La arquitectura tiene la capacidad de transmitir sensaciones positivas o negativas al ser humano a través de la percepción. Los espacios arquitectónicos deben diseñarse para que las personas se sientan a gusto y estimuladas de manera psicológica a través de los sentidos como la vista, el tacto y el oído. Los diseños arquitectónicos deben darse a percibir de manera positiva para la sociedad y satisfacer las necesidades y emociones de la población.