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Artículo:
Enfermedad de Legg-Calve-Perthes.
Conceptos actuales
Derechos reservados, Copyright © 2003:
Sociedad Mexicana de Ortopedia Pediátrica, AC
Revista Mexicana de Ortopedia Pediátrica
Número
Number 1
Enero-Diciembre
January-Decmeber 2003
Volumen
Volume 5
edigraphic.com
5
edigraphic.com
ARTÍCULO EDITORIAL
Revista Mexicana de
ORTOPEDIA PEDIÁTRICA
Vol. 5, Núm. 1
Enero-Diciembre 2003
pp. 5-11SMOP
* Presidente de la Sociedad Mexicana de Ortopedia Pediátrica
DEFINICIÓN
La enfermedad de Legg-Calve y Perthes es un síndro-
me, en el cual eventos repetidos de isquemia afectan
la epífisis proximal del fémur (cabeza femoral). Como
resultado de estos eventos isquémicos el crecimiento
del centro secundario de osificación, se altera y el
hueso se vuelve denso (necrótico). Este hueso denso
es luego reabsorbido y reemplazado por hueso nue-
vo. Mientras que sucede este proceso las propiedades
mecánicas del hueso se alteran y la cabeza femoral
tiende a aplanarse y agrandarse (Coxa Plana y Mag-
na). Posteriormente la cabeza femoral tiende a remo-
delar hasta llegar a la madurez esquelética.1
HISTORIA
Este síndrome fue descrito en forma independiente a
principios del siglo pasado por: (Figura 1) Dr. Arthur
T. Legg 1874-1939 (Figura 2) Dr. George Clemenc
Perthes 1869-1827, Henning Waldenstrom de Suecia
en 19092
, Arthur Legg de Estados Unidos,3
Jacques
Calve de Francia4,5
y Georg Perthes de Alemania.6
ETIOLOGÍA
En el pasado la etiología se consideraba como multi-
factorial, sin poder llegar a una causa específica. Al-
gunos estudios recientes apuntan a un estado de
hipercoagulabilidad, que involucra deficiencia de las
proteínas S y C e hipofibrinólisis.7
La teoría es que
coágulos en los capilares pueden producir los infartos
vasculares. El hecho de que pacientes con enfermeda-
des hematológicas (talasemia, anemia de células falci-
formes) comúnmente presentan necrosis avascular de
la cadera. Cambios avasculares también han sido re-
portados en pacientes con leucemia, linfoma, púrpu-
ra trombocitopénica idiopática y hemofilia. Aumento
Enfermedad de Legg-Calve-Perthes.
Conceptos actuales
Aurelio G. Martínez Lozano*
Figura 1.Figura 1.Figura 1.Figura 1.Figura 1. Dr. Arthur T. Legg 1874-
1939
Figura 2.Figura 2.Figura 2.Figura 2.Figura 2. Dr. Georg Clemenc Perthes
1869-1827.
Martínez LAG. Enfermedad de Legg-Calve-Perthes MG
6Rev Mex Ortop Ped 2003; 5(1); 5-11
edigraphic.com
en la viscosidad sanguínea también ha sido reportada
en pacientes con enfermedad de Perthes.
Se ha demostrado obstrucciónobstrucciónobstrucciónobstrucciónobstrucción, mediante angiogra-angiogra-angiogra-angiogra-angiogra-
fía de las arterias capsulares superioresfía de las arterias capsulares superioresfía de las arterias capsulares superioresfía de las arterias capsulares superioresfía de las arterias capsulares superiores en pacientes
con enfermedad de Perthes.8
Estudios experimentales
han demostrado que se requieren al menos dos eventos
de isquemia para reproducir los cambios clínicos y radio-
lógicos de la enfermedad de Perthes.9
Anomalías en elAnomalías en elAnomalías en elAnomalías en elAnomalías en el
drenaje venosodrenaje venosodrenaje venosodrenaje venosodrenaje venoso de la cabeza y cuello femoral también
han sido reportadas en pacientes con Perthes. El flujo
venoso normal es generalmente a través de la vena cir-
cunfleja medial, sin embargo en pacientes con Perthes
existe un aumento en la presión venosa, congestión ve-
nosa metafisiaria y drenaje a través de las más distales
venas diafisiarias.10
Otra teoría habla del “Niño predispuesto”“Niño predispuesto”“Niño predispuesto”“Niño predispuesto”“Niño predispuesto”, alteracio-
nes como retraso en la edad ósea comparada con la
edad cronológica, talla corta, bajo peso al nacer, dismi-
nución en la somatomedina C y alteraciones en los nive-
les séricos de tiroxina y triyodotironina.
Traumatismos, niños con desórdenes de atención o
hiperactivos, factores hereditarios y ambientales, esta-
do socioeconómico y antecedente de sinovitis transi-
toria, han sido todos involucrados como posibles
causas de la enfermedad.
Una teoría que unifique lo anterior sería: Un trau-
matismo (agudo o repetitivo) a la cadera de un niño
predispuesto (con deficiencia en el sistema trombolíti-
co, por deficiencia de las proteínas C y S). Produce una
trombosis del sistema venoso metafisiario, lo cual au-
menta la presión en el cuello femoral. Se propaga la
trombosis a la cabeza femoral donde se produce un
infarto. Con el tiempo y la repetición de dichos even-
tos, la cabeza se vuelve radiodensa y los cambios aso-
ciados con la enfermedad de Perthes se producen.1
CUADRO CLÍNICO
El inicio del proceso generalmente ocurre entre los 2 y
los 12 años, con una mayor incidencia entre los 4-8
años. Los hombres son afectados cuatro veces más fre-
cuentemente que las mujeres y aproximadamente el
15% de los casos son bilaterales. Debido a que común-
mente los síntomas son leves, pueden pasar semanas o
meses antes de que el paciente o sus padres busquen
atención médica. Los síntomas principales son: 1) Clau-
dicación y 2) Dolor, que puede ser en la cadera, muslo o
rodilla (innervación del N. obturador). Los principales
datos en el examen físico son: Limitación de la movilidad
de la cadera (principalmente en la abducción y rotación
interna) y discreta hipotrofia del muslo.
Este cuadro generalmente se presenta en niños muy
activos, de talla baja para su edad y con exceso de peso.
CLASIFICACIONES
Según la evolución en el tiempo, Waldenstrom en
192211
la divide en cuatro etapas, la clasificación ha sido
levemente modificada por otros autores:
1) Inicial (o de sinovitis) duración promedio de 6 me-
ses (1-14 meses)
2) Fragmentación de 8 meses (2-35 meses)
3) Reosificación o cicatrización de 51 meses (2-122
meses)
4) Residual o remodelación continua hasta la madu-
rez esquelética.
Los cambios radiológicos generalmente corres-
ponden con las etapas de evolución de Waldens-
trom. Los primeros cambios radiológicos son:
Disminución del tamaño del núcleo secundario de
osificación de la cabeza femoral, aumento del espa-
cio articular, y aumento de la intensidad en la cabe-
za femoral. En la fase tardía de esta primera etapa
una fractura subcondral (que sirve de base para la
clasificación de Salter-Thompson) puede hacerse
aparente. Durante la etapa de fragmentación: Se
aprecia colapso y extrusión de la cabeza femoral. La
severidad de los cambios radiológicos y el cuadro clí-
nico generalmente se correlacionan. Generalmente
durante esta etapa los síntomas son más severos.
Durante la etapa de reosificación se inicia la nueva
producción de hueso subcondral de reparación y los
síntomas se hacen menos intensos.
Diversas clasificaciones se han propuesto según el
grado de afección de la cabeza femoral: La clásica es
la propuesta por Catterall en 1971,12
la cual se divi-
de en 4 grados. El grupo I tiene sólo afección ante-
rior. En el grupo II existe afección anterior y central.
Éstos tienen buen pronóstico y generalmente no re-
quieren de manejo quirúrgico. En el grupo III el invo-
lucro es mayor, con áreas mediales y laterales sanas.
Y en el grupo IV la afección es total. Estos últimos
tienen un pronóstico más sombrío y requieren ma-
nejo. Catterall, además propone 4 signos radiográfi-
cos, llamados “Signos de Riesgo” que se
correlacionan con mal pronóstico. Estos son: su-
bluxación lateral, radiolucidez en la epífisis lateral
(signo de Gage), calcificación lateral y una fisis hori-
zontal. Posteriormente Salter y Thompson13
propo-
nen una clasificación basada en la extensión de la
fractura subcondral (A si ésta ocupa menos del 50%
de la cabeza femoral y B si ésta es mayor al 50%) (Fi-
gura 3). Más recientemente Herring (Figura 4)14
pro-
pone una clasificación basada en la afección de la
columna o pilar lateral. A si no existe pérdida de al-
MG Martínez LAG. Enfermedad de Legg-Calve-Perthes
Rev Mex Ortop Ped 2003; 5(1); 5-117
edigraphic.com
tura del mismo, B si la pérdida de altura es menor al
50% y C si la pérdida es mayor al 50%.
Clasificaciones para el resultado final: La propues-
ta por Mose15
está basada en la deformidad del con-
torno de la cabeza femoral, si éste es menor a 1 mm
(al utilizar una plantilla con círculos concéntricos) el
resultado es considerado como bueno. Si la diferen-
cia es menor a 2 mm el resultado es regular y si es
mayor a 2 mm es malo. La clasificación de Stulberg16
se divide en 5 grupos, dependiendo de la esfericidad
y congruencia de la cabeza femoral del acetábulo.
En el grupo I y II la cabeza es esférica y congruente.
En el grupo I puede tener mínimos cambios en el ta-
maño (Coxa Magna). En el grupo II la cabeza tiene
una mínima deformidad, pero con menos de 2 mm
de desviación de un círculo concéntrico. En el grupo
III y IV la cabeza ya no es esférica pero continúa sien-
do congruente, en el grupo III la cabeza ya no es es-
férica y tiene forma elíptica (como champiñón), en el
IV la cabeza es aplanada o rectangular. En el grupo
V la cabeza ha perdido su congruencia con el acetá-
bulo. Los pacientes en el grupo I y II tienen buen re-
sultado a largo plazo. Los del grupo III y IV
generalmente desarrollan artrosis degenerativo a lar-
go plazo y los del grupo V desarrollan artrosis en los
primeros cuarenta años.
Aunque las radiografías simples son generalmente el
único estudio necesario para el diagnóstico y manejo de
los pacientes con enfermedad de Perthes, estudios como
la resonancia magnética, gammagrafía, artrografía, etc.,
pueden ser de ayuda en situaciones especiales.
Resonancia magnéticaResonancia magnéticaResonancia magnéticaResonancia magnéticaResonancia magnética: De gran ayuda en casos
incipientes y de difícil diagnóstico, en pacientes con
sintomatología sugestiva de Perthes, pero con radio-
grafías normales. Puede también delinear mejor área
de afección y severidad del proceso, principalmente
durante las etapas iniciales del proceso. Además
muestra con mejor detalle el cartílago articular de la
cabeza y acetábulo que otros métodos diagnósticos y
es más certero para visualizar la revascularización de
la cabeza femoral.17
Gammagrama óseo:Gammagrama óseo:Gammagrama óseo:Gammagrama óseo:Gammagrama óseo: Efectivo para diagnóstico en
etapas tempranas, aún no existen cambios radiológicos.
También se han descrito clasificaciones gammagráficas
del grado de extensión, las cuales son más precisas que
las radiográficas, así como clasificaciones de la revascu-
larización los cuales tienen implicaciones pronósticas.18
Ultrasonido:Ultrasonido:Ultrasonido:Ultrasonido:Ultrasonido: Puede ser de utilidad en las etapas
tempranas de la enfermedad, para demostrar efusión
articular. En las etapas tardías puede mostrar el con-
torno de la cabeza femoral, (comparable con lo que
nos muestra una artrografía) con la ventaja de no ser
un método invasivo, y no implicar radiación. Lo cual
permite exámenes seriados. Existe una clasificación de
4 estadios por ultrasonido.19
Tomografía computarizada:Tomografía computarizada:Tomografía computarizada:Tomografía computarizada:Tomografía computarizada: Provee imágenes
precisas en tercera dimensión de la cabeza femoral y
acetábulo. Existe una clasificación por TAC en el gru-
po A sólo la periferia está afectada. En el B existe ne-
crosis de la porción central de la cabeza, pero no de
la parte posterior y en el C la cabeza se ve totalmen-
te involucrada. La tomografía es utilizada en casos
seleccionados, donde existe dolor, bloqueo y otros
síntomas mecánicos y para identificar áreas de os-
teocondritis disecante.20
HISTORIA NATURAL
Debido a que la mayoría de los pacientes recibe algún
tipo de manejo al ser diagnosticado el proceso, no exis-
ten verdaderos estudios que nos muestren la historia
natural del proceso. Sabemos que la mayoría de los pa-
cientes presentan síntomas de dolor, claudicación inter-
mitente por un periodo aproximado de 12-18 meses, sin
embargo existe una gran variabilidad en cuanto a la se-
veridad de los síntomas, desde mínimas molestias tran-
sitorias, hasta dolor incapacitante y prolongado en
algunos de los casos más severos. El factor pronóstico
más importante es la EDAD al momento del inicio de los
síntomas,21
con pocas excepciones a menor edad, mejor
pronóstico. Generalmente los menores de 6 años pre-
sentan una enfermedad leve, transitoria y con excelentes
resultados, los que tienen entre 6 y 9 años, tienen sínto-
mas moderados y aquellos que tienen más de 9 años ge-
neralmente presentan un cuadro severo; con resultados
regulares o malos a largo plazo. Otro factor pronóstico
importante es la extensión de la afección.12-14
Esto ade-
más correlaciona con el tiempo de duración hasta la ci-
catrización de la lesión. A mayor afección, peor
pronóstico y mayor tiempo de duración de la sintomato-
logía. En una serie de pacientes clasificados según la
afección del pilar lateral: las caderas clasificadas como
grupo A, cicatrizaron en promedio en 37 meses y el
100% obtuvo buenos y excelentes resultados. Los del
grupo B cicatrizaron en 50 meses con 79% de buenos y
excelentes resultados y los del grupo C cicatrizaron en 67
meses promedio y sólo el 29% obtuvieron buenos o ex-
celentes resultados.22
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Múltiples trastornos producen un cuadro clínico y/o
radiológico similar a la enfermedad de Perthes, entre
los que se encuentran: Enfermedades hematológicas,
Martínez LAG. Enfermedad de Legg-Calve-Perthes MG
8Rev Mex Ortop Ped 2003; 5(1); 5-11
edigraphic.com
como hemoglobinopatías, linfoma, leucemia, púrpu-
ra trombocitopénica idiopática, hemofilia. Hipotiroi-
dismo. Displasia epifisiaria múltiple, displasia
espondiloepifisiaria, enf. de Morquio. Muchas de es-
tas enfermedades producen afección bilateral y simé-
trica, o se acompañan de una historia familiar, talla
corta, afección a otras epífisis, etc. En contraste la
enf. de Perthes es generalmente unilateral y en los ca-
sos en que es bilateral, la afección es asimétrica.
TRATAMIENTO
Debido a la gran variabilidad de la severidad de la
afección, existe un amplio arsenal de opciones tera-
péuticas. Desde la mínima intervención: Manejo sin-
tomático del dolor y mantener la movilidad articular.
Otros utilizan algún tipo de aparato ortopédico para
tratar de mantener la cabeza femoral cubierta por el
acetábulo. Y otros más proponen diversos métodos
quirúrgicos para lograr esta cobertura.
Historia del manejo:Historia del manejo:Historia del manejo:Historia del manejo:Historia del manejo: Durante la mayor parte del si-
glo pasado, el concepto de manejo era el de aliviar la
carga de peso. Era práctica común internar a los pacien-
tes en el hospital por meses e incluso años para manejar-
los con reposo prolongado en cama. Se idearon una
serie de aparatos para “descarga”, algunos de los más
populares fueron el arnés de Snyder y el aparato de Ta-
chdjian. Además se utilizaron algunos carros o carriolas
para movilizar a los pacientes durante estos largos perio-
dos de manejo.23
El concepto de contención, se popula-
rizó en los 70. Con la publicación de Petrie24
y los
estudios experimentales de Salter.25
Sin embargo, fue
Parker en 1929, quien publica el uso de yesos en abduc-
ción, quien inicia realmente el concepto.26
Harrison,27
Eyre-Brook y cols.28
refuerzan el concepto con el uso de
un aparato de abducción ambulatorio en los 30.
Uno de los protocolos de manejo, recientemente pu-
blicados,1
es consecuencia del estudio multicéntrico rea-
lizado por la Pediatric Orthopedic Society of North
America (POSNA), y consiste en lo siguiente:
• Todos los pacientes con afección del pilar lateral A
(según la clasificación de Herring) y aquéllos con
clasificación B menores a 6 años, son manejados
en forma sintomática. Lo cual incluye control del
dolor con antiinflamatorios no esteroideos, perio-
dos de reposo o tracción para disminuir el dolor,
sinovitis y espasmo muscular acompañante.
• Los pacientes mayores de 6 años con afección B del
pilar lateral y todos los del grupo C, son manejados
con cirugía para conseguir “contención” de la ca-
beza femoral por el acetábulo . La mayoría de los
pacientes requieren de algún tiempo de manejo
sintomático para mejorar la movilidad de la cadera,
antes de la cirugía.
La osteotomía varizante del fémur proximal y la os-
teotomía de Salter producen resultados similares
en la mayoría de los pacientes.
• Pacientes mayores de 9 años con afección B o C del
pilar lateral, pudieran beneficiarse de la combina-
ción de la osteotomía del fémur proximal con una
osteotomía de Salter. Sin embargo, el resultado es
incierto en este grupo de pacientes.
Tratamiento sintomático:Tratamiento sintomático:Tratamiento sintomático:Tratamiento sintomático:Tratamiento sintomático: Las dos mejores opciones
de manejo sintomático son: Reposo en cama y tracción.
La mejor manera de realizar la tracción es con la cadera
entre 30-45 grados de flexión y discreta rotación externa
de la cadera (ésta es la posición de menor presión intra-
articular). La tracción se puede realizar en casa (usar dos
a tres k) o en hospital por periodos cortos utilizando
tracción longitudinal simple o con tracción de Russel. El
uso de antiinflamatorios no esteroideos y el uso de mu-
letas en forma temporal para aliviar la carga de peso
pueden ser de ayuda también.
MÉTODOS DE CONTENCIÓN
No quirúrgicos:No quirúrgicos:No quirúrgicos:No quirúrgicos:No quirúrgicos: Desde la popularización del método,
después del trabajo publicado por Petrie y Bitenc en
1971.24
Una serie de aparatos entre los cuales desta-
can el aparato de Toronto, el de Birmingham, el
Newington, el de Tachdjian y el de Atlanta han sido
utilizados con diversos grados de éxito. Aunque hasta
la actualidad el aparato de Atlanta continúa siendo
utilizado, varios estudios han puesto en duda la efec-
tividad de éste29,30
y los demás aparatos. Además de la
incomodidad de su uso, el prolongado uso que se re-
quiere de los mismos, lo difícil que es establecer el
momento de iniciar y suspender su uso, y el gran re-
chazo que existe de parte del paciente y sus familiares
para utilizar este tipo de aparatos.
Opciones quirúrgicas:Opciones quirúrgicas:Opciones quirúrgicas:Opciones quirúrgicas:Opciones quirúrgicas: Generalmente la cirugía se
reserva para las caderas con mayor grado de afección
y pacientes mayores de 6 años. Los dos procedimien-
tos más comúnmente utilizados son:
Osteotomía femoral proximal:Osteotomía femoral proximal:Osteotomía femoral proximal:Osteotomía femoral proximal:Osteotomía femoral proximal: Utilizada desde
los 60 para “contener” la cabeza femoral en el ace-
tábulo. Es pre-requisito para la cirugía el que exista
una movilidad “razonable” de la cadera; para lo-
grar esto se puede utilizar: tracción, reposo en
cama, fisioterapia o yesos de Petrie. Se recomienda
llevar el ángulo cervico-diafisiario con la cirugía a
110-120°, ya que parte del varo remodela. Si se
MG Martínez LAG. Enfermedad de Legg-Calve-Perthes
Rev Mex Ortop Ped 2003; 5(1); 5-119
edigraphic.com
Figura 4.Figura 4.Figura 4.Figura 4.Figura 4.
Figura 3.Figura 3.Figura 3.Figura 3.Figura 3.
considera necesario se puede agregar desrotación o
extensión al momento de realizar la osteotomía va-
rizante. Las ventajas de este procedimiento son: Se
opera el hueso afecto, existe evidencia sugestiva de
que la osteotomía acelera el proceso de cicatriza-
ción al acelerar la revascularización localmente. Los
resultados reportados, son discretamente mejores
que los reportados con la osteotomía de Salter.31
Las principales críticas al procedimiento: Varo exce-
sivo, falta de remodelación del varo, acortamiento
de la extremidad, debilidad de los abductores, so-
brecrecimiento del trocánter mayor, la necesidad
de retirar el implante metálico, y el riesgo de frac-
tura al realizar esto.32
Debido a la limitada capaci-
dad de remodelación en niños mayores, algunos
autores recomiendan no realizar este procedimien-
to en mayores de 8 años.33
Este procedimiento es
muy popular en Europa (Figura 5).
Osteotomía de Salter:Osteotomía de Salter:Osteotomía de Salter:Osteotomía de Salter:Osteotomía de Salter: Salter mismo inicia su uso
en 1962 para pacientes con enfermedad de Perthes.34
Los pre-requisitos para esta cirugía son similares a los
de la osteotomía femoral proximal. Rango aceptable
de movilidad (45 grados de abducción), poca defor-
Figura 5.Figura 5.Figura 5.Figura 5.Figura 5.
midad de la cabeza femoral, demostrada por artro-
grafía y demostración radiográfica de centraje al dar
abducción y flexión a la cadera. La cirugía implica
elongar el psoas y de ser necesario los aductores. No
debe de abrirse la cápsula articular. Generalmente no
se requiere de inmovilización con yeso. Y la osteoto-
mía se fija con dos o tres clavos roscados gruesos, o
de preferencia con tornillos (canulados) en pacientes
mayores. Algunas de las ventajas de este procedi-
miento son una fijación más sencilla de retirar, e in-
cluso si se utilizan tornillos, no se requiere su retiro.
No se produce deformidad del fémur proximal. Los
puntos en contra son: Se opera el lado “sano” de la
cadera, cirugía técnicamente más difícil, pérdida de la
fijación con posible desplazamiento de los fragmen-
tos, elongación de la extremidad (con el consecuente
aumento de la presión contra la cabeza femoral), rigi-
B
A
C
Figura 6.Figura 6.Figura 6.Figura 6.Figura 6.
Martínez LAG. Enfermedad de Legg-Calve-Perthes MG
10Rev Mex Ortop Ped 2003; 5(1); 5-11
edigraphic.com
sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.csustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.csustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.csustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.csustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c
cihpargidemedodaborcihpargidemedodaborcihpargidemedodaborcihpargidemedodaborcihpargidemedodabor
:rop odarobale FDP:rop odarobale FDP:rop odarobale FDP:rop odarobale FDP:rop odarobale FDP
VC ed AS, cidemihparGVC ed AS, cidemihparGVC ed AS, cidemihparGVC ed AS, cidemihparGVC ed AS, cidemihparG
araparaparaparaparap
acidémoiB arutaretiL :cihpargideMacidémoiB arutaretiL :cihpargideMacidémoiB arutaretiL :cihpargideMacidémoiB arutaretiL :cihpargideMacidémoiB arutaretiL :cihpargideM
sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.csustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.csustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.csustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.csustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c
dez articular y la posibilidad de llevar la cadera a una
“abducción en bisagra”. Este procedimiento es de
mayor uso en Norteamérica (Figura 6).
En algunos casos la combinación de ambas osteoto-
mías puede ser necesaria para lograr una mayor cober-
tura de la cabeza femoral, esto generalmente en
pacientes mayores de 9 años, con subluxación lateral
de la cabeza femoral.35
OTROS PROCEDIMIENTOS
Osteotomía valguizante:Osteotomía valguizante:Osteotomía valguizante:Osteotomía valguizante:Osteotomía valguizante: Este procedimiento se re-
comienda para aquellas caderas en las que no se pue-
de lograr una reducción concéntrica al dar abducción
a la cadera, en los que existe la llamada “abducción
en bisagra”, en la cual al dar abducción la cadera se
subluxa al chocar el borde deformado de la cabeza fe-
moral con el borde acetabular. El procedimiento se
recomienda en aquellas caderas que se hacen con-
gruentes al estar en abducción, pero que son incon-
gruentes en la posición neutra o en abducción. El
efecto más importante observado después de esta ci-
rugía es mejoría en la marcha. Además de disminu-
ción del dolor, mejor movilidad y elongación de la
extremidad.
Artroplastía tipo Shelf:Artroplastía tipo Shelf:Artroplastía tipo Shelf:Artroplastía tipo Shelf:Artroplastía tipo Shelf: Realizada en Perthes des-
de los 40. Las indicaciones para su uso incluyen: su-
bluxación lateral, abducción en bisagra y pobre
cobertura de la cabeza femoral. Para algunos autores
este es sólo un procedimiento de “salvamento”. Sin
embargo, éste es una opción de primera elección. Ca-
tterall lo utiliza como procedimiento estándar en pa-
cientes mayores de 8 años.38,39
Osteotomía de Chiari:Osteotomía de Chiari:Osteotomía de Chiari:Osteotomía de Chiari:Osteotomía de Chiari: Utilizada como procedi-
miento primario por algunos autores. Es generalmen-
te criticado por ser un procedimiento mayor,
técnicamente difícil y que proporciona fibrocartílago
en el área de soporte en lugar de cartílago hialino ar-
ticular. Puede ser una buena opción en pacientes ma-
yores con deformidad severa de la cabeza femoral,
subluxación severa, dolor e incongruencia demostra-
da por artrografía.40
Queilectomía:Queilectomía:Queilectomía:Queilectomía:Queilectomía: Procedimiento utilizado en el pasa-
do y que consiste en remover fragmentos de la cabe-
za femoral que protruyen en la porción anterolateral,
con la idea de mejorar la movilidad y evitar el fenóme-
no de abducción en bisagram 2 d 3 gr 1 p ( h ) 3 c
En la actualidad es rara-
mente utilizado, pone en riesgo la estabilidad de la
cabeza femoral (deslizamiento epifisiario) si se realiza
cuando la fisis aún está abierta y generalmente, por
ser un procedimiento intra-articular, produce rigidez
articular marcada.34
PRONÓSTICO A LARGO PLAZO
El principal factor relacionado con el pronóstico a lar-
go plazo, es la esfericidad de la cabeza femoral y su
congruencia con el acetábulom 2 d 3 g r 1 p ( h ) 3 c
El estudio clásico de
Stulberg, y su clasificación en caderas esféricas o no y
congruentes o incongruentes ha demostrado que es-
tos dos factores son los más importantes para el pro-
nóstico a largo plazo.16
Otros factores relacionados al
pronóstico son: Edad al momento del inicio de la en-
fermedad, tiempo de duración del proceso (en ambos
casos, a menor edad y duración del proceso, el pro-
nóstico es mejor) y la presencia de dos o más signos
de riesgo descritos por Catterall. Aunque comúnmen-
te se considera a la enfermedad de Perthes como un
proceso autolimitado y de buen pronóstico. En el es-
tudio de seguimiento a largo plazo de un grupo de
pacientes manejados en la Universidad de Iowa, se
encontró que aunque la mayoría de los pacientes te-
nían un buen resultado hasta los 40-50 años prome-
dio; los resultados se deterioraban a medida que la
evolución se prolonga por arriba de esta edad.21
Para fines prácticos, la única forma de asegurar un
buen resultado a largo plazo, es el poder mantener
una cabeza esférica al final del proceso de necrosis y
remodelación.
Referencias
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the treatment of Perthes´ disease. J Bone Joint Surg
1991; 73-A: 225.
Correspondencia:
Aurelio G. Martínez Lozano
Presidente de la Sociedad Mexicana
de Ortopedia Pediátrica
Av. La Clínica 2520-214
Edif. Delta, Col. Sertoma
C.P. 04710, Mty, N.L.

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Enfermedad de Legg Calve Perthes

  • 1. Otras secciones de este sitio: Índice de este número Más revistas Búsqueda Others sections in this web site: Contents of this number More journals Search Artículo: Enfermedad de Legg-Calve-Perthes. Conceptos actuales Derechos reservados, Copyright © 2003: Sociedad Mexicana de Ortopedia Pediátrica, AC Revista Mexicana de Ortopedia Pediátrica Número Number 1 Enero-Diciembre January-Decmeber 2003 Volumen Volume 5 edigraphic.com
  • 2. 5 edigraphic.com ARTÍCULO EDITORIAL Revista Mexicana de ORTOPEDIA PEDIÁTRICA Vol. 5, Núm. 1 Enero-Diciembre 2003 pp. 5-11SMOP * Presidente de la Sociedad Mexicana de Ortopedia Pediátrica DEFINICIÓN La enfermedad de Legg-Calve y Perthes es un síndro- me, en el cual eventos repetidos de isquemia afectan la epífisis proximal del fémur (cabeza femoral). Como resultado de estos eventos isquémicos el crecimiento del centro secundario de osificación, se altera y el hueso se vuelve denso (necrótico). Este hueso denso es luego reabsorbido y reemplazado por hueso nue- vo. Mientras que sucede este proceso las propiedades mecánicas del hueso se alteran y la cabeza femoral tiende a aplanarse y agrandarse (Coxa Plana y Mag- na). Posteriormente la cabeza femoral tiende a remo- delar hasta llegar a la madurez esquelética.1 HISTORIA Este síndrome fue descrito en forma independiente a principios del siglo pasado por: (Figura 1) Dr. Arthur T. Legg 1874-1939 (Figura 2) Dr. George Clemenc Perthes 1869-1827, Henning Waldenstrom de Suecia en 19092 , Arthur Legg de Estados Unidos,3 Jacques Calve de Francia4,5 y Georg Perthes de Alemania.6 ETIOLOGÍA En el pasado la etiología se consideraba como multi- factorial, sin poder llegar a una causa específica. Al- gunos estudios recientes apuntan a un estado de hipercoagulabilidad, que involucra deficiencia de las proteínas S y C e hipofibrinólisis.7 La teoría es que coágulos en los capilares pueden producir los infartos vasculares. El hecho de que pacientes con enfermeda- des hematológicas (talasemia, anemia de células falci- formes) comúnmente presentan necrosis avascular de la cadera. Cambios avasculares también han sido re- portados en pacientes con leucemia, linfoma, púrpu- ra trombocitopénica idiopática y hemofilia. Aumento Enfermedad de Legg-Calve-Perthes. Conceptos actuales Aurelio G. Martínez Lozano* Figura 1.Figura 1.Figura 1.Figura 1.Figura 1. Dr. Arthur T. Legg 1874- 1939 Figura 2.Figura 2.Figura 2.Figura 2.Figura 2. Dr. Georg Clemenc Perthes 1869-1827.
  • 3. Martínez LAG. Enfermedad de Legg-Calve-Perthes MG 6Rev Mex Ortop Ped 2003; 5(1); 5-11 edigraphic.com en la viscosidad sanguínea también ha sido reportada en pacientes con enfermedad de Perthes. Se ha demostrado obstrucciónobstrucciónobstrucciónobstrucciónobstrucción, mediante angiogra-angiogra-angiogra-angiogra-angiogra- fía de las arterias capsulares superioresfía de las arterias capsulares superioresfía de las arterias capsulares superioresfía de las arterias capsulares superioresfía de las arterias capsulares superiores en pacientes con enfermedad de Perthes.8 Estudios experimentales han demostrado que se requieren al menos dos eventos de isquemia para reproducir los cambios clínicos y radio- lógicos de la enfermedad de Perthes.9 Anomalías en elAnomalías en elAnomalías en elAnomalías en elAnomalías en el drenaje venosodrenaje venosodrenaje venosodrenaje venosodrenaje venoso de la cabeza y cuello femoral también han sido reportadas en pacientes con Perthes. El flujo venoso normal es generalmente a través de la vena cir- cunfleja medial, sin embargo en pacientes con Perthes existe un aumento en la presión venosa, congestión ve- nosa metafisiaria y drenaje a través de las más distales venas diafisiarias.10 Otra teoría habla del “Niño predispuesto”“Niño predispuesto”“Niño predispuesto”“Niño predispuesto”“Niño predispuesto”, alteracio- nes como retraso en la edad ósea comparada con la edad cronológica, talla corta, bajo peso al nacer, dismi- nución en la somatomedina C y alteraciones en los nive- les séricos de tiroxina y triyodotironina. Traumatismos, niños con desórdenes de atención o hiperactivos, factores hereditarios y ambientales, esta- do socioeconómico y antecedente de sinovitis transi- toria, han sido todos involucrados como posibles causas de la enfermedad. Una teoría que unifique lo anterior sería: Un trau- matismo (agudo o repetitivo) a la cadera de un niño predispuesto (con deficiencia en el sistema trombolíti- co, por deficiencia de las proteínas C y S). Produce una trombosis del sistema venoso metafisiario, lo cual au- menta la presión en el cuello femoral. Se propaga la trombosis a la cabeza femoral donde se produce un infarto. Con el tiempo y la repetición de dichos even- tos, la cabeza se vuelve radiodensa y los cambios aso- ciados con la enfermedad de Perthes se producen.1 CUADRO CLÍNICO El inicio del proceso generalmente ocurre entre los 2 y los 12 años, con una mayor incidencia entre los 4-8 años. Los hombres son afectados cuatro veces más fre- cuentemente que las mujeres y aproximadamente el 15% de los casos son bilaterales. Debido a que común- mente los síntomas son leves, pueden pasar semanas o meses antes de que el paciente o sus padres busquen atención médica. Los síntomas principales son: 1) Clau- dicación y 2) Dolor, que puede ser en la cadera, muslo o rodilla (innervación del N. obturador). Los principales datos en el examen físico son: Limitación de la movilidad de la cadera (principalmente en la abducción y rotación interna) y discreta hipotrofia del muslo. Este cuadro generalmente se presenta en niños muy activos, de talla baja para su edad y con exceso de peso. CLASIFICACIONES Según la evolución en el tiempo, Waldenstrom en 192211 la divide en cuatro etapas, la clasificación ha sido levemente modificada por otros autores: 1) Inicial (o de sinovitis) duración promedio de 6 me- ses (1-14 meses) 2) Fragmentación de 8 meses (2-35 meses) 3) Reosificación o cicatrización de 51 meses (2-122 meses) 4) Residual o remodelación continua hasta la madu- rez esquelética. Los cambios radiológicos generalmente corres- ponden con las etapas de evolución de Waldens- trom. Los primeros cambios radiológicos son: Disminución del tamaño del núcleo secundario de osificación de la cabeza femoral, aumento del espa- cio articular, y aumento de la intensidad en la cabe- za femoral. En la fase tardía de esta primera etapa una fractura subcondral (que sirve de base para la clasificación de Salter-Thompson) puede hacerse aparente. Durante la etapa de fragmentación: Se aprecia colapso y extrusión de la cabeza femoral. La severidad de los cambios radiológicos y el cuadro clí- nico generalmente se correlacionan. Generalmente durante esta etapa los síntomas son más severos. Durante la etapa de reosificación se inicia la nueva producción de hueso subcondral de reparación y los síntomas se hacen menos intensos. Diversas clasificaciones se han propuesto según el grado de afección de la cabeza femoral: La clásica es la propuesta por Catterall en 1971,12 la cual se divi- de en 4 grados. El grupo I tiene sólo afección ante- rior. En el grupo II existe afección anterior y central. Éstos tienen buen pronóstico y generalmente no re- quieren de manejo quirúrgico. En el grupo III el invo- lucro es mayor, con áreas mediales y laterales sanas. Y en el grupo IV la afección es total. Estos últimos tienen un pronóstico más sombrío y requieren ma- nejo. Catterall, además propone 4 signos radiográfi- cos, llamados “Signos de Riesgo” que se correlacionan con mal pronóstico. Estos son: su- bluxación lateral, radiolucidez en la epífisis lateral (signo de Gage), calcificación lateral y una fisis hori- zontal. Posteriormente Salter y Thompson13 propo- nen una clasificación basada en la extensión de la fractura subcondral (A si ésta ocupa menos del 50% de la cabeza femoral y B si ésta es mayor al 50%) (Fi- gura 3). Más recientemente Herring (Figura 4)14 pro- pone una clasificación basada en la afección de la columna o pilar lateral. A si no existe pérdida de al-
  • 4. MG Martínez LAG. Enfermedad de Legg-Calve-Perthes Rev Mex Ortop Ped 2003; 5(1); 5-117 edigraphic.com tura del mismo, B si la pérdida de altura es menor al 50% y C si la pérdida es mayor al 50%. Clasificaciones para el resultado final: La propues- ta por Mose15 está basada en la deformidad del con- torno de la cabeza femoral, si éste es menor a 1 mm (al utilizar una plantilla con círculos concéntricos) el resultado es considerado como bueno. Si la diferen- cia es menor a 2 mm el resultado es regular y si es mayor a 2 mm es malo. La clasificación de Stulberg16 se divide en 5 grupos, dependiendo de la esfericidad y congruencia de la cabeza femoral del acetábulo. En el grupo I y II la cabeza es esférica y congruente. En el grupo I puede tener mínimos cambios en el ta- maño (Coxa Magna). En el grupo II la cabeza tiene una mínima deformidad, pero con menos de 2 mm de desviación de un círculo concéntrico. En el grupo III y IV la cabeza ya no es esférica pero continúa sien- do congruente, en el grupo III la cabeza ya no es es- férica y tiene forma elíptica (como champiñón), en el IV la cabeza es aplanada o rectangular. En el grupo V la cabeza ha perdido su congruencia con el acetá- bulo. Los pacientes en el grupo I y II tienen buen re- sultado a largo plazo. Los del grupo III y IV generalmente desarrollan artrosis degenerativo a lar- go plazo y los del grupo V desarrollan artrosis en los primeros cuarenta años. Aunque las radiografías simples son generalmente el único estudio necesario para el diagnóstico y manejo de los pacientes con enfermedad de Perthes, estudios como la resonancia magnética, gammagrafía, artrografía, etc., pueden ser de ayuda en situaciones especiales. Resonancia magnéticaResonancia magnéticaResonancia magnéticaResonancia magnéticaResonancia magnética: De gran ayuda en casos incipientes y de difícil diagnóstico, en pacientes con sintomatología sugestiva de Perthes, pero con radio- grafías normales. Puede también delinear mejor área de afección y severidad del proceso, principalmente durante las etapas iniciales del proceso. Además muestra con mejor detalle el cartílago articular de la cabeza y acetábulo que otros métodos diagnósticos y es más certero para visualizar la revascularización de la cabeza femoral.17 Gammagrama óseo:Gammagrama óseo:Gammagrama óseo:Gammagrama óseo:Gammagrama óseo: Efectivo para diagnóstico en etapas tempranas, aún no existen cambios radiológicos. También se han descrito clasificaciones gammagráficas del grado de extensión, las cuales son más precisas que las radiográficas, así como clasificaciones de la revascu- larización los cuales tienen implicaciones pronósticas.18 Ultrasonido:Ultrasonido:Ultrasonido:Ultrasonido:Ultrasonido: Puede ser de utilidad en las etapas tempranas de la enfermedad, para demostrar efusión articular. En las etapas tardías puede mostrar el con- torno de la cabeza femoral, (comparable con lo que nos muestra una artrografía) con la ventaja de no ser un método invasivo, y no implicar radiación. Lo cual permite exámenes seriados. Existe una clasificación de 4 estadios por ultrasonido.19 Tomografía computarizada:Tomografía computarizada:Tomografía computarizada:Tomografía computarizada:Tomografía computarizada: Provee imágenes precisas en tercera dimensión de la cabeza femoral y acetábulo. Existe una clasificación por TAC en el gru- po A sólo la periferia está afectada. En el B existe ne- crosis de la porción central de la cabeza, pero no de la parte posterior y en el C la cabeza se ve totalmen- te involucrada. La tomografía es utilizada en casos seleccionados, donde existe dolor, bloqueo y otros síntomas mecánicos y para identificar áreas de os- teocondritis disecante.20 HISTORIA NATURAL Debido a que la mayoría de los pacientes recibe algún tipo de manejo al ser diagnosticado el proceso, no exis- ten verdaderos estudios que nos muestren la historia natural del proceso. Sabemos que la mayoría de los pa- cientes presentan síntomas de dolor, claudicación inter- mitente por un periodo aproximado de 12-18 meses, sin embargo existe una gran variabilidad en cuanto a la se- veridad de los síntomas, desde mínimas molestias tran- sitorias, hasta dolor incapacitante y prolongado en algunos de los casos más severos. El factor pronóstico más importante es la EDAD al momento del inicio de los síntomas,21 con pocas excepciones a menor edad, mejor pronóstico. Generalmente los menores de 6 años pre- sentan una enfermedad leve, transitoria y con excelentes resultados, los que tienen entre 6 y 9 años, tienen sínto- mas moderados y aquellos que tienen más de 9 años ge- neralmente presentan un cuadro severo; con resultados regulares o malos a largo plazo. Otro factor pronóstico importante es la extensión de la afección.12-14 Esto ade- más correlaciona con el tiempo de duración hasta la ci- catrización de la lesión. A mayor afección, peor pronóstico y mayor tiempo de duración de la sintomato- logía. En una serie de pacientes clasificados según la afección del pilar lateral: las caderas clasificadas como grupo A, cicatrizaron en promedio en 37 meses y el 100% obtuvo buenos y excelentes resultados. Los del grupo B cicatrizaron en 50 meses con 79% de buenos y excelentes resultados y los del grupo C cicatrizaron en 67 meses promedio y sólo el 29% obtuvieron buenos o ex- celentes resultados.22 DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL Múltiples trastornos producen un cuadro clínico y/o radiológico similar a la enfermedad de Perthes, entre los que se encuentran: Enfermedades hematológicas,
  • 5. Martínez LAG. Enfermedad de Legg-Calve-Perthes MG 8Rev Mex Ortop Ped 2003; 5(1); 5-11 edigraphic.com como hemoglobinopatías, linfoma, leucemia, púrpu- ra trombocitopénica idiopática, hemofilia. Hipotiroi- dismo. Displasia epifisiaria múltiple, displasia espondiloepifisiaria, enf. de Morquio. Muchas de es- tas enfermedades producen afección bilateral y simé- trica, o se acompañan de una historia familiar, talla corta, afección a otras epífisis, etc. En contraste la enf. de Perthes es generalmente unilateral y en los ca- sos en que es bilateral, la afección es asimétrica. TRATAMIENTO Debido a la gran variabilidad de la severidad de la afección, existe un amplio arsenal de opciones tera- péuticas. Desde la mínima intervención: Manejo sin- tomático del dolor y mantener la movilidad articular. Otros utilizan algún tipo de aparato ortopédico para tratar de mantener la cabeza femoral cubierta por el acetábulo. Y otros más proponen diversos métodos quirúrgicos para lograr esta cobertura. Historia del manejo:Historia del manejo:Historia del manejo:Historia del manejo:Historia del manejo: Durante la mayor parte del si- glo pasado, el concepto de manejo era el de aliviar la carga de peso. Era práctica común internar a los pacien- tes en el hospital por meses e incluso años para manejar- los con reposo prolongado en cama. Se idearon una serie de aparatos para “descarga”, algunos de los más populares fueron el arnés de Snyder y el aparato de Ta- chdjian. Además se utilizaron algunos carros o carriolas para movilizar a los pacientes durante estos largos perio- dos de manejo.23 El concepto de contención, se popula- rizó en los 70. Con la publicación de Petrie24 y los estudios experimentales de Salter.25 Sin embargo, fue Parker en 1929, quien publica el uso de yesos en abduc- ción, quien inicia realmente el concepto.26 Harrison,27 Eyre-Brook y cols.28 refuerzan el concepto con el uso de un aparato de abducción ambulatorio en los 30. Uno de los protocolos de manejo, recientemente pu- blicados,1 es consecuencia del estudio multicéntrico rea- lizado por la Pediatric Orthopedic Society of North America (POSNA), y consiste en lo siguiente: • Todos los pacientes con afección del pilar lateral A (según la clasificación de Herring) y aquéllos con clasificación B menores a 6 años, son manejados en forma sintomática. Lo cual incluye control del dolor con antiinflamatorios no esteroideos, perio- dos de reposo o tracción para disminuir el dolor, sinovitis y espasmo muscular acompañante. • Los pacientes mayores de 6 años con afección B del pilar lateral y todos los del grupo C, son manejados con cirugía para conseguir “contención” de la ca- beza femoral por el acetábulo . La mayoría de los pacientes requieren de algún tiempo de manejo sintomático para mejorar la movilidad de la cadera, antes de la cirugía. La osteotomía varizante del fémur proximal y la os- teotomía de Salter producen resultados similares en la mayoría de los pacientes. • Pacientes mayores de 9 años con afección B o C del pilar lateral, pudieran beneficiarse de la combina- ción de la osteotomía del fémur proximal con una osteotomía de Salter. Sin embargo, el resultado es incierto en este grupo de pacientes. Tratamiento sintomático:Tratamiento sintomático:Tratamiento sintomático:Tratamiento sintomático:Tratamiento sintomático: Las dos mejores opciones de manejo sintomático son: Reposo en cama y tracción. La mejor manera de realizar la tracción es con la cadera entre 30-45 grados de flexión y discreta rotación externa de la cadera (ésta es la posición de menor presión intra- articular). La tracción se puede realizar en casa (usar dos a tres k) o en hospital por periodos cortos utilizando tracción longitudinal simple o con tracción de Russel. El uso de antiinflamatorios no esteroideos y el uso de mu- letas en forma temporal para aliviar la carga de peso pueden ser de ayuda también. MÉTODOS DE CONTENCIÓN No quirúrgicos:No quirúrgicos:No quirúrgicos:No quirúrgicos:No quirúrgicos: Desde la popularización del método, después del trabajo publicado por Petrie y Bitenc en 1971.24 Una serie de aparatos entre los cuales desta- can el aparato de Toronto, el de Birmingham, el Newington, el de Tachdjian y el de Atlanta han sido utilizados con diversos grados de éxito. Aunque hasta la actualidad el aparato de Atlanta continúa siendo utilizado, varios estudios han puesto en duda la efec- tividad de éste29,30 y los demás aparatos. Además de la incomodidad de su uso, el prolongado uso que se re- quiere de los mismos, lo difícil que es establecer el momento de iniciar y suspender su uso, y el gran re- chazo que existe de parte del paciente y sus familiares para utilizar este tipo de aparatos. Opciones quirúrgicas:Opciones quirúrgicas:Opciones quirúrgicas:Opciones quirúrgicas:Opciones quirúrgicas: Generalmente la cirugía se reserva para las caderas con mayor grado de afección y pacientes mayores de 6 años. Los dos procedimien- tos más comúnmente utilizados son: Osteotomía femoral proximal:Osteotomía femoral proximal:Osteotomía femoral proximal:Osteotomía femoral proximal:Osteotomía femoral proximal: Utilizada desde los 60 para “contener” la cabeza femoral en el ace- tábulo. Es pre-requisito para la cirugía el que exista una movilidad “razonable” de la cadera; para lo- grar esto se puede utilizar: tracción, reposo en cama, fisioterapia o yesos de Petrie. Se recomienda llevar el ángulo cervico-diafisiario con la cirugía a 110-120°, ya que parte del varo remodela. Si se
  • 6. MG Martínez LAG. Enfermedad de Legg-Calve-Perthes Rev Mex Ortop Ped 2003; 5(1); 5-119 edigraphic.com Figura 4.Figura 4.Figura 4.Figura 4.Figura 4. Figura 3.Figura 3.Figura 3.Figura 3.Figura 3. considera necesario se puede agregar desrotación o extensión al momento de realizar la osteotomía va- rizante. Las ventajas de este procedimiento son: Se opera el hueso afecto, existe evidencia sugestiva de que la osteotomía acelera el proceso de cicatriza- ción al acelerar la revascularización localmente. Los resultados reportados, son discretamente mejores que los reportados con la osteotomía de Salter.31 Las principales críticas al procedimiento: Varo exce- sivo, falta de remodelación del varo, acortamiento de la extremidad, debilidad de los abductores, so- brecrecimiento del trocánter mayor, la necesidad de retirar el implante metálico, y el riesgo de frac- tura al realizar esto.32 Debido a la limitada capaci- dad de remodelación en niños mayores, algunos autores recomiendan no realizar este procedimien- to en mayores de 8 años.33 Este procedimiento es muy popular en Europa (Figura 5). Osteotomía de Salter:Osteotomía de Salter:Osteotomía de Salter:Osteotomía de Salter:Osteotomía de Salter: Salter mismo inicia su uso en 1962 para pacientes con enfermedad de Perthes.34 Los pre-requisitos para esta cirugía son similares a los de la osteotomía femoral proximal. Rango aceptable de movilidad (45 grados de abducción), poca defor- Figura 5.Figura 5.Figura 5.Figura 5.Figura 5. midad de la cabeza femoral, demostrada por artro- grafía y demostración radiográfica de centraje al dar abducción y flexión a la cadera. La cirugía implica elongar el psoas y de ser necesario los aductores. No debe de abrirse la cápsula articular. Generalmente no se requiere de inmovilización con yeso. Y la osteoto- mía se fija con dos o tres clavos roscados gruesos, o de preferencia con tornillos (canulados) en pacientes mayores. Algunas de las ventajas de este procedi- miento son una fijación más sencilla de retirar, e in- cluso si se utilizan tornillos, no se requiere su retiro. No se produce deformidad del fémur proximal. Los puntos en contra son: Se opera el lado “sano” de la cadera, cirugía técnicamente más difícil, pérdida de la fijación con posible desplazamiento de los fragmen- tos, elongación de la extremidad (con el consecuente aumento de la presión contra la cabeza femoral), rigi- B A C Figura 6.Figura 6.Figura 6.Figura 6.Figura 6.
  • 7. Martínez LAG. Enfermedad de Legg-Calve-Perthes MG 10Rev Mex Ortop Ped 2003; 5(1); 5-11 edigraphic.com sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.csustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.csustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.csustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.csustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c cihpargidemedodaborcihpargidemedodaborcihpargidemedodaborcihpargidemedodaborcihpargidemedodabor :rop odarobale FDP:rop odarobale FDP:rop odarobale FDP:rop odarobale FDP:rop odarobale FDP VC ed AS, cidemihparGVC ed AS, cidemihparGVC ed AS, cidemihparGVC ed AS, cidemihparGVC ed AS, cidemihparG araparaparaparaparap acidémoiB arutaretiL :cihpargideMacidémoiB arutaretiL :cihpargideMacidémoiB arutaretiL :cihpargideMacidémoiB arutaretiL :cihpargideMacidémoiB arutaretiL :cihpargideM sustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.csustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.csustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.csustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.csustraídode-m.e.d.i.g.r.a.p.h.i.c dez articular y la posibilidad de llevar la cadera a una “abducción en bisagra”. Este procedimiento es de mayor uso en Norteamérica (Figura 6). En algunos casos la combinación de ambas osteoto- mías puede ser necesaria para lograr una mayor cober- tura de la cabeza femoral, esto generalmente en pacientes mayores de 9 años, con subluxación lateral de la cabeza femoral.35 OTROS PROCEDIMIENTOS Osteotomía valguizante:Osteotomía valguizante:Osteotomía valguizante:Osteotomía valguizante:Osteotomía valguizante: Este procedimiento se re- comienda para aquellas caderas en las que no se pue- de lograr una reducción concéntrica al dar abducción a la cadera, en los que existe la llamada “abducción en bisagra”, en la cual al dar abducción la cadera se subluxa al chocar el borde deformado de la cabeza fe- moral con el borde acetabular. El procedimiento se recomienda en aquellas caderas que se hacen con- gruentes al estar en abducción, pero que son incon- gruentes en la posición neutra o en abducción. El efecto más importante observado después de esta ci- rugía es mejoría en la marcha. Además de disminu- ción del dolor, mejor movilidad y elongación de la extremidad. Artroplastía tipo Shelf:Artroplastía tipo Shelf:Artroplastía tipo Shelf:Artroplastía tipo Shelf:Artroplastía tipo Shelf: Realizada en Perthes des- de los 40. Las indicaciones para su uso incluyen: su- bluxación lateral, abducción en bisagra y pobre cobertura de la cabeza femoral. Para algunos autores este es sólo un procedimiento de “salvamento”. Sin embargo, éste es una opción de primera elección. Ca- tterall lo utiliza como procedimiento estándar en pa- cientes mayores de 8 años.38,39 Osteotomía de Chiari:Osteotomía de Chiari:Osteotomía de Chiari:Osteotomía de Chiari:Osteotomía de Chiari: Utilizada como procedi- miento primario por algunos autores. Es generalmen- te criticado por ser un procedimiento mayor, técnicamente difícil y que proporciona fibrocartílago en el área de soporte en lugar de cartílago hialino ar- ticular. Puede ser una buena opción en pacientes ma- yores con deformidad severa de la cabeza femoral, subluxación severa, dolor e incongruencia demostra- da por artrografía.40 Queilectomía:Queilectomía:Queilectomía:Queilectomía:Queilectomía: Procedimiento utilizado en el pasa- do y que consiste en remover fragmentos de la cabe- za femoral que protruyen en la porción anterolateral, con la idea de mejorar la movilidad y evitar el fenóme- no de abducción en bisagram 2 d 3 gr 1 p ( h ) 3 c En la actualidad es rara- mente utilizado, pone en riesgo la estabilidad de la cabeza femoral (deslizamiento epifisiario) si se realiza cuando la fisis aún está abierta y generalmente, por ser un procedimiento intra-articular, produce rigidez articular marcada.34 PRONÓSTICO A LARGO PLAZO El principal factor relacionado con el pronóstico a lar- go plazo, es la esfericidad de la cabeza femoral y su congruencia con el acetábulom 2 d 3 g r 1 p ( h ) 3 c El estudio clásico de Stulberg, y su clasificación en caderas esféricas o no y congruentes o incongruentes ha demostrado que es- tos dos factores son los más importantes para el pro- nóstico a largo plazo.16 Otros factores relacionados al pronóstico son: Edad al momento del inicio de la en- fermedad, tiempo de duración del proceso (en ambos casos, a menor edad y duración del proceso, el pro- nóstico es mejor) y la presencia de dos o más signos de riesgo descritos por Catterall. Aunque comúnmen- te se considera a la enfermedad de Perthes como un proceso autolimitado y de buen pronóstico. En el es- tudio de seguimiento a largo plazo de un grupo de pacientes manejados en la Universidad de Iowa, se encontró que aunque la mayoría de los pacientes te- nían un buen resultado hasta los 40-50 años prome- dio; los resultados se deterioraban a medida que la evolución se prolonga por arriba de esta edad.21 Para fines prácticos, la única forma de asegurar un buen resultado a largo plazo, es el poder mantener una cabeza esférica al final del proceso de necrosis y remodelación. Referencias 1. Herring JA. Legg-Calve-Perthes disease. In: Herring JA (ed). Tachdjian’s Pediatric Orthopedics. 3 Ed. 2002; 1: 655-709. 2. Waldenstrom H. Der obere tuberkulose Collumherd. Z Orthop Chir 1909; 24: 487. 3. Legg A. An obscure affection of the hip joint. Boston Med Surg J 1910; 162: 202. 4. Calve J. 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  • 8. MG Martínez LAG. Enfermedad de Legg-Calve-Perthes Rev Mex Ortop Ped 2003; 5(1); 5-1111 edigraphic.com 13. Salter RB, Thompson GH. Legg-Calve-Perthes disease: The prognostic significance of the subchondral fracture and a two-group classification of the femoral head in- volvement. J Bone Joint Surg 1984; 66-A: 479. 14. Herring JA, Neustadt JB, Williams et al. The lateral pillar classification of Legg-Calve-Perthes. J Pediatr Orthop 1992; 12: 143. 15. Mose K. Methods of measuring in Legg-Calve-Perthes dis- ease with special regard to the prognosis. Clin Orthop 1980; 150: 103. 16. Stulberg SD, Cooperman DR, Wallensten. The natural his- tory of Legg-Calve-Perthes disease. J Bone Joint Surg 1981; 63-A: 1095. 17. Lahdes-Vasama T, Lamminen A. Merikanto J et al. The value of MRI in early Perthes’ disease: An MRI study with a 2-year follow-up. Pediatr Radiol 1997; 27: 517. 18. Tsao AK, Dias LS, Conway JJ et al. The prognostic value and significance of serial bone scintigraphy in Legg- Calve-Perthes disease. J Pediatr Orthop 1997; 17: 230. 19. Naumann T, Kollmannsbergerger A, Fischer M et al. Ultra- sonographic evaluation of Legg-Calve-Perthes disease based on sonoanatomic criteria and the application of new measuring techniques. Eur J Radiol 1992; 15: 101. 20. Lee DY, Choi IH, Lee Ck et al. Assessment of complex hip deformity using three-dimensional CT images. J Pediatr Orthop 1991; 11: 13. 21. McAndrew MP, Weinstein SL. A long term follow-up of Legg- Calve-Perthes disease. J Bone Joint Surg 1984; 66-A: 860. 22. Herring JA, Williams JJ, Neustadt JN et al. Evolution of femoral head deformity during the healing phase of Legg- Calve-Perthes disease. J Pediatr Orthop 1993; 13: 41. 23. Herring JA. Legg-Calve-Perthes disease: A review of cur- rent knowledge. Instruc Course Lect 1989; 38: 309. 24. Petrie JG, Bitenc I. The abduction weight-bearing treatment in Legg-Perthes’ disease. J Bone Joint Surg 1971; 53-B: 54. 25. Salter R: Experimental and clinical aspects of Perthes’ dis- ease. J Bone Joint Surg 1966; 48-B: 393. 26. Harrison MH, Menon MP. Legg-Calve-Perthes disease: The value of roentgenographic measurement in clinical prac- tice with special reference to the broomstick plaster method. J Bone Joint Surg 1966; 48-A: 1301. 27. Harrison MH, Turner MH, Nicholson FJ. Coxa Plana: Re- sults of a new form of splinting. J Bone Joint Surg 1969; 51-A: 1057. 28. Eyre-Brook A: Osteochondritis deformans coxae juvenilis or Perthes’ disease: The results of treatment by trac- tion in recumbency. Br J Surg 1936; 24: 166. 29. Meehan PL, Angel D, Nelson JM. The Scottish Rite ab- duction orthosis for the treatment of Legg-Perthes dis- ease: A radiographic analysis. J Bone Joint Surg 1992; 74-A: 2-12. 30. Martinez AG, Weinstein SL, Dietz FR. The weight-bearing abduction brace for the treatment of Legg-Perthes dis- ease. J Bone Joint Surg 1992; 74-A: 12-21. 31. Lloyd-Roberts GC, Catterall A, Salamon PB. A controlled study of the indications for and the results of femoral os- teotomy in Perthes’ disease. J Bone Joint Surg 1976; 58-B: 31. 32. Sponseller PD, Desai SS, Millis MB. Comparison of femoral and innominate osteotomies for the treat- ment of Legg-Calve-Perthes disease. J Bone Joint Surg 1988; 70-A: 1131. 33. Leitch JM, Paterson DC, Foster BK. Growth disturbance in Legg-Calve-Perthes disease and the consequences of sur- gical treatment. Clin Orthop 1991; 262: 178. 34. Salter RB. The present status of surgical treatment for Legg-Perthes disease. J Bone Joint Surg 1984; 66-A: 961. 35. Crutcher JP, Staheli LT. Combined osteotomy as a salvage procedure for sever Legg-Calve-Perthes disease. J Pediatr Orthop 1992; 12: 151. 36. Catterall A. Legg-Calve-Perthes’ disease. London, Churchill Livingstone, 1982. 37. Quain S, Catterall A. Hinge abduction of the hip: Diagno- sis and treatment. J Bone Joint Surg 1986; 68-B: 61. 38. Kruse RW, Guille JT, Bowen JR. Shelf arthroplasty in pa- tients who have Legg-Calve-Perthes disease: A study of long term results. J Bone Joint Surg 1991; 73-A: 1338. 39. Willett K, Hudson I, Catterall A. Lateral shelf acetabulo- plasty: An operation for older children with Perthes’ dis- ease. J Pediatr Orthop 1992; 12: 563. 40. Bennett JT, Mazurek RT, Cash JD. Chiari’s osteotomy in the treatment of Perthes´ disease. J Bone Joint Surg 1991; 73-A: 225. Correspondencia: Aurelio G. Martínez Lozano Presidente de la Sociedad Mexicana de Ortopedia Pediátrica Av. La Clínica 2520-214 Edif. Delta, Col. Sertoma C.P. 04710, Mty, N.L.