Este poema de Pablo Neruda celebra el vuelo de las aves y lamenta que el hombre esté atado a la tierra y no pueda volar. Describe la belleza y la libertad del vuelo de pájaros como el cóndor y las golondrinas. Afirma que el hombre solo puede comprender plenamente el mundo si aprende a volar como las aves. El poema termina expresando que el autor ha aprendido de las aves la esperanza, la certeza y la verdad del vuelo.