La papaya se originó en América tropical, posiblemente entre México y Costa Rica. Fue introducida por los españoles en las Filipinas en el siglo XVI y desde ahí se propagó a India, África oriental y Hawái entre 1800-1823. La papaya pertenece a la familia Caricaceae y al género Carica, y se cultiva comercialmente por su fruto comestible y por la enzima papaína contenida en su látex.