En el siglo XVI, España fue la mayor potencia mundial bajo los reinados de Carlos I y Felipe II. Carlos I expandió los territorios españoles en América y tuvo conflictos internos y externos. Felipe II continuó la política imperialista y contrarreformista, anexando Portugal en 1580, pero España entró en decadencia en el siglo XVII debido a la disminución de la población y la actividad comercial por epidemias, guerras y el agotamiento de los recursos minerales.