismas del Escolasticismo de Platonismo y Hermeticismo que los huma- y su asociación con Aristóteles, los promoto- nistas del Renacimiento descubrirían al fin la res del humanismo no habían mostrado filosofía que ayudaría al hombre a reclamar paciencia para la filosofía o las cuestiones su divinidad potencial y le capacitaría por metafísicas especulativas. Estaban ansiosos
  • 23. EL IMPULSO DEL PODER 23 tanto a obtener una nueva conciencia de su comprensión total de todas las cosas, uno lugar exaltado en el esquema de las cosas. que capacitaría así al hombre a tener total control de su entorno. El hombre que surgió para dirigir este nuevo asalto humanista fue Marsilio Ficinio Este tipo de pensamiento alcanzó (1433 – 1499), el más grande filósofo que gran mérito entre los gobernantes del Renaci- emergería en el Renacimiento. Ficino, nacido miento. Cosimo de Médici, en particular, cerca de Florencia, fue el hijo de un médico encontró en el nuevo Platonismo un pro- quien regularmente trataba a los Médici. Era grama para edificar una sociedad humanista extremadamente dotado y su padre esperaba que sería dirigida por gente de la elite, como que estudiara medicina. Pero en el curso de él mismo. Sólo la gente de este tipo conoce- sus estudios en la Universidad de Florencia, ría cómo dirigir la realidad para provecho de Ficino descubrió una pasión por la filosofía ellos. En consecuencia, era necesario para que le dirigiría por una senda diferente. A la ellos estar absolutamente a cargo, pues el edad de 23 años comenzó el estudio del pueblo como un todo no tendría ni el tiempo Griego y demostró una habilidad extraordina- ni la inclinación para captar la naturaleza de ria para dominar el idioma. Su gran deseo era la realidad, y serían, de cualquier forma, inca- usar esta habilidad para estudiar a los pensa- paces de hacerlo. Necesitarían confiar en que dores Griegos. Fue profundamente atraído a otros guiaran y ordenaran su mundo para la vida de contemplación, pero no como era ellos. Los gobernantes del Renacimiento entendida por el monasticismo que la miraba miraron hacia la nueva filosofía para producir como un medio para mortificar la carne. la justificación para el tipo de gobierno que Ficino creía en la mente y en la purificación Platón mismo había enseñado – los reyes filó- del alma como los medios principales por los sofos. La buena sociedad solamente podría cuales llegar a aquel estado donde el filósofo ser producida cuando las mentes selectas, está capacitado para ver hacia adentro, a la quienes poseyeran los más grandes recursos unidad y verdad de todas las cosas. Estaba mentales lo mismo que un mejor conoci- especialmente atraído a Platón, pues Platón miento del bien para la comunidad toda, fue- no pensaba en términos de abstracciones y ran puestos a cargo. Ficino escribió bajo la categorías lógicas como lo hacía Aristóteles, creciente importancia de los Médici quienes sino en términos de imponentes visiones querían que su prominencia estuviese basada metafísicas de la realidad, en las que eran en la posesión de un mayor conocimiento de revelados los nexos entre todos los aspectos los misterios de la realidad y, por lo tanto, de de la existencia, especialmente aquel entre el un mejor entendimiento de cómo la sociedad hombre y Dios. Ficino enseñó un nuevo ideal debía ser regida para su propio bien. Esta es de conocimiento, uno que involucraba una la principal razón por la cual Cosimo comi-
  • 24. EL IMPULSO DEL PODER 24 sionó a Ficino para traducir todo el cuerpo para ver la Forma de todas las cosas. Aunque de enseñanza Platónica y Neoplatónica. Él no la verdad habita en el todo de la Naturaleza, estaba simplemente interesado en hacer solamente se puede volver en verdad para los avanzar la causa del aprendizaje; quería ser hombres cuando ellos la conjuran de su apa- visto como aquel que hacía accesible la pala- riencia externa. El hombre puede revelar la bra de verdad por la cual viven los hombres Razón del mundo porque él es esencialmente superiores y con la cual establecen y mantie- un participante, por medio de su mente, en el nen el orden. Logos Divino. “La humanidad es el centro del cosmos y el mediador entre los mundos eter- Lo que hacía a Platón atractivo para nal y temporal...”23 El hombre es un microcos- Ficino era su noción de que la realidad en su mos del Macrocosmos, y como tal no esencia es Intelectual, un producto de la solamente es capaz de conocer el plan racio- Razón o la Mente. El concepto de Platón que nal del mundo, sino de en realidad tomar las Formas trascendentes subyacen todos los parte en su creatividad dadora de vida. Como aspectos de la Naturaleza supuestamente ase- Ficino declaró en Cinco Cuestiones Concer- guraba la unidad de todas las cosas y determi- nientes a la Mente: “Por medio de la mente naba todo según un único plan racional. Sin tendremos nosotros mismo el poder de crear la embargo, Ficino fue influenciado en su enten- mente...”24 En otras palabras, el hombre no dimiento de Platón por el pensamiento de Plo- solamente observa el orden del cosmos, en tino quien concebía el cosmos como un Logos realidad él coopera en crearlo y perfeccio- o Alma cuya verdadera realidad espiritual- narlo. El hombre es un pequeño dios quien, a racional yace oculta detrás de las apariencias través del conocimiento y la acción humanas, de la naturaleza externa. Las Formas o Ideas comparte con el gran Dios el poder de formar Platónicas, siendo Divinas por naturaleza, y redimir el mundo. actúan como las “fuerzas vivificadoras que se unen con su opuesto, la materia, por medio El pensamiento Platónico no fue la de la mediación del alma racional.”22 En este única fuente de inspiración para Ficino en la ejemplo la mente racional quería decir el filó- construcción de su filosofía Renacentista del sofo, quien había cultivado la parte más ele- hombre y del mundo. En 1462, después que vada de su alma (el intelecto) con el propósito Ficino ya había comenzado la obra de traduc- de poder captar la razón de las cosas en su ción de su primer manuscrito Platónico de verdad eternal. Para Ficino la realidad era pri- mariamente Racional, pero sólo para una 23. Mebane, p. 22. mente que se hubiera despertado a sí misma 24. Citado en La Filosofía Renacentista del Hombre, ed. Por Ernst Cassirer, et. al., (Chicago: The University of Chicago 22. Mebane, Magia del Renacimiento, p. 22. Press, 1948), p. 194. (énfasis mío)
  • 25. EL IMPULSO DEL PODER 25 Cosimo, fue interrumpido por algo que jugaría bido grandes poderes creativos y un rol aún más grande en su pensamiento. conocimiento de todo el cosmos por el cual Cosimo, parece, había llegado a tener pose- era entonces capaz de construir un orden sión de un texto Griego que contenía los dis- social microcósmico. “El hombre era original- cursos de lo que llegaría a ser conocido como mente una especie de dios terrestre capaz de el Corpus Hermeticum . Supuestamente regis- crear un paraíso terrenal.” 26 Sin embargo, la traba el pensamiento de un Hermes Trismegis- humanidad experimentó un descenso de este tus quien era considerado en esa época como status exaltado y sufrió una corrupción hacia la más antigua fuente de conocimiento divino la materia y perdió la conexión con sus inicios pagano. Se decía que sus ideas se compara- divinos. El propósito de estos materiales Her- ban muy de cerca con el pensamiento de Moi- méticos era ofrecer instrucción para unos sés y posteriormente el de Platón. Pero sus pocos selectos que buscaran el camino de la ideas eran más viejas, más antiguas, que las de regeneración, que significaba el reobtener el ellos, y puesto que había paralelos entre él y poder y el conocimiento perdidos similares al tanto Moisés como Platón, entonces los últi- de una deidad. Por medio de una auto-trans- mos dos debían haber tomado prestadas formación radical el hombre podía recobrar su nociones de Hermes. Aquí estaba una antigua estado perdido y una vez más convertirse en sabiduría más venerable que cualquier cosa el “Hijo de Dios” con poder y conocimiento que cualquiera entonces haya poseído, más para rehacer la realidad en un nuevo paraíso. cerca de la verdad porque se encontraba más En el Corpus Hermeticum XI Hermes declara: cerca al principio de todas las cosas. ¡Ficino “a menos que te hagas a ti mismo igual a Dios, debía detener su trabajo en Platón y traducir no puedes entender a Dios... de un salto libé- esta nueva obra! rate a ti mismo del cuerpo; elévate por encima del tiempo, transfórmate en Eternidad; enton- Estos escritos Herméticos ayudaron a ces entenderás a Dios. Cree que nada es Ficino en la formulación de una nueva con- imposible para ti, piensa de ti mismo como cepción radical de la humanidad, pues uno de inmortal y capaz de entenderlo todo, todas las los pensamientos centrales en estos documen- artes, todas las ciencias, la naturaleza de todo tos sostenían que antes de la Caída “la huma- ser viviente.” 27 Tales sentimientos influencia- nidad poseía poderes creativos similares a los ron profundamente la mente de Ficino, y a tra- de una deidad y era muy parecido al Hijo de vés de él y de otros penetraron hasta la Dios, el Logos que creó el mundo visible.”25 médula los ideales Renacentistas. El hombre original compartía, en otras pala- bras, la naturaleza de la divinidad y había reci- 26. McKnight, Sacralizando lo Secular, pp. 25. Mebane, Magia del Renacimiento, p. 18. 41-43.
  • 26. EL IMPULSO DEL PODER 26 Esta visión del hombre recobrando sus Para Ficino esta combinación de Pla- poderes creativos perdidos daría a luz la tonismo y Hermeticismo proveyó el funda- noción que en la naturaleza humana yacen mento de una nueva religión, una nueva fe. incrustadas cualidades del orden de lo mágico. Creía fervientemente que la realidad es El hombre era un magus que podía penetrar Razón y la Razón es realidad, y que la mente con su conocimiento el núcleo espiritual de del hombre es de una pieza con esta realidad toda la realidad y allí descubrir los medios y por lo tanto se inclina hacia ella con una para hacer que esa misma realidad se doble- afinidad natural. Podemos ser agobiados por gara a su indomable voluntad. La humanidad la materia y el cuerpo, pero al intelecto le ha no necesita vivir en dependencia pasiva del sido colocado en su interior el poder de orden del cosmos. Más bien, su naturaleza moverse hacia el infinito como hacia un espiritual que participa de la Naturaleza Espiri- objeto familiar. La realidad es transparente tual del mundo le da la ventaja de conocer, o para la mirada investigativa del intelecto en de ser capaz de conocer, los secretos de la su empeño por la verdad y de la voluntad en existencia. Armado con tal conocimiento pers- su empeño por el bien. Aunque la verdad y picaz estaría entonces en posición de transfor- la bondad puedan parecer ocultas a la masa mar la Naturaleza para ajustarla a sus propios del pueblo cargado con la materia y los senti- intereses. De hecho, tener este conocimiento y dos, y satisfecha con objetos particulares no usarlo para transformar y recrear la utopía transitorios, la mente del filósofo, debido a social sería casi una negligencia. El hombre que ve claramente, conversa solamente con debe extender sus poderes y aplicar su cono- lo universal y con la razón imperecedera de cimiento, de otra forma vive a merced de sus las cosas. Solamente él asciende las empina- circunstancias y no controla su destino. Sería das cuestas hacia el ámbito de Dios y retorna indigno de un ser tan divino como el hombre con los pensamientos de Dios como sus no estar “satisfecho hasta que sea el maestro herramientas para la transformación del completo de su destino sin dependencia de mundo. ningún otro ser.” 28 A esta altura la agenda humanista se asemeja mucho a alguna experiencia mística. Y el conocimiento parecía ser similar a la 27. Hermética: Los Antiguos Escritos Griegos y Latinos que Contienen Enseñanzas Reli- giosas o Filosóficas Atribuidas a Hermes 28. McKnight, Sacralizando lo Secular, p. 56. Trismegistus, Trad. & Ed. Walter Scott, “... la perfección del conocimiento propio (Boston: Shambhala, 1993), p. 221. Sin trajo consigo el poder, lo mismo que la embargo, he usado la traducción provista en responsabilidad, para transformar el mundo Frances Yates, Giordano Bruno y la exterior.” Mebane, Magia del Tradición Hermética, p. 32. Renacimiento, p. 29.
  • 27. EL IMPULSO DEL PODER 27 magia, pues le faltaban los posteriores ele- los filósofos del Renacimiento le habían atri- mentos científicos y la rigurosa tecnología que buido. La frase la dignidad del hombre quizás le darían a la nueva religión humanista un ha llegado a describir el programa del Rena- carácter más racionalmente mundano. Pero un cimiento más que cualquier otra. Aunque la giro decisivo había ocurrido. Ficino había frase fue usada primero en el siglo catorce introducido una nueva visión del hombre por Giannozzo Manetti, fue Pico quién la como un nuevo dios capaz de crear un hizo famosa como epitafio del Renacimiento mundo por medio de un poder intelectual por el título de su obra más famosa, Discurso regenerado. El mundo no es más meramente sobre la Dignidad del Hombre. Lo que Pico un hecho dado, ahora es producto de la deseaba transmitir en ese libro era que, si el acción creativa humana. “En las matemáticas, hombre era verdaderamente como Dios, la música y la arquitectura, al explorar las fun- entonces él es la causa de su propia natura- ciones internas de la naturaleza, y en la poesía leza y es libre para obrar su propia voluntad. y la oratoria revelamos nuestra participación No solamente crea las condiciones externas en la Deidad.” 29 Aún más importante, el hom- de su existencia, sino que crea su propio ser bre tiene la habilidad de imitar el ámbito en el mismo acto. El hombre no es una natu- celestial en su creación de orden social y de raleza dada, predeterminada; no recibe su gobierno humano. Sorprende poco que esta naturaleza de una fuente externa, sino que él marca del humanismo apelara a los gobernan- solo produce lo que es, y es libre para reha- tes y a las élites. Esta no era una visión medie- cerse a sí mismo sin restricción o limitación. val; estamos en el umbral de la era moderna. En el relato ficticio de Pico del origen del hombre leemos estas a menudo repetidas Cercano a Ficino está Pico della palabras: Mirandola para dar apoyo adicional a esta nueva perspectiva humanista. También Pico No te hemos dado, Adán, ni una estaba fascinado con la noción de que el morada fija ni una forma que sea hombre era similar a Dios en naturaleza y solamente tuya ni alguna función capaz de aprender los secretos totales de la peculiar a ti mismo, con el fin de que naturaleza con el propósito de usar ese cono- acorde con tu anhelo y acorde con tu cimiento para construir la sociedad humana. juicio puedas tener y poseer la habita- Pico estaba, quizás, menos interesado en la ción, la forma, y la función que tú naturaleza de la realidad de lo que estaba en mismo puedas desear... Tú, sin res- redefinir la naturaleza humana mantenién- tricciones de límites, y de acuerdo dose al nivel del nuevo status exaltado que con tu propia libre voluntad, en cuyas manos te hemos colocado, ordenarás 29. Mebane, p. 25.
  • 28. EL IMPULSO DEL PODER 28 para ti mismo los límites de tu natura- brillante de la razón están entonces prepara- leza.30 dos para “ordenar” por sí mismos los límites de su propia naturaleza. Aquellos otros que En otra parte Pico presentó su punto permanecieran empapados de la oscuridad y aún más claramente: del ámbito de los sentidos son adecuados solamente para ser dirigidos por la sabiduría Solo el hombre no tiene una natu- del filósofo. Aquel que ha sido iniciado en el raleza que le determine y no tiene orden Paladino de la mente y bien enseñado una esencia que determine su con- en ello está mejor equipado para descender a ducta. El hombre se crea a sí mismo la tierra, para edificar así cualquier mundo por sus propias acciones y por tanto que escoja para que nosotros vivamos allí. es padre de sí mismo. La única condi- ción a la que está sujeto es a la condi- Se ha dicho que Pico, igual que los ción que no hay condición, i.e., a la hombres del Renacimiento en general, sim- libertad. La compulsión a la que está plemente deseaba la liberación del hombre sujeto es a la compulsión de ser libre de cualquier concepto de compulsión, autori- y a la compulsión de escoger su pro- dad o limitación externa. No quería nada pio destino, a edificar el altar de su excepto una libertad radical para el hombre. propia fama con sus propias manos o No quería un orden pre-definido tal como el a forjar sus propias cadenas y conde- que había sido prescrito en la visión Agusti- narse a sí mismo.31 niana medieval. En este sentido, miraba al hombre como Caído solamente si falla en Por supuesto, al igual que Ficino, vivir de acuerdo con su propio llamamiento Pico jamás imaginó que simplemente cual- original de ordenar sus propias limitaciones o quier hombre estaba tan libremente a cargo escoger su propio destino. Al mismo tiempo de su propio destino. También él creía que era posible para el hombre reobtener su sta- solamente los hombres que hayan aprendido tus divino original por medio de la auto- los secretos de la filosofía, quienes hayan voluntad, al escoger tomar el sendero supe- limpiado sus almas de ignorancia y vicios, y rior de la filosofía. La filosofía era la verdad quienes se han vuelto iluminados por la luz dondequiera que ésta se encontrara – en Pla- tón, en Moisés, en Jesús, en Hermes Trisme- gistus, en la Cábala Judía. Al fin, era asunto 30. Pico, Sobre la Dignidad del Hombre, cit- ado en La Filosofía Renacentista del totalmente del hombre, pero Pico no tenía Hombre, ed. Por Ernst Cassirer, et. al., pp. duda que el hombre escogería seguir la santa 224 & 225. filosofía siempre y cuando las grandes men- 31. Sobre la Dignidad del Hombre, citado en Garin, Humanismo Italiano, p. 105.
  • 29. EL IMPULSO DEL PODER 29 tes, como la de él mismo, mostraran el camino y prometieran las recompensas. El Renacimiento fue, claramente, un momento decisivo en la cultura y la civiliza- ción Occidentales. Representó una nueva confianza en el hombre y la creencia que el hombre era libre para determinar su lugar en el universo y que poseía un poder incompa- rable para la auto-transformación. El hombre no era mera criatura, sino que era similar a Dios; y siendo similar a Dios no iba a través de la vida pasivo y resignado a sus circuns- tancias. Se levantaba y las confrontaba; cap- taba las verdades de la realidad y de ese modo cambiaba sus circunstancias para llenar su satisfacción. La meta de la vida del hom- bre no era algún plano espiritual más alto, alguna existencia angélica incorpórea, sino que era crear un paraíso aquí y ahora. El hombre como un copartícipe de la Natura- leza Divina no podía elevarse más alto de lo que ya estaba. Aunque esta perspectiva per- maneció borrosa y misteriosa durante el tiempo del principio hasta mediados del Renacimiento, para la parte final del Renaci- miento la creciente fascinación del hombre con las matemáticas y la ciencia eventual- mente le proveería de los medios para hacer a un lado lo que le quedaba de su herencia medieval y Agustiniana.