El documento describe la representación de la figura humana en diferentes períodos artísticos. En el arte prehistórico, las representaciones humanas no mostraban claramente el sexo o rasgos físicos. En el arte mesopotámico y egipcio, las figuras se representaban de forma frontal o de perfil sin mostrar movimiento. En el arte griego, el cuerpo humano era muy importante y las esculturas lo representaban claramente, mientras que en el arte romano se caracterizaba por un realismo extremo en la figura humana.