El documento discute varios aspectos importantes que un predicador debe considerar al preparar un sermón. Primero, es crucial entender al público y sus necesidades espirituales más que personales. Segundo, los sermones deben ser apropiados para el tipo de congregación, ya sea nuevos o antiguos creyentes. Tercero, los predicadores deben estudiar constantemente la Biblia y teología a través de la oración y lectura para predicar el evangelio de forma sólida.