SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 32
Descargar para leer sin conexión
olomeo
La vida virtuosa y su
vinculación al Bien
supremo.
La Felicidad bajo el espejo de la Ética a
Nicómaco
El presente artículo tiene como objeto explicar la idea de bien encausada en
una vida lograda en Aristóteles, su divagar hasta la felicidad y una reflexión
acerca de la vinculación con la amistad, parte esencial en el perfeccionamiento
humano.
2011
Lic. ENRIQUE S. JUNIOR ALIAGA RUIZ
ESTUDIOS DE ETICA ESPECIAL
2
PRESENTACIÓN
LA VIRTUD COMO CONDICIÓN DE POSIBILIDAD PARA ALCANZAR LA FELICIDAD
Parece asombroso en realidad, el que a estas alturas de la historia del pensamiento y de la humanidad se continúe
estudiando a un hombre nacido en Grecia hace más de dos milenios. El gran Aristóteles.
El estagirita, plantea todo un itinerario encaminado en primera circunstancia a la virtud, la cual necesariamente
conlleva a la consecución de la felicidad.
En el presente estudio se irá describiendo justamente eso, el camino hacia la felicidad, los primeros momentos de
acción, la deliberación en el actuar, los cuales son muy considerados y tomados en cuenta por el filósofo1
, en
este trabajo se verá como Aristóteles desglosa la idea del bien y en razón de aquel anhelo de felicidad, es que
describe un trayecto hacia la vida lograda.
Y demuestra aunque no explícitamente que este género de vida, solo se da en un clima de virtud; luego hará un
paralelo entre lo que es una felicidad auténtica y una no del todo verdadera, este tema será tomado en la tercera
parte de esta presentación, ya que hablar del placer en cuanto posesión burda de satisfacción es un algo al cual
Aristóteles no quiere llegar. Esto lo hará cuando trate acerca de los bienes2
, entre los cuales conocemos los
aparentes y los discriminamos de los verdaderos.
Como si fuera poco nuestro filósofo haciendo gala de su amor apasionado por la verdad, demostrará que solo en
un clima sociable se vive en virtud, y es el perfecto caso de la amistad3
: el querer verdadero, el darse y del cual
se destaca la nota esencial del hombre la donación el olvido de sí, ya que en esto se da el fenómeno del darse sin
perder.
La felicidad es lo más anhelado por el hombre, aquel fundamento que le posibilita en su actuación a
perfeccionarse.
Sumemos a esto lo que en palabras de Leonardo Polo serían: la posibilitaciones y las virtualidades del hombre,
cuando habla de la optimización del hombre y sus cualidades para la perfección.
La vida es maravillosa y trascendamos este perfecto itinerario creado por Aristóteles encaminado a una vida
lograda, ya que en sus palabras: si un atleta hace muchos sacrificios por ganar una corona de laureles4
que no
haremos nosotros por ganar la corona de la gloria.
El Autor.
1
ARISTOTELES (1995) ETICA A NICOMACO (SEPTIMA Ed) MADRID: ESPASA CALPE, SA (Desde ahora, para citar la
Ética a Nicomaco se optará por la sigla E.N.)
2
E.N. III, III c
3
E.N.VIII,III d
4
E.N.I, VII a-b
3
CAPITULO I: LA IDEA DEL BIEN
4
I. IDEA DEL BIEN
La noción que hasta la actualidad manejamos del bien, es la misma que nos dejó como
herencia Aristóteles, al margen de que en nuestro actual acontecer, contemos con los
escritos de filósofos de la talla de Levinas y Kant, que con sus nuevos tratados de ética a
dando aquel giro que el mundo creía que necesitaba.
Lo planteado por el estagirita, gira en torno a un reconocimiento grande a la realidad de
las cosas y no al mero fenómeno demostrado, o a la simplicidad de la idea como lo
plantearía Platón en su famoso mito de la caverna5
Nuestro autor está convencido, de que para llegar a conseguir la felicidad que es la más
grande aspiración de hombre, es de suma importancia el adquirir algunos hábitos, los
cuales en su mayoría nos eran del todo deleitables y llamativos.
Los hábitos son las disposiciones permanentes del hombre, se hace ahínco en la frase
disposición, porque algunos autores creen que Aristóteles llama habito, a la mera
repetición de actos, si fuera de ese modo se estaría cayendo en un mecanicismo a ultranza
y eso sería mediocre a nuestro pensar, ya que se reduciría al hombre a una mera máquina,
no se profundizará mas en el tema ya que sería ocioso por parte nuestra el hacer toda una
apología sobre este tema. Es por ello que se dice que con la adquisición de esos hábitos
sorteará y deliberará constantemente en pos de conseguir un fin.
Ahora bien los hábitos pueden estar orientados hacia el bien convirtiéndose en Virtudes,
así como pueden ir parando en su antagónico el vicio.
Continuando y evitando algún tipo de referencia o panegírico a nuestro autor, continuaré
describiendo el tema que se propuso al inicio de este trabajo: La idea del Bien.
El bien es el fin de todas las acciones del hombre, ya que como el filósofo griego dijo el
bien en cuanto se ha dicho es el objeto de nuestras aspiraciones6
, esto quiere decir lo
apetecible, y lo concomitante a ello será el decir que la voluntad mueve al entendimiento,
5
La República L. VII c. Espasa Calpe, Planeta, 2007
6
E.N. I, 1 a
5
entonces es lógico que el hombre captador de ese bien por su misma apertura se sienta
llamado por él. Al afirmar que la voluntad mueve al entendimiento se podría dar pie y
apertura a uno de los sindromas más problemáticos por los que ha pasado la filosofía: el
hedonismo.
Es aquí justamente donde se denota el loable aporte del filósofo de Estagira, ya que si bien
es cierto la voluntad mueve al entendimiento, orientándolo hacia un bien que el concibe
como bueno y deseable, pero la razón debe ser la que lo oriente y de esta manera no se
desvirtuará en su pureza.
Las cosas en cuanto son, es que son queridas nos dirá en su metafísica, pero también
existe la capacidad del hombre de poseerlas por la intelección y adecuación intencional.
De lo cual deducimos que en pos de la consecución de los bienes entran a tallar dos puntos
neurálgicos, la inteligencia y la voluntad, el par mencionado dará la condición de
posibilidad para que el hombre pueda discriminar entre lo que es bueno y lo que es malo,
así como, dará a conocer que dentro de los bienes encontramos unos aparentes y unos
verdaderos.
La sabiduría y la política como el mismo las nomina son ciencias que se deben enseñar a
gente madura ya que el joven se dejará llevar por la pasiones y en vano se las habrá
enseñado: La juventud que solo escucha la voz de sus pasiones, en vano oiría tales
lecciones7
. Ante lo cual se puede decir que el ya gozaba del conocimiento de bienes
fáciles y bienes arduos.
Los bienes fáciles, son los que conducidos por el placer y sin recurrir a un gran esfuerzo
los conseguimos. El tipo segundo mencionado es el de los bienes arduos, los cuales solo
se conseguirán con un constante esfuerzo. A ellos se enfocara la vida virtuosa, ya que la
virtud se consigue con la repetición de actos concretos, (La aclaración acerca de este
punto, ya se hizo a su debido momento)
Ahora solo como un esbozo de lo que se explicará con más holgura en la tercera parte de
este escrito se puede decir que “la felicidad no es un efecto del azar; es a la vez un don de
los dioses y el resultado de nuestros esfuerzos”. O como el mismo lo expresará:
7
E.N. I, 1 h
6
La felicidad (…) la obtenemos por la práctica de la virtud, mediante un largo
aprendizaje o una lucha constante, no por eso deja de ser una de las cosas más
divinas de nuestro mundo8
ya que sería un absurdo “pensar e imaginar que lo
más grande y lo más bello que hay en el mundo esté entregado al azar9
nuestro
autor concluirá esta primera noción de felicidad con lo esta frase: para la
verdadera felicidad se necesitan, como dijimos antes, dos condiciones: una
virtud completa y una vida completamente desarrollada10
.
Antes de continuar con las virtudes como camino para la consecución de la felicidad.
Parece un tema de relieve el demostrar cómo en la consecución de esos bienes
encontramos que de la misma manera como se encuentran los bienes fáciles y los arduos
también se da el fenómeno de los bienes verdaderos y los aparentes.
II BIENES APARENTES Y BIENES VERDADEROS
Sería cansino el tratar de hacer todo un melifluo y concertado tratado acerca de los
mencionados arriba, así que se optará por solo dar unas nociones importantes para el
respecto.
Dentro de los bienes contamos con dos tipos, lo bienes verdaderos y los aparentes, en los
primeros el hombre dotado de su inteligencia y de su voluntad, así como de su gran
capacidad inventiva sumado a su intencionalidad en el conocer, va a darse cuenta de que
realidad en su aspecto mas natural es bella, armoniosa y tiene todo un orden, es por ello
que el hombre se siente atraído por ella. No obstante los males, como tal no serían del
nada asequibles si fueran deformados, es por ello que el hombre que los ve de una manera
noble cae en la trampa del subjetivismo y a comportamientos erróneos los reconoce como
adecuados.
Con esto lo que se quiere decir, es que hay un sinfín de bienes que se presentan en
apariencia del todo buenos, es más son deleitables, su adquisición produce un goce
8
E.N. I, 7 a
9
E.N. I, 7 b
10
E.N. I, 7 b-c
7
incluso un tanto perdurable, pero lo que también se debe tener en cuenta es que no todo lo
que brilla es oro.11
Cuando se ve todo lo que respecta a los bienes verdaderos, se entra en una de las
paradojas más inescrutables de nuestra realidad, y es que los bienes verdaderos son
arduos, no del todo apetecibles por como se muestran. Pero son perdurables, tienen en sí
un algo que los convierte en mucho más puros.
Así como en el caso del amor, un amor verdadero necesita de confianza, de respeto de
amabilidad, de entrega y de sacrificio, ya que lo que se quiere es a la persona en sí y no el
gusto o placer que esa persona siembra en mí porque de la misma manera como yo actúe
con las otras personas en virtud de justicia y alteridad seré tratado.
Acerca de este punto en el presente no se profundizará, ya que en el estudio de
antropología que algunos muy buenos filósofos12
han realizado se puede ver con más
claridad, con esto no se quiere menospreciar lo aportado por Aristóteles, ya que para la
temporalidad de sus escritos son de sobremanera espectaculares.
Si hacemos las cosas o el enamoramiento con esa visión automáticamente estaríamos
nadando en contra de la corriente del auténtico amor y el respeto de la persona, que de
alguna manera expreso de una buena manera Kant en su Crítica a la Razón Práctica «La
ley moral es sagrada (inviolable). Sin duda el hombre es harto impío, pero la humanidad
en su persona debe ser sagrada para él. En toda la creación, cuanto se quiera sobre lo
cual se tenga poder, puede emplearse también como mero medio; solamente el hombre, y
con él toda criatura racional, es fin en sí mismo.»13
. Pues del mismo modo los bienes
verdaderos son querido por lo que son, y no por el resultado del adquirirlos.
11
Con esta nota lo que se quiere dar a entender es que en muchas ocasiones doctrinas no tan certeras como el
utilitarismo de Stuart Mill se centran en el mero sentido accionar o instrumental de las cosas y se olvidan de
su importancia ontológica.
12
Filósofos como Karl Lewis, Ricardo Yepes Stock, y en el sentido de la virtud en el hombre Alsdair McIntyre (en
su libro tras la virtud), entre otros.
13
Parte extraída de un pasaje de la Crítica a la Razón Práctica capítulo tres, los móviles de la razón práctica
pura.
8
Igualmente lo expreso Tomas Meléndo en una ponencia dictada en la universidad de Piura
“la filosofía no es una ciencia, ni mucho menos un estudio que sirva para una utilidad
práctica, sino que se estudia por el mero y verídico amor al saber en una palabra a la
sabiduría”14
De estos dos filósofos podemos destacar que para ellos tanto la persona, como el saber
filosófico son bienes verdaderos ya que su bondad no radica en lo producido, sino en ellos
mismos es algo inmanente.
Ahora bien en contraste, los bienes aparentes son meras distorsiones de nuestras
capacidades sensibles, las cuales obnubiladas por la supuesta hermosura de las mismas
desembocan en una quimera filosófica e incluso en una mera utopía real, aunque parezca
paradójica la afirmación es muy real, ya que los bienes aparentes destacan la utilización y
el placer durante el ejercicio de su adquisición, pero su perdurabilidad es muy exigua.
14
Tomas Meléndo catedrático de metafísica en la universidad de Málaga, impartió un curso seminario en dicha
universidad, el pretexto también es referido en su libro Introducción a la filosofía en el apartado segundo
cuando habla del amor a la verdad y sobre todo a la no utilización de la filosofía como medio de supervivencia
C III introducción a la filosofía, cuadernos eunsa.
9
CAPITULO II: LAS VIRTUDES
ENCAMINADAS AL BIEN
10
I. ACCIONES VOLUNTÁRIAS E INVOLUNTÁRIAS
En el presente ítem, se tomarán dos puntos, ellos son las acciones voluntarias y su
contrapartida las involuntarias, también importantes en ese camino a la felicidad. Ya que
como bien se sabe, la adquisición de la felicidad solo se dará en un clima de libertad.
Ahora en muchos casos las personas actúan de una determinada forma por coacción,
forcejeo, entre otras cosas, por ello demos un vistazo a la manera de entender esta cuestión
a la sutil manera del estagirita.
Nuestro autor parte con esta idea: la virtud solo puede aplicarse a actos voluntarios:
‹‹Refiriéndose a la virtud, a las pasiones y a los actos del hombre, y no pudiendo
recaer la alabanza o la censura sino sobre las cosas voluntarias, puestos que en
las cosas involuntarias lo que procede es el perdón y, a veces, la compasión, es
un estudio imprescindible cuando se quiere dar razón de la virtud, determinar lo
que debe entenderse por acto voluntario e involuntario››15
.
Ahora no es prematuro en sus respuestas y dará testimonio de ello cuando de algunas
nociones de lo que podría decirse de un acto involuntario: Deben mirarse como
involuntarias todas las cosas que se hacen por fuerza mayor o por ignorancia16
. Es más
aumentara la explicación aduciendo que cuando una cosa se hace por fuerza mayor
externa, el ser que obra y que sufre no contribuye en nada a esta causa, el dará un ejemplo
que a lo mejor podría ilustrar un poco la idea:
‹‹Imaginemos que nos vemos arrastrados por un viento irresistible o por alguien
que se ha hecho dueño de nuestra persona. Hay cosas también de que nos
dejamos llevar, sea por el temor de males mayores, sea bajo el influjo de un
motivo noble; por ejemplo: un tirano, dueño de vuestros padres y de vuestros
hijos, os impone una cosa vergonzosa; podéis salvar esas personas que os son
queridas, si os sometéis; y perderlas si os rehusáis someteros; y en caso
semejante, se puede preguntar si algo es voluntario o involuntario.17
15
E.N. III,1 a
16
E.N. III,1 b
17
E.N. III,1 c
11
De la misma manera en que se dan las acciones voluntarias e involuntarias se dan también
las mixtas, esto quiere decir que bajo alguna circunstancia el actuante se ve en una aporía
sensible o en una paradoja, ya que al inclinarse por la realización de una acción, aunque
esta no sea del todo querida por él ya la está ejecutando, esto le lleva a concluir que por
inclinarse hacia ella, la está asumiendo. En este tipo de contrariedades se encuentran las
acciones mixtas. Que parten de una decisión no querida en un principio, pero a la que hay
que aunarse con el afán de conseguir una tranquilidad mayor.
En este caso si se puede hablar aún de uso de libertad, ya que tanto el objeto, el fin y las
circunstancias ameritan la deliberación racional del actuante.
II. VIRTUDES MORALES
No es novedoso el partir con la máxima de que el objeto verdadero de la voluntad es el
bien, ya que la deliberación y la voluntad se aplican al objeto que se busca18
ahora se
podría retomar lo expuesto acerca del bien aparente, como distorsión al momento de
captar la realidad:
Cuando se sostiene que solo el bien es el objeto de la voluntad, se corre el riesgo
de caer en esta contradicción: que lo que quiere el hombre, cuya preferencia ha
sido mala, no es realmente querido por él; porque desde el momento en que la
cosa es el objeto de la voluntad, precisamente es buena según esta teoría; y que
sin embargo ella es mala, puesto que fue debida a una preferencia extraviada. 19
Con esto se puede concluir en que efectivamente el bien es el objeto verdadero de la
voluntad, entonces se concuerda en que lo real es la cosa en sí misma, y que lo aparente,
es meramente lo que me produce placer.
Nuestro autor también planteará que si es en recto uso de mi libertad concertada en una
consiente deliberación se puede aducir que tanto la virtud como el vicio son voluntarios.20
Retomando el tema de las virtudes podemos decir que tanto el valor21
, que es el punto
medio entre el miedo y la audacia, como la templanza22
, justo medio entre lo relativo a los
18
E.N. III. 5, a
19
E.N. III. 5, b
20
E.N. III. 6, a
21
E.N. III. 7, a
12
placeres, contrastada con la intemperancia y la cobardía23
, la liberalidad24
, la
magnificencia25
contrastada con la suntuosidad propia del mediocre, la magnanimidad26
conocida como la grandeza del alma, distinguida de la insensatez y la mezquindad, la
fastuosidad, la indiferencia, y la mansedumbre27
buen medio entre la irascibilidad y la
indiferencia, dentro de las virtudes morales debe vislumbrarse el resplandor del espíritu
sociable28
, ya que entre los hombres con los que se tendrá a bien relacionar o convivir se
verán casos de complacientes, batalladores y pendencieros, al respecto en la cuarta parte
del trabajo se expondrá de manera más detallada lo referente a la amistad, culmen de lo
sociable en el hombre. Otras de las virtudes morales por adquirir en este caminara a la
felicidad es la veracidad y la franqueza29
contrastada con la ofuscan te vanidad y
pedantería.
No es uno vanidoso y fanfarrón sólo porque sea capaz de mentir, sino porque de,
hecho, ha preferido la mentira a la verdad.30
Otra de las virtudes que se va adquiriendo es la del donaire en el decir, en manifiesto
contraste con lo bufones e insípidos, como suele llamarlos Aristóteles.31
Continuando en
este desfile de virtudes morales nuestro autor propone el pudor y la vergüenza32
. Y por
último nos hablará de la justicia, como espléndido medio para la aceptación de nuestra
mismidad y la de los demás, devolviéndole la humanidad perdida por lo enojos las
revanchas, las insidias, en palabras cortas la gran capacidad de amar en virtud de justicia y
verdad.
La ley del talión, como ninguna entre otras si es que van contra la naturaleza del obrante o
de la de su par no puede ser aplicable33
. Ya que de ser aplicada, iría contra la naturaleza
22
E.N. III. 11, b
23
E.N. III. 13 a-b
24
E.N. IV. 1 a-b
25
E.N. IV. 2 a-c
26
E.N. IV. 3 a-c
27
E.N. IV. 5 a-b
28
E.N. IV. 6 a-b
29
E.N. IV. 7 a-b
30
E.N. IV. 7 c
31
E.N. IV. 8 a
32
E.N. IV. 9 b
33
E.N. V. 1 a-b
13
propia del hombre en vista de ello es del todo nefasta, y su aplicación contraria al
perfeccionamiento de la persona. Y por lo tanto si se dice que solo en una vida lograda
esta la felicidad, si se actúa de tal manera que se deteriore la naturaleza esta condiciona
irresolublemente a que sea rechazada, tanto la ley del talión como cualquier tipo de acción
de esa índole, no puede ser observada de buena manera por una filosofía realista.
III. VIRTUDES INTELECTUALES
Una mirada a las virtudes morales, contribuyo de sobremanera a entender lo importante del
plantearse con rigor el tema de la felicidad y del bien, esto nos conlleva a continuar con la
afirmación de que la virtud está en el punto medio, evitando tanto el exceso como el
defecto34
el filósofo de Estagira dividirá en su libro las virtudes del alma aduciendo que
algunas son virtudes del corazón y otras virtudes del espíritu35
. Al igual que en su doctrina
del alma dirá que una de sus partes está dotada de razón y la otra de irracionalidad, además
dará la noción de los tres principios constitutivos del hombre: sensación, entendimiento y
el instinto estos disponen del hombre como dueños de la acción y de la verdad.36
Lo mejor
sería en palabras del filósofo de Estagira que siempre que se realice una acción ésta tenga
una buena razón de hacerse, por ende verdadera y que el instinto que la mueva sea bueno y
recto. Además gracias al intelecto podemos discriminar lo bueno de lo malo, la verdad y el
error, sabiendo que los mencionados son objetos únicos de la inteligencia.37
En otro apartado de nuestra queridísima obra el filósofo ateniense dará algunos medios
para alcanzar la verdadera ciencia en pos de la vida lograda, la felicidad, y tales son: el
arte, la prudencia, la sabiduría, la inteligencia, y la misma ciencia.38
Uno de los detalles
que aclara con mucha precisión nuestro filósofo es que si sabemos adquirir las virtudes
jamás las perderemos, al margen de ser disposiciones permanentes, calan de tal manera en
la mismidad del hombre que lo configura y hacen de él un nuevo ser, capacitado de verdad
y de perfecciones, cuando refiere de la prudencia dice esto:
34
E.N.VI,1a
35
Cfr. E.N. VI, 1c
36
Cfr. E.N. VI, 1e
37
Cfr. E.N. VI, 1f
38
Cfr. E.N. VI, 2b
14
Es necesario reconocer que la prudencia es esta cualidad que, guiada por la
verdad de la razón, determina nuestra conducta con respecto a las cosas que
pueden ser buenas para el hombre.39
Ahora bien, se debe tener cuidado ya que la prudencia no es una simple manera de ser que
acompañe a la razón y la apruebe, ya que una manera de ser podría perderse con facilidad
por el olvido, en cambio la prudencia no se pierde ni se olvidará jamás.40
Vuelvo a recalcar acerca de las facultades mediante las cuales conocemos la verdad: la
ciencia, la prudencia, la sabiduría, la inteligencia.
Ahora bien la sabiduría es aplicable siempre a cosas concretas, así como el prudente sabe
discernir bien su interés en todo lo que le toca personalmente.
La prudencia además enseña al hombre de sobremanera el actuar con serenidad y madures,
ya que deliberar es pensar y pensar es tomar con detenimiento las cosas.
Cuando se delibera, se gasta muchas veces largo tiempo; y ordinariamente se
dice que si debe ejecutarse rápidamente la resolución que se ha tomado después
de la deliberación, es preciso deliberar con calma y madurez.41
Ahora bien en este afán por deliberar, el hombre debe sacer orientarse ya que puede que
confunda el comprender, con el comprender bien.42
Continuando podemos llegar a preguntarnos entonces ¿a qué fin tienden las virtudes
intelectuales?, y la respuesta podría ser: todas las virtudes intelectuales y todas las acciones
que podemos ejecutar se aplican siempre a hechos particulares, es decir a los términos
extremos, y justamente a ellos debe atender el hombre dotado de prudencia.
Nunca la naturaleza hace al hombre sabio y prudente, ya vimos que no es producto del azar
el ser virtuosos, pero la naturaleza es la que dota de sentido, da la penetración de espíritu y
de entendimiento hacia la consecución de ese añorado fin.43
39
E.N.VII.4b
40
Cfr. E.N.VII,4b
41
E.N. VII, 4c
42
E.N. VII, 8a
43
E.N. VII, 9b-c
15
CAPITULO III: EL TEMA DEL
PLACER
16
I. EL PLACER Y EL BIEN SUPREMO
Antes de hablar sobre la verdadera felicidad se torna de vital importancia tratar sobre el
placer y relación con la vida buena; es así que Aristóteles comienza el último libro
retomando el tema del placer del libro siete44
, debido a la importancia que esta tiene en
relación con la felicidad y su correcta definición.
Pues para el Estagirita, el placer es una inclinación que está “íntimamente asociada a
nuestra naturaleza”45
. Sostiene que una vida feliz debe incluir el placer, y por lo tanto se
opone a aquellos que argumentan que el placer es por naturaleza malo (Eudoxo ponía el
sumo bien en el placer y Espeusipo lo consideraban como un mal). Por otra parte insiste
en que hay otros placeres, aparte que el de los sentidos, y que los mejores placeres son los
que experimentan las personas virtuosas que poseen recursos suficientes para una
excelente actividad la cual residirá la verdadera felicidad.
Es así como Aristóteles se da cuenta que el placer tiene que ver mucho con la felicidad, y
por lo mismo, conlleva también a una relación con la ética, porque el placer contribuye con
la virtud moral y la vida feliz, puesto que todo hombre busca siempre las cosas que le
agradan y huye de las cosas que le causan dolor46
Hablemos sobre esto con más detenimiento; pues hemos dicho que sobre el tema del placer
se le ha dedicado en dos libros: VII (11- 14) y el X (1- 5)47
. Pues lo que busca Aristóteles
es encontrar la naturaleza del placer y su relación con la felicidad, ya que es una
inclinación que acompaña al ser humano durante toda su vida, por lo que tiene mucha
importancia y valor para alcanzar la virtud y la vida próspera, asimismo se da cuenta de
“que la mayoría de los hombres piensan que la felicidad va acompañada del placer”48
.
44
El libro VII ofrece una breve reseña de qué es el placer y que no es. Además demuestra que no es un proceso
sino una actividad sin trabas de un estado natural. Cfr. EN, VII, 1153 a, 5- 20.
45
EN, X 1, 1172a 20
46
Cfr. EN, X 1, 1172a 20-25
47
En este epígrafe se tendrá más en cuenta el tema del placer del libro X de la Ética a Nicómaco pues el
concepto de placer que Aristóteles desarrolla en el libro X es evidentemente muy relacionada con el análisis que
ofrece en el libro VII
48
EN, VII 11, 1152b 5
17
Pues con lo dicho hasta el momento podemos notar que el placer se trataría de un bien; por
lo que se hablaría, que la felicidad es un hedonismo. Aristóteles pronto se da cuenta de ello
por lo que hace explícito la necesidad de esclarecer el tema buscando el justo medio entre
las diversas opiniones; un ejemplo de ello es la de Eudoxo que ponía el sumo bien en el
placer49
, es así que Aristóteles aplicando su teoría de acto y potencia establece que el
placer no es un bien absoluto, pero tampoco un mal. “Es un acto de una cualidad conforme
a la naturaleza”50
, un resultado que acompaña a toda la actividad natural del hombre. Es
así la conclusión a la que llega Aristóteles, que es la de defender la idea de que el placer
debe ser incluido en un lugar dentro de los bienes pero que no se le debe considerar el
bien supremo, reconoce que el placer es un bien, pero no lo bueno que se debe buscar en sí
mismo y para esto cita y aprueba un argumento dado por Platón en el Filebo: Si nos
imaginamos una vida llena de placer y luego mentalmente añadimos la sabiduría a la
misma, el resultado se hace más deseable. Pero el bien es algo que no se puede mejorar de
esta manera. Por lo tanto, el placer no es el bien51
. En otro pasaje de la obra también se
nota el rechazo de que el placer sea el bien supremo debido a la diversidad de placeres que
se busca:
“Puesto que ni la misma naturaleza o disposición es o parece ser la mejor para
todos, tampoco todos persiguen el mismo placer, si bien todos persiguen el
bien”52
Por lo tanto Aristóteles señala en varias ocasiones que el mero hecho de decir que el placer
es un bien no lo hace lo suficientemente capaz como para considerarlo un bien supremo,
sino más bien señala a lo largo de estos capítulos que el mayor bien es un placer. Y es
aquí donde se ve la influencia de una idea expresada en la ética: el bien es el objeto de
todas nuestras aspiraciones.
II. LA NATURALEZA DEL PLACER
49
Cfr. EN, VII 13, 1153b 5; EN, X 2, 1172b 10- 15
50
EN, VII 12, 1153a 10
51
Cfr. EN, X 2, 1172b 30-35.
52
EN, VII 13, 1153b 30
18
Después de esto Aristóteles indaga sobre la naturaleza del placer el cual no es un proceso,
ya que los procesos pasan por etapas de desarrollo: la construcción de un templo es un
proceso, porque el templo no está presente de una vez, pero sólo llega a ser por etapas que
se desarrollan con el tiempo53
. Por el contrario, el placer, al igual que el ver y muchas otras
actividades, no es algo que viene a la existencia a través de un proceso de desarrollo. Si
estoy disfrutando de una conversación, por ejemplo, no es necesario esperar hasta que se
termine con el fin de sentirse satisfecho, tengo el placer de la actividad a lo largo del
camino54
. De esta manera definir la naturaleza del placer se podría decir que es una
actividad que acompaña a otras actividades, y en cierto sentido, les lleva a cumplimiento55
.
El placer se produce cuando algo dentro de nosotros, después de haber sido puesta en
buenas condiciones, se activa en relación con un objeto externo que también está en buenas
condiciones. El placer de dibujar, por ejemplo, requiere el desarrollo de la habilidad para el
dibujo y un objeto de la atención que está recibiendo dicha actividad.
La teoría propuesta en el libro saca un punto importante: el placer es, por su naturaleza
algo que acompaña a otra cosa. No es suficiente decir que es lo que sucede cuando estamos
en buenas condiciones y están activos en circunstancias sin obstáculos, hay que añadir a
ese punto la idea, que el placer juega un cierto papel en la complementación de algo
distinto de sí mismo. Por ejemplo dibujar bien y el placer de dibujar siempre se presentan
juntas, y por lo tanto son fáciles de confundir, pero el análisis de Aristóteles hace hincapié
en la importancia de hacer esta distinción.
Él dice además que el placer completa la actividad que acompaña, pero luego agrega,
misteriosamente, que completa la actividad en la forma de un final que se suma
“El placer perfecciona la actividad, no como una disposición que reside en el
agente, sino como un fin que sobreviene como la flor de la vida en la edad
oportuna”56
53
Cfr. EN, X 4, 1174a 20- 30;
54
Cfr. EN, X 4, 1174b 15- 30
55
Cfr. EN, X 5, 1175b 30
56
EN, X 4, 1174b 30
19
Hay que entender cuando Aristóteles dice que el placer termina una actividad, no significa
que la actividad se presenta de alguna manera defectuosa, y que el placer mejora la
actividad mediante la eliminación de este defecto. Aristóteles no niega que cuando
tenemos el placer de una actividad se consigue lo mejor con él, pero cuando dice que el
placer completa una actividad como algo que sobreviene a ella, el punto es que la actividad
que se realiza se complementa con el placer, y el placer que lo acompaña es una
bonificación que no sirve para nada más. Es decir; el placer que se siente en una actividad
nos ayuda a mejorar en esa actividad, por lo que se revela más plenamente lo que es: un
valor añadido que corona nuestro logro.
“Cada actividad es incrementada con el placer que le es propio, y así los que se
ejercitan con placer en las cosas juzgan mejor y hablan con más exactitud de
ellas…Así pues, los placeres intensifican las actividades que le son propias”57
Con esto se concluye que el placer es lo que completa una actividad como consecuencia, y
no como si la actividad fuera el placer, lo que da el placer su verdadero valor no es placer
mismo, sino la acción a que corresponde y de la cual resulta
Después de la afirmación que cada placer es propio del acto que completa, y conociendo
que los actos del hombre son múltiples, por ser este un ser compuesto de cuerpo y alma,
podemos decir que existen placeres más o menos elevados, por lo que hay que hacer una
selección entre los placeres que son mejores, entre los cuales hay que dar preferencia a los
del alma sobre los del cuerpo, ya que estos placeres corresponden a la actividad más
elevada del hombre que no es la corpórea sino la espiritual58
.
III. EL PLACER Y SU VÍNCULO CON LA FELICIDAD
57
EN, X 5, 1175a 30-35
58
Cfr. EN, VII 14 c
20
Con lo dicho hasta el momento podemos afirmar ya lo que hemos dicho en párrafos más
arriba que Aristóteles hace notar que una vida feliz debe incluir el placer y que este tiene
también influencia para la virtud. Por lo tanto el placer le compete a la ética.
Aclarado el panorama se puede afirmar que obrar éticamente, para llegar a la verdadera
felicidad, el placer tiene que regirse por la actividad característica del ser humano. Así, por
ejemplo el hombre perverso encontrará placer en lo que no es un bien, mientras que el
hombre bueno lo encontrará en el bien59
.
Entonces, la felicidad es una actividad que tiene fin en sí y no en otra actividad, y además
es autosuficiente y se actúa de acuerdo con la virtud. La felicidad no es la actividad en
consonancia con cualquier virtud, sino con la más excelsa virtud, y ésta dependerá de la
facultad más excelsa: en el caso del hombre el intelecto.
De allí que para Aristóteles da una plena defensa de la idea de que el modo más feliz de la
vida humana se parece a la vida de un ser divino. Él concibe a Dios como un ser que
continuamente disfrutar de un placer único y sencillo60
, el placer del pensamiento puro,
apela a su concepción de la actividad divina sólo para defender la tesis de que nuestro bien
supremo consiste en un cierto tipo de placer.
Con esto se afirma que para Aristóteles la felicidad humana no consiste en cualquier tipo
de placer, tampoco consiste en un tipo de placer por el placer, sino el placer que siente un
ser humano que participa de la actividad teórica y por lo tanto imita el pensamiento de
Dios, agradable.
Discusión de Aristóteles del placer por lo tanto ayuda a confirmar su hipótesis inicial de
que hay que vivir nuestras vidas y debemos además centrarnos en un tipo de bien sobre
todos los demás: la actividad virtuosa. Es el bien en cuanto a que todos los demás bienes se
debe entender. De allí que se afirma:
“Los verdaderos placeres del hombre son las acciones conforme a la virtud”61
59
Cfr. EN, X 5, 1175b 25
60
Cfr. EN, VII 14, 1154b 20- 25
61
Cfr. EN, I 8, 1099a 20
21
CAPÍTULO IV: LA
FELICIDAD AUNTENTICA
22
I. EL BIEN SUPREMO: LA FELICIDAD
Ahora vamos a ver como se introduce el concepto de felicidad, y en que reside la auténtica
felicidad.
Muy bien se conoce que el fin último puede estudiarse a partir de la misma naturaleza
humana. La naturaleza es un proceso que se dirige hacia su plenitud, hacia la obtención de
bien supremo. Este bien supremo o perfecto, en la filosofía griega recibía el nombre de
Felicidad (en griego ). La inclinación natural del hombre al bien definitivo,
que se ve reflejada en la estructura finalista de la actividad libre62
; es decir, “el obrar
humano deliberado mira siempre a un fin último o bien supremo”, aparece ahora como el
deseo natural de ser feliz63
“Puesto que todo conocimiento y toda elección tienden a algún bien, digamos
cuál es aquel a que la política aspira y cuál es el supremo entre todos los bienes
que pueden realizarse. Casi todo el mundo está de acuerdo en cuanto a su
nombre, pues tanto la multitud como los refinados dicen que es la felicidad, y
admiten que vivir bien y obrar bien es lo mismo que ser feliz”64
Como se Aristóteles hace notar que el tema de la felicidad, está ligado a la teoría de la
acción y además al hablar de bien supremo necesariamente aparece a relucir el concepto de
felicidad, que está presente en todo hombre como una aspiración natural.
Al afirmar que la felicidad es una aspiración natural, se quiere mostrar que la felicidad “es
el modo en que nos aparece el término último que corresponde por naturaleza, y no en
virtud de una decisión libre”65
, por lo que es algo del cual no se puede prescindir, no está
en el ámbito de lo elegible.
Visto entonces la relación existente entre el bien supremo y la felicidad, con lo cual
pasaremos ahora a analizar la teoría de la felicidad de Aristóteles, que es expuesta en el
62
Esta doctrina se conoce también como la Teoría de la Acción
63
Cfr. RODRIGUEZ LUÑO, A., Ética General, Eunsa, Pamplona 2004, p 89- 90
64
EN, I,4 1095a 14-20
65
RODRIGUEZ LUÑO, A., Ética General, Eunsa, Pamplona 2004, p 98
23
libro I y en los últimos capítulos del libro X, como se sabe la investigación aristotélica
sobre la auténtica felicidad parte de su visión finalista del obrar voluntario, visto ya
anteriormente sobre la teoría de la acción el cual toda actividad se dirige a un fin,
Aristóteles se interpela pensado que la actividad más excelsa, la más perfecta, contendrá el
bien más agradable y la más placentera. Aristóteles afirma que “esa actividad será la que
poseerá el bien más elevado de modo perfecto, ininterrumpido y autosuficiente”66
cuya
palabra se le designa con el nombre de felicidad; pues es el fin de todos los actos del
hombre, además porque este el bien supremo permite que los bienes particulares sean
realmente bienes no en sí mismos pero de manera secundaria67
y por la cual se buscan
estos:
“… El bien que debe buscarse solo por sí mismo, es más definitivo que el que se
busca en vista de otro bien, y el bien que no debe buscarse nunca en vista de otro
bien es más definitivo que estos bienes que se buscan a la vez por sí mismo y a
causa de este bien superior… He aquí el carácter que parece tener la
felicidad”68
Visto entonces que el bien supremo es la felicidad, y en la que todos están de acuerdo, que
la elegimos por ella y solo por ella, y nunca con la mira de otra cosa69
.
El autor nos dice que todos estamos de acuerdo que necesitamos la felicidad, pero que
discrepamos en cuanto a su contenido, de allí que considera y compara las diversas
opiniones de los hombres, acerca de la felicidad70
; además analiza los diversos géneros de
vida71
que puede adoptar el hombre, de allí que exista un rechazo y exclusión, a que la
verdadera felicidad se encuentre en el placer, la riqueza o en el honor, aunque acepta que
deseamos esos bienes para ser felices, pues viene a ser como los bienes que se busca no en
sí mismos sino en otro.
66
RODRIGUEZ LUÑO, A., Ética General, Eunsa, Pamplona 2004, p 116
67
Cfr. EN, I, 2, 1095a 26
68
EN, I, 4, 1095a 25
69
EN, I, 7, 1097b 1- 7
70
Cfr. EN, I, 4 1095a 22- 28
71
Cfr. EN, I, 5 1095b 15- 30
24
Por lo que la conclusión en su investigación de su trabajo final es, que lo bueno por sí
mismo es la vida conforme a la razón o la vida virtuosa, que correspondería al tercer
género de vida que puede adoptar un hombre. Llega a esta conclusión partiendo de un dato
antropológico; que la vida es común a las plantas y a los animales y al hombre, la
sensibilidad común al animal y al hombre, pero lo propio del hombre es la vida racional72
,
de allí que la felicidad de un ser humano debe tener algo que ver con el ser humano, y que
distinga a la humanidad fuera de otras especies, y que nos da la posibilidad de vivir una
vida mejor, por lo que se concluye que está en nuestra capacidad de guiarnos por el uso de
la razón. De esta manera para conocer con más claridad la felicidad debemos lograr captar
la función propia de hombre, pero el hombre debe encontrar el bien en su propia obra, la
cual consiste en la actividad del alma según la razón73
.
Entonces “lo que hace feliz a un hombre es la perfección de la actividad según la razón,
perfección a la que llamamos virtud”74
; pero no es una virtud cualquiera75
, sino la más
excelsa, la más perfecta entre las demás (pues como se ha visto en el capítulo segundo son
varias las virtudes) y que se encuentre en una vida entera, y esa vida es la vida teorética o
contemplativa:
“Si la felicidad solo consiste en el acto que es conforme con la virtud, es natural
que este acto sea conforme con la virtud más elevada; es decir, la virtud de la
mejor parte de nuestro ser, y está en nuestro entendimiento”76
Por tanto ningún otro escritor o pensador había dicho exactamente acerca de lo que es
vivir bien. Como él mismo señala, una concepción tradicional de la felicidad se identifica
con la virtud. Por esta razón, la teoría de Aristóteles se debe interpretar claramente. No
dice, que la felicidad es la virtud, sino que es la actividad virtuosa. Vivir bien consiste en
hacer algo, no sólo estar en un cierto estado o condición. Consiste en las actividades de
toda la vida que actualizan las virtudes de la parte racional del alma, es decir las virtudes
intelectuales y las virtudes éticas.
II. LA FELICIDAD VERDADERA: VIDA CONTEMPLATIVA
72
Cfr. EN, I, 7 1097b 22 – 1098a 1
73
Cfr. EN, I, 7 1098a 6- 20
74
RODRIGUEZ LUÑO, A., Ética General, Eunsa, Pamplona 2004, p 116
75
Con este término no quiero decir que las demás virtudes carezcan de valor o sean menos importantes
76
EN, X, 7, 1177a 12- 16
25
A manera de recordar lo visto en el capítulo segundo Aristóteles distingue en la razón, dos
dimensiones una teórica y otra práctica, a la que corresponden dos tipos de virtudes; las
virtudes intelectuales o dianoéticas y las virtudes éticas o morales77
.
Conociendo además que la vida feliz del hombre corresponde a una perfección de la
actividad según la virtud; asimismo Aristóteles hace notar que la vida más alta y más digna
es la contemplación teórica de la verdad, por lo que las virtudes intelectuales son las que
proporcionan la perfecta felicidad al hombre; pero además, Aristóteles habla de un
segundo tipo de felicidad, una felicidad que se relaciona con el segundo tipo de virtudes, a
la que le llama imperfecta, la cual consistiría en la vida de quien regula su conducta según
las virtudes éticas. A continuación lo desarrollaremos con más detenimiento.
Aristóteles afirma que la felicidad perfecta se halla en la actividad contemplativa78
, y para
esto sostiene con una serie de argumentos. Aristóteles considera que el entendimiento es
divino o lo más divino que hay en nosotros, y que la contemplación es la actividad más
autosuficiente, la más agradable y placentera “que parece ser amada por sí misma, pues
nada se saca de ella aparte de la contemplación, mientras que las actividades prácticas
obtenemos siempre algo, más o menos, aparte de la acción”79
, “es lo más precioso que hay
en nosotros y la cosa más valiosa entre todas cuantas son accesibles a nuestro
conocimiento”80
, además el sabio necesita pocas cosas, fuera de las indispensables para
vivir. Se basta así mismo, pues no necesita más que estar a solas para poderse entregar al
estudio y a la contemplación81
. Es lo que distingue principalmente a los hombres de los
animales, y lo que más le asemeja a los dioses, que son los seres más dichosos:
“De modo que la actividad divina, que a todos aventaja en beatitud, será
contemplativa. Señal de ello es también el hecho que de que los demás animales
no participan de la felicidad por estar completamente privados de tal clase de
actividad. Así la vida de los dioses es toda feliz; la de los hombres, lo es en la
medida en que tienen cierta semejanza de la actividad divina; y de los demás
77
Cfr. EN, I, 13 c
78
EN, X, 7, 1178b 7- 8
79
EN, X, 7, 1177b 2
80
EN, X, 7, 1177a 13- 26
81
EN, X, 7, 1178b 2- 5
26
seres vivos ninguno tiene la felicidad porque no participa en modo alguno de la
contemplación”82
La felicidad de los hombres será más feliz cuanto más sea imitación de la actividad divina
y cuanto más intensa y elevada sea la contemplación. Por tanto la felicidad perfecta
consistirá en la contemplación83
, de allí que Aristóteles coloque en un plano superior las
virtudes intelectuales que las morales.
Aristóteles reconoce que ese ideal de vida es tan elevado que no todos pueden aspirar a él:
“Tal vida, sin embargo sería superior a la de un hombre pues el hombre viviría
de esta manera no en cuanto hombre, sino en cuanto hay algo de divino en él; y
la actividad de esa parte es tan superior al compuesto humano que, si pues la
mente es divino respecto del hombre también la vida según ella será divina
respecto de la vida humana”
84
A pesar de lo afirmado en este fragmento de texto Aristóteles insta al hombre a cultivar
esto de divino, si es posible poner todas nuestras fuerzas para conseguir este ideal.
Ahora para acabar de completar este ideal de la vida humana debemos conocer cuál es el
objeto sobre el cual tiene que versar la actividad contemplativa, aunque no lo habla
explícitamente en la Ética a Nicómaco, en su otro libro Ética a Eudemo si hace referencia
donde se propone como objeto de la vida divina el culto y la contemplación85
.
Se toma este aporte de la ética a Eudemo, porque de esta manera se posee una visión más
completa de cómo se debe entender la felicidad perfecta.
III. Felicidad Imperfecta: Una Vida Conforme a las Virtudes
82
EN, X, 8, 1178b 26-27
83
Hay que entender por contemplación no como la concepción de hoy, como una actividad del profesor de
filosofía o del filósofo, sino que contemplación en la antigua Grecia se entendía como un género de vida
orientada a la búsqueda de la verdad.
84
EN, X, 7, 1177b 26- 31
85
Cfr. Ética a Eudemo VII, 15, 1249b 16- 26
27
Aristóteles cuando termina de abordar el tema sobre la felicidad perfecta, la vida
contemplativa pasa inmediatamente hablar sobre un segundo tipo de vida feliz: La Vida
según las Virtudes Morales, la cual consistiría en una felicidad imperfecta, pero al hablar
de una felicidad imperfecta no se refiere, a que no es importante en la vida del hombre sino
que es de distinto nivel de felicidad porque es netamente humana, lo que no ocurre en la
vida contemplativa que es lo que asemeja al hombre a los dioses, o lo más excelso que hay.
“La vida de acuerdo con la otra virtud es feliz de manera secundaria, ya que las
actividades conforme a esta virtud son humanas. En efecto, la justicia, la
valentía, y las demás virtudes las practicamos recíprocamente, en los contratos,
servicios y acciones de todas clases, observando en cada caso lo que conviene
con respecto a nuestras pasiones. Y es evidente que todas esas cosas son
humanas”86
Las virtudes éticas que corresponde a este segundo tipo de vida feliz no son innatas sino
que son hábitos adquiridos que se encuentran en relación con el compuesto humano, por lo
que la felicidad de acuerda a estas virtudes serán netamente humanas, además se ponen de
“manifiesto el temple subjetivo de la personalidad, una capacidad estable de elegir lo
bueno y rechazar lo malo que permite integrar las tendencias sensibles en un género
armónico de vida informado por la razón e inclinado hacia la contemplación de la verdad
más alta”87
.
Se puede afirmar entonces en una relación existente entre este tipo de vida y la vida
contemplativa, de manera que vivir una vida según las virtudes morales me son
indispensables, o es el inicio para poder alcanzar la actividad más excelente que es la
contemplación, ya que estas virtudes llevan a ordenar las pasiones, lo que permite al
hombre elevarse al plano de la vida contemplativa, y así adentrarse a la búsqueda de la
verdad, aun que no hay que entenderlos como simples medios.
Pero alcanzar este tipo de vida, no es algo que ya está dado, como un regalo de la
naturaleza sino que es algo que significa mucho esfuerzo, “es una conquista ética meritoria
86
EN, X, 8, 1178a 9- 15
87
RODRIGUEZ LUÑO, A., Ética General, Eunsa, Pamplona 2004, p. 118
28
que no todos seguirán, ya que la mayor parte de los hombre viven a merced de sus pasiones
y no tienen idea de lo que es hermoso y verdaderamente agradable, ya que nunca lo ha
probado”88
En resumen, la contemplación es la actividad más alta y mejor, por lo que es la felicidad
primera, y las actividades de acuerdo con la virtud práctica son la felicidad en segundo
lugar, porque son racionales, puramente humana, son más bajos en la escala universal de
los valores. Sin embargo, esta menor actividad no es un mero medio para los mayores, y no
debe ser descuidado por completo, ya que es apropiada para el lugar del hombre en el
orden cósmico. La buena vida por lo tanto será una mezcla de los dos tipos de actividad.
IV. LA FELICIDAD Y LOS BIENES EXTERNOS
Se ha visto como Aristóteles analiza de manera sistemática el contenido de la naturaleza
humana, para luego, trazar teóricamente el camino de las virtudes éticas, legando a la
conclusión que lo bueno y lo feliz coincide con lo virtuoso.
Ciertamente Aristóteles no es un fanático de la virtud. Las virtudes éticas y espirituales
constituyen, el auténtico fundamento de la eudemonía; pero para ser completa y perfecta,
deberá añadirse a las internas cualidades del hombre (virtudes) una serie de bienes
exteriores89
(noble nacimiento, plenitud y madurez de vida, bienestar y ausencia de
cuidados, exoneración del trabajo servil, posición social digna, belleza, etc.); pues su
concepción realista le lleva a reconocer que el hombre no es solo intelecto, y la presencia
intuitiva de la felicidad, le llevan a pensar por lo tanto que “la vida feliz requiere también
un optimo ajuste entre el hombre y el mundo, por lo que existe una dependencia de la
felicidad de la fortuna, del destino y la benevolencia de los dioses”90
Con la inclusión de los bienes exteriores se crea una confusión en torno la felicidad, pues
la felicidad ya no consistiría solo en la Sabiduría y en la vida virtuosa, sino también en los
bienes de fortuna, pues las considera como un ornato necesario de la felicidad91
, pues otra
88
Ibíd.
89
Cfr. EN, X, 8, 1178b 34- 37
90
RODRIGUEZ LUÑO, A., Ética General, Eunsa, Pamplona 2004, p. 119
91
Cfr. EN, I, 8, 1099a 32 - 1099b 2
29
dificultad en este tema es la ambigüedad con que utiliza el término perfecto pues en unos
momentos significa como lo supremo, lo excelente, y otros como si significará completo.
Ante esta aparente aporía la solución más adecuada sería la aceptación de la noción
inclusiva de felicidad, pues permitiría entender con más claridad en qué modo son
necesarios los bienes de fortuna92
Sin embargo, Aristóteles insiste, que el más alto grado de la actividad virtuosa, no es algo
que nos llega por casualidad; a pesar de necesitar de los bienes exteriores para llegar a ser
virtuosos, insiste que gran parte de la responsabilidad de la adquisición y ejercicio de las
virtudes, se le debe a uno mismo y del esfuerzo que se ponga para conseguir ello.
92
Cfr. RODRIGUEZ LUÑO, A., Ética General, Eunsa, Pamplona 2004, p. 120
30
CONCLUSIONES
 El placer es un tipo de bien que no se le debe identificar con el bien supremo que es la
felicidad.
 El placer es lo que completa una actividad como consecuencia, y no como si la actividad
fuera el placer.
 Para obrar éticamente, para llegar a la verdadera felicidad, el placer tiene que regirse por
la actividad característica del ser humano.
 Para Aristóteles la actividad más elevada y excelente del hombre es la vida
contemplativa, y secundariamente la vida éticamente recta, que es la ordenación de la
vida práctica en conformidad con nuestro intelecto.
 Vincula la felicidad perfecta con la contemplación de la verdad, en especial al
conocimiento de Dios.
 Coloca a la Razón como el principio regulador de la vida del hombre tanto personal como
la social.
 Aristóteles contribuyó enormemente en al estudio de bien humano con su teoría de la
virtudes, definiéndolas como las reguladoras en el uso de nuestro bienes y actividades.
 A pesar de su gran aporte en la ética por su teoría de la felicidad resulta esta
insatisfactoria, primero porque no todos los hombres pueden alcanzar la contemplación
de la verdad, pues es imperfecta, discontinua y fragmentaria, y además porque para vivir
una vida virtuosa se necesitan de los bienes externos que escapan de las manos.
31
BIBLIOGRAFÍA
1.- FUENTES:
1. Aristóteles, Ética a Nicómaco.
2.- ESTUDIOS:
2. FRAILE, G., Historia de la filosofía I, BAC, Madrid, 1976.
3. RODRIGUEZ LUÑO, A., Ética General, Eunsa, Pamplona 2004
4. HIRSCHBERGER, J., Historia de la Filosofía I, Herder, Barcelona, 1968
3.- CONFERENCIAS:
5. MELENDO, T, Sobre la filosofía realista Udep, 1997
32
ÍNDICE
PRESENTACIÓN……......................................................................................2
PRIMERA PARTE: LA IDEA DEL BIEN…………………………………………………………3
1. Idea del bien...................................................................................... 4
2. Bienes aparentes y bienes verdaderos .............................................. 6
SEGUNDA PARTE: LAS VIRTUDES ENCAMINADAS AL BIEN ........................ 9
1. Acciones voluntarias e involuntarias………………………………………………10
2. Virtudes Morales.............................................................................. 11
3. Virtudes Intelectuales ...................................................................... 13
TERCERA PARTE: EL TEMA DEL PLACE…………………………………………………… 15
1. El placer y el bien supremo................................................................ 16
2. La naturaleza del placer ..................................................................... 17
3. El placer y su vínculo con la felicidad ................................................. 19
CUARTA PARTE: LA FELICIDAD AUTÉNTICA………………………………………….. 21
1. El bien supremo: La Felicidad…………………………………………………………..22
2. La felicidad verdadera: Vida Contemplativa ...................................... 24
3. La felicidad imperfecta: Una vida conforme a las virtudes ................ 26
4. La felicidad y bienes externos ........................................................... 28
CONCLUSIONES...................................................................................... 30
BIBLIOGRAFÍA......................................................................................... 31

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

El paso del mito al logos lie
El paso del mito al logos   lieEl paso del mito al logos   lie
El paso del mito al logos liedenasr
 
Platón, República
Platón, RepúblicaPlatón, República
Platón, Repúblicalilianabp
 
Csv filosofía cuarto medio guía n°2 teoría del conocimiento clásica 2014
Csv filosofía cuarto medio guía n°2 teoría del conocimiento clásica 2014Csv filosofía cuarto medio guía n°2 teoría del conocimiento clásica 2014
Csv filosofía cuarto medio guía n°2 teoría del conocimiento clásica 2014Martín De La Ravanal
 
Platon 10º-mito de la caverna-jolman
Platon 10º-mito de la caverna-jolmanPlaton 10º-mito de la caverna-jolman
Platon 10º-mito de la caverna-jolmanJolman Assia
 
Lo scetticismo
Lo scetticismoLo scetticismo
Lo scetticismoElisa2088
 
Filosofía politica, sócrates y los sofistas
Filosofía politica, sócrates y los sofistasFilosofía politica, sócrates y los sofistas
Filosofía politica, sócrates y los sofistasBelén Vidal Moreno
 
El mito de la caverna
El mito de la cavernaEl mito de la caverna
El mito de la cavernacllopez
 
Presentacion filosofia de psicologia relacion magia y religion
Presentacion  filosofia de psicologia relacion magia y religionPresentacion  filosofia de psicologia relacion magia y religion
Presentacion filosofia de psicologia relacion magia y religionFrankGomez01
 
El Pensamiento Mitico
El Pensamiento MiticoEl Pensamiento Mitico
El Pensamiento Miticowilderar
 
Presentación de los textos-PAU de Fedón (Platón)
Presentación de los textos-PAU de Fedón (Platón)Presentación de los textos-PAU de Fedón (Platón)
Presentación de los textos-PAU de Fedón (Platón)filolacabrera
 

La actualidad más candente (11)

El paso del mito al logos lie
El paso del mito al logos   lieEl paso del mito al logos   lie
El paso del mito al logos lie
 
Platón, República
Platón, RepúblicaPlatón, República
Platón, República
 
Csv filosofía cuarto medio guía n°2 teoría del conocimiento clásica 2014
Csv filosofía cuarto medio guía n°2 teoría del conocimiento clásica 2014Csv filosofía cuarto medio guía n°2 teoría del conocimiento clásica 2014
Csv filosofía cuarto medio guía n°2 teoría del conocimiento clásica 2014
 
Filosofia
FilosofiaFilosofia
Filosofia
 
Platon 10º-mito de la caverna-jolman
Platon 10º-mito de la caverna-jolmanPlaton 10º-mito de la caverna-jolman
Platon 10º-mito de la caverna-jolman
 
Lo scetticismo
Lo scetticismoLo scetticismo
Lo scetticismo
 
Filosofía politica, sócrates y los sofistas
Filosofía politica, sócrates y los sofistasFilosofía politica, sócrates y los sofistas
Filosofía politica, sócrates y los sofistas
 
El mito de la caverna
El mito de la cavernaEl mito de la caverna
El mito de la caverna
 
Presentacion filosofia de psicologia relacion magia y religion
Presentacion  filosofia de psicologia relacion magia y religionPresentacion  filosofia de psicologia relacion magia y religion
Presentacion filosofia de psicologia relacion magia y religion
 
El Pensamiento Mitico
El Pensamiento MiticoEl Pensamiento Mitico
El Pensamiento Mitico
 
Presentación de los textos-PAU de Fedón (Platón)
Presentación de los textos-PAU de Fedón (Platón)Presentación de los textos-PAU de Fedón (Platón)
Presentación de los textos-PAU de Fedón (Platón)
 

Similar a ÉTICA DE ARISTOTELES

CCA Semana 2, dic 2017.pdf
CCA Semana 2, dic 2017.pdfCCA Semana 2, dic 2017.pdf
CCA Semana 2, dic 2017.pdfPatricio Quezada
 
Arreglado e impreso trabajos practicos filo y etica
Arreglado e impreso trabajos practicos filo y eticaArreglado e impreso trabajos practicos filo y etica
Arreglado e impreso trabajos practicos filo y eticacerokian
 
La libertad interior - Jacques Philippe
La libertad interior - Jacques PhilippeLa libertad interior - Jacques Philippe
La libertad interior - Jacques PhilippeEdwardCrumpp
 
Apuntes de ética 2014
Apuntes de ética 2014Apuntes de ética 2014
Apuntes de ética 2014beppopop
 
Recuperación primer periodo filosofía grado décimo
Recuperación primer periodo filosofía grado décimoRecuperación primer periodo filosofía grado décimo
Recuperación primer periodo filosofía grado décimoGimnasio los Alerces
 
Ensayo melissaquintana negocios
Ensayo melissaquintana negociosEnsayo melissaquintana negocios
Ensayo melissaquintana negociosmeli1593
 
Leadbeater charles hombre visible e invisible
Leadbeater charles   hombre visible e invisibleLeadbeater charles   hombre visible e invisible
Leadbeater charles hombre visible e invisiblesantimonia
 
Filosofía2010.pdf preguntas explicadas para entrenar
Filosofía2010.pdf preguntas explicadas para entrenarFilosofía2010.pdf preguntas explicadas para entrenar
Filosofía2010.pdf preguntas explicadas para entrenarleonardojairospinahe
 

Similar a ÉTICA DE ARISTOTELES (20)

ETICA (ARISTOTELES).doc
ETICA (ARISTOTELES).docETICA (ARISTOTELES).doc
ETICA (ARISTOTELES).doc
 
Aristoteles la etica
Aristoteles   la eticaAristoteles   la etica
Aristoteles la etica
 
CCA Semana 2, dic 2017.pdf
CCA Semana 2, dic 2017.pdfCCA Semana 2, dic 2017.pdf
CCA Semana 2, dic 2017.pdf
 
Libro 1 nicomaquea
Libro 1 nicomaqueaLibro 1 nicomaquea
Libro 1 nicomaquea
 
Arreglado e impreso trabajos practicos filo y etica
Arreglado e impreso trabajos practicos filo y eticaArreglado e impreso trabajos practicos filo y etica
Arreglado e impreso trabajos practicos filo y etica
 
La libertad interior - Jacques Philippe
La libertad interior - Jacques PhilippeLa libertad interior - Jacques Philippe
La libertad interior - Jacques Philippe
 
examen de primer trimestre
examen de primer trimestreexamen de primer trimestre
examen de primer trimestre
 
Platon
PlatonPlaton
Platon
 
Platon
PlatonPlaton
Platon
 
Apuntes de ética 2014
Apuntes de ética 2014Apuntes de ética 2014
Apuntes de ética 2014
 
Trab. 5 etica
Trab. 5 eticaTrab. 5 etica
Trab. 5 etica
 
Etica solemne ii
Etica solemne iiEtica solemne ii
Etica solemne ii
 
comentario platon.pdf
comentario platon.pdfcomentario platon.pdf
comentario platon.pdf
 
Eticas de aristóteles.
Eticas de aristóteles.Eticas de aristóteles.
Eticas de aristóteles.
 
El concepto de justicia en platón
El concepto de justicia en platónEl concepto de justicia en platón
El concepto de justicia en platón
 
Recuperación primer periodo filosofía grado décimo
Recuperación primer periodo filosofía grado décimoRecuperación primer periodo filosofía grado décimo
Recuperación primer periodo filosofía grado décimo
 
Tema 3.
Tema 3.Tema 3.
Tema 3.
 
Ensayo melissaquintana negocios
Ensayo melissaquintana negociosEnsayo melissaquintana negocios
Ensayo melissaquintana negocios
 
Leadbeater charles hombre visible e invisible
Leadbeater charles   hombre visible e invisibleLeadbeater charles   hombre visible e invisible
Leadbeater charles hombre visible e invisible
 
Filosofía2010.pdf preguntas explicadas para entrenar
Filosofía2010.pdf preguntas explicadas para entrenarFilosofía2010.pdf preguntas explicadas para entrenar
Filosofía2010.pdf preguntas explicadas para entrenar
 

Último

La empresa sostenible: Principales Características, Barreras para su Avance y...
La empresa sostenible: Principales Características, Barreras para su Avance y...La empresa sostenible: Principales Características, Barreras para su Avance y...
La empresa sostenible: Principales Características, Barreras para su Avance y...JonathanCovena1
 
Dinámica florecillas a María en el mes d
Dinámica florecillas a María en el mes dDinámica florecillas a María en el mes d
Dinámica florecillas a María en el mes dstEphaniiie
 
OCTAVO SEGUNDO PERIODO. EMPRENDIEMIENTO VS
OCTAVO SEGUNDO PERIODO. EMPRENDIEMIENTO VSOCTAVO SEGUNDO PERIODO. EMPRENDIEMIENTO VS
OCTAVO SEGUNDO PERIODO. EMPRENDIEMIENTO VSYadi Campos
 
MAYO 1 PROYECTO día de la madre el amor más grande
MAYO 1 PROYECTO día de la madre el amor más grandeMAYO 1 PROYECTO día de la madre el amor más grande
MAYO 1 PROYECTO día de la madre el amor más grandeMarjorie Burga
 
LABERINTOS DE DISCIPLINAS DEL PENTATLÓN OLÍMPICO MODERNO. Por JAVIER SOLIS NO...
LABERINTOS DE DISCIPLINAS DEL PENTATLÓN OLÍMPICO MODERNO. Por JAVIER SOLIS NO...LABERINTOS DE DISCIPLINAS DEL PENTATLÓN OLÍMPICO MODERNO. Por JAVIER SOLIS NO...
LABERINTOS DE DISCIPLINAS DEL PENTATLÓN OLÍMPICO MODERNO. Por JAVIER SOLIS NO...JAVIER SOLIS NOYOLA
 
INSTRUCCION PREPARATORIA DE TIRO .pptx
INSTRUCCION PREPARATORIA DE TIRO   .pptxINSTRUCCION PREPARATORIA DE TIRO   .pptx
INSTRUCCION PREPARATORIA DE TIRO .pptxdeimerhdz21
 
Sesión de aprendizaje Planifica Textos argumentativo.docx
Sesión de aprendizaje Planifica Textos argumentativo.docxSesión de aprendizaje Planifica Textos argumentativo.docx
Sesión de aprendizaje Planifica Textos argumentativo.docxMaritzaRetamozoVera
 
Programacion Anual Matemática4 MPG 2024 Ccesa007.pdf
Programacion Anual Matemática4    MPG 2024  Ccesa007.pdfProgramacion Anual Matemática4    MPG 2024  Ccesa007.pdf
Programacion Anual Matemática4 MPG 2024 Ccesa007.pdfDemetrio Ccesa Rayme
 
Qué es la Inteligencia artificial generativa
Qué es la Inteligencia artificial generativaQué es la Inteligencia artificial generativa
Qué es la Inteligencia artificial generativaDecaunlz
 
plan de capacitacion docente AIP 2024 clllll.pdf
plan de capacitacion docente  AIP 2024          clllll.pdfplan de capacitacion docente  AIP 2024          clllll.pdf
plan de capacitacion docente AIP 2024 clllll.pdfenelcielosiempre
 
Programacion Anual Matemática5 MPG 2024 Ccesa007.pdf
Programacion Anual Matemática5    MPG 2024  Ccesa007.pdfProgramacion Anual Matemática5    MPG 2024  Ccesa007.pdf
Programacion Anual Matemática5 MPG 2024 Ccesa007.pdfDemetrio Ccesa Rayme
 
Registro Auxiliar - Primaria 2024 (1).pptx
Registro Auxiliar - Primaria  2024 (1).pptxRegistro Auxiliar - Primaria  2024 (1).pptx
Registro Auxiliar - Primaria 2024 (1).pptxFelicitasAsuncionDia
 
SELECCIÓN DE LA MUESTRA Y MUESTREO EN INVESTIGACIÓN CUALITATIVA.pdf
SELECCIÓN DE LA MUESTRA Y MUESTREO EN INVESTIGACIÓN CUALITATIVA.pdfSELECCIÓN DE LA MUESTRA Y MUESTREO EN INVESTIGACIÓN CUALITATIVA.pdf
SELECCIÓN DE LA MUESTRA Y MUESTREO EN INVESTIGACIÓN CUALITATIVA.pdfAngélica Soledad Vega Ramírez
 
origen y desarrollo del ensayo literario
origen y desarrollo del ensayo literarioorigen y desarrollo del ensayo literario
origen y desarrollo del ensayo literarioELIASAURELIOCHAVEZCA1
 
AFICHE EL MANIERISMO HISTORIA DE LA ARQUITECTURA II
AFICHE EL MANIERISMO HISTORIA DE LA ARQUITECTURA IIAFICHE EL MANIERISMO HISTORIA DE LA ARQUITECTURA II
AFICHE EL MANIERISMO HISTORIA DE LA ARQUITECTURA IIIsauraImbrondone
 
Ley 21.545 - Circular Nº 586.pdf circular
Ley 21.545 - Circular Nº 586.pdf circularLey 21.545 - Circular Nº 586.pdf circular
Ley 21.545 - Circular Nº 586.pdf circularMooPandrea
 
BIOMETANO SÍ, PERO NO ASÍ. LA NUEVA BURBUJA ENERGÉTICA
BIOMETANO SÍ, PERO NO ASÍ. LA NUEVA BURBUJA ENERGÉTICABIOMETANO SÍ, PERO NO ASÍ. LA NUEVA BURBUJA ENERGÉTICA
BIOMETANO SÍ, PERO NO ASÍ. LA NUEVA BURBUJA ENERGÉTICAÁngel Encinas
 

Último (20)

La empresa sostenible: Principales Características, Barreras para su Avance y...
La empresa sostenible: Principales Características, Barreras para su Avance y...La empresa sostenible: Principales Características, Barreras para su Avance y...
La empresa sostenible: Principales Características, Barreras para su Avance y...
 
Dinámica florecillas a María en el mes d
Dinámica florecillas a María en el mes dDinámica florecillas a María en el mes d
Dinámica florecillas a María en el mes d
 
OCTAVO SEGUNDO PERIODO. EMPRENDIEMIENTO VS
OCTAVO SEGUNDO PERIODO. EMPRENDIEMIENTO VSOCTAVO SEGUNDO PERIODO. EMPRENDIEMIENTO VS
OCTAVO SEGUNDO PERIODO. EMPRENDIEMIENTO VS
 
MAYO 1 PROYECTO día de la madre el amor más grande
MAYO 1 PROYECTO día de la madre el amor más grandeMAYO 1 PROYECTO día de la madre el amor más grande
MAYO 1 PROYECTO día de la madre el amor más grande
 
LABERINTOS DE DISCIPLINAS DEL PENTATLÓN OLÍMPICO MODERNO. Por JAVIER SOLIS NO...
LABERINTOS DE DISCIPLINAS DEL PENTATLÓN OLÍMPICO MODERNO. Por JAVIER SOLIS NO...LABERINTOS DE DISCIPLINAS DEL PENTATLÓN OLÍMPICO MODERNO. Por JAVIER SOLIS NO...
LABERINTOS DE DISCIPLINAS DEL PENTATLÓN OLÍMPICO MODERNO. Por JAVIER SOLIS NO...
 
INSTRUCCION PREPARATORIA DE TIRO .pptx
INSTRUCCION PREPARATORIA DE TIRO   .pptxINSTRUCCION PREPARATORIA DE TIRO   .pptx
INSTRUCCION PREPARATORIA DE TIRO .pptx
 
Sesión de aprendizaje Planifica Textos argumentativo.docx
Sesión de aprendizaje Planifica Textos argumentativo.docxSesión de aprendizaje Planifica Textos argumentativo.docx
Sesión de aprendizaje Planifica Textos argumentativo.docx
 
Programacion Anual Matemática4 MPG 2024 Ccesa007.pdf
Programacion Anual Matemática4    MPG 2024  Ccesa007.pdfProgramacion Anual Matemática4    MPG 2024  Ccesa007.pdf
Programacion Anual Matemática4 MPG 2024 Ccesa007.pdf
 
Qué es la Inteligencia artificial generativa
Qué es la Inteligencia artificial generativaQué es la Inteligencia artificial generativa
Qué es la Inteligencia artificial generativa
 
plan de capacitacion docente AIP 2024 clllll.pdf
plan de capacitacion docente  AIP 2024          clllll.pdfplan de capacitacion docente  AIP 2024          clllll.pdf
plan de capacitacion docente AIP 2024 clllll.pdf
 
Unidad 3 | Metodología de la Investigación
Unidad 3 | Metodología de la InvestigaciónUnidad 3 | Metodología de la Investigación
Unidad 3 | Metodología de la Investigación
 
Programacion Anual Matemática5 MPG 2024 Ccesa007.pdf
Programacion Anual Matemática5    MPG 2024  Ccesa007.pdfProgramacion Anual Matemática5    MPG 2024  Ccesa007.pdf
Programacion Anual Matemática5 MPG 2024 Ccesa007.pdf
 
Presentacion Metodología de Enseñanza Multigrado
Presentacion Metodología de Enseñanza MultigradoPresentacion Metodología de Enseñanza Multigrado
Presentacion Metodología de Enseñanza Multigrado
 
Registro Auxiliar - Primaria 2024 (1).pptx
Registro Auxiliar - Primaria  2024 (1).pptxRegistro Auxiliar - Primaria  2024 (1).pptx
Registro Auxiliar - Primaria 2024 (1).pptx
 
SELECCIÓN DE LA MUESTRA Y MUESTREO EN INVESTIGACIÓN CUALITATIVA.pdf
SELECCIÓN DE LA MUESTRA Y MUESTREO EN INVESTIGACIÓN CUALITATIVA.pdfSELECCIÓN DE LA MUESTRA Y MUESTREO EN INVESTIGACIÓN CUALITATIVA.pdf
SELECCIÓN DE LA MUESTRA Y MUESTREO EN INVESTIGACIÓN CUALITATIVA.pdf
 
origen y desarrollo del ensayo literario
origen y desarrollo del ensayo literarioorigen y desarrollo del ensayo literario
origen y desarrollo del ensayo literario
 
Fe contra todo pronóstico. La fe es confianza.
Fe contra todo pronóstico. La fe es confianza.Fe contra todo pronóstico. La fe es confianza.
Fe contra todo pronóstico. La fe es confianza.
 
AFICHE EL MANIERISMO HISTORIA DE LA ARQUITECTURA II
AFICHE EL MANIERISMO HISTORIA DE LA ARQUITECTURA IIAFICHE EL MANIERISMO HISTORIA DE LA ARQUITECTURA II
AFICHE EL MANIERISMO HISTORIA DE LA ARQUITECTURA II
 
Ley 21.545 - Circular Nº 586.pdf circular
Ley 21.545 - Circular Nº 586.pdf circularLey 21.545 - Circular Nº 586.pdf circular
Ley 21.545 - Circular Nº 586.pdf circular
 
BIOMETANO SÍ, PERO NO ASÍ. LA NUEVA BURBUJA ENERGÉTICA
BIOMETANO SÍ, PERO NO ASÍ. LA NUEVA BURBUJA ENERGÉTICABIOMETANO SÍ, PERO NO ASÍ. LA NUEVA BURBUJA ENERGÉTICA
BIOMETANO SÍ, PERO NO ASÍ. LA NUEVA BURBUJA ENERGÉTICA
 

ÉTICA DE ARISTOTELES

  • 1. olomeo La vida virtuosa y su vinculación al Bien supremo. La Felicidad bajo el espejo de la Ética a Nicómaco El presente artículo tiene como objeto explicar la idea de bien encausada en una vida lograda en Aristóteles, su divagar hasta la felicidad y una reflexión acerca de la vinculación con la amistad, parte esencial en el perfeccionamiento humano. 2011 Lic. ENRIQUE S. JUNIOR ALIAGA RUIZ ESTUDIOS DE ETICA ESPECIAL
  • 2. 2 PRESENTACIÓN LA VIRTUD COMO CONDICIÓN DE POSIBILIDAD PARA ALCANZAR LA FELICIDAD Parece asombroso en realidad, el que a estas alturas de la historia del pensamiento y de la humanidad se continúe estudiando a un hombre nacido en Grecia hace más de dos milenios. El gran Aristóteles. El estagirita, plantea todo un itinerario encaminado en primera circunstancia a la virtud, la cual necesariamente conlleva a la consecución de la felicidad. En el presente estudio se irá describiendo justamente eso, el camino hacia la felicidad, los primeros momentos de acción, la deliberación en el actuar, los cuales son muy considerados y tomados en cuenta por el filósofo1 , en este trabajo se verá como Aristóteles desglosa la idea del bien y en razón de aquel anhelo de felicidad, es que describe un trayecto hacia la vida lograda. Y demuestra aunque no explícitamente que este género de vida, solo se da en un clima de virtud; luego hará un paralelo entre lo que es una felicidad auténtica y una no del todo verdadera, este tema será tomado en la tercera parte de esta presentación, ya que hablar del placer en cuanto posesión burda de satisfacción es un algo al cual Aristóteles no quiere llegar. Esto lo hará cuando trate acerca de los bienes2 , entre los cuales conocemos los aparentes y los discriminamos de los verdaderos. Como si fuera poco nuestro filósofo haciendo gala de su amor apasionado por la verdad, demostrará que solo en un clima sociable se vive en virtud, y es el perfecto caso de la amistad3 : el querer verdadero, el darse y del cual se destaca la nota esencial del hombre la donación el olvido de sí, ya que en esto se da el fenómeno del darse sin perder. La felicidad es lo más anhelado por el hombre, aquel fundamento que le posibilita en su actuación a perfeccionarse. Sumemos a esto lo que en palabras de Leonardo Polo serían: la posibilitaciones y las virtualidades del hombre, cuando habla de la optimización del hombre y sus cualidades para la perfección. La vida es maravillosa y trascendamos este perfecto itinerario creado por Aristóteles encaminado a una vida lograda, ya que en sus palabras: si un atleta hace muchos sacrificios por ganar una corona de laureles4 que no haremos nosotros por ganar la corona de la gloria. El Autor. 1 ARISTOTELES (1995) ETICA A NICOMACO (SEPTIMA Ed) MADRID: ESPASA CALPE, SA (Desde ahora, para citar la Ética a Nicomaco se optará por la sigla E.N.) 2 E.N. III, III c 3 E.N.VIII,III d 4 E.N.I, VII a-b
  • 3. 3 CAPITULO I: LA IDEA DEL BIEN
  • 4. 4 I. IDEA DEL BIEN La noción que hasta la actualidad manejamos del bien, es la misma que nos dejó como herencia Aristóteles, al margen de que en nuestro actual acontecer, contemos con los escritos de filósofos de la talla de Levinas y Kant, que con sus nuevos tratados de ética a dando aquel giro que el mundo creía que necesitaba. Lo planteado por el estagirita, gira en torno a un reconocimiento grande a la realidad de las cosas y no al mero fenómeno demostrado, o a la simplicidad de la idea como lo plantearía Platón en su famoso mito de la caverna5 Nuestro autor está convencido, de que para llegar a conseguir la felicidad que es la más grande aspiración de hombre, es de suma importancia el adquirir algunos hábitos, los cuales en su mayoría nos eran del todo deleitables y llamativos. Los hábitos son las disposiciones permanentes del hombre, se hace ahínco en la frase disposición, porque algunos autores creen que Aristóteles llama habito, a la mera repetición de actos, si fuera de ese modo se estaría cayendo en un mecanicismo a ultranza y eso sería mediocre a nuestro pensar, ya que se reduciría al hombre a una mera máquina, no se profundizará mas en el tema ya que sería ocioso por parte nuestra el hacer toda una apología sobre este tema. Es por ello que se dice que con la adquisición de esos hábitos sorteará y deliberará constantemente en pos de conseguir un fin. Ahora bien los hábitos pueden estar orientados hacia el bien convirtiéndose en Virtudes, así como pueden ir parando en su antagónico el vicio. Continuando y evitando algún tipo de referencia o panegírico a nuestro autor, continuaré describiendo el tema que se propuso al inicio de este trabajo: La idea del Bien. El bien es el fin de todas las acciones del hombre, ya que como el filósofo griego dijo el bien en cuanto se ha dicho es el objeto de nuestras aspiraciones6 , esto quiere decir lo apetecible, y lo concomitante a ello será el decir que la voluntad mueve al entendimiento, 5 La República L. VII c. Espasa Calpe, Planeta, 2007 6 E.N. I, 1 a
  • 5. 5 entonces es lógico que el hombre captador de ese bien por su misma apertura se sienta llamado por él. Al afirmar que la voluntad mueve al entendimiento se podría dar pie y apertura a uno de los sindromas más problemáticos por los que ha pasado la filosofía: el hedonismo. Es aquí justamente donde se denota el loable aporte del filósofo de Estagira, ya que si bien es cierto la voluntad mueve al entendimiento, orientándolo hacia un bien que el concibe como bueno y deseable, pero la razón debe ser la que lo oriente y de esta manera no se desvirtuará en su pureza. Las cosas en cuanto son, es que son queridas nos dirá en su metafísica, pero también existe la capacidad del hombre de poseerlas por la intelección y adecuación intencional. De lo cual deducimos que en pos de la consecución de los bienes entran a tallar dos puntos neurálgicos, la inteligencia y la voluntad, el par mencionado dará la condición de posibilidad para que el hombre pueda discriminar entre lo que es bueno y lo que es malo, así como, dará a conocer que dentro de los bienes encontramos unos aparentes y unos verdaderos. La sabiduría y la política como el mismo las nomina son ciencias que se deben enseñar a gente madura ya que el joven se dejará llevar por la pasiones y en vano se las habrá enseñado: La juventud que solo escucha la voz de sus pasiones, en vano oiría tales lecciones7 . Ante lo cual se puede decir que el ya gozaba del conocimiento de bienes fáciles y bienes arduos. Los bienes fáciles, son los que conducidos por el placer y sin recurrir a un gran esfuerzo los conseguimos. El tipo segundo mencionado es el de los bienes arduos, los cuales solo se conseguirán con un constante esfuerzo. A ellos se enfocara la vida virtuosa, ya que la virtud se consigue con la repetición de actos concretos, (La aclaración acerca de este punto, ya se hizo a su debido momento) Ahora solo como un esbozo de lo que se explicará con más holgura en la tercera parte de este escrito se puede decir que “la felicidad no es un efecto del azar; es a la vez un don de los dioses y el resultado de nuestros esfuerzos”. O como el mismo lo expresará: 7 E.N. I, 1 h
  • 6. 6 La felicidad (…) la obtenemos por la práctica de la virtud, mediante un largo aprendizaje o una lucha constante, no por eso deja de ser una de las cosas más divinas de nuestro mundo8 ya que sería un absurdo “pensar e imaginar que lo más grande y lo más bello que hay en el mundo esté entregado al azar9 nuestro autor concluirá esta primera noción de felicidad con lo esta frase: para la verdadera felicidad se necesitan, como dijimos antes, dos condiciones: una virtud completa y una vida completamente desarrollada10 . Antes de continuar con las virtudes como camino para la consecución de la felicidad. Parece un tema de relieve el demostrar cómo en la consecución de esos bienes encontramos que de la misma manera como se encuentran los bienes fáciles y los arduos también se da el fenómeno de los bienes verdaderos y los aparentes. II BIENES APARENTES Y BIENES VERDADEROS Sería cansino el tratar de hacer todo un melifluo y concertado tratado acerca de los mencionados arriba, así que se optará por solo dar unas nociones importantes para el respecto. Dentro de los bienes contamos con dos tipos, lo bienes verdaderos y los aparentes, en los primeros el hombre dotado de su inteligencia y de su voluntad, así como de su gran capacidad inventiva sumado a su intencionalidad en el conocer, va a darse cuenta de que realidad en su aspecto mas natural es bella, armoniosa y tiene todo un orden, es por ello que el hombre se siente atraído por ella. No obstante los males, como tal no serían del nada asequibles si fueran deformados, es por ello que el hombre que los ve de una manera noble cae en la trampa del subjetivismo y a comportamientos erróneos los reconoce como adecuados. Con esto lo que se quiere decir, es que hay un sinfín de bienes que se presentan en apariencia del todo buenos, es más son deleitables, su adquisición produce un goce 8 E.N. I, 7 a 9 E.N. I, 7 b 10 E.N. I, 7 b-c
  • 7. 7 incluso un tanto perdurable, pero lo que también se debe tener en cuenta es que no todo lo que brilla es oro.11 Cuando se ve todo lo que respecta a los bienes verdaderos, se entra en una de las paradojas más inescrutables de nuestra realidad, y es que los bienes verdaderos son arduos, no del todo apetecibles por como se muestran. Pero son perdurables, tienen en sí un algo que los convierte en mucho más puros. Así como en el caso del amor, un amor verdadero necesita de confianza, de respeto de amabilidad, de entrega y de sacrificio, ya que lo que se quiere es a la persona en sí y no el gusto o placer que esa persona siembra en mí porque de la misma manera como yo actúe con las otras personas en virtud de justicia y alteridad seré tratado. Acerca de este punto en el presente no se profundizará, ya que en el estudio de antropología que algunos muy buenos filósofos12 han realizado se puede ver con más claridad, con esto no se quiere menospreciar lo aportado por Aristóteles, ya que para la temporalidad de sus escritos son de sobremanera espectaculares. Si hacemos las cosas o el enamoramiento con esa visión automáticamente estaríamos nadando en contra de la corriente del auténtico amor y el respeto de la persona, que de alguna manera expreso de una buena manera Kant en su Crítica a la Razón Práctica «La ley moral es sagrada (inviolable). Sin duda el hombre es harto impío, pero la humanidad en su persona debe ser sagrada para él. En toda la creación, cuanto se quiera sobre lo cual se tenga poder, puede emplearse también como mero medio; solamente el hombre, y con él toda criatura racional, es fin en sí mismo.»13 . Pues del mismo modo los bienes verdaderos son querido por lo que son, y no por el resultado del adquirirlos. 11 Con esta nota lo que se quiere dar a entender es que en muchas ocasiones doctrinas no tan certeras como el utilitarismo de Stuart Mill se centran en el mero sentido accionar o instrumental de las cosas y se olvidan de su importancia ontológica. 12 Filósofos como Karl Lewis, Ricardo Yepes Stock, y en el sentido de la virtud en el hombre Alsdair McIntyre (en su libro tras la virtud), entre otros. 13 Parte extraída de un pasaje de la Crítica a la Razón Práctica capítulo tres, los móviles de la razón práctica pura.
  • 8. 8 Igualmente lo expreso Tomas Meléndo en una ponencia dictada en la universidad de Piura “la filosofía no es una ciencia, ni mucho menos un estudio que sirva para una utilidad práctica, sino que se estudia por el mero y verídico amor al saber en una palabra a la sabiduría”14 De estos dos filósofos podemos destacar que para ellos tanto la persona, como el saber filosófico son bienes verdaderos ya que su bondad no radica en lo producido, sino en ellos mismos es algo inmanente. Ahora bien en contraste, los bienes aparentes son meras distorsiones de nuestras capacidades sensibles, las cuales obnubiladas por la supuesta hermosura de las mismas desembocan en una quimera filosófica e incluso en una mera utopía real, aunque parezca paradójica la afirmación es muy real, ya que los bienes aparentes destacan la utilización y el placer durante el ejercicio de su adquisición, pero su perdurabilidad es muy exigua. 14 Tomas Meléndo catedrático de metafísica en la universidad de Málaga, impartió un curso seminario en dicha universidad, el pretexto también es referido en su libro Introducción a la filosofía en el apartado segundo cuando habla del amor a la verdad y sobre todo a la no utilización de la filosofía como medio de supervivencia C III introducción a la filosofía, cuadernos eunsa.
  • 9. 9 CAPITULO II: LAS VIRTUDES ENCAMINADAS AL BIEN
  • 10. 10 I. ACCIONES VOLUNTÁRIAS E INVOLUNTÁRIAS En el presente ítem, se tomarán dos puntos, ellos son las acciones voluntarias y su contrapartida las involuntarias, también importantes en ese camino a la felicidad. Ya que como bien se sabe, la adquisición de la felicidad solo se dará en un clima de libertad. Ahora en muchos casos las personas actúan de una determinada forma por coacción, forcejeo, entre otras cosas, por ello demos un vistazo a la manera de entender esta cuestión a la sutil manera del estagirita. Nuestro autor parte con esta idea: la virtud solo puede aplicarse a actos voluntarios: ‹‹Refiriéndose a la virtud, a las pasiones y a los actos del hombre, y no pudiendo recaer la alabanza o la censura sino sobre las cosas voluntarias, puestos que en las cosas involuntarias lo que procede es el perdón y, a veces, la compasión, es un estudio imprescindible cuando se quiere dar razón de la virtud, determinar lo que debe entenderse por acto voluntario e involuntario››15 . Ahora no es prematuro en sus respuestas y dará testimonio de ello cuando de algunas nociones de lo que podría decirse de un acto involuntario: Deben mirarse como involuntarias todas las cosas que se hacen por fuerza mayor o por ignorancia16 . Es más aumentara la explicación aduciendo que cuando una cosa se hace por fuerza mayor externa, el ser que obra y que sufre no contribuye en nada a esta causa, el dará un ejemplo que a lo mejor podría ilustrar un poco la idea: ‹‹Imaginemos que nos vemos arrastrados por un viento irresistible o por alguien que se ha hecho dueño de nuestra persona. Hay cosas también de que nos dejamos llevar, sea por el temor de males mayores, sea bajo el influjo de un motivo noble; por ejemplo: un tirano, dueño de vuestros padres y de vuestros hijos, os impone una cosa vergonzosa; podéis salvar esas personas que os son queridas, si os sometéis; y perderlas si os rehusáis someteros; y en caso semejante, se puede preguntar si algo es voluntario o involuntario.17 15 E.N. III,1 a 16 E.N. III,1 b 17 E.N. III,1 c
  • 11. 11 De la misma manera en que se dan las acciones voluntarias e involuntarias se dan también las mixtas, esto quiere decir que bajo alguna circunstancia el actuante se ve en una aporía sensible o en una paradoja, ya que al inclinarse por la realización de una acción, aunque esta no sea del todo querida por él ya la está ejecutando, esto le lleva a concluir que por inclinarse hacia ella, la está asumiendo. En este tipo de contrariedades se encuentran las acciones mixtas. Que parten de una decisión no querida en un principio, pero a la que hay que aunarse con el afán de conseguir una tranquilidad mayor. En este caso si se puede hablar aún de uso de libertad, ya que tanto el objeto, el fin y las circunstancias ameritan la deliberación racional del actuante. II. VIRTUDES MORALES No es novedoso el partir con la máxima de que el objeto verdadero de la voluntad es el bien, ya que la deliberación y la voluntad se aplican al objeto que se busca18 ahora se podría retomar lo expuesto acerca del bien aparente, como distorsión al momento de captar la realidad: Cuando se sostiene que solo el bien es el objeto de la voluntad, se corre el riesgo de caer en esta contradicción: que lo que quiere el hombre, cuya preferencia ha sido mala, no es realmente querido por él; porque desde el momento en que la cosa es el objeto de la voluntad, precisamente es buena según esta teoría; y que sin embargo ella es mala, puesto que fue debida a una preferencia extraviada. 19 Con esto se puede concluir en que efectivamente el bien es el objeto verdadero de la voluntad, entonces se concuerda en que lo real es la cosa en sí misma, y que lo aparente, es meramente lo que me produce placer. Nuestro autor también planteará que si es en recto uso de mi libertad concertada en una consiente deliberación se puede aducir que tanto la virtud como el vicio son voluntarios.20 Retomando el tema de las virtudes podemos decir que tanto el valor21 , que es el punto medio entre el miedo y la audacia, como la templanza22 , justo medio entre lo relativo a los 18 E.N. III. 5, a 19 E.N. III. 5, b 20 E.N. III. 6, a 21 E.N. III. 7, a
  • 12. 12 placeres, contrastada con la intemperancia y la cobardía23 , la liberalidad24 , la magnificencia25 contrastada con la suntuosidad propia del mediocre, la magnanimidad26 conocida como la grandeza del alma, distinguida de la insensatez y la mezquindad, la fastuosidad, la indiferencia, y la mansedumbre27 buen medio entre la irascibilidad y la indiferencia, dentro de las virtudes morales debe vislumbrarse el resplandor del espíritu sociable28 , ya que entre los hombres con los que se tendrá a bien relacionar o convivir se verán casos de complacientes, batalladores y pendencieros, al respecto en la cuarta parte del trabajo se expondrá de manera más detallada lo referente a la amistad, culmen de lo sociable en el hombre. Otras de las virtudes morales por adquirir en este caminara a la felicidad es la veracidad y la franqueza29 contrastada con la ofuscan te vanidad y pedantería. No es uno vanidoso y fanfarrón sólo porque sea capaz de mentir, sino porque de, hecho, ha preferido la mentira a la verdad.30 Otra de las virtudes que se va adquiriendo es la del donaire en el decir, en manifiesto contraste con lo bufones e insípidos, como suele llamarlos Aristóteles.31 Continuando en este desfile de virtudes morales nuestro autor propone el pudor y la vergüenza32 . Y por último nos hablará de la justicia, como espléndido medio para la aceptación de nuestra mismidad y la de los demás, devolviéndole la humanidad perdida por lo enojos las revanchas, las insidias, en palabras cortas la gran capacidad de amar en virtud de justicia y verdad. La ley del talión, como ninguna entre otras si es que van contra la naturaleza del obrante o de la de su par no puede ser aplicable33 . Ya que de ser aplicada, iría contra la naturaleza 22 E.N. III. 11, b 23 E.N. III. 13 a-b 24 E.N. IV. 1 a-b 25 E.N. IV. 2 a-c 26 E.N. IV. 3 a-c 27 E.N. IV. 5 a-b 28 E.N. IV. 6 a-b 29 E.N. IV. 7 a-b 30 E.N. IV. 7 c 31 E.N. IV. 8 a 32 E.N. IV. 9 b 33 E.N. V. 1 a-b
  • 13. 13 propia del hombre en vista de ello es del todo nefasta, y su aplicación contraria al perfeccionamiento de la persona. Y por lo tanto si se dice que solo en una vida lograda esta la felicidad, si se actúa de tal manera que se deteriore la naturaleza esta condiciona irresolublemente a que sea rechazada, tanto la ley del talión como cualquier tipo de acción de esa índole, no puede ser observada de buena manera por una filosofía realista. III. VIRTUDES INTELECTUALES Una mirada a las virtudes morales, contribuyo de sobremanera a entender lo importante del plantearse con rigor el tema de la felicidad y del bien, esto nos conlleva a continuar con la afirmación de que la virtud está en el punto medio, evitando tanto el exceso como el defecto34 el filósofo de Estagira dividirá en su libro las virtudes del alma aduciendo que algunas son virtudes del corazón y otras virtudes del espíritu35 . Al igual que en su doctrina del alma dirá que una de sus partes está dotada de razón y la otra de irracionalidad, además dará la noción de los tres principios constitutivos del hombre: sensación, entendimiento y el instinto estos disponen del hombre como dueños de la acción y de la verdad.36 Lo mejor sería en palabras del filósofo de Estagira que siempre que se realice una acción ésta tenga una buena razón de hacerse, por ende verdadera y que el instinto que la mueva sea bueno y recto. Además gracias al intelecto podemos discriminar lo bueno de lo malo, la verdad y el error, sabiendo que los mencionados son objetos únicos de la inteligencia.37 En otro apartado de nuestra queridísima obra el filósofo ateniense dará algunos medios para alcanzar la verdadera ciencia en pos de la vida lograda, la felicidad, y tales son: el arte, la prudencia, la sabiduría, la inteligencia, y la misma ciencia.38 Uno de los detalles que aclara con mucha precisión nuestro filósofo es que si sabemos adquirir las virtudes jamás las perderemos, al margen de ser disposiciones permanentes, calan de tal manera en la mismidad del hombre que lo configura y hacen de él un nuevo ser, capacitado de verdad y de perfecciones, cuando refiere de la prudencia dice esto: 34 E.N.VI,1a 35 Cfr. E.N. VI, 1c 36 Cfr. E.N. VI, 1e 37 Cfr. E.N. VI, 1f 38 Cfr. E.N. VI, 2b
  • 14. 14 Es necesario reconocer que la prudencia es esta cualidad que, guiada por la verdad de la razón, determina nuestra conducta con respecto a las cosas que pueden ser buenas para el hombre.39 Ahora bien, se debe tener cuidado ya que la prudencia no es una simple manera de ser que acompañe a la razón y la apruebe, ya que una manera de ser podría perderse con facilidad por el olvido, en cambio la prudencia no se pierde ni se olvidará jamás.40 Vuelvo a recalcar acerca de las facultades mediante las cuales conocemos la verdad: la ciencia, la prudencia, la sabiduría, la inteligencia. Ahora bien la sabiduría es aplicable siempre a cosas concretas, así como el prudente sabe discernir bien su interés en todo lo que le toca personalmente. La prudencia además enseña al hombre de sobremanera el actuar con serenidad y madures, ya que deliberar es pensar y pensar es tomar con detenimiento las cosas. Cuando se delibera, se gasta muchas veces largo tiempo; y ordinariamente se dice que si debe ejecutarse rápidamente la resolución que se ha tomado después de la deliberación, es preciso deliberar con calma y madurez.41 Ahora bien en este afán por deliberar, el hombre debe sacer orientarse ya que puede que confunda el comprender, con el comprender bien.42 Continuando podemos llegar a preguntarnos entonces ¿a qué fin tienden las virtudes intelectuales?, y la respuesta podría ser: todas las virtudes intelectuales y todas las acciones que podemos ejecutar se aplican siempre a hechos particulares, es decir a los términos extremos, y justamente a ellos debe atender el hombre dotado de prudencia. Nunca la naturaleza hace al hombre sabio y prudente, ya vimos que no es producto del azar el ser virtuosos, pero la naturaleza es la que dota de sentido, da la penetración de espíritu y de entendimiento hacia la consecución de ese añorado fin.43 39 E.N.VII.4b 40 Cfr. E.N.VII,4b 41 E.N. VII, 4c 42 E.N. VII, 8a 43 E.N. VII, 9b-c
  • 15. 15 CAPITULO III: EL TEMA DEL PLACER
  • 16. 16 I. EL PLACER Y EL BIEN SUPREMO Antes de hablar sobre la verdadera felicidad se torna de vital importancia tratar sobre el placer y relación con la vida buena; es así que Aristóteles comienza el último libro retomando el tema del placer del libro siete44 , debido a la importancia que esta tiene en relación con la felicidad y su correcta definición. Pues para el Estagirita, el placer es una inclinación que está “íntimamente asociada a nuestra naturaleza”45 . Sostiene que una vida feliz debe incluir el placer, y por lo tanto se opone a aquellos que argumentan que el placer es por naturaleza malo (Eudoxo ponía el sumo bien en el placer y Espeusipo lo consideraban como un mal). Por otra parte insiste en que hay otros placeres, aparte que el de los sentidos, y que los mejores placeres son los que experimentan las personas virtuosas que poseen recursos suficientes para una excelente actividad la cual residirá la verdadera felicidad. Es así como Aristóteles se da cuenta que el placer tiene que ver mucho con la felicidad, y por lo mismo, conlleva también a una relación con la ética, porque el placer contribuye con la virtud moral y la vida feliz, puesto que todo hombre busca siempre las cosas que le agradan y huye de las cosas que le causan dolor46 Hablemos sobre esto con más detenimiento; pues hemos dicho que sobre el tema del placer se le ha dedicado en dos libros: VII (11- 14) y el X (1- 5)47 . Pues lo que busca Aristóteles es encontrar la naturaleza del placer y su relación con la felicidad, ya que es una inclinación que acompaña al ser humano durante toda su vida, por lo que tiene mucha importancia y valor para alcanzar la virtud y la vida próspera, asimismo se da cuenta de “que la mayoría de los hombres piensan que la felicidad va acompañada del placer”48 . 44 El libro VII ofrece una breve reseña de qué es el placer y que no es. Además demuestra que no es un proceso sino una actividad sin trabas de un estado natural. Cfr. EN, VII, 1153 a, 5- 20. 45 EN, X 1, 1172a 20 46 Cfr. EN, X 1, 1172a 20-25 47 En este epígrafe se tendrá más en cuenta el tema del placer del libro X de la Ética a Nicómaco pues el concepto de placer que Aristóteles desarrolla en el libro X es evidentemente muy relacionada con el análisis que ofrece en el libro VII 48 EN, VII 11, 1152b 5
  • 17. 17 Pues con lo dicho hasta el momento podemos notar que el placer se trataría de un bien; por lo que se hablaría, que la felicidad es un hedonismo. Aristóteles pronto se da cuenta de ello por lo que hace explícito la necesidad de esclarecer el tema buscando el justo medio entre las diversas opiniones; un ejemplo de ello es la de Eudoxo que ponía el sumo bien en el placer49 , es así que Aristóteles aplicando su teoría de acto y potencia establece que el placer no es un bien absoluto, pero tampoco un mal. “Es un acto de una cualidad conforme a la naturaleza”50 , un resultado que acompaña a toda la actividad natural del hombre. Es así la conclusión a la que llega Aristóteles, que es la de defender la idea de que el placer debe ser incluido en un lugar dentro de los bienes pero que no se le debe considerar el bien supremo, reconoce que el placer es un bien, pero no lo bueno que se debe buscar en sí mismo y para esto cita y aprueba un argumento dado por Platón en el Filebo: Si nos imaginamos una vida llena de placer y luego mentalmente añadimos la sabiduría a la misma, el resultado se hace más deseable. Pero el bien es algo que no se puede mejorar de esta manera. Por lo tanto, el placer no es el bien51 . En otro pasaje de la obra también se nota el rechazo de que el placer sea el bien supremo debido a la diversidad de placeres que se busca: “Puesto que ni la misma naturaleza o disposición es o parece ser la mejor para todos, tampoco todos persiguen el mismo placer, si bien todos persiguen el bien”52 Por lo tanto Aristóteles señala en varias ocasiones que el mero hecho de decir que el placer es un bien no lo hace lo suficientemente capaz como para considerarlo un bien supremo, sino más bien señala a lo largo de estos capítulos que el mayor bien es un placer. Y es aquí donde se ve la influencia de una idea expresada en la ética: el bien es el objeto de todas nuestras aspiraciones. II. LA NATURALEZA DEL PLACER 49 Cfr. EN, VII 13, 1153b 5; EN, X 2, 1172b 10- 15 50 EN, VII 12, 1153a 10 51 Cfr. EN, X 2, 1172b 30-35. 52 EN, VII 13, 1153b 30
  • 18. 18 Después de esto Aristóteles indaga sobre la naturaleza del placer el cual no es un proceso, ya que los procesos pasan por etapas de desarrollo: la construcción de un templo es un proceso, porque el templo no está presente de una vez, pero sólo llega a ser por etapas que se desarrollan con el tiempo53 . Por el contrario, el placer, al igual que el ver y muchas otras actividades, no es algo que viene a la existencia a través de un proceso de desarrollo. Si estoy disfrutando de una conversación, por ejemplo, no es necesario esperar hasta que se termine con el fin de sentirse satisfecho, tengo el placer de la actividad a lo largo del camino54 . De esta manera definir la naturaleza del placer se podría decir que es una actividad que acompaña a otras actividades, y en cierto sentido, les lleva a cumplimiento55 . El placer se produce cuando algo dentro de nosotros, después de haber sido puesta en buenas condiciones, se activa en relación con un objeto externo que también está en buenas condiciones. El placer de dibujar, por ejemplo, requiere el desarrollo de la habilidad para el dibujo y un objeto de la atención que está recibiendo dicha actividad. La teoría propuesta en el libro saca un punto importante: el placer es, por su naturaleza algo que acompaña a otra cosa. No es suficiente decir que es lo que sucede cuando estamos en buenas condiciones y están activos en circunstancias sin obstáculos, hay que añadir a ese punto la idea, que el placer juega un cierto papel en la complementación de algo distinto de sí mismo. Por ejemplo dibujar bien y el placer de dibujar siempre se presentan juntas, y por lo tanto son fáciles de confundir, pero el análisis de Aristóteles hace hincapié en la importancia de hacer esta distinción. Él dice además que el placer completa la actividad que acompaña, pero luego agrega, misteriosamente, que completa la actividad en la forma de un final que se suma “El placer perfecciona la actividad, no como una disposición que reside en el agente, sino como un fin que sobreviene como la flor de la vida en la edad oportuna”56 53 Cfr. EN, X 4, 1174a 20- 30; 54 Cfr. EN, X 4, 1174b 15- 30 55 Cfr. EN, X 5, 1175b 30 56 EN, X 4, 1174b 30
  • 19. 19 Hay que entender cuando Aristóteles dice que el placer termina una actividad, no significa que la actividad se presenta de alguna manera defectuosa, y que el placer mejora la actividad mediante la eliminación de este defecto. Aristóteles no niega que cuando tenemos el placer de una actividad se consigue lo mejor con él, pero cuando dice que el placer completa una actividad como algo que sobreviene a ella, el punto es que la actividad que se realiza se complementa con el placer, y el placer que lo acompaña es una bonificación que no sirve para nada más. Es decir; el placer que se siente en una actividad nos ayuda a mejorar en esa actividad, por lo que se revela más plenamente lo que es: un valor añadido que corona nuestro logro. “Cada actividad es incrementada con el placer que le es propio, y así los que se ejercitan con placer en las cosas juzgan mejor y hablan con más exactitud de ellas…Así pues, los placeres intensifican las actividades que le son propias”57 Con esto se concluye que el placer es lo que completa una actividad como consecuencia, y no como si la actividad fuera el placer, lo que da el placer su verdadero valor no es placer mismo, sino la acción a que corresponde y de la cual resulta Después de la afirmación que cada placer es propio del acto que completa, y conociendo que los actos del hombre son múltiples, por ser este un ser compuesto de cuerpo y alma, podemos decir que existen placeres más o menos elevados, por lo que hay que hacer una selección entre los placeres que son mejores, entre los cuales hay que dar preferencia a los del alma sobre los del cuerpo, ya que estos placeres corresponden a la actividad más elevada del hombre que no es la corpórea sino la espiritual58 . III. EL PLACER Y SU VÍNCULO CON LA FELICIDAD 57 EN, X 5, 1175a 30-35 58 Cfr. EN, VII 14 c
  • 20. 20 Con lo dicho hasta el momento podemos afirmar ya lo que hemos dicho en párrafos más arriba que Aristóteles hace notar que una vida feliz debe incluir el placer y que este tiene también influencia para la virtud. Por lo tanto el placer le compete a la ética. Aclarado el panorama se puede afirmar que obrar éticamente, para llegar a la verdadera felicidad, el placer tiene que regirse por la actividad característica del ser humano. Así, por ejemplo el hombre perverso encontrará placer en lo que no es un bien, mientras que el hombre bueno lo encontrará en el bien59 . Entonces, la felicidad es una actividad que tiene fin en sí y no en otra actividad, y además es autosuficiente y se actúa de acuerdo con la virtud. La felicidad no es la actividad en consonancia con cualquier virtud, sino con la más excelsa virtud, y ésta dependerá de la facultad más excelsa: en el caso del hombre el intelecto. De allí que para Aristóteles da una plena defensa de la idea de que el modo más feliz de la vida humana se parece a la vida de un ser divino. Él concibe a Dios como un ser que continuamente disfrutar de un placer único y sencillo60 , el placer del pensamiento puro, apela a su concepción de la actividad divina sólo para defender la tesis de que nuestro bien supremo consiste en un cierto tipo de placer. Con esto se afirma que para Aristóteles la felicidad humana no consiste en cualquier tipo de placer, tampoco consiste en un tipo de placer por el placer, sino el placer que siente un ser humano que participa de la actividad teórica y por lo tanto imita el pensamiento de Dios, agradable. Discusión de Aristóteles del placer por lo tanto ayuda a confirmar su hipótesis inicial de que hay que vivir nuestras vidas y debemos además centrarnos en un tipo de bien sobre todos los demás: la actividad virtuosa. Es el bien en cuanto a que todos los demás bienes se debe entender. De allí que se afirma: “Los verdaderos placeres del hombre son las acciones conforme a la virtud”61 59 Cfr. EN, X 5, 1175b 25 60 Cfr. EN, VII 14, 1154b 20- 25 61 Cfr. EN, I 8, 1099a 20
  • 22. 22 I. EL BIEN SUPREMO: LA FELICIDAD Ahora vamos a ver como se introduce el concepto de felicidad, y en que reside la auténtica felicidad. Muy bien se conoce que el fin último puede estudiarse a partir de la misma naturaleza humana. La naturaleza es un proceso que se dirige hacia su plenitud, hacia la obtención de bien supremo. Este bien supremo o perfecto, en la filosofía griega recibía el nombre de Felicidad (en griego ). La inclinación natural del hombre al bien definitivo, que se ve reflejada en la estructura finalista de la actividad libre62 ; es decir, “el obrar humano deliberado mira siempre a un fin último o bien supremo”, aparece ahora como el deseo natural de ser feliz63 “Puesto que todo conocimiento y toda elección tienden a algún bien, digamos cuál es aquel a que la política aspira y cuál es el supremo entre todos los bienes que pueden realizarse. Casi todo el mundo está de acuerdo en cuanto a su nombre, pues tanto la multitud como los refinados dicen que es la felicidad, y admiten que vivir bien y obrar bien es lo mismo que ser feliz”64 Como se Aristóteles hace notar que el tema de la felicidad, está ligado a la teoría de la acción y además al hablar de bien supremo necesariamente aparece a relucir el concepto de felicidad, que está presente en todo hombre como una aspiración natural. Al afirmar que la felicidad es una aspiración natural, se quiere mostrar que la felicidad “es el modo en que nos aparece el término último que corresponde por naturaleza, y no en virtud de una decisión libre”65 , por lo que es algo del cual no se puede prescindir, no está en el ámbito de lo elegible. Visto entonces la relación existente entre el bien supremo y la felicidad, con lo cual pasaremos ahora a analizar la teoría de la felicidad de Aristóteles, que es expuesta en el 62 Esta doctrina se conoce también como la Teoría de la Acción 63 Cfr. RODRIGUEZ LUÑO, A., Ética General, Eunsa, Pamplona 2004, p 89- 90 64 EN, I,4 1095a 14-20 65 RODRIGUEZ LUÑO, A., Ética General, Eunsa, Pamplona 2004, p 98
  • 23. 23 libro I y en los últimos capítulos del libro X, como se sabe la investigación aristotélica sobre la auténtica felicidad parte de su visión finalista del obrar voluntario, visto ya anteriormente sobre la teoría de la acción el cual toda actividad se dirige a un fin, Aristóteles se interpela pensado que la actividad más excelsa, la más perfecta, contendrá el bien más agradable y la más placentera. Aristóteles afirma que “esa actividad será la que poseerá el bien más elevado de modo perfecto, ininterrumpido y autosuficiente”66 cuya palabra se le designa con el nombre de felicidad; pues es el fin de todos los actos del hombre, además porque este el bien supremo permite que los bienes particulares sean realmente bienes no en sí mismos pero de manera secundaria67 y por la cual se buscan estos: “… El bien que debe buscarse solo por sí mismo, es más definitivo que el que se busca en vista de otro bien, y el bien que no debe buscarse nunca en vista de otro bien es más definitivo que estos bienes que se buscan a la vez por sí mismo y a causa de este bien superior… He aquí el carácter que parece tener la felicidad”68 Visto entonces que el bien supremo es la felicidad, y en la que todos están de acuerdo, que la elegimos por ella y solo por ella, y nunca con la mira de otra cosa69 . El autor nos dice que todos estamos de acuerdo que necesitamos la felicidad, pero que discrepamos en cuanto a su contenido, de allí que considera y compara las diversas opiniones de los hombres, acerca de la felicidad70 ; además analiza los diversos géneros de vida71 que puede adoptar el hombre, de allí que exista un rechazo y exclusión, a que la verdadera felicidad se encuentre en el placer, la riqueza o en el honor, aunque acepta que deseamos esos bienes para ser felices, pues viene a ser como los bienes que se busca no en sí mismos sino en otro. 66 RODRIGUEZ LUÑO, A., Ética General, Eunsa, Pamplona 2004, p 116 67 Cfr. EN, I, 2, 1095a 26 68 EN, I, 4, 1095a 25 69 EN, I, 7, 1097b 1- 7 70 Cfr. EN, I, 4 1095a 22- 28 71 Cfr. EN, I, 5 1095b 15- 30
  • 24. 24 Por lo que la conclusión en su investigación de su trabajo final es, que lo bueno por sí mismo es la vida conforme a la razón o la vida virtuosa, que correspondería al tercer género de vida que puede adoptar un hombre. Llega a esta conclusión partiendo de un dato antropológico; que la vida es común a las plantas y a los animales y al hombre, la sensibilidad común al animal y al hombre, pero lo propio del hombre es la vida racional72 , de allí que la felicidad de un ser humano debe tener algo que ver con el ser humano, y que distinga a la humanidad fuera de otras especies, y que nos da la posibilidad de vivir una vida mejor, por lo que se concluye que está en nuestra capacidad de guiarnos por el uso de la razón. De esta manera para conocer con más claridad la felicidad debemos lograr captar la función propia de hombre, pero el hombre debe encontrar el bien en su propia obra, la cual consiste en la actividad del alma según la razón73 . Entonces “lo que hace feliz a un hombre es la perfección de la actividad según la razón, perfección a la que llamamos virtud”74 ; pero no es una virtud cualquiera75 , sino la más excelsa, la más perfecta entre las demás (pues como se ha visto en el capítulo segundo son varias las virtudes) y que se encuentre en una vida entera, y esa vida es la vida teorética o contemplativa: “Si la felicidad solo consiste en el acto que es conforme con la virtud, es natural que este acto sea conforme con la virtud más elevada; es decir, la virtud de la mejor parte de nuestro ser, y está en nuestro entendimiento”76 Por tanto ningún otro escritor o pensador había dicho exactamente acerca de lo que es vivir bien. Como él mismo señala, una concepción tradicional de la felicidad se identifica con la virtud. Por esta razón, la teoría de Aristóteles se debe interpretar claramente. No dice, que la felicidad es la virtud, sino que es la actividad virtuosa. Vivir bien consiste en hacer algo, no sólo estar en un cierto estado o condición. Consiste en las actividades de toda la vida que actualizan las virtudes de la parte racional del alma, es decir las virtudes intelectuales y las virtudes éticas. II. LA FELICIDAD VERDADERA: VIDA CONTEMPLATIVA 72 Cfr. EN, I, 7 1097b 22 – 1098a 1 73 Cfr. EN, I, 7 1098a 6- 20 74 RODRIGUEZ LUÑO, A., Ética General, Eunsa, Pamplona 2004, p 116 75 Con este término no quiero decir que las demás virtudes carezcan de valor o sean menos importantes 76 EN, X, 7, 1177a 12- 16
  • 25. 25 A manera de recordar lo visto en el capítulo segundo Aristóteles distingue en la razón, dos dimensiones una teórica y otra práctica, a la que corresponden dos tipos de virtudes; las virtudes intelectuales o dianoéticas y las virtudes éticas o morales77 . Conociendo además que la vida feliz del hombre corresponde a una perfección de la actividad según la virtud; asimismo Aristóteles hace notar que la vida más alta y más digna es la contemplación teórica de la verdad, por lo que las virtudes intelectuales son las que proporcionan la perfecta felicidad al hombre; pero además, Aristóteles habla de un segundo tipo de felicidad, una felicidad que se relaciona con el segundo tipo de virtudes, a la que le llama imperfecta, la cual consistiría en la vida de quien regula su conducta según las virtudes éticas. A continuación lo desarrollaremos con más detenimiento. Aristóteles afirma que la felicidad perfecta se halla en la actividad contemplativa78 , y para esto sostiene con una serie de argumentos. Aristóteles considera que el entendimiento es divino o lo más divino que hay en nosotros, y que la contemplación es la actividad más autosuficiente, la más agradable y placentera “que parece ser amada por sí misma, pues nada se saca de ella aparte de la contemplación, mientras que las actividades prácticas obtenemos siempre algo, más o menos, aparte de la acción”79 , “es lo más precioso que hay en nosotros y la cosa más valiosa entre todas cuantas son accesibles a nuestro conocimiento”80 , además el sabio necesita pocas cosas, fuera de las indispensables para vivir. Se basta así mismo, pues no necesita más que estar a solas para poderse entregar al estudio y a la contemplación81 . Es lo que distingue principalmente a los hombres de los animales, y lo que más le asemeja a los dioses, que son los seres más dichosos: “De modo que la actividad divina, que a todos aventaja en beatitud, será contemplativa. Señal de ello es también el hecho que de que los demás animales no participan de la felicidad por estar completamente privados de tal clase de actividad. Así la vida de los dioses es toda feliz; la de los hombres, lo es en la medida en que tienen cierta semejanza de la actividad divina; y de los demás 77 Cfr. EN, I, 13 c 78 EN, X, 7, 1178b 7- 8 79 EN, X, 7, 1177b 2 80 EN, X, 7, 1177a 13- 26 81 EN, X, 7, 1178b 2- 5
  • 26. 26 seres vivos ninguno tiene la felicidad porque no participa en modo alguno de la contemplación”82 La felicidad de los hombres será más feliz cuanto más sea imitación de la actividad divina y cuanto más intensa y elevada sea la contemplación. Por tanto la felicidad perfecta consistirá en la contemplación83 , de allí que Aristóteles coloque en un plano superior las virtudes intelectuales que las morales. Aristóteles reconoce que ese ideal de vida es tan elevado que no todos pueden aspirar a él: “Tal vida, sin embargo sería superior a la de un hombre pues el hombre viviría de esta manera no en cuanto hombre, sino en cuanto hay algo de divino en él; y la actividad de esa parte es tan superior al compuesto humano que, si pues la mente es divino respecto del hombre también la vida según ella será divina respecto de la vida humana” 84 A pesar de lo afirmado en este fragmento de texto Aristóteles insta al hombre a cultivar esto de divino, si es posible poner todas nuestras fuerzas para conseguir este ideal. Ahora para acabar de completar este ideal de la vida humana debemos conocer cuál es el objeto sobre el cual tiene que versar la actividad contemplativa, aunque no lo habla explícitamente en la Ética a Nicómaco, en su otro libro Ética a Eudemo si hace referencia donde se propone como objeto de la vida divina el culto y la contemplación85 . Se toma este aporte de la ética a Eudemo, porque de esta manera se posee una visión más completa de cómo se debe entender la felicidad perfecta. III. Felicidad Imperfecta: Una Vida Conforme a las Virtudes 82 EN, X, 8, 1178b 26-27 83 Hay que entender por contemplación no como la concepción de hoy, como una actividad del profesor de filosofía o del filósofo, sino que contemplación en la antigua Grecia se entendía como un género de vida orientada a la búsqueda de la verdad. 84 EN, X, 7, 1177b 26- 31 85 Cfr. Ética a Eudemo VII, 15, 1249b 16- 26
  • 27. 27 Aristóteles cuando termina de abordar el tema sobre la felicidad perfecta, la vida contemplativa pasa inmediatamente hablar sobre un segundo tipo de vida feliz: La Vida según las Virtudes Morales, la cual consistiría en una felicidad imperfecta, pero al hablar de una felicidad imperfecta no se refiere, a que no es importante en la vida del hombre sino que es de distinto nivel de felicidad porque es netamente humana, lo que no ocurre en la vida contemplativa que es lo que asemeja al hombre a los dioses, o lo más excelso que hay. “La vida de acuerdo con la otra virtud es feliz de manera secundaria, ya que las actividades conforme a esta virtud son humanas. En efecto, la justicia, la valentía, y las demás virtudes las practicamos recíprocamente, en los contratos, servicios y acciones de todas clases, observando en cada caso lo que conviene con respecto a nuestras pasiones. Y es evidente que todas esas cosas son humanas”86 Las virtudes éticas que corresponde a este segundo tipo de vida feliz no son innatas sino que son hábitos adquiridos que se encuentran en relación con el compuesto humano, por lo que la felicidad de acuerda a estas virtudes serán netamente humanas, además se ponen de “manifiesto el temple subjetivo de la personalidad, una capacidad estable de elegir lo bueno y rechazar lo malo que permite integrar las tendencias sensibles en un género armónico de vida informado por la razón e inclinado hacia la contemplación de la verdad más alta”87 . Se puede afirmar entonces en una relación existente entre este tipo de vida y la vida contemplativa, de manera que vivir una vida según las virtudes morales me son indispensables, o es el inicio para poder alcanzar la actividad más excelente que es la contemplación, ya que estas virtudes llevan a ordenar las pasiones, lo que permite al hombre elevarse al plano de la vida contemplativa, y así adentrarse a la búsqueda de la verdad, aun que no hay que entenderlos como simples medios. Pero alcanzar este tipo de vida, no es algo que ya está dado, como un regalo de la naturaleza sino que es algo que significa mucho esfuerzo, “es una conquista ética meritoria 86 EN, X, 8, 1178a 9- 15 87 RODRIGUEZ LUÑO, A., Ética General, Eunsa, Pamplona 2004, p. 118
  • 28. 28 que no todos seguirán, ya que la mayor parte de los hombre viven a merced de sus pasiones y no tienen idea de lo que es hermoso y verdaderamente agradable, ya que nunca lo ha probado”88 En resumen, la contemplación es la actividad más alta y mejor, por lo que es la felicidad primera, y las actividades de acuerdo con la virtud práctica son la felicidad en segundo lugar, porque son racionales, puramente humana, son más bajos en la escala universal de los valores. Sin embargo, esta menor actividad no es un mero medio para los mayores, y no debe ser descuidado por completo, ya que es apropiada para el lugar del hombre en el orden cósmico. La buena vida por lo tanto será una mezcla de los dos tipos de actividad. IV. LA FELICIDAD Y LOS BIENES EXTERNOS Se ha visto como Aristóteles analiza de manera sistemática el contenido de la naturaleza humana, para luego, trazar teóricamente el camino de las virtudes éticas, legando a la conclusión que lo bueno y lo feliz coincide con lo virtuoso. Ciertamente Aristóteles no es un fanático de la virtud. Las virtudes éticas y espirituales constituyen, el auténtico fundamento de la eudemonía; pero para ser completa y perfecta, deberá añadirse a las internas cualidades del hombre (virtudes) una serie de bienes exteriores89 (noble nacimiento, plenitud y madurez de vida, bienestar y ausencia de cuidados, exoneración del trabajo servil, posición social digna, belleza, etc.); pues su concepción realista le lleva a reconocer que el hombre no es solo intelecto, y la presencia intuitiva de la felicidad, le llevan a pensar por lo tanto que “la vida feliz requiere también un optimo ajuste entre el hombre y el mundo, por lo que existe una dependencia de la felicidad de la fortuna, del destino y la benevolencia de los dioses”90 Con la inclusión de los bienes exteriores se crea una confusión en torno la felicidad, pues la felicidad ya no consistiría solo en la Sabiduría y en la vida virtuosa, sino también en los bienes de fortuna, pues las considera como un ornato necesario de la felicidad91 , pues otra 88 Ibíd. 89 Cfr. EN, X, 8, 1178b 34- 37 90 RODRIGUEZ LUÑO, A., Ética General, Eunsa, Pamplona 2004, p. 119 91 Cfr. EN, I, 8, 1099a 32 - 1099b 2
  • 29. 29 dificultad en este tema es la ambigüedad con que utiliza el término perfecto pues en unos momentos significa como lo supremo, lo excelente, y otros como si significará completo. Ante esta aparente aporía la solución más adecuada sería la aceptación de la noción inclusiva de felicidad, pues permitiría entender con más claridad en qué modo son necesarios los bienes de fortuna92 Sin embargo, Aristóteles insiste, que el más alto grado de la actividad virtuosa, no es algo que nos llega por casualidad; a pesar de necesitar de los bienes exteriores para llegar a ser virtuosos, insiste que gran parte de la responsabilidad de la adquisición y ejercicio de las virtudes, se le debe a uno mismo y del esfuerzo que se ponga para conseguir ello. 92 Cfr. RODRIGUEZ LUÑO, A., Ética General, Eunsa, Pamplona 2004, p. 120
  • 30. 30 CONCLUSIONES  El placer es un tipo de bien que no se le debe identificar con el bien supremo que es la felicidad.  El placer es lo que completa una actividad como consecuencia, y no como si la actividad fuera el placer.  Para obrar éticamente, para llegar a la verdadera felicidad, el placer tiene que regirse por la actividad característica del ser humano.  Para Aristóteles la actividad más elevada y excelente del hombre es la vida contemplativa, y secundariamente la vida éticamente recta, que es la ordenación de la vida práctica en conformidad con nuestro intelecto.  Vincula la felicidad perfecta con la contemplación de la verdad, en especial al conocimiento de Dios.  Coloca a la Razón como el principio regulador de la vida del hombre tanto personal como la social.  Aristóteles contribuyó enormemente en al estudio de bien humano con su teoría de la virtudes, definiéndolas como las reguladoras en el uso de nuestro bienes y actividades.  A pesar de su gran aporte en la ética por su teoría de la felicidad resulta esta insatisfactoria, primero porque no todos los hombres pueden alcanzar la contemplación de la verdad, pues es imperfecta, discontinua y fragmentaria, y además porque para vivir una vida virtuosa se necesitan de los bienes externos que escapan de las manos.
  • 31. 31 BIBLIOGRAFÍA 1.- FUENTES: 1. Aristóteles, Ética a Nicómaco. 2.- ESTUDIOS: 2. FRAILE, G., Historia de la filosofía I, BAC, Madrid, 1976. 3. RODRIGUEZ LUÑO, A., Ética General, Eunsa, Pamplona 2004 4. HIRSCHBERGER, J., Historia de la Filosofía I, Herder, Barcelona, 1968 3.- CONFERENCIAS: 5. MELENDO, T, Sobre la filosofía realista Udep, 1997
  • 32. 32 ÍNDICE PRESENTACIÓN……......................................................................................2 PRIMERA PARTE: LA IDEA DEL BIEN…………………………………………………………3 1. Idea del bien...................................................................................... 4 2. Bienes aparentes y bienes verdaderos .............................................. 6 SEGUNDA PARTE: LAS VIRTUDES ENCAMINADAS AL BIEN ........................ 9 1. Acciones voluntarias e involuntarias………………………………………………10 2. Virtudes Morales.............................................................................. 11 3. Virtudes Intelectuales ...................................................................... 13 TERCERA PARTE: EL TEMA DEL PLACE…………………………………………………… 15 1. El placer y el bien supremo................................................................ 16 2. La naturaleza del placer ..................................................................... 17 3. El placer y su vínculo con la felicidad ................................................. 19 CUARTA PARTE: LA FELICIDAD AUTÉNTICA………………………………………….. 21 1. El bien supremo: La Felicidad…………………………………………………………..22 2. La felicidad verdadera: Vida Contemplativa ...................................... 24 3. La felicidad imperfecta: Una vida conforme a las virtudes ................ 26 4. La felicidad y bienes externos ........................................................... 28 CONCLUSIONES...................................................................................... 30 BIBLIOGRAFÍA......................................................................................... 31