El tratado de Versalles de 1919 estableció los términos de paz después de la Primera Guerra Mundial, rediseñando el mapa de Europa y creando la Sociedad de Naciones para prevenir futuros conflictos. El tratado impuso duras condiciones a Alemania, desmembró el Imperio Alemán, Austro-Húngaro y Otomano, y transfirió territorios a los aliados victoriosos como Francia e Italia.