Fenomenológicamente el sonido es parte del espacio, sólo a través de los sonidos que resuenan en un espacio, éste puede ser percibido por nuestros sentidos. Cuando nos desplazamos en un espacio establecemos relaciones e interconexiones que se suceden consecutivamente de un sonido al siguiente sin cesar, con pausas aparentes de silencio que se pueden interpretar como una especie de vacío del propio espacio.