El documento describe la explotación infantil en Colombia, donde 1,7 millones de niños y adolescentes trabajan de forma informal y riesgosa, especialmente en la agricultura, minería y servicio doméstico. Las ciudades de Bucaramanga, Neiva, Ibagué y Montería tienen las mayores cifras de trabajo infantil. El gobierno colombiano busca devolver a los niños al sistema educativo y concentrarse en prevenir las peores formas de trabajo infantil como el reclutamiento forzado, la explotación sexual y la minería.