Los fluidos supercríticos son aquellos que se encuentran por encima de la presión y temperatura crítica, lo que les da propiedades intermedias entre los gases y los líquidos. Se pueden usar para extraer compuestos químicos de manera más eficiente y respetuosa con el medio ambiente que los disolventes orgánicos convencionales. El dióxido de carbono y el agua son dos fluidos supercríticos comunes que se aplican en la industria y el laboratorio.