Este documento es un mensaje del Papa Francisco con motivo de la Jornada Mundial de la Paz en el que habla sobre la trata de personas y la esclavitud moderna. Insta a la Iglesia y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a no ignorar el sufrimiento de las víctimas de la trata y a realizar gestos de fraternidad y solidaridad para darles esperanza y reconocer su dignidad.