El documento describe una conversación entre Yani, un pastor, y el narrador. Yani le muestra un escorpión muerto en aceite de oliva y explica que al dejar que el escorpión se ahogue en el aceite, este absorbe el veneno, el cual luego puede usarse para curar picaduras de escorpión. Luego cuenta la historia de un joven pastor que murió después de que un escorpión le picara en la oreja mientras dormía, debido a la inflamación en su cabeza. Yani lleva un frasco de escorpión
“Es preciso estar mentalmente enfermo – o ser el lógico engendro de una ignorancia tenebrosa – para disfrutar con la práctica de la crueldad, pero utilizar el instrumento de la retórica para que esa práctica perdure, convertida en un derecho humano, es el acto
demoniaco por excelencia.” Jorge Roos, “La era de los jueces”
“Es preciso estar mentalmente enfermo – o ser el lógico engendro de una ignorancia tenebrosa – para disfrutar con la práctica de la crueldad, pero utilizar el instrumento de la retórica para que esa práctica perdure, convertida en un derecho humano, es el acto
demoniaco por excelencia.” Jorge Roos, “La era de los jueces”
"Hojas Sueltas" es una recopilación de algunos de los pequeños artículos que circulan en el "mundo de A.A. (Alcohólicos Anónimos) " y que tan útiles nos fueron y nos siguen siendo a muchos de nosotros. En su mayoría son cosas del dominio, popular que, adaptadas al Programa de A.A., nos pueden dar los resultados apetecidos, si es que éstos son "dejar de beber" y "vivir mejor"
"Hojas Sueltas" es una recopilación de algunos de los pequeños artículos que circulan en el "mundo de A.A. (Alcohólicos Anónimos) " y que tan útiles nos fueron y nos siguen siendo a muchos de nosotros. En su mayoría son cosas del dominio, popular que, adaptadas al Programa de A.A., nos pueden dar los resultados apetecidos, si es que éstos son "dejar de beber" y "vivir mejor"
IMÁGENES SUBLIMINALES EN LAS PUBLICACIONES DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁClaude LaCombe
Recuerdo perfectamente la primera vez que oí hablar de las imágenes subliminales de los Testigos de Jehová. Fue en los primeros años del foro de religión “Yahoo respuestas” (que, por cierto, desapareció definitivamente el 30 de junio de 2021). El tema del debate era el “arte religioso”. Todos compartíamos nuestros puntos de vista sobre cuadros como “La Mona Lisa” o el arte apocalíptico de los adventistas, cuando repentinamente uno de los participantes dijo que en las publicaciones de los Testigos de Jehová se ocultaban imágenes subliminales demoniacas.
Lo que pasó después se halla plasmado en la presente obra.
La Unidad Eudista de Espiritualidad se complace en poner a su disposición el siguiente Triduo Eudista, que tiene como propósito ofrecer tres breves meditaciones sobre Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María. En cada día encuentran una oración inicial, una meditación y una oración final.
LA PEDAGOGIA AUTOGESTONARIA EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA APRENDIZAJEjecgjv
La Pedagogía Autogestionaria es un enfoque educativo que busca transformar la educación mediante la participación directa de estudiantes, profesores y padres en la gestión de todas las esferas de la vida escolar.
Elites municipales y propiedades rurales: algunos ejemplos en territorio vascónJavier Andreu
Material de apoyo a la conferencia pórtico de la XIX Semana Romana de Cascante celebrada en Cascante (Navarra), el 24 de junio de 2024 en el marco del ciclo de conferencias "De re rustica. El campo y la agricultura en época romana: poblamiento, producción, consumo"
1. Lió con destreza el cigarrillo, sorbió el tabaco que rezumaba por los extremos y los reintegró a la lata,
encendiendo después con un enorme mechero de estaño del que salía una mecha enroscada cual culebra
furiosa. Soltando humo, reflexionó un instante, se sacó del bigote una hebra de tabaco y de nuevo metió
la mano en el bolsillo.
-Mire, a usted que tanto le interesan las criaturas de Dios; mire lo que atrapé esta mañana, escondido
debajo de una peña como el demonio -dijo, y sacó del bolsillo un frasquito firmemente encorchado y
lleno de dorado aceite de oliva-; es muy bueno, un luchador. El único luchador que conozco capaz de
hacer daño con la trasera.
El frasco, lleno de aceite hasta la boca, parecía hecho de ámbar pálido; entronizado en el centro,
suspendido por la densidad del líquido, se veía un pequeño escorpión de color chocolate, con la cola
curvada en cimitarra sobre el dorso. Estaba muerto, sofocado en su viscosa tumba. Rodeaba el cadáver
una tenue aureola, como una bruma en el dorado aceite.
-¿Ve eso? -señaló Yani-. Es el veneno. Estaba repleto, éste.
Pregunté, por curiosidad, por qué era necesario meterlo en aceite. Yani se echó a reír con todas sus ganas y se limpió el bigote. -¿No lo sabe, pequeño
lord, usted que se pasa la vida tripa abajo cogiendo estas cosas, eh? -dijo, divertidísimo-.
Pues se lo voy a decir. Nunca se sabe, a lo mejor le puede ser útil. primero hay que coger el escorpión, y cogerlo con mucho cuidado, como cae una
pluma. Después se le echa vivo -fíjese bien, vivo- en un frasco de aceite. Se le deja que se atufe, que se muera ahí, para que el aceite dulce chupe el
veneno. Y luego, si le pica a usted alguno de sus hermanos (que San Spiridion no lo permita), se frota en el sitio que sea con el líquido. Con eso se cura
la picadura, y no duele más que el pinchazo de una espina.
En tanto que yo digería tan curiosa información salió de la casa Afrodita, con el ajado rostro rojo como semilla de granada, portando una bandeja de
hojalata que contenía una botella de vino, una jarra de agua y una fuente con aceitunas, higos y pan.
Yani y yo nos bebimos el vino con agua, de un delicado tono rosáceo, y comimos en silencio. A pesar de sus encías desdentadas, Yani arrancaba trozos
enteros de pan y los masticaba con avidez, engullendo migotes tan gordos que a su paso se le abultaba el arrugado cuello. Cuando acabamos se
arrellanó, se limpió minuciosamente el bigote y reanudó la charla, como si no hubiera hecho pausa alguna.
2. -Yo conocía a un muchacho, pastor también, que un día fue de fiesta a un pueblo lejano. De vuelta, como el vino le había calentado la panza, quiso
dormir un rato y se echó en un claro entre los arrayanes. Pero según dormía salió de las matas un escorpión y se le metió en una oreja, y al despertarse
le picó.
Aprovechando el momento psicológico, Yani se detuvo para escupir por encima del muro y liar otro cigarrillo.
-Sí -suspiró al fin-, fue muy triste... tan joven como era. El bichito le picó en la oreja... ¡pif!... sin más. El pobre muchacho se retorcía de sufrimiento.
Corrió gritando por los olivos, sujetándose la cabeza... ¡Ah, fue horrible! No había nadie que oyera sus gritos, nadie que pudiese ayudarlo... nadie. Con
terribles dolores echó a correr para el pueblo, pero no llegó. Allí en el valle cayó muerto, no lejos del camino. Lo encontramos la mañana siguiente
cuando salíamos al campo. ¡Qué espectáculo! ¡Qué espectáculo!
Por una picadurita de nada se le infló la cabeza como si tuviera preñados los sesos, y estaba muerto, muerto sin remisión.
Dio un suspiro profundo y lúgubre, mientras giraba el frasquito entre los dedos.
-Por eso -continuó- yo no duermo nunca en el monte. Y, por si acaso tomo unas copas con algún compadre y me olvido del peligro, llevo siempre
conmigo un frasco de escorpión.
La charla derivó hacia otros temas igualmente absorbentes, y había pasado cosa de una hora cuando me levanté, me sacudí de encima las migas, di las
gracias al viejo y su mujer por su hospitalidad, acepté un racimo de uvas como regalo de despedida y partí en dirección a casa.
Gerald Durrell, Mi Familia y otros animales
3. Parada Pregunta Hipótesis A partir de qué he hecho la
hipótesis
Compruebo la hipótesis
1. hasta la trasera
2. hasta repleto, este
3. hasta espina
4. 4. hasta le picó
5. hasta espectáculo!
6. hasta a casa