El embalaje sirve para agrupar paquetes más pequeños de un producto y almacenarlos de forma conjunta. A diferencia del empaque, que forma parte del producto comercializado, el embalaje no es parte del producto sino que tiene una función protectora y conservadora. El diseño del empaque es el punto de contacto entre la marca y el consumidor y condiciona, protege, seduce e informa al consumidor.